jueves, 1 de julio de 2021

Pequeñas Semillitas 4714

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4714 ~ Jueves 1 de Julio de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Durante la oración construyo una conciencia cada vez mayor de la presencia de Dios en mí. Esta conciencia de Dios dentro de mí aumenta mi percepción de Dios en el prójimo.
Percibo una esperanza en situaciones donde había creído que no había ninguna. Observo un carácter sagrado en otras personas, cualquiera sea su personalidad o su estado de ánimo.
Consciente de la belleza en mi mundo, avivo en mí la alegría de vivir. El estímulo que recibe mi imaginación me motiva para fijarme nuevas metas.
Como soy sensible a los sentimientos ajenos, escucho con amor y percibo el gozo, la preocupación o la soledad que está más allá de las palabras que otros pronuncian. Me regocijo con su gozo y oro con ellos para que todas sus necesidades queden satisfechas.
Tengo conciencia de que Dios está presente en mí y a mí alrededor.
 
¡Buenos días María!
En estos tiempos tan difíciles, Dios no deja a sus hijos sin asistencia, sino que nos envía a María, la Virgen fiel, para protegernos y consolarnos en todo momento. No perdamos tiempo y vayamos urgentemente a Ella, porque María es como el arca de Noé, en donde entraban todos los que debían salvarse del diluvio. Ahora, el que quiera salvarse de los castigos y calamidades que sobrevendrán al mundo, debe entrar en esta Arca que es el Corazón Inmaculado de María, refugio que Ella misma nos ha preparado para ser resguardados y salvados, y esperar en él los tiempos nuevos, el cielo nuevo y la nueva tierra donde reinará el amor de Dios. No dejemos pasar más tiempo y consagrémonos a la Virgen cuanto antes, para saborear ya desde esta tierra las dulzuras del Paraíso, que está contenido en el Corazón de María. La Virgen, en todas sus apariciones nos pide esta urgente consagración, antes de que sea demasiado tarde.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Génesis 22,1-19
 
Salmo: Sal 115 (113B) 1-2.3-4.5-6.8-9
 
SANTO EVANGELIO: Mt 9,1-8
En aquel tiempo, subiendo a la barca, Jesús pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados». Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Éste está blasfemando». Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados —dice entonces al paralítico—: ‘Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
 
Comentario:
Hoy encontramos una de las muchas manifestaciones evangélicas de la bondad misericordiosa del Señor. Todas ellas nos muestran aspectos ricos en detalles. La compasión de Jesús misericordiosamente ejercida va desde la resurrección de un muerto o la curación de la lepra, hasta perdonar a una mujer pecadora pública, pasando por muchas otras curaciones de enfermedades y la aceptación de pecadores arrepentidos. Esto último lo expresa también en parábolas, como la de la oveja descarriada, la didracma perdida y el hijo pródigo.
El Evangelio de hoy es una muestra de la misericordia del Salvador en dos aspectos al mismo tiempo: ante la enfermedad del cuerpo y ante la del alma. Y puesto que el alma es más importante, Jesús comienza por ella. Sabe que el enfermo está arrepentido de sus culpas, ve su fe y la de quienes le llevan, y dice: «¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados» (Mt 9,2).
¿Por qué comienza por ahí sin que se lo pidan? Está claro que lee sus pensamientos y sabe que es precisamente esto lo que más agradecerá aquel paralítico, que, probablemente, al verse ante la santidad de Jesucristo, experimentaría confusión y vergüenza por las propias culpas, con un cierto temor a que fueran impedimento para la concesión de la salud. El Señor quiere tranquilizarlo. No le importa que los maestros de la Ley murmuren en sus corazones. Más aun, forma parte de su mensaje mostrar que ha venido a ejercer la misericordia con los pecadores, y ahora lo quiere proclamar.
Y es que quienes, cegados por el orgullo se tienen por justos, no aceptan la llamada de Jesús; en cambio, le acogen los que sinceramente se consideran pecadores. Ante ellos Dios se abaja perdonándolos. Como dice san Agustín, «es una gran miseria el hombre orgulloso, pero más grande es la misericordia de Dios humilde». Y en este caso, la misericordia divina todavía va más allá: como complemento del perdón le devuelve la salud: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa» (Mt 9,6). Jesús quiere que el gozo del pecador convertido sea completo.
Nuestra confianza en Él se ha de afianzar. Pero sintámonos pecadores a fin de no cerrarnos a la gracia.
* Rev. D. Francesc NICOLAU i Pous (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Oliverio Plunkett
Obispo y Mártir
Nació en Irlanda el año 1625. Estudió en Roma y, ordenado de sacerdote en 1654, continuó allí como profesor del seminario de Propaganda Fide y Agente de los obispos irlandeses. En 1669 fue elegido arzobispo de Armagh y primado de Irlanda. Reconstruyó y reorganizó la Iglesia irlandesa, tan castigada en los años precedentes. En 1673 tuvo que pasar a la clandestinidad. Cuando las circunstancias lo permitieron, reemprendió su labor apostólica. Poco después lo detuvieron y lo acusaron falsamente de participar en una conspiración. Lo trasladaron a Londres y lo condenaron por traidor y por difundir el catolicismo. Fue ahorcado y descuartizado en la plaza de Tyburn de Londres el año 1681, en tiempo del rey Carlos II.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
"Del mismo modo que no puede haber primavera
sin los fríos rigores del invierno que la antecede;
del mismo modo que la gloria de una salida del sol
no sería nada si no rompiera la oscuridad de la noche;
así el dolor del sufrimiento tiene que preceder al triunfo de la nueva vida".
 
Historias:
La madre que no quiso morir
Una mujer joven se moría... Casada con un médico, ni este ni los más especializados compañeros de profesión que habían acudido a examinar a la enferma, encontraban recursos en la ciencia con que poder curarla.
 
Resignado el marido, atendió la petición de la enferma: «¡Que venga un sacerdote!»
 
Y el sacerdote acudió al domicilio que se le había indicado, y encontró junto al lecho de la paciente al marido y los dos hijos que del matrimonio habían nacido. El mayor contaba tres años y el menor de los niños tenía poco más del año.
 
Se retiró el doctor con sus hijos, para que confesara la enferma...
 
Cuando el sacerdote preguntó a esta si aceptaba la muerte, la joven madre, cobrando energías, contestó:
-¡Padre, no quiero morir...!
 
Y se echó a llorar, diciendo:
-No por mí, sino por mis hijos y mi marido.
 
Calmada luego, exclamó:
-¡Hágase la voluntad de Dios! Pero... quiera Dios librarme de la muerte. ¡Se lo pido con toda mi alma!
 
Entonces, el confesor le dijo:
-Ponga usted por intercesora a la Santísima Virgen, que Ella es Madre y sabrá comprenderla como nadie... ¡Y ella todo lo puede cercana de Dios!
 
Y sacando del libro de oraciones una estampa de las tres Avemarías y una novena, se las dio a la enferma, indicando:
-He aquí una devoción muy eficaz. Comience hoy mismo a rezar las tres Avemarías, y juntos  usted con su marido y sus niños, invoquen a María, Omnipotencia Suplicante, Madre de la Sabiduría infinita y Madre nuestra de Misericordia. ¡Pongámoslo así todo en sus manos!
 
Tres días más tarde, el marido acudió a la iglesia preguntando por el sacerdote que había confesado a su mujer, y al verle éste se apresuró a decirle:
-¿Qué pasa, doctor? ¿Cómo sigue la enferma?
 
Y el médico, con irreprimible emoción, le contestó:
-¡Padre, milagro de la Virgen! Mi mujer, inexplicablemente, está fuera de peligro y en franca mejoría.
 
Y, serenándose, añadió:
-Tan pronto salió usted de mi casa el otro día, pusimos en práctica su consejo, y dimos comienzo al rezo de las tres Avemarías; arrodillados mi hijo mayor y yo, y en pie, a la cabecera de la cama de su madre, el pequeñín... ¡Y con qué fervor las rezamos, Padre! Igual hicimos el segundo día y hoy por la mañana... Y esta tarde advertí, con asombro, que la fiebre casi había desaparecido... Y al llegar mis compañeros a efectuar su diaria visita, se sorprendieron igualmente del cambio producido, que no tenía explicación científica... ¡Se ha curado! Ofrezca mañana, Padre, la Santa Misa en acción de gracias a Dios y a Nuestra Señora de las tres Avemarías.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hellen Keller, a los dos años de edad, sufrió un ataque de fiebre cerebral y quedó sorda y ciega para toda la vida. Pero ella no se desanimó y aprendió a leer y escribir y realizó estudios superiores. Fundó 50 escuelas para ciegos y escribió libros que se han traducido a 50 idiomas. A sus 77 años, todavía seguía dando conferencias y ayudando a sordos y ciegos del mundo entero. Y decía: “He luchado para descubrirme a mí misma una razón para vivir y un campo en el que pudiera ser útil. Yo creo que podemos ser felices aquí y ahora, si cumplimos fielmente nuestro deber. Hasta la más humilde ocupación es un arte, si encierra esfuerzo y amor por los demás”.
Si ella pudo ser feliz y ser útil a tantos seres humanos ¿por qué tú, que ves y oyes, no puedes serlo? Tú eres una persona única en el mundo. Tú no eres fotocopia. Lucha contra tu sentido de inutilidad o de derrota, libérate de la autocompasión. No te des por vencido, siempre hay algo que hacer por los demás. Y tú puedes ser feliz, haciendo felices a los demás.
 
Cambio de correo electrónico
 
Se avisa a los lectores que reciben “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico a través de Hotmail, Live u Outlook, que en fecha próxima no enviaremos más a dichos correos porque nos ocasionan problemas, por lo que sugerimos que procuren tener otra dirección (por ejemplo en Gmail, que son gratis y funcionan bien) y nos la informen para hacer el cambio. Muchas gracias.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Julio 1
Solo pedimos por amor a Dios, que prueben a san José en sus necesidades, y verán por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca. Santa Teresa acompaña nuestra oración con tu fe inquebrantable en este Santo, para que nos de la alegría de socorrernos en los momentos difíciles. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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