jueves, 10 de marzo de 2022

Pequeñas Semillitas 4931

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 4931 ~ Jueves 10 de Marzo de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jamás te compares con nadie, ni a su favor ni en contra; cada cual recibe de la vida lo que ha merecido y cosecha lo que ha sembrado. Oriéntate a lograr lo mejor de ti mismo y de tu vida; cada cual tiene una diferente misión para cumplir y lo que hace felices a unos puede ser la infelicidad para otros; concéntrate sólo en sus ventajas y beneficios.
Que vivas una Cuaresma edificante en lo espiritual.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ester 14,1.3—5.12-14
 
Salmo: Sal 137 ,1-2a.2bc.3.7c-8
 
Santo Evangelio: Mt 7,7-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender la vida cristiana sin relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los cristianos nos encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos abre las puertas de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo. Por esto, la vida cristiana es una continua petición y búsqueda: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.
Al mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de carne: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se encuentra en el Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10). Por tanto, no podemos pedir en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie desea un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los demás.
Hay quien se queja de que Dios no le escucha, porque no ve los resultados de manera inmediata o porque piensa que Dios no le ama. En casos así, no nos vendrá mal recordar este consejo de san Jerónimo: «Es cierto que Dios da a quien se lo pide, que quien busca encuentra, y a quien llama le abren: se ve claramente que aquel que no ha recibido, que no ha encontrado, ni tampoco le han abierto, es porque no ha pedido bien, no ha buscado bien, ni ha llamado bien a la puerta». Pidamos, pues, en primer lugar, a Dios que haga bondadoso nuestro corazón como el de Jesucristo.
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Macario
Obispo
Fue obispo de Jerusalén del año 313 al 334, más o menos, o sea, en el tiempo en que se inauguró la "paz constantiniana" y se procedió a la construcción cristiana de la Tierra Santa. A petición suya, Constantino el Grande y su madre santa Elena sacaron a la luz el área del Calvario, y construyeron la basílica del Santo Sepulcro y de la Resurrección, recogieron reliquias sagradas e hicieron otras excavaciones y construcciones. Recibió a santa Elena y con ella estuvo en la invención de la Santa Cruz. Por otra parte, se opuso al arrianismo y participó en el Concilio de Nicea el año 325.
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© Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“Estamos en el tiempo de Cuaresma: tiempo de penitencia, de purificación, de conversión. No es tarea fácil. El cristianismo no es camino cómodo: no basta estar en la Iglesia y dejar que pasen los años. En la vida nuestra, en la vida de los cristianos, la conversión primera —ese momento único, que cada uno recuerda, en el que se advierte claramente todo lo que el Señor nos pide— es importante; pero más importantes aún, y más difíciles, son las sucesivas conversiones."
(San Josemaría Escrivá)
 
Tema del día:
Oración a Nuestra Señora de América
 
Cardenal Eduardo Pironio
Virgen de la esperanza, Madre de los pobres, Señora de los que peregrinan: óyenos.
 
Hoy te pedimos por América, el continente que tú visitas, con los pies descalzos, ofreciéndole la riqueza del Niño que aprietas en tus brazos. Un niño pobre, que nos hace ricos. Un niño esclavo, que nos hace libres.
 
Virgen de la esperanza: América despierta. Sobre sus cerros despunta la luz de una mañana nueva.
 
Es el día de la salvación que ya se acerca.  Sobre los pueblos que marchaban en tinieblas, ha brillado una gran luz. Esa luz es el Señor que tú nos diste, hace mucho, en Belén, a medianoche. Queremos caminar en la esperanza.
 
Madre de los pobres hay mucha miseria entre nosotros.
 
Falta el pan material en muchas casas.
 
Falta el pan de la verdad en muchas mentes.
 
Falta el pan del amor en muchos hombres.
 
Falta el Pan del Señor en muchos pueblos.
 
Tú conoces la pobreza y la viviste. Danos alma de pobres para ser felices. Pero alivia la miseria de los cuerpos y arranca del corazón de tantos hombres el egoísmo que empobrece.
 
Señora de los que peregrinan:
 
Somos el Pueblo de Dios en América.
 
Somos la Iglesia que peregrina hacia la Pascua.
 
Que los obispos tengan un corazón de padre.
 
Que los sacerdotes sean los amigos de Dios para los hombres.
 
Que los religiosos muestren la alegría anticipada del Reino de los Cielos.
 
Que los laicos sean ante el mundo testigos del Señor resucitado.
 
Y que caminemos juntos con todos los hombres y mujeres, compartiendo sus angustias y esperanzas Que los pueblos de América vayan avanzando hacia el progreso por los caminos de la paz en la justicia.
 
Nuestra Señora de América: ¡Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza, peregrina con nosotros, hacia el Padre! Amén.
(Cardenal Eduardo Pironio / 1920-1998)
 
Cuarenta días para acercarnos a Jesús
La oración de petición
I. Pedir y dar; eso es la mayor parte de nuestra vida y de nuestro ser. Al pedir nos reconocemos necesitados. Al dar podemos ser conscientes de la riqueza sin término que Dios ha puesto en nuestro corazón. Lo mismo nos ocurre con Dios. Gran parte de nuestras relaciones con Él están definidas por la petición; el resto, por el agradecimiento. Pedir nos hace humildes. Además, damos a nuestro Dios la oportunidad de mostrarse como Padre. No pedimos con egoísmo, ni llenos de soberbia, ni con avaricia, ni por envidia. Debemos examinar en la presencia los verdaderos motivos de nuestra petición. Le preguntaremos en la intimidad de nuestra alma si eso que hemos solicitado nos ayudará a amarle más y a cumplir mejor su Voluntad. La primera condición de toda petición eficaz es conformar primero nuestra voluntad con la Voluntad de Dios, y así habremos dado un paso muy importante en la virtud de la humildad.
 
II. Jesús nos oye siempre: también cuando parece que calla. Quizá es entonces cuando más atentamente nos escucha; quiere que le pidamos confiadamente, sin desánimo, con fe. Pero no basta pedir; hay que hacerlo con perseverancia, sin cansarnos, para que la constancia alcance lo que no pueden nuestros méritos. Dios ha previsto todas las gracias y ayudas que necesitamos, pero también ha previsto nuestra oración. Pedid y se os dará... llamad y se os abrirá. Y recordamos ahora nuestras muchas necesidades personales y las de aquellas personas que viven cerca de nosotros. No nos abandona el Señor.
 
III. Si alguna vez no se nos concedió algo que pedimos confiadamente, es que no nos convenía: ¡Él sí que sabe lo que nos conviene! Esa oración que hicimos con tanta insistencia habrá sido eficaz para otros bienes, o para otra ocasión más necesaria. Para que nuestra petición sea atendida con más prontitud, podemos solicitar las oraciones de otras personas cercanas a Dios: “Después de la oración del Sacerdote y de las vírgenes consagradas, la oración más grata a Dios es la de los niños y la de los enfermos” (San Josemaría Escrivá, Camino). También pedimos a nuestro Ángel Custodio que interceda por nosotros. Finalmente tenemos el camino para que nuestras peticiones lleguen con prontitud ante la presencia de Dios: Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra. A Ella acudimos ahora y siempre.
(Francisco Fernández Carvajal)
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com    
A todos los que las reciben, los invito a que las compartan reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hay unas claras notas de distinción entre el placer y la felicidad:
La felicidad tiene vocación de permanencia; el placer, no. El placer suele ser fugaz; la felicidad es duradera.
El placer afecta a un pequeño sector de nuestra corporalidad, mientras que la felicidad afecta a toda la persona.
El placer se agota en sí mismo y acaba creando una adicción que lleva a que las circunstancias estrechen más aún la propia libertad; la felicidad, no.
Los placeres, por sí solos, no garantizan felicidad alguna; necesitan de un hilo que los una, dándoles un sentido.
Las satisfacciones momentáneas e invertebradas desorganizan la vida, la fragmentan, y acaban por atomizarla.
La felicidad se presenta ante nosotros con leyes propias, con esa terquedad serena con que presenta, una vez y otra, la inquebrantable realidad.
 
Un minuto para volar
Marzo 10
Si defiendes tu dignidad con paz interior y sin odio, eso sería una buena causa. En cambio, si la defiendes por venganza, para descargar tu rencor y tu orgullo herido, terminarás arruinando tu propia vida. Tú eliges de qué manera la harás, pero necesitas invocar al Señor para que sane tu interior de todo mal espíritu.
(Mons. Víctor M. Fernández)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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2 comentarios:

  1. Exc todo el contenido como siempre. Profundiza nuestro conocimiento en materia,religiisa y contribuye a aumentar nuestra fe. Gs.bendiciones
    Marta d Córdoba. Argentina

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  2. Muchas gracias Marta por tus palabras tan generosas...
    Y también muchas gracias por tu cercanía con "Pequeñas Semillitas" desde hace tantos años.
    Un abrazo y bendiciones.
    Felipe

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