martes, 6 de diciembre de 2022

Pequeñas Semillitas 5177

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5177 ~ Martes 6 de Diciembre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Y de pronto la vida te detiene, te sienta porque quiere hablar contigo, y no le has hecho caso.
Y te habla, te platica... Te recuerda cosas que tal vez habías olvidado.
Y te abraza... Y en ese abrazo te recuerda que tan solo has venido a vivir.
No a luchar, no a salvar, no a pagar ninguna deuda. Solo a vivir.
Pero no vivas solamente para ti. Vive también para los demás... y sentirás a Dios al lado tuyo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 40,1-11
 
Salmo: Sal 95,1-2.3.10ac.11-12.13-14
 
Santo Evangelio: Mt 18,12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos lanza un reto: «¿Qué os parece?» (Mt 18,12); ¿qué clase de misericordia practicas? Quizás nosotros, “católicos practicantes”, habiendo gustado muchas veces de la misericordia de Dios en sus sacramentos, estemos tentados a pensar que ya estamos justificados ante los ojos de Dios. Corremos el peligro de convertirnos inconscientemente en el fariseo que menosprecia al publicano (cf. Lc 18,9-14). Aunque no lo digamos en voz alta, quizás pensemos que estamos libres de culpa ante Dios. Algunos síntomas de que este orgullo farisaico echa raíces en nosotros pueden ser la impaciencia ante los defectos de los demás, o pensar que las advertencias nunca van para nosotros.
El “desobediente” profeta Jonás, un judío, se mantuvo inflexible cuando Dios mostró pena por los habitantes de Nínive. Yahvé reprochó la intolerancia de Jonás (cf. Jon 4,10-11). Aquella mirada humana ponía límites a la divina misericordia. ¿Acaso también nosotros ponemos límites a la misericordia de Dios? Hemos de prestar atención a la lección de Jesús: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36). Con toda probabilidad, ¡todavía nos queda un largo camino por recorrer para imitar la misericordia de Dios!
¿Cómo debiéramos entender la misericordia de nuestro Padre celestial? El Papa Francisco dijo que «Dios no perdona mediante un decreto, sino con un abrazo». El abrazo de Dios para con cada uno de nosotros se llama “Jesucristo”. Cristo manifiesta la misericordia paternal de Dios. En el capítulo cuarto del Evangelio de san Juan, Cristo no airea los pecados de la mujer samaritana. En lugar de ello, la divina misericordia cura a la Samaritana ayudándola a afrontar plenamente la realidad de su pecado. La misericordia de Dios es totalmente coherente con la verdad. La misericordia no es una excusa para tomarse rebajas morales. Sin embargo, Jesús debió haber provocado su arrepentimiento con mucha más ternura que la que sintió la mujer adúltera “herida por el amor” (cf. Jn 8,3-11). Nosotros también debemos aprender cómo ayudar a los demás a encararse con sus errores sin avergonzarles, con gran respeto hacia ellos como hermanos en Cristo, y con ternura. En nuestro caso, también con humildad, sabiendo que nosotros mismos somos “vasijas de barro”.
* Fr. Damien LIN Yuanheng (Singapore, Singapur)
 
Santoral Católico:
San Nicolás de Bari
Es un santo que goza de una extensa e intensa devoción popular. Nació en Petara, Asia Menor, a finales del siglo III. Después de repartir sus bienes a los pobres, ingresó en la vida monástica y llegó a regir un monasterio. Al regreso de un viaje a Tierra Santa, fue elegido obispo de Mira, en Licia (hoy Turquía). El año 325 suscribió en el Concilio de Nicea la fe en la divinidad de Cristo. En la persecución de Galerio fue encarcelado y torturado por su fidelidad a la fe católica. Murió en Mira a la edad de 65 años entre el 345 y el 350. Las leyendas del siglo VI lo presentan como gran taumaturgo. En el mundo anglosajón, su fiesta, en la que se obsequia especialmente a los niños, se celebra con el nombre de «Santa Claus». El año 1087 su cuerpo fue trasladado a la ciudad italiana de Bari.
Oración: Imploramos, Señor, tu misericordia y te suplicamos que, por la intercesión de tu obispo san Nicolás, nos protejas en todos los peligros, para que podamos caminar seguros por la senda de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“Todos los hombres temen la muerte de la carne, y pocos la del alma. Todos procuran que no llegue la muerte de la carne, que ciertamente ha de llegar algún día: por eso sufren. Se esfuerza para no morir, el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar, el hombre que ha de vivir eternamente. Y cuando se esfuerza para no morir, sin razón se esfuerza; pues puede diferir la muerte, pero no evitarla. En cambio, si no peca, no se esfuerza en vano, y vivirá para siempre".
(SAN JULIÁN DE TOLEDO)
 
Tema del día:
¿Me dejo educar?
 
1)  Para saber
“No hay escuela igual que un hogar decente y no hay maestro igual a un padre virtuoso”, esta frase de Mahatma Gandhi nos señala el lugar primordial que ocupa la familia para la transmisión de los valores.
 
Una cuestión decisiva, señala el Papa Francisco, es la educación para adquirir la actitud interior, que nos permita comprender los símbolos litúrgicos. Por ejemplo, la que imparten los padres y abuelos, o los párrocos y catequistas: “Muchos de nosotros aprendimos de ellos el poder de los gestos litúrgicos, como la señal de la cruz, el arrodillarse o las fórmulas de nuestra fe… podemos imaginar el gesto de una mano más grande que toma la pequeña mano de un niño y acompañándola lentamente mientras traza, por primera vez, la señal de nuestra salvación. El movimiento va acompañado de las palabras, también lentas: «En el nombre del Padre... y del Hijo... y del Espíritu Santo... Amén». Para después soltar la mano del niño y, dispuesto a acudir en su ayuda, ver cómo repite él solo ese gesto” (Carta 29 Junio 2022, n.47). A partir de ese momento, ese gesto nos pertenece o, mejor dicho, pertenecemos a ese gesto, somos formados por él.
 
No es necesario entender todo sobre esos gestos, dice el Papa, pues el Espíritu Santo obra en nosotros, solo se requiere ser dóciles como un niño ante su maestro.
 
2)  Para pensar
Hay una carta a su hija pequeña del escritor Francis Scott Fitzgerald, quien es autor de obras como "El gran Gatsby". En ella procura darle unos consejos para la vida. Su hija guardó siempre esa carta, que publicó años después.
 
En la carta le manifiesta su interés por sus tareas, y le expresa su convicción en vivir las virtudes. Le señala en qué cosas debe preocuparse y de cuáles no: Cosas de las cuales preocuparse: por el coraje, por la limpieza, por la eficiencia... Cosas de las que no hay que preocuparse: por la opinión general, por las muñecas. No te preocupes por el pasado, ni por el futuro. No te preocupes por el crecimiento, ni si alguien te saca ventaja. No te preocupes por la victoria, ni por la derrota. No te preocupes por los mosquitos, ni por las moscas. No te preocupes por los insectos en general. No te preocupes por tus padres. No te preocupes por los varones, ni por las decepciones. No te preocupes por los placeres, ni por las satisfacciones.
 
En cambio, le dice las cosas en las cuales ha de pensar: ¿Qué es lo que realmente estoy buscando? ¿De verdad entiendo a la gente y soy capaz de llevarme bien con ella?
 
Pensemos si procuramos educar los verdaderos valores con nuestro ejemplo y palabras.
 
3)  Para vivir
En la educación ocupa una parte esencial la actitud del que aprende. El Espíritu Santo siempre está dispuesto a dar sus lecciones, pero es preciso estar dispuesto a seguirlas. Para ello se requiere ser como niños: abiertos a lo que se les enseña. Un peligro es la soberbia de quien no está dispuesto a que le digan lo que debe hacer.
 
El Papa Francisco señala la importancia de ser introducidos desde niños al lenguaje simbólico, lo cual es una riqueza al permitirnos trascender lo inmediato y llevarnos a un plano espiritual. Un tesoro del que no podemos permitir que nos lo roben. Es de desear que vivamos con esa actitud humilde para aprender.
(Pbro. José Martínez Colín)
 
”Pequeñas Semillitas” por email
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com   
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
También pueden difundir “Pequeñas Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes, como Facebook, Twitter, etc.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
La vida es un continuo fluir, está llena de encrucijadas, de rutas secundarias y de vueltas repentinas.
Vivir es viajar, y el espacio navegable nos atrae. Deseamos seguir el camino o el río para descubrir lo que nos aguarda tras la próxima curva y más allá de la próxima elevación. El simple hecho de que existan parece indicarnos que debemos seguirlos.
Nadie ha vivido nuestras vidas antes que nosotros. En este momento nos encontramos en un espacio y en un tiempo que nunca han sido transitados.  Muchos hechos del pasado nos han preparado para este momento, y quizás sintamos con frecuencia como si siguiésemos un camino preparado exclusivamente para nosotros; sin embargo, otras veces nos sentimos atados a la nariz del cohete, precipitándonos en un espacio en el que nadie ha estado jamás.
Pero hay ocasiones (que quisiéramos fuesen más frecuentes) en las que nos sentimos uno mismo con nuestra ruta, incuestionablemente inmersos en nuestras vidas. Esta es la situación que preferimos; cuando el río que nos lleva por la vida simplemente fluye.
Me esforzaré en aceptar mi vida, pues me lleva hacia donde necesito estar.
 
Un minuto para volar
Diciembre 6
Gracias Señor. Son tantas cosas buenas las que recibo de tu amor. Cada latido del corazón, cada vez que respiro, cada rayo de luz. Hay tanto para estar agradecido. Me has liberado muchas veces, aunque yo no me diera cuenta, me has acompañado cada día, y ahora estoy vivo. Me pusiste en esta tierra porque amas mi vida. Gracias. Yo sé que necesito darte gracias, porque la gratitud me sana, me libera, me estimula, me ilumina el alma. Dar gracias me mantiene joven y alimenta mi esperanza. ¡Gracias Señor!
(Mons. Víctor M. Fernández)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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