martes, 20 de julio de 2021

Pequeñas Semillitas 4733

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4733 ~ Martes 20 de Julio de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Don Bosco solía enseñar a los jóvenes evitar la conversación obscena. Una palabra, un gesto, una broma basta para enseñar la malicia a uno o más niños, los cuales habiendo vivido hasta entonces como inocentes corderos, a causa de aquellas conversaciones y malos ejemplos pierden la gracia de Dios y se vuelven infelices esclavos del demonio.
También San Pablo en su carta a los Efesios se refiere al mismo tema cuando dice: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan” (Ef 4:29)
No se trata de ser obsesivos en un puritanismo a ultranza, pero tampoco hay que caer en la vulgaridad del lenguaje que actualmente oímos cotidianamente en los medios audiovisuales (radio, TV, cine) donde se dice cualquier barbaridad sin el menor pudor ni respeto.
 
¡Buenos días María!
Nosotros creemos que somos los más interesados en nuestra salvación, pero esto no es así, sino que Jesús y María son los más interesados en que nosotros nos salvemos. Por eso confiemos a María nuestra salvación. No quiere decir con ello que nos quedemos inertes, sino que pongamos todo lo necesario para salvarnos, pero confiando siempre en la Virgen y pidiéndole su ayuda, y consagrándonos a Ella, ya que esto es un seguro de salvación, puesto que si somos de María, Ella no permitirá que le seamos arrebatados de su Corazón Inmaculado. Si María está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Porque Ella es la Obra Maestra de Dios y tiene a toda la creación bajo sus pies, y es solo inferior a Dios, y que esto nos lo diga todo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Éxodo 14,21-41.15,1
 
Salmo: Éxodo 15,8-9.10.12.17
 
SANTO EVANGELIO: Mt 12,46-50
En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte». Pero Él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio se nos presenta, de entrada, sorprendente: «¿Quién es mi madre?» (Mt 12,48), se pregunta Jesús. Parece que el Señor tenga una actitud despectiva hacia María. No es así. Lo que Jesús quiere dejar claro aquí es que ante sus ojos —¡ojos de Dios!— el valor decisivo de la persona no reside en el hecho de la carne y de la sangre, sino en la disposición espiritual de acogida de la voluntad de Dios: «Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre’» (Mt 12,49-50). En aquel momento, la voluntad de Dios era que Él evangelizara a quienes le estaban escuchando y que éstos le escucharan. Eso pasaba por delante de cualquier otro valor, por entrañable que fuera. Para hacer la voluntad del Padre, Jesucristo había dejado a María y ahora estaba predicando lejos de casa.
Pero, ¿quién ha estado más dispuesto a realizar la voluntad de Dios que María? «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Por esto, san Agustín dice que María, primero acogió la palabra de Dios en el espíritu por la obediencia, y sólo después la concibió en el seno por la Encarnación.
Con otras palabras: Dios nos ama en la medida de nuestra santidad. María es santísima y, por tanto, es amadísima. Ahora bien, ser santos no es la causa de que Dios nos ame. Al revés, porque Él nos ama, nos hace santos. El primero en amar siempre es el Señor (cf. 1Jn 4,10). María nos lo enseña al decir: «Ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,48). A los ojos de Dios somos pequeños; pero Él quiere engrandecernos, santificarnos.
* P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Apolinar de Rávena
Obispo y Mártir
Son muy pocas las noticias históricas que tenemos sobre la vida y actividad de este santo. Según la tradición parece que, a finales del siglo II, gobernó como obispo la Iglesia de Classe cerca de Ravena, en la región de Flaminia (Italia), dando a conocer entre los paganos las inescrutables riquezas de Cristo, y fue honrado con el honor del eximio martirio. Marchó hacia el Señor un día 23 de julio, sin que podamos precisar el año.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Fiesta del Divino Niño
En el barrio “20 de Julio” de Bogotá (Colombia) se encuentra un gran santuario en honor al Divino Niño Jesús, devoción que se ha expandido por muchos países del mundo. En la actualidad no existe lugar donde su imagen no esté expuesta en parroquias, capillas, iglesias o casas.
Esta advocación está unida a la labor pastoral del P. Juan del Rizzo, salesiano italiano y misionero en Colombia.
Para más información hacer clic acá.
* Aciprensa
 
Pensamientos del día
🌸 “Necesito de alguien, que venga a luchar a mi lado sin ser llamado. Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme las verdades que no quiero oír, aun sabiendo que puedo irritarme. Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: ¡LA AMISTAD!”
(Charlie Chaplin)
 
🌸 “El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente nada hay en el mundo más noble y raro que una amistad verdadera.”
(Oscar Wilde)
 
🌸 “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas.”
(Aristóteles)
 
Tema del día:
Tener un amigo: ese valioso privilegio
Recorro con la memoria, especialmente hoy, casi en una calidad de análisis, todos los seres que han pasado a lo largo de mi vida y que de alguna forma me han tocado de cerca.
 
Algunos ya no están. Otros todavía me acompañan.
 
Muchos, fueron aves de paso, gente que ha estado cerca de mí, que ha trabajado ocasionalmente conmigo, que ha transitado por el mismo sendero pero sin significar un apego, gente que ha caminado por los mismos lugares que yo, que tal vez he mirado o me ha mirado o me ha saludado o he visto o he compartido algo por una cuestión de trabajo u otras circunstancias, personas que han estado en el mismo lugar que yo, pero que no he vuelto a ver.
 
En fin, cientos, miles quizá, en esa casi diría, ya larga existencia que voy teniendo en este mundo.
 
Y todos de una u otra forma me han dejado algo, que hace que permanezcan en mi memoria y seguramente yo he dejado algo en cada uno de ellos, por lo que no me olvidan. Y también seguramente han generado ese afecto que hace que sigan vigentes.
 
Pero, considerando la fecha que corre, vale mencionar a aquellos que han calado muy hondo, que han impreso una huella en mí, que están siempre presentes, lejos o cerca, y con los que he compartido mi vida.
 
Esos son mis amigos.
Esas son mis amigas.
Esas personas tienen ese valioso privilegio de permanecer a través del tiempo tal y como las encontramos y que amo y me aman.
 
Son los y las que me escuchan con paciencia.
Que me cuidan.
Que se preocupan por mí, por mi salud, por dónde o cómo estoy.
Que tienden su mano desinteresadamente y sin condiciones.
Que me abrazan aún a la distancia.
Que secan mis lágrimas y comparten mis penas y alegrías.
Que cuidan mis espaldas.
Que me retan cuando es preciso.
Que me aconsejan.
Que oran por mí si me saben mal.
Que nunca me juzgan y que me defienden si es necesario.
Que me prestan su hombro y que me ayudan a vivir y a darme cuenta que con gente así cerca de mí, la vida vale la pena.
 
A esas personas les devuelvo en bienaventuranzas todo lo que hacen por mí y actúo de igual forma con ellas, porque son mis amigos, mis amigas porque me han acompañado y me acompañan y valen oro.
 
Por eso, hoy, especialmente, los bendigo desde lo más profundo de mi corazón y les deseo lo mejor en la vida.
 
Porque se lo merecen
Porque son íntegros y leales.
Porque como diría mi abuela… son de una sola pieza.
 
Gracias Dios mío por haberme permitido hallarlos, tenerlos, quererlos y conservarlos
Feliz Día del Amigo… Para todos y cada uno…
* Autora: Zulema Josefina Funes
Lectora y amiga de “Pequeñas Semillitas"
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Un anciano viendo cercana su muerte, habló así a sus tres hijos:
—No puedo dividir en tres lo que poseo. Es tan poco que perjudicaría a todos. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de ustedes. Tómenla. El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa, se quedará con toda la herencia. Se fueron. El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad. El segundo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior. El tercer hijo -que consiguió la herencia- sólo compró una pequeña vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.
El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y la palabra. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes aunque parezcan restringidas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas. Deseo que “hagas brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti”.
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com   
Por razones técnicas no suscribimos correos de Hotmail, Live u Outlook. Los que utilizan esos servidores, procuren tener un correo alternativo (puede ser en Gmail que es gratis y funciona bien) para suscribirse con ese.
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Julio 20
Glorioso san José, te pedimos seas el defensor de todos los que sufren angustias y adversidades, y acompáñalos en el camino para que tengan el consuelo de saberse hijos de Dios. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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