martes, 9 de julio de 2024

Pequeñas Semillitas 5688

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5688 ~ Martes 9 de Julio de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy los argentinos celebramos el 208° aniversario de la declaración  de la Independencia.
Luego de la Revolución del 25 de mayo de 1810, el camino hacia la Independencia Nacional estaba trazado: la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810 no hicieron más que cristalizar un movimiento liberador que venía buscando, desde 1806, mayor participación política y económica de los criollos. Y es así como el 9 de julio de 1816, el país proclamó, en un Congreso reunido en la ciudad de San Miguel de Tucumán, la existencia de una nación libre e independiente, comenzando desde entonces el largo y dificultoso camino de consolidación y unificación nacional, que a pesar de dos siglos transcurridos, todavía no termina de afianzarse pues la Argentina todavía vive inmersa en una diversidad de circunstancias políticas, sociales y económicas muy difíciles, que hacen necesaria una alta cuota de patriotismo, de desapego por lo material, de olvido de los egoísmos y privilegios, de sensatez y conductas honradas y altruistas que nos permitan visualizar con optimismo el futuro de grandeza que soñaron nuestros próceres.
Invoquemos hoy a la Virgen de Luján, patrona y protectora de la Argentina, y a Jesucristo, Señor de la Historia, para que nos concedan la inspiración y las fuerzas necesarias a fin de que podamos entre todos, unidos y generosos, construir la Patria grande que nos merecemos.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Os 8, 4-7. 11-13
 
Salmo: Sal 113B, 3-4. 5-6. 7ab-8. 9-10
 
Santo Evangelio: Mt 9,32-38
En aquel tiempo, le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos habla de la curación de un endemoniado mudo que provoca diferentes reacciones en los fariseos y en la multitud. Mientras que los fariseos, ante la evidencia de un prodigio innegable, lo atribuyen a poderes diabólicos —«Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios» (Mt 9,34)—, la multitud se maravilla: «Jamás se vio cosa igual en Israel» (Mt 9,33). San Juan Crisóstomo, comentando este pasaje, dice: «Lo que en verdad molestaba a los fariseos era que consideraran a Jesús como superior a todos, no sólo a los que entonces existían, sino a todos los que habían existido anteriormente».
A Jesús no le preocupaba la animadversión de los fariseos, Él continuaba fiel a su misión. Es más, Jesús, ante la evidencia de que los guías de Israel, en vez de cuidar y apacentar el rebaño, lo que hacían era descarriarlo, se apiadó de aquellas multitudes cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor. Que las multitudes desean y agradecen una buena guía quedó comprobado en las visitas pastorales de San Juan Pablo II a tantos países del mundo. ¡Cuántas multitudes reunidas a su alrededor! ¡Cómo escuchaban su palabra, sobre todo los jóvenes! Y eso que el Papa no rebajaba el Evangelio, sino que lo predicaba con todas sus exigencias.
Todos nosotros, «si fuéramos consecuentes con nuestra fe, —dice san Josemaría Escrivá— al mirar a nuestro alrededor y contemplar el espectáculo de la historia y del mundo, no podríamos menos de sentir que se elevan en nuestro corazón los mismos sentimientos que animaron al de Jesucristo», lo cual nos conduciría a una generosa tarea apostólica. Pero es evidente la desproporción que existe entre las multitudes que esperan la predicación de la Buena Nueva del Reino y la escasez de obreros. La solución nos la da Jesús al final del Evangelio: rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a sus campos (cf. Mt 9,38).
* Rev. D. Joan SOLÀ i Triadú (Girona, España) 
 
Santoral Católico:
Nuestra Señora de Itatí
La imagen de Nuestra Señora de Itatí, “la Reina de la Civilización en la cuenca del Plata”, es una de las imágenes marianas más célebres y antiguas de la República Argentina. Su santuario data de los comienzos de la época colonial. Se levanta en el pueblo de Itatí. A orillas del Alto Paraná y a 70 km. de la ciudad de Corrientes.
El culto de la Virgen de Itatí ha sido ininterrumpido desde 1616. El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII . Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio.
El Santuario de Itatí, es uno de los más importantes de América. Cada año alrededor de 2 millones y medio de fieles, no sólo de Argentina, sino también de otros países sudamericanos, se dirigen a la gigantesca Basílica a dar testimonio de su devoción y amor por Nuestras Señora de Itatí.
Para más información hacer clic acá.
(Catecismo.com)
 
Nuestra Señora de Chiquinquirá
Patrona de Colombia
 
Para acceder a más información hacer clic acá
 
Pensamiento del día
«Para defender la causa de la independencia, no se necesita otra cosa que orgullo nacional, pero para defender la libertad, se necesitan ciudadanos [...]  Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla»
(GENERAL SAN MARTÍN)
 
Tema del día:
La existencia del Purgatorio
Es habitual que gente común exprese preguntas como esta: “Mi párroco me ha dicho que el Purgatorio no existe, que deje de rezar por esas cosas, que es contrario a la Iglesia Católica”. También es común que se discuta entre laicos si existe o no el Purgatorio. Iniciemos este escrito diciendo que la existencia del Purgatorio es absolutamente pilar de nuestra Fe como miembros de la Iglesia Católica, como claramente lo establecen los artículos 1030, 1031 y 1032 del Catecismo Oficial de la Iglesia Católica, fundamentado en las Sagradas Escrituras, además de siglos de tradición y decenas de revelaciones de místicos y santos de la Iglesia acerca de la devoción a las Benditas Almas del Purgatorio.
 
¿Por qué entonces solemos encontrarnos gente que niega esta verdad de nuestra fe? Hay una gravedad de los errores que se difunden dentro de la Iglesia, no solo entre laicos sino también entre algunos sacerdotes y religiosas, lamentablemente.
 
El Purgatorio es una verdad fundamental de nuestra Fe, y Dios quiere que comprendamos y abracemos la unión en la Comunión de los Santos, como lo rezamos en cada Santa Misa donde pedimos por las Almas de nuestros difuntos. La Iglesia está constituida por estos tres pilares: de los que aún peregrinamos en la tierra (Iglesia Militante), los que purifican sus almas en el Purgatorio (Iglesia Purgante), y las almas santas que ya gozan de las eternas delicias en el Cielo (Iglesia Triunfante). Nadie, hermanos, ni sacerdote ni monja ni laico, puede negar esto sin quebrantar los principios de nuestra Fe.
 
Sin embargo, no es sorpresa que el mundo actual tienda a negar la existencia del Purgatorio. Esa corriente, por otra parte, no sólo niega el Purgatorio, también niega la existencia del infierno mismo. Por supuesto, ellos solo ven un cielo fácil de alcanzar al que se llega por la Infinita Misericordia de Dios. Ellos niegan la Justicia Divina, niegan la verdadera Santidad, y manipulan el verdadero sentido de la Misericordia del Señor.
 
Hacen, como los políticos: de mentiras verdad. Esos mismos también suavizan la idea de virtud, la hacen relativa, adaptable a los tiempos modernos. Por supuesto, infierno, purgatorio, virtud, pureza, ayuno, penitencia, oración, son todas cosas pasadas de moda para ellos.
 
Para estas corrientes, es mejor hablar de autoestima, amor por la naturaleza, entender y aceptar todo y a todos, etc. Por supuesto que estas cosas tomadas aisladamente no están mal, pero están mal cuando se las pone en el centro de nuestra vida y se las transforma en el eje de nuestro actuar. 
 
Dios se entristece enormemente con la facilidad que el demonio encuentra en sembrar el error y la confusión en nuestros tiempos, particularmente en aquellos que multiplican el error porque se los escucha como referentes de las Verdades de la Fe. Tenemos que ser fuertes, debemos estar atentos y discernir aquello que se nos dice y se nos enseña. Defendamos la Cátedra de Pedro como Jesús nos la legó en sus principios fundamentales, en las Verdades del Magisterio de la Iglesia que nadie puede modificar.
 
El extraordinario Concilio Vaticano II es un hermoso legado para nuestros tiempos, porque entre muchas otras cosas nos enseña qué cosas se deben aggiornar y adaptar a los tiempos, y qué cosas se deben sostener y profundizar, porque son los Pilares sobre los que está construida la Casa. Esto es así, porque estamos en el mundo, pero no somos del mundo, y así es que debemos ser mansos como palomas pero astutos como serpientes.
 
Dios espera mucho de nosotros... ¡Manos a la obra!
.
(Fuente: Benditas almas – Imagen: Aciprensa)
 
Oración por la Patria
 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Dios no premia por el fruto en el apostolado, sino por el sufrimiento padecido para realizarlo, por el trabajo puesto en la obra apostólica.
Esto es un gran consuelo para nosotros, que a veces recibimos ingratitudes por nuestros desvelos en salvar almas.
Si al Cielo llegamos con pocas almas salvadas, no por ello mereceremos menos premio, puesto que si hemos trabajado bien y hemos sufrido por las almas, Dios nos premiará como si hubiésemos alcanzado el mayor fruto.
Sabiendo estas cosas, tenemos que aplicarlas a nuestra vida de apóstoles, para no desanimarnos en caso de que veamos que lo que hacemos no es aprovechado ni apreciado por las almas, pues si lo hacemos con esfuerzo y poniendo todo lo mejor de nosotros, el Señor nos premiará igualmente, y no quedará en vano el trabajo realizado.
Las obras se ven de forma diversa en la tierra y en el Cielo, porque una obra apostólica que en la tierra aparentemente fue un fracaso, quizás para el Cielo fue un triunfo, ya que el encargado de llevarla a cabo dio todo de sí, y si bien no triunfó según el mundo, para Dios basta con que el instrumento hizo todo lo que estuvo a su alcance.
🌸
La famosa psicóloga norteamericana, de origen suizo, Elisabeth Kübler Ross dice: Llegó un momento en mi vida en que me di cuenta de que había traído dos hijos al mundo, les había dado todo el bienestar, una buena educación, pero eran soberbios y estaban vacíos por dentro, vacíos como una botella de cerveza recién bebida. Entonces, me dije a mí misma, que debía hacer algo que no fuese solamente darles cosas materiales. De acuerdo con mi esposo, tomamos como huésped en mi casa a un anciano de 74 años, al cual los médicos habían diagnosticado dos meses de vida. Quería que mis hijos estuvieran cerca de él en su momento final, quería que viesen y tocasen por sí mismos la experiencia más importante de la vida: la muerte. El huésped no sólo vivió dos meses, vivió dos años y medio. Era tratado en todo como un miembro más de la familia. Aquella experiencia dio a mis hijos una increíble riqueza espiritual. En aquel desconocido, que fue recibido para morir entre nosotros, descubrieron un nuevo sentido para su vida y maduraron mucho (haciéndose más humildes). Aquel pobre anciano nos había dado mucho más de lo que nosotros le habíamos dado a él.
Es bueno conocer la muerte para conocer la vida. Es importante darnos cuenta de lo poco que somos humanamente y de lo frágil que es la vida para que no seamos soberbios y podamos vivir humildemente agradecidos a Dios por cada momento de nuestra existencia, sin tratar de acumular tesoros en este mundo.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
9 de julio
Abre el corazón a este médico celestial de las almas y abandónate con confianza plena entre sus brazos santísimos. Él te trata como a elegida para seguir de cerca a Jesús por el camino del Calvario; y yo veo, con alegría y con vivísima conmoción de mi espíritu, este modo de actuar de la gracia en ti. Ten la certeza de que todo lo que está sucediendo en tu alma está programado por el Señor; y, por tanto, no tengas miedo a encontrarte con el mal, es decir, a ofender a Dios.
Que te baste saber que en todo esto tú en modo alguno ofendes al Señor; al contrario, Él es cada vez más glorificado.
(19 de mayo de 1914, a Raffaelina Cerase, Ep. II, 87)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
  
 
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