PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4142 ~ Jueves 17 de Octubre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Iniciamos
esta edición con una hermosa reflexión de Víctor Manuel Fernández, arzobispo de
la ciudad de La Plata, Argentina:
Sana,
Señor, las raíces de mis tristezas ocultas, llega hasta el fondo de mis males,
para que pueda recuperar el verdadero gozo. Eso espero de tu amor, mi Señor
poderoso. No dejes que me entregue en los brazos enfermos de la melancolía, no
permitas que me envenene interiormente con las quejas o el desaliento. Todo eso
es inútil. No quisiera gastar mis energías y mi tiempo en esos sentimientos
dañinos. Mejor tómame con tu luz. Dame una mirada positiva, optimista,
esperanzada. Convénceme, con un toque de tu Espíritu, de que la entrega
generosa a tu Reino es el mejor camino. Amén.
¡Buenos días!
Sé tú mismo
El
conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de
tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas
y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas,
afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el
proyecto de Dios sobre tu vida.
Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás. ¿Por
qué eres tímido y estás paralizado por un complejo de inferioridad? Porque no
has aceptado ser tú mismo ante los otros y temes su opinión. Sé tú mismo. Los
demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No tienes derecho a
ponerte una máscara, a representar una comedia, pues sería un robo a los demás.
Puedes decirte a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues nunca se
encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy un ejemplar único salido
de las manos de Dios” (Michel Quoist).
Por un
sabio plan divino las personas somos distintas, tenemos diversas capacidades,
diferentes inclinaciones y gustos. Es una realidad que debes aceptar en paz,
sin dejarte alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni por el orgullo de lo
que te ha tocado. Es señal de madurez la aceptación serena de ti mismo con tus
capacidades y carencias.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Rom 3, 21-30a
♥ Salmo: Sal 129, 1-4b. 5-6b
♥ Santo Evangelio: Lc 11,47-54
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros,
porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por
tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres;
porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la
Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y
perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos
los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel
hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí,
os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los
legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros,
y a los que están entrando se lo habéis impedido».
Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y
fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando,
con insidias, cazar alguna palabra de su boca.
♥ Comentario:
Hoy se nos plantea el sentido, aceptación y trato
dado a los profetas: «Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán
y perseguirán» (Lc 11,49). Son personas de cualquier condición social o
religiosa, que han recibido el mensaje divino y se han impregnado de él; impulsados
por el Espíritu, lo expresan con signos o palabras comprensibles para su
tiempo. Es un mensaje transmitido mediante discursos, nunca halagadores, o
acciones, casi siempre difíciles de aceptar. Una característica de la profecía
es su incomodidad. El don resulta molesto para quien lo recibe, pues le escuece
internamente, y es incómodo para su entorno, que hoy, gracias a Internet o los
satélites, puede extenderse a todo el mundo.
Los contemporáneos del profeta pretenden condenarlo
al silencio, lo calumnian, lo desacreditan, así hasta que muere. Llega entonces
el momento de erigirle el sepulcro y de organizarle homenajes, cuando ya no
molesta. No faltan actualmente profetas que gozan de fama universal. La Madre
Teresa, Juan XXIII, Monseñor Romero... ¿Nos acordamos de lo que reclamaban y
nos exigían? ¿Ponemos en práctica lo que nos hicieron ver? A nuestra generación
se le pedirá cuentas de la capa de ozono que ha destruido, de la desertización
que nuestro despilfarro de agua ha causado, pero también del ostracismo al que
hemos reducido a nuestros profetas.
Todavía hay personas que se reservan para ellas el
“derecho de saber en exclusiva”, que lo comparten —en el mejor de los casos—
con los suyos, con aquellos que les permiten continuar aupados en sus éxitos y
su fama. Personas que cierran el paso a los que intentan entrar en los ámbitos
del conocimiento, no sea que tal vez sepan tanto como ellos y los adelanten:
«¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia!
No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido» (Lc
11,52).
Ahora, como en tiempos de Jesús, muchos analizan
frases y estudian textos para desacreditar a los que incomodan con sus
palabras: ¿es éste nuestro proceder? «No hay cosa más peligrosa que juzgar las
cosas de Dios con los discursos humanos» (San Juan Crisóstomo).
Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz (El Montanyà, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Ignacio de Antioquía
Obispo y Mártir
Fue el segundo sucesor de san Pedro en el gobierno de
la Iglesia de Antioquía (Siria). Condenado a morir devorado por las fieras, fue
trasladado a Roma, donde recibió la corona del martirio el año 107, en tiempo
del emperador Trajano. Durante su viaje a través de Asia Menor, escribió siete
cartas, dirigidas a distintas Iglesias, en las que trata sabia y eruditamente
de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana. En Esmirna
fue acogido por san Policarpo, y allí escribió cuatro de sus cartas, entre
ellas la dirigida a la «Iglesia de Roma, que preside la caridad... y que ha
recibido las órdenes de los apóstoles»; y a los romanos les pide que no
intervengan para evitar su martirio: «Trigo soy de Cristo -les argumenta-: seré
molido por los dientes de las fieras, a fin de llegar a ser pan blanco de
Dios». El modelo de vida cristiana que propone está centrado en la imitación de
Cristo para unirse a Él, y con Él al Padre.
Oración: Dios
todopoderoso y eterno, tú has querido que el testimonio de tus mártires
glorificara a toda la Iglesia, cuerpo de Cristo; concédenos que, así como el
martirio que ahora conmemoramos fue para san Ignacio de Antioquía causa de
gloria eterna, nos merezca también a nosotros tu protección constante. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Mi espíritu no es nada,
pero asociado con la cruz,
es escándalo para los
incrédulos,
para nosotros en cambio es
salvación y virtud eterna”
(San Ignacio de
Antioquía)
Tema del día:
Los últimos días de la
Virgen
(Según San Juan Damasceno, Doctor de la Iglesia)
“La Madre de Dios no murió de enfermedad, porque ella
por no tener pecado original no tenía que recibir el castigo de la enfermedad.
Ella no murió de ancianidad, porque no tenía por qué envejecer, ya que a ella
no le llegaba el castigo del pecado de los primeros padres: envejecer y
acabarse por debilidad. Ella murió de amor. Era tanto el deseo de irse al cielo
donde estaba su Hijo, que este amor la hizo ‘morir’.
Unos catorce años después de la muerte de Jesús,
cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a
pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había
ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se
aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.
Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de
todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales
labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.
Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de
rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido. Para
cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza. Y
luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando
santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.
La noticia cundió por toda la ciudad, y no hubo un
cristiano que no viniera a llorar junto a su cuerpo, como por la muerte de la
propia madre. Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral.
Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una
poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los
discípulos de Jesús.
En el aire se sentían suavísimos pero fuertes aromas,
y parecía escuchar cada uno, armonías de músicas muy suaves. Pero, Tomás
Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto
de sepultar a la Santísima Madre.
Pedro, –dijo Tomás– no me puedes negar el gran favor
de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas
manos santas que tantas veces me bendijeron.
Y Pedro aceptó. Se fueron todos hacia el Santo
Sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos
aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire.
Abrieron el sepulcro y en vez de ver el cuerpo de la
Virgen encontraron solamente una gran cantidad de flores muy hermosas. Jesucristo
había venido, había resucitado a Su Madre Santísima y la había llevado al
cielo.
Esto es lo que llamamos la Asunción de la Virgen María.
¿Y quién de nosotros, si tuviera los poderes del Hijo
de Dios, no hubiera hecho lo mismo con su propia Madre?”
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
¿Dónde rezar? Rezar en el trabajo es una buena
opción…
Sí, aunque parezca mentira, también debemos rezar en
el trabajo. Y no se trata de que descuidemos las obligaciones del trabajo para
ponernos a rezar el Rosario, sino que mientras trabajamos, no debemos
olvidarnos de Dios, y de vez en cuando, lanzar una mirada del corazón al Cielo,
diciendo, más con el alma que con los labios, alguna jaculatoria, una frase de
amor a Jesús o a María.
Si rezamos en la oficina, en el taller, en la
fábrica, entonces santificaremos el ambiente de trabajo, y recordaremos que con
nuestro buen ejemplo tenemos que evangelizar a nuestros compañeros de trabajo,
y también a los patrones o superiores.
Pero si trabajamos sin hacer de vez en cuando un acto
de amor y de fe a Dios, la rutina nos llevará lejos de Dios, y terminaremos la
jornada laboral sin haber recordado ni siquiera por un momento a Dios.
El pensamiento de Dios no distrae. Y si bien a veces
el trabajo es tan absorbente que no nos deja pensar ni hacer nada fuera de él,
también ésta será una forma de oración agradable al Señor, porque quien cumple
a conciencia sus deberes de estado, está orando también de la mejor manera.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos con Jesús
Octubre 17
La Palabra de Jesús no era una palabra hueca o de
sonidos solos; era una “Palabra de Vida”, porque antes de ser palabra había
sido vida y porque la Palabra de Jesús engendra la verdadera Vida, porque su
Palabra es la Verdad.
Indudablemente tú estás llamado a ser como Jesús, el
anunciador, el profeta de una nueva ley, de un nuevo Reino: el Reino de Dios, y
todo eso lo debes anunciar.
- No en nombre propio, sino en nombre de Jesús,
presentando no tu enseñanza, tu pensamiento, sino la enseñanza y el pensamiento
del Señor.
- Y no fundamentándola en la virtualidad de tu propia
palabra, sino en la fuerza irresistible que tiene la Palabra de Jesús.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
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