domingo, 25 de diciembre de 2022

Pequeñas Semillitas 5196

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5196 ~ Domingo 25 de Diciembre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
La Navidad será siempre un día de esperanza, de misterio y de fe.
Cada cual tendrá su gruta, la que ha ido cavando en el fondo de su corazón, y necesita reformar, limpiar e iluminar todos los años.
Cada cual, su regalo: el íntimo, el personal, el silencioso, el de las heridas cerradas y rencores olvidados.
Cada cual, su lámpara para calentarnos en Dios... y su aceite para ir curando, suavizando y derritiendo ternura entre los muchos que lloran en la Navidad.
La Navidad debiera ser más para compartir con los pobres y con la familia que para ostentar con los ricos; más para prodigarnos con nuestros semejantes que para meternos en el vértigo de las calles y las fiestas; más para que Dios nos acompañe que para entrar en ese mundo ajeno y extraño donde se aumenta la nostalgia, se entristecen los recuerdos y muchas veces nos sentimos tan solos.
¿Dónde y cuándo vas a dar a Cristo el apretón de manos y la entrega del corazón en esta Navidad?
No olvidemos que es día de llenarnos de Dios. De sacar cuentas. De estrecharnos las manos. De abrir las alforjas. De mirarnos tal cual somos. De recordar a los que faltan. Y pedir perdón. ¡Esa es la Navidad!
(Zenaida Bacardí de Argamasilla)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Isaías 52,7-10
 
Salmo: Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
 
Segunda Lectura: Hebreos 1,1-6
 
Santo Evangelio: Jn 1, 1-18
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio d él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
 
Comentario:
Hoy nos ha nacido el Salvador. Ésta es la buena noticia: como en cada Navidad, Jesús vuelve a nacer en el mundo, en cada casa, en nuestro corazón.
Pero, a diferencia de lo que celebra nuestra sociedad consumista, Jesús no nace en un ambiente de derroche, de compras, de comodidades, de caprichos y de grandes comidas. Jesús nace con la humildad de un portal y de un pesebre.
Y lo hace de esta manera porque es rechazado por los hombres: nadie había querido darles hospedaje, ni en las casas ni en las posadas. María y José, y el mismo Jesús recién nacido, sintieron lo que significa el rechazo, la falta de generosidad y de solidaridad.
Después, las cosas cambiarán y, con el anuncio del Ángel —«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2,10)— todos correrán hacia el portal para adorar al Hijo de Dios. Un poco como nuestra sociedad que margina y rechaza a muchas personas porque son pobres, extranjeros o sencillamente distintos a nosotros, y después celebra la Navidad hablando de paz, solidaridad y amor.
Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la tristeza en el momento en que ha nacido la vida». Pero no podemos olvidar que este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido posible a como lo vivió la Sagrada Familia. Es decir, sin ostentaciones, sin gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.
Por otro lado, si nosotros durante estos días no tenemos verdaderos sentimientos de solidaridad hacia los rechazados, forasteros, sin techo, es que en el fondo somos como los habitantes de Belén: no acogemos a nuestro Niño Jesús.
* Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
La Natividad del Señor
Con la solemnidad de la Navidad, la Iglesia celebra la manifestación del Verbo de Dios a los hombres. En efecto, éste es el sentido espiritual más importante y sugerido por la misma liturgia, que en las tres misas celebradas por todo sacerdote ofrece a nuestra meditación “el nacimiento eterno del Verbo en el seno de los esplendores del Padre (primera misa); la aparición temporal en la humildad de la carne (segunda misa); el regreso final en el último juicio (tercera misa).
 
Un antiguo documento del año 354 llamado el Cronógrafo confirma la existencia en Roma de esta fiesta el 25 de diciembre, que corresponde a la celebración pagana del solsticio de invierno "Natalis solis invicti", esto es, el nacimiento del nuevo sol que, después de la noche más larga del año, readquiría nuevo vigor.
 
Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche del paganismo, se quiso dar un significado totalmente nuevo a una tradición pagana muy sentida por el pueblo, porque coincidía con las ferias de Saturno, durante las cuales los esclavos recibían dones de sus patrones y se los invitaba a sentarse a su mesa, como libres ciudadanos. Sin embargo, con la tradición cristiana, los regalos de Navidad hacen referencia a los dones de los pastores y de los reyes magos al Niño Jesús.
 
En oriente se celebraba la fiesta del nacimiento de Cristo el 6 de enero, con el nombre de Epifanía, que quiere decir "manifestación", después la Iglesia oriental acogió la fecha del 25 de diciembre, práctica ya en uso en Antioquía hacia el 376, en tiempo de San Juan Crisóstomo, y en el 380 en Constantinopla. En occidente se introdujo la fiesta de la Epifanía, última del ciclo navideño, para conmemorar la revelación de la divinidad de Cristo al mundo pagano.
 
Los textos de la liturgia navideña, formulados en una época de reacción contra la herejía trinitaria de Arrio, subrayan con profundidad espiritual y al mismo tiempo con rigor teológico la divinidad y realeza del Niño nacido en el pesebre de Belén, para invitarnos a la adoración del insondable misterio de Dios revestido de carne humana, hijo de la purísima Virgen María.
Catholic.net
 
Palabras del Papa Francisco
“¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él está; encontrarlo con fe. No es fácil vivir con la fe… es necesario tener el corazón abierto: ¡Corazón abierto para que Él me encuentre! Y me diga lo que quiere decirme, que no es siempre lo que yo quiero que me diga. Él es el Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una multitud. Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos… De persona a persona: el Señor, persona, me mira a mí, persona. Dejarnos encontrar por el Señor es exactamente esto: ¡Dejarnos amar por el Señor!”
 
Predicación del Evangelio:
¡En Navidad habla Dios!
¡Alegrémonos, hermanos y amigos! ¡Celebremos el amor de Dios! ¡Dios ha nacido! ¡Dios se ha hecho Niño! ¿Puede hacer algo más Dios por nosotros? A este momento, culminante y final del Adviento, nos estábamos preparando desde la contemplación, la conversión, el asombro, la oración y con la compañía de María. ¡Ha nacido el Salvador! ¡Aleluya, aleluya!
 
No nace un gran filósofo, historiador, líder o científico; en estos instantes de gran emoción para los creyentes, no se acerca al mundo un poderoso hidalgo ni rey de tierras y feudos.
-Quien nace y se revela es el AMOR que se hace hombre.
-El amor con la pancarta de la humildad.
-La ternura con el reflejo y la impronta magnífica de Dios.
 
¿Qué tenemos de bueno para que, el Señor, se aproxime de estas maneras hasta nosotros? ¿Qué pretende Dios con este descenso tan vertiginoso, humano y divino a la vez?
 
El Nacimiento de Cristo nos trae muchas vivencias y otras tantas sensaciones personales y comunitarias: si Dios se hace hombre, es porque el día a día del ser humano, está abocado y llamado a Dios. Si Dios, viene hasta nosotros (Niño, pequeño, infante, débil) es para que comprendamos que, en la pequeñez, está la autopista y la puerta para llegar y encontrarse con Él.
 
¡Qué gran regalo y qué gran sacramento! ¡Dios en un pesebre! En ese establo, el hombre aprende la lección más magistral bajada desde el cielo: el AMOR de un Dios. Hoy, con el Nacimiento del Señor, Dios no nos da ninguna fórmula mágica para ser felices. En cada uno de nosotros, en los que estamos aquí y ahora, está la decisión de aceptarle o rechazarle; de adorarle o de buscarnos a nosotros mismos; de llevarle la ofrenda de nuestra existencia o de negarle hasta el más insignificante detalle.
 
Si, amigos. La Navidad es el gran regalo de Dios a la humanidad. Una humanidad, que en números, acontecimientos, y en formas, está condicionada por la violencia, el desasosiego, la intranquilidad, la pobreza, la injusticia… (pongamos todo lo que queramos). ¡Cómo no agradecer a Dios que, a través de Jesús, contemple en primera línea nuestros sufrimientos y éxitos, nuestras fatigas y nuestras penas, nuestras caídas o nuestras alzadas!
 
Hoy, damos gracias a Dios. Los ojos de Jesús, serán los ojos de Dios en la tierra. Los brazos de un Niño, serán los brazos del amor de Dios en el mundo. Los pies de un Infante, serán pies de Dios que nos acompañen en nuestro caminar. El corazón de Cristo, será el latir del mismo Dios en medio de un mundo, que en cuestiones de fe y de amor a Dios, se encuentra con un constipado demasiado severo y prolongado. ¡Bendita sea esta noche! ¡Noche santa y dichosa!
 
Que Jesús, en estas primeras horas de su presencia en medio de nosotros, nos lleve al descubrimiento de la belleza de Dios.
Que Jesús, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe.
¡Cómo no conmovernos ante este Misterio! ¿Cómo no intentar de nuevo ser portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón, cuando vemos todo ello desbordado y desbordando sobre cuatro tablas cruzadas en un pesebre?
 
¡Bienvenido Señor a esta tierra! Te adoramos y te bendecimos. Te amamos y creemos profundamente en Ti. Tú eres el Hijo de Dios. Que seas la salvación que el mundo espera y necesita.
(P. Javier Leoz)
 
Poesía
Un chupete para el Niño Jesús
  
Se han acercado a Belén
tres reyes magos de Oriente
a llevar al niño Dios
regalos y unos presentes.
 
Han llegado con la ayuda
de la estrella con más brillo
que como un faro en el mar
ha iluminado el camino.
 
Llevan oro, incienso  y mirra,
y Melchor algún juguete,
y Gaspar y Baltasar
le han regalado un chupete.
-
(Marisa Alonso)
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Chile, José Antonio R. agradece a Dios y a todas las personas que rezaron por él, ya que ha obtenido el traslado laboral por el cual venía pidiendo desde hace bastante tiempo. Nos sumamos al agradecimiento.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, llega un especial agradecimiento al Señor y los que oraron, en nombre de Joaquín, el joven de 19 años con cáncer de testículo, que luego de tres meses de tratamiento ha sido controlado y los estudios son negativos.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, Felipe (autor de Pequeñas Semillitas”) agradece al Señor Jesús, a la Virgen de Lourdes, a San José y a San Juan Pablo II, que desde el primer día han sido sus fuentes de inspiración para esta página. Y también agradece a los miles de lectores, que son la razón de ser de este esfuerzo editorial cotidiano, a punto de entrar en su décimo octavo año de publicaciones diarias, con casi 5200 “semillitas” escritas y repartidas a todo el mundo.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
 
Un minuto para volar
Diciembre 25
El Niño Jesús es aparentemente débil, pero es mi seguridad, mi fuerza, mi roca. Él está conmigo y puede sostenerme de verdad. Por eso acepto compartir todo con él. Me hago yo también como un niño y acepto que venga a salvarme. Le hago lugar para que nazca en mi pesebre, para que vuelva a rescatar mi vida y me devuelva el sentido de todo lo que vivo.
(Mons. Víctor M. Fernández)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
AMDG
 
🕊

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.