miércoles, 31 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0601

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0601 ~ Miércoles 31 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Gracias Padre, por todo cuanto me diste en el año que termina.
Gracias por los días de sol y los nublados tristes; por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por la salud y la enfermedad por las penas y las alegrías.
Gracias por todo cuanto me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce.
Por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad, por el trabajo por las inquietudes, las dificultades y las lágrimas.
Por todo lo que me acercó a Ti...
Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado techo, abrigo y sustento...
¿Qué me traerá el año que empieza?.... ¡¡Lo que Tú quieras Señor!!
Pero te pido Fe para mirarte en todo, Esperanza para no desfallecer y Caridad para amarte cada día más y para hacerte amar.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad. Dame Señor, lo que Tú sabes que me conviene y yo no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas y que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.
Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo y concede Tu paz al mundo entero...
Así sea.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.
(Juan 1, 1-18)

Comentario
Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!
Rev. D. David Compte (Manlleu-Barcelona, España)



Santoral Católico



San Silvestre, Papa



Este Pontífice se ha hecho famoso porque le correspondió gobernar a la Iglesia Católica en la época en la que se acabaron las persecuciones y el emperador Constantino decretó plena libertad para practicar en todas partes la religión de Jesucristo. A San Silvestre le regaló Constantino el palacio de Letrán en Roma, y desde entonces estuvo allí la residencia de los Pontífices.

También tuvo este Pontífice la suerte de poder construir (con ayuda del gobierno y de los fieles) la antigua Basílica de San Pedro en el Vaticano, y la primera Basílica de Letrán.

Durante su Pontificado se reunió el Concilio de Nicea (año 325), en el cual los obispos de todo el mundo declararon que quien no crea que Jesucristo es Dios, no puede pertenecer a nuestra santa religión, y compusieron el Credo que rezamos los católicos.

Dicen que a San Silvestre le correspondió el honor de bautizar a Constantino, el primer emperador que se hizo cristiano (todos los anteriores habían sido paganos).

El Pontificado de San Silvestre duró 20 años y transcurrió todo en medio de gran tranquilidad y completa libertad para la Iglesia.

Murió el 31 de diciembre del año 335, a edad muy avanzada




Pensamiento



"En la eternidad, las condecoraciones no serán para los que tuvieron una vida sin problemas, sino para quienes supieron luchar contra las dificultades"
San Francisco de Sales




Tema del día : Una oración de fin de año



Padre...Señor nuestro... Dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.

Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad

Amén

Anónimo.
Enviado por Mariela Nieto




Meditación breve



En el recinto del corazón del ser humano, en ese sublime espacio, reside Dios asociado al principio del Ser, como la luz del sol está asociada con la sombra. Las sombras son muchas y variadas, si bien la luz es una.
Cuando el Uno se refleja en los muchos, en la multitud de individuos, se presenta como el Ser en cada uno, que observa sin ser afectado, en calidad de Testigo.
El alma (Ser Divino) es eterna. El Ser es la Realidad. Sin embargo, dado que está envuelto en carne, huesos y piel, el hombre se autoengaña creyendo que la fuente de bienaventuranza es la cubierta externa, en lugar del núcleo interior.
El principal deber del ser humano hacia sí mismo es, por lo tanto, penetrar a través de estos envoltorios y empaparse del éxtasis que sólo este centro del Alma puede conferir. Todos deben, en el mejor de sus intereses, esforzarse por alcanzar ese principio divino que es su tesoro interior.




Pedidos de oración




Nuestro lector Roger Perez, que vive en Costa Rica, nos pide una oración de bendición por su familia, especialmente por su esposa Andrea que lleva en su pancita un bebé de tres meses de gestación, y por su hija Emily. Que Dios los bendiga generosamente.



Nuestro lector Luis Alexander Vallejos Lezama, nos pide oraciones por una amiga llamada Sonia A. que vive en el municipio de Managua, Nicaragua. Oramos por sus necesidades.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



El rincón de los lectores




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# Juan Pacífico - 31-Diciembre-2008 - Buenos Aires, Argentina
juan.pacifico@speedy.com.ar

Querido amigo Felipe:
Ha sido un gran honor y felicidad recibir cada día de este año tus pps o diapositivas.
Cada una de ellas sirvió para enfrentar alguna situación en nuestras vidas, por eso, traté de coleccionar la mayor cantidad posible de ellas, para hojearlas como el mejor libro que haya leído.
Que no afloje tu entusiasmo por difundir las "Pequeñas Semillitas", que son para muchos de nosotros, grandes árboles que nos cobijan de la intemperie de la vida.
Estoy proyectando crear una Fundación para niños sin hogar, de la calle, y madres con chicos sin hogar.
Es difícil conseguir un lugar físico en Buenos Aires o gran Buenos Aires, pero sigo insistiendo.
Afortunadamente, se ofrecen muchas voluntarias para colaborar. Lo extraño es que no existen "voluntarios". ¿Qué les pasa a los varones? ¿Tienen miedo de ser solidarios, tienen miedo de amar a su prójimo? ¿Tienen el corazón tan duro?
Roguemos para que muchos hombres también se sumen a este proyecto y podamos ayudar a muchos niños que hoy duermen y viven en las calles, con el riesgo de la droga, la prostitución y tráfico de órganos a los que son sometidos.
Gracias por tantos lindos mensajes. Son una escuela de vida.
Un buen fin de año y mejor comienzo del 2009.
Juan Pacífico



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



En este último día del año será bueno meditar que María Santísima fue la primera criatura pensada por Dios desde toda la eternidad.
María fue predestinada en el mismo decreto por el que Dios destinó a su Verbo eterno para hacerse hombre; porque Dios quiso hacerse hombre en el seno de una mujer y esa mujer era María.
María está así puesta en la cima de toda la creación, como la corona de la obra de Dios, la más sublime, la más perfecta después de Dios.
Terminemos el año con una alabanza a Dios por haber hecho a María tan maravillosamente buena y hermosa.

María, que dedique toda mi vida a vivir tu espíritu y difundir tu amor.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

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