sábado, 19 de octubre de 2019

Pequeñas Semillitas 4144

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4144 ~ Sábado 19 de Octubre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Nuestras mejores obras deben llevar el sello del amor. Porque si las hacemos con amor, las obras, por pequeñas e insignificantes que sean, tendrán un gran valor para Dios y para la salvación de las almas. En cambio si hacemos grandes obras, pero sin poner amor a Dios, entonces no servirán para nada. Es que si hacemos algo por los demás para recibir algo a cambio, nuestra motivación no es la de Cristo.
Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a darnos cuenta de nuestros momentos de egoísmo para saber y poder evitarlos. Y siempre obremos con amor.

¡Buenos días!
Amabilidad
Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles sentimientos, honrado, servicial, respetuoso con todos, amable, generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad que generan en los demás, aprecio, admiración y simpatía.

Sean amables y generosos, que nadie acuda a ustedes sin irse mejor y más contento. Sean la expresión viva de la amabilidad de Dios: amabilidad en el rostro, amabilidad en los ojos, amabilidad en la sonrisa, amabilidad en la manera de saludar de ustedes. Entre los pobres, nosotros somos la amabilidad de Dios hacia los pobres. Regalen siempre una sonrisa gozosa a los pobres, a los niños, a todos los que sufren y se encuentran solos. No les den sólo sus cuidados, sino también su corazón (Madre Teresa de Calcuta).

¡Cuánta luz, cuánta bondad, cuánto apoyo puedes dar cada día! Dios te necesita para esta tarea de buen samaritano. Él te da sus dones para que los irradies con un corazón generoso. Que hoy seas instrumento de su misericordia. Hasta mañana.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Rom 4, 13. 16-18

Salmo: Sal 104, 6-9. 42-43

Santo Evangelio: Lc 12,8-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
»Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir».

Comentario:
Hoy, el Señor despierta nuestra fe y esperanza en El. Jesús nos anticipa que tendremos que comparecer ante el ejército celestial para ser examinados. Y aquel que se haya pronunciado a favor de Jesús adhiriéndose a su misión «también el Hijo del hombre se declarará por él» (Lc 12,8). Dicha confesión pública se realiza en palabras, en actos y durante toda la vida.
Esta interpelación a la confesión es todavía más necesaria y urgente en nuestros tiempos, en los que hay gente que no quiere escuchar la voz de Dios ni seguir su camino de vida. Sin embargo, la confesión de nuestra fe tendrá un fuerte seguimiento. Por tanto, no seamos confesores ni por miedo de un castigo —que será más severo para los apóstatas— ni por la abundante recompensa reservada a los fieles. Nuestro testimonio es necesario y urgente para la vida del mundo, y Dios mismo nos lo pide, tal como dijo san Juan Crisóstomo: «Dios no se contenta con la fe interior; Él pide la confesión exterior y pública, y nos mueve así a una confianza y a un amor más grandes».
Nuestra confesión es sostenida por la fuerza y la garantía de su Espíritu que está activo dentro de nosotros y que nos defiende. El reconocimiento de Jesucristo ante sus ángeles es de vital importancia ya que este hecho nos permitirá verle cara a cara, vivir con Él y ser inundados de su luz. A la vez, lo contrario no será otra cosa que sufrir y perder la vida, quedar privado de la luz y desposeído de todos los bienes. Pidamos, pues, la gracia de evitar toda negación ni que sea por miedo al suplicio o por ignorancia; por las herejías, por la fe estéril y por la falta de responsabilidad; o porque queramos evitar el martirio. Seamos fuertes; ¡el Espíritu Santo está con nosotros! Y «con el Espíritu Santo está siempre María (…) y Ella ha hecho posible la explosión misionera producida en Pentecostés» (Papa Francisco).
Fr. Alexis MANIRAGABA (Ruhengeri, Ruanda)

Santoral Católico:
San Pablo de la Cruz
Presbítero y Fundador
[Murió el 18 de octubre y su memoria se celebra el 19 del mismo mes]. Nació en Ovada (Liguria, Italia) el año 1694. De joven fue soldado y ayudó a su padre en su profesión de mercader. Movido por el deseo de perfección, renunció a todo y comenzó a servir a pobres y enfermos, a la vez que se mortificaba con duras penitencias. En 1720 el obispo de Alessandria lo revistió de la túnica negra de los ermitaños, y se retiró a Castellazzo. Ordenado de sacerdote en Roma el año 1727, trabajó con intensidad creciente por la salvación de las almas, fundando casas de su congregación, en la que se conciliaba la vida eremítica con la predicación apostólica. Fue misionero popular, director de almas, propagador de la devoción a la Pasión del Señor. En una sociedad escéptica como la suya, volvió a poner en primer plano el misterio de la Cruz. En 1771 se abrió la primera casa de las religiosas pasionistas. Murió en Roma el 18 de octubre de 1775.
Oración: Concédenos, Señor, que san Pablo de la Cruz, cuyo único amor fue Cristo crucificado, nos alcance tu gracia, para que, estimulados por su ejemplo, nos abracemos con fortaleza a la cruz de cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Santo Padre Pío 
"Prometo decir al Señor cuando me llame:
Señor, yo me quedo a la puerta del paraíso.
¡Entraré cuando haya visto entrar
al último de mis hijos espirituales!"

Poesía
Oración al Cristo Crucificado
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver Tu cuerpo tan herido,
muéveme Tus afrentas y Tu muerte.

Muéveme, en fin, Tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo Te amara,
y aunque no hubiera infierno, Te temiera.

No me tienes que dar porque Te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que Te quiero Te qusiera.
(Santa Teresa)

Humor de sábados
El nuevo gerente
Una empresa entendió que había llegado el momento de cambiar el estilo de gestión y contrató un nuevo gerente general.
El nuevo gerente vino con la determinación de hacer cambios y volver a la empresa más productiva. El primer día, acompañado por sus principales colaboradores, hizo una inspección en la empresa.
En la planta todos estaban trabajando, pero un muchacho estaba recostado contra la pared con las manos en los bolsillos. Viendo una buena oportunidad para dejar bien clara su filosofía de trabajo, el nuevo gerente le preguntó al joven:
- ¿Cuánto gana usted por mes?
- Seis mil pesos, señor, ¿por qué? - respondió el muchacho sin saber de qué se trataba.
El gerente sacó $6000 del bolsillo y se los entregó al joven, diciendo:
- Aquí está el sueldo de este mes. ¡Ahora desaparezca y no vuelva nunca más!
El joven guardó el dinero y se fue, de acuerdo a las órdenes recibidas.
El gerente entonces, orgulloso, pregunta a un grupo de operarios:
- ¿Alguno de ustedes puede decirme qué hacía ese joven?
- Sí, señor -respondieron atónitos los operarios- Vino a entregar una pizza...
Moraleja:
Hay personas que tienen tantas ganas de mandar, que se olvidan de pensar.

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  info@pequesemillitas.com
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
  
Un minuto con María
La santa devoción revelada por la Santísima Virgen María a santa Matilde (1241-1298) consiste esencialmente en rezar, todos los días, tres avemarías para agradecer a las Tres Personas de la Santísima Trinidad por los admirables privilegios de poder, sabiduría y misericordia concedidos a nuestra Madre divina y para obtener, por su intercesión, la inmensa gracia de la buena muerte (la perseverancia final).
Cada uno debe esforzarse por decir fervorosamente estas tres avemarías todos los días de su vida, tanto como sea posible, sin fallar nunca por su culpa o negligencia, para merecer la protección de la Reina del Cielo y asegurar así su misericordiosa ayuda a la hora de la muerte.
Estas tres avemarías se pueden rezar varias veces al día, así lo hacen algunos, incluso cada vez que escuchan el cambio de hora; pero, según la costumbre introducida y recomendada por los santos, especialmente san Leonardo de Port-Maurice y san Alfonso María de Ligorio, es aconsejable rezarlas por la mañana, al levantarse, y por la noche, antes de acostarse.
Muchos cristianos buenos y pobres pecadores deben su salvación eterna, no lo podemos dudar, a la fidelidad constante de esta saludable práctica.

Cinco minutos con Jesús
Octubre 19
Cuando te sientas agobiado por algún mal espiritual, acude a tu divino médico, que tiene los medios para poder aliviarte de tu dolencia; Jesús mismo, como Médico bondadoso, nos invita a que vayamos a él: Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré (Mt 11,28)
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

🌸
”PEQUEÑAS SEMILLITAS
🌸
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
🌸
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
🌸
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
🌸

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.