PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4129 ~ Miércoles 2 de Octubre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
el día que la Iglesia dedica a celebrar a los Santos Ángeles Custodios, rezamos a nuestro Ángel de la Guarda:
Oh
Ángel Santo de mi guarda, a cuya custodia y protección con admirable
providencia me encomendó el Altísimo desde el primer instante de mi vida: yo te
doy gracias, Santo Ángel mío, por el cuidado que has tenido de mí, por la
compañía que me has hecho y por haberme librado de los peligros de alma y
cuerpo; por tanto, a ti me encomiendo de nuevo, oh glorioso protector mío:
defiéndeme de mis enemigos visibles e invisibles, y ayúdame con tus santas
inspiraciones, para que siendo fiel a ellas, logre gozar de tu compañía en la
patria celestial. Amén.
¡Buenos días!
¡Todo depende de ti!
En tu
vida, como en la de cualquier persona, hay días decisivos en los que ves
abrirse ante ti un horizonte nuevo donde vislumbras más paz y felicidad. Es el
momento de discernir con sabiduría y hacer una buena opción. Pide iluminación
al Señor para no dejar pasar en vano su gracia, si es él quien golpea la puerta
de tu corazón. Te ofrezco una reflexión movilizadora.
Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás...,
tendría más amigos. Si yo aceptara a todos corno son...., sufriría menos. Si yo
comprendiera que todos cometemos errores..., sería más humilde. Si yo procurara
siempre el bienestar de los otros..., sería más feliz. Si yo tuviera más en
cuenta mis defectos..., sería más comprensivo. Si yo confiara más en Dios y
fuera menos autosuficiente..., aprendería a vivir. Tú no puedes cambiar el
mundo..., ¡pero sí puedes cambiarte a ti mismo!
El
buen marino de un barco de velas, está siempre atento y obra con habilidad
cuando percibe que se levanta una brisa, aunque muy suave. Tú también permanece
alerta y cuando surja en tu interior un impulso a la buena acción, por pequeño
que sea, despliega al punto tus velas y obra decididamente. Como decía san
Agustín: “La gracia pasa y no vuelve”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Neh 2, 1-8
♥ Salmo: Sal 136, 1-6
♥ Santo Evangelio: Lc 9,57-62
En aquel tiempo, mientras iban caminando, uno le
dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen
guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde
reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a
enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus
muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te
seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de
Dios».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar, con mucha
claridad y no menor insistencia, sobre un punto central de nuestra fe: el
seguimiento radical de Jesús. «Te seguiré adondequiera que vayas» (Lc 9,57).
¡Con qué simplicidad de expresión se puede proponer algo capaz de cambiar
totalmente la vida de una persona!: «Sígueme» (Lc 9,59). Palabras del Señor que
no admiten excusas, retrasos, condiciones, ni traiciones...
La vida cristiana es este seguimiento radical de
Jesús. Radical, no sólo porque toda su duración quiere estar bajo la guía del
Evangelio (porque comprende, pues, todo el tiempo de nuestra vida), sino -sobre
todo- porque todos sus aspectos -desde los más extraordinarios hasta los más
ordinarios- quieren ser y han de ser manifestación del Espíritu de Jesucristo
que nos anima. En efecto, desde el Bautismo, la nuestra ya no es la vida de una
persona cualquiera: ¡Llevamos la vida de Cristo inserta en nosotros! Por el
Espíritu Santo derramado en nuestros corazones, ya no somos nosotros quienes
vivimos, sino que es Cristo quien vive en nosotros. Así es la vida cristiana, porque
es vida llena de Cristo, porque rezuma Cristo desde sus más profundas raíces:
es ésta la vida que estamos llamados a vivir.
El Señor, cuando vino al mundo, aunque «todo el
género humano tenía su lugar, Él no lo tuvo: no encontró lugar entre los hombres
(...), sino en un pesebre, entre el ganado y los animales, y entre las personas
más simples e inocentes. Por esto dice: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves
del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza’»
(San Jerónimo). El Señor encontrará lugar entre nosotros si, como Juan el
Bautista, dejamos que Él crezca y nosotros menguamos, es decir, si dejamos
crecer a Aquel que ya vive en nosotros siendo dúctiles y dóciles a su Espíritu,
la fuente de toda humildad e inocencia.
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico:
Fiesta de los Santos
Ángeles Custodios
La tradición bíblica nos presenta a los ángeles como
ministros o funcionarios de Dios, mensajeros de su voluntad y ejecutores de sus
órdenes, que por designio divino son los custodios, guardianes o protectores de
los hombres. San Francisco de Asís, según nos cuenta su biógrafo Tomás de
Celano, «tenía en muchísima veneración y amor a los ángeles, que están con
nosotros en la lucha y van con nosotros entre las sombras de la muerte. Decía
que a tales compañeros había que venerarlos en todo lugar; que había que
invocar, cuando menos, a los que son nuestros custodios. Enseñaba a no ofender
la vista de ellos y a no osar hacer en su presencia lo que no se haría delante
de los hombres. Y porque en el coro o capilla se salmodia en presencia de los
ángeles, quería que todos cuantos hermanos pudieran se reunieran en el coro y
salmodiaran allí con devoción» (2 Cel 197).
Oración: Oh
Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia
a tus santos ángeles, concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre
defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Los ángeles son amor en
movimiento. Que no para nunca, que lucha para crecer, que está más allá del
bien y del mal. El amor que todo devora, que todo destruye, que todo perdona.
Los ángeles están hechos de ese amor y, al mismo tiempo, son sus mensajeros.”
(Paulo Coelho)
Tema del día:
Vida interior
“Siempre nos tenemos que preocupar de estas dos
cosas: ¿Cómo es mi vida interior? ¿Cómo es mi vida exterior? Mi vida interior,
como decía, tiene que ser al principio algo imperfecto, vacilante, como todo lo
que comienza; mi vida exterior en los principios es casi siempre una lucha
constante contra mis defectos, una purificación, un estar luchando a brazo
partido con mi carácter, con mi amor propio, con mi pereza... con todo eso que
es la triste herencia que recibí de Adán.
Y tengo que luchar tanto en lo que se refiere al
prójimo como en lo que se refiere a mí mismo. Por todas partes me tengo que
encontrar con luchas: ¿Tengo que hablar con una persona? Luchas, porque allí aparecen
todos mis defectos y tengo que corregirlos. ¿Tengo que trabajar conmigo mismo?
También tengo luchas interiores, porque tengo que estar luchando con mis
defectos. Eso es lo que principalmente constituye mi vida exterior.
La vida interior también es penosa y difícil, porque
voy a Dios en medio de distracciones, apenas logro por un momento ponerme en
contacto con Él y después ya estoy en otra parte, y tengo que volver a mi alma
otra vez a los pies del Señor con esfuerzo; pero eso es mi vida interior, tenue
como la luz de la aurora, vacilante como los pasos de un niño, imperfecta como
todo lo que comienza, pero ya, ya me pongo en contacto con Dios, aun cuando sea
de una manera imperfectísima...
Para ponerme en contacto con Dios debo buscar medios
y métodos y sistemas y ciertas reglas ingeniosas. Y lo mismo en mi lucha en lo
exterior; no voy a luchar a lo tonto, repartiendo mandobles a derecha e
izquierda, sino saber a quién y cómo; tengo que luchar con cierta táctica; si
tengo diez o doce enemigos, no me voy a enfrentar con los doce al mismo tiempo.
¿Por dónde comienzo? ¿A cuál venzo primero? Tendré
que elegir con quién voy a comenzar, y buscar y estudiar el modo de combatirlo
y sistematizar debidamente aquella lucha.
Y luego, en las demás etapas, ya que acabe de luchar
con éstos, me encuentro con otros; porque así sucede en el combate espiritual:
ya parece que está el campo limpio de enemigos y disfruto por unos momentos de
paz. Pero apenas me deja Nuestro Señor disfrutar de unos momentos de calma, cuando
debo comenzar de nuevo a luchar, porque se presentan nuevos enemigos y nuevos
desórdenes... ¡No hay más remedio! ¡A luchar otra vez!
Y se acabó aquella etapa de la vida espiritual y
vuelvo a encontrar el descanso. ‘Ahora sí, esto es definitivo’. Y nada, a poco
resultan otros nuevos enemigos. Porque dice la Escritura que la vida del hombre
sobre la tierra es una lucha constante (Job VII, 1; XIV, 1).
(Monseñor Luis María Martínez –
México)
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de
este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando
allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas
Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma
completa los documentos papales: "Lumen
Fidei", "Evangelii Gaudium",
"Misericordiae Vultus" y
"Laudato Si". También está
el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de
grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para
los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Hoy podría ser el día de nuestra muerte. ¿Estamos
preparados para partir hacia la eternidad si el Señor nos llama hoy? ¿O tenemos
que ir a confesarnos con el sacerdote inmediatamente?
No vivamos nunca en pecado mortal, sino siempre en
gracia de Dios, con lo que se llama la preparación remota, para que en caso de
no poder recibir los últimos sacramentos, igual nos salvemos pues siempre
vivimos en gracia y amistad con Dios.
Nos preocupamos por tantas cosas de la tierra y de
nosotros, pero muchas veces nos olvidamos que un día, quizás no lejano, quizás
hoy mismo, deberemos morir, ¿y qué será de nosotros si la muerte nos encuentra
como estamos ahora?
Dios es paciente, tiene una paciencia infinita, pero
nos ha dado un espacio de tiempo para que lo aprovechemos, pues cuando termine
ese tiempo, terminará el tiempo de Misericordia, para comenzar el de la
Justicia divina.
No desaprovechemos estos llamados que nos hace el
Señor, por ejemplo a través de este mensaje que estamos leyendo ahora, pues no
sabemos cuánto tiempo más estaremos en este mundo, y lo que realmente importa
es la preparación para el otro mundo, que es lo definitivo.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de las siguientes
personas de México: Sergio; Isabel; Inés (estos por un accidente sufrido); Fernando G.; Martha Angélica; Laura, René y Carlos A. Por todos ellos y sus necesidades, te rogamos Señor.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.
Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz
para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la
paz, y sigamos haciéndolo.
Cinco minutos con Jesús
Octubre 2
María Santísima confesaba de sí misma que Dios había
realizado en ella maravillas (Lc 1,49) y por eso alababa al Señor; tú tienes
que reconocer con humildad, pero con verdad, que Dios también en ti realizó las
obras de su poder y de su misericordia, y por ello tú, como la gente del Evangelio
y como la Virgen de Nazaret, has de “glorificar”, es decir, dar gracias al
Señor y alabar su bondad para contigo.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
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