jueves, 11 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0581

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0581 ~ Jueves 11 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.Y que en cambio, con las penas pasa al revés: se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.
Mamerto Menapache.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, dijo Jesús a las turbas: «En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir. El que tenga oídos, que oiga».
(Mateo 11, 11-15)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos habla de san Juan Bautista, el Precursor del Mesías, aquel que ha venido a preparar los caminos del Señor. También a nosotros nos acompañará desde hoy hasta el día dieciséis, día en el que acaba la primera parte del Adviento.
Juan es un hombre firme, que sabe lo que cuestan las cosas, es consciente de que hay que luchar para mejorar y para ser santo, y por eso Jesús exclama: «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan» (Mt 11,12). Los "violentos" son los que se hacen violencia a sí mismos: -¿Me esfuerzo para creerme que el Señor me ama? ¿Me sacrifico para ser "pequeño"? ¿Me esfuerzo para ser consciente y vivir como un hijo del Padre?
Santa Teresita de Lisieux se refiere también a estas palabras de Jesús diciendo algo que nos puede ayudar en nuestra conversación personal e íntima con Jesús: «Eres tú, ¡oh Pobreza!, mi primer sacrificio, te acompañaré hasta que me muera. Sé que el atleta, una vez en el estadio, se desprende de todo para correr. ¡Saboread, mundanos, vuestra angustia y pena, y los frutos amargos de vuestra vanidad; yo, feliz, obtendré de la pobreza las palmas del triunfo». -Y yo, ¿por qué me quejo enseguida cuando noto que me falta alguna cosa que considero necesaria? ¡Ojalá que en todos los aspectos de mi vida lo viera todo tan claro como la Doctora!
De un modo enigmático Jesús nos dice también hoy: «Juan es Elías (...). El que tenga oídos que oiga» (Mt 11,14-15). ¿Qué quiere decir? Quiere aclararnos que Juan era verdaderamente su precursor, el que llevó a término la misma misión que Elías, conforme a la creencia que existía en aquel entonces de que el profeta Elías tenía que volver antes que el Mesías.
Rev. D. Ignasi Fabregat i Torrents (Terrassa-Barcelona, España)




Santoral Católico


San Dámaso, Pontífice


Este Pontífice se hizo famoso por haber redactado y hecho grabar los epitafios o lápidas en los sepulcros de muchos famosos mártires de las catacumbas de Roma.

Era de familia española. Fue secretario de los Pontífices, San Liberio y San Félix, y al ser elegido Papa, en el año 366, hizo honor a su nombre, que significa "domador", porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que en Roma se levantó contra él.

Tuvo como secretario al gran San Jerónimo, al cual le encargó que tradujera la S. Biblia al idioma popular, y esta traducción llamada "La Vulgata", fue la que empleó la Iglesia Católica durante 15 siglos.

San Jerónimo dice de él: "era un hombre puro, que fue elegido para dirigir a una Iglesia que debe ser pura". Sus epitafios sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas (o subterráneos de Roma) se han conservado muy bien, y de varios santos lo único que sabemos se debe a lo que él escribió sobre sus tumbas. Así por ejemplo de San Tarcisio, el mártir de la Eucaristía, etc. Era excelente poeta.

San Dámaso redactó su propio epitafio así: "Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día".

Desde muy joven, su lectura preferida fue la S. Biblia, y decía que el manjar más exquisito que había encontrado en toda su vida era la Palabra de Dios.

Dicen que él fue el que introdujo en las oraciones de los católicos el "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén".

Durante todo su pontificado se preocupó por obtener que los obispos de todas las naciones reconocieran al Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo.

A la edad de ochenta años murió el 11 de diciembre del año 384 y fue sepultado en la tumba que él mismo se había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.




Pensamiento



"No sigas buscando el perfecto regalo de Navidad... Ya este regalo nos ha sido dado: su nombre es Jesús. ¡Alégrense!"




Tema del día : Fidelidad a la Iglesia




Vivimos tiempos donde se pone a prueba nuestra fidelidad a la Iglesia, prueba que sospecho será más intensa a medida que pasen los años. Sin embargo, es importante tener muy en claro en qué consiste esta fidelidad, para no debilitarnos y perder fuerzas que sin dudas necesitaremos en la batalla cotidiana de sostener nuestra fe y nuestro amor por la Esposa Mística de Cristo, Su Iglesia.

Es sorprendente, pero en el trabajo de evangelización se encuentra muy a menudo una explicación común entre aquellos que en determinado momento de su vida se apartaron de Dios: “he dejado de acudir a Misa porque he escuchado que tal sacerdote hizo tal cosa mala, o porque leí en el diario que tal obispo en tal país hizo tal otra cosa”. La verdad, ¡que fácil es! Nos enojamos con un sacerdote, y nos alejamos de Dios. La conciencia se adormece ante tan burdo argumento, ahogando el grito del alma que clama por regresar a Dios. Son simples excusas, trampas del alma para hacer la vida más fácil y llevadera, trampas que nos hacen caer en la falta de perseverancia.

La respuesta para esta gente es simple: Jesús hizo cabeza de Su Iglesia a Pedro, a quien por otra parte fue al que más reprimió por sus equivocados juicios y errores de apreciación, además de sus cobardías y traiciones. Sin embargo, Pedro perseveró y alcanzó el Reino transformándose en la roca sobre la que se construyó la Iglesia naciente. Se levantó una y otra vez, se arrepintió, pidió perdón. Creo que Pedro es una buena imagen de lo que es el aspecto humano de nuestra Iglesia, y no por casualidad Jesús nos explica con variados ejemplos como era Pedro a través de los Evangelios.

Imaginen ustedes que hubiera pasado si los primeros cristianos hubieran desertado de la Iglesia naciente ante los signos de humanidad que Pedro mostraba. Es obvio que los sacerdotes, manos y brazos de la Iglesia, son personas como todos nosotros, que luchan igual que nosotros cada día. Tú que lees este artículo, mira dentro tuyo en este momento. ¿Eres perfecto? No, no lo eres. Y sin embargo eres Iglesia, eres parte del Cuerpo Místico, igual que los pastores del rebaño.

Un sacerdote español vino hoy a celebrar Misa a mi comunidad, y dijo algo muy claro: los hombres tendemos a juzgar a Dios, y a tratar de imponerle nuestra propia visión de cómo deben ser las cosas. Sin embargo, Él decide donde y como actuar impulsando la sangre que corre por las venas de Su Iglesia. También dijo que nunca debemos olvidar que Dios está por encima de Su Iglesia, Él es más que Su Iglesia.

Me hizo reflexionar, porque esto claramente nos recuerda que Dios guía a Su Iglesia, Él la conduce espiritualmente, más allá de nuestras debilidades como miembros activos y militantes. Estas dos reflexiones llegaron a mi mente y a mi corazón para hacerme un pedido: no debo juzgar jamás ni a Dios ni a los actos de Su Iglesia, vista como un todo, como un Cuerpo Universal. Tengo que aceptar que la enorme Barca de Jesús, el Pescador, avanza zigzagueante pero con rumbo firme frente a los ataques que el mundo actual le realiza. Como vimos en el famoso sueño de San Juan Bosco, sabemos que la Eucaristía y la Virgen son las dos armas que Dios finalmente utilizará para llegar a buen puerto en este mar tormentoso.

Ahora bien, en estos tiempos vivimos una gran controversia alrededor de nuestra Iglesia, que es aprovechada por sus enemigos para iniciar un nuevo ataque, con bríos renovados. Nuestro Pontífice, nuestro Pedro actual, la guía con el mejor criterio que su corazón amante le susurra en el oído. Él lucha por imponer la verdad, una verdad basada en el amor, amor que disuelva el odio. Y el mundo, como no podría ser de otro modo, prefiere el odio. Baste ver las luchas de la Iglesia por detener los abortos, por defender el matrimonio y la familia, por detener el deterioro moral de jóvenes particularmente, por detener el terrorismo y asesinatos basados en juegos de poder y odios ancestrales. ¡La Iglesia lucha por arrojar Luz!

Nosotros, que miramos azorados los movimientos más que evidentes que ocurren alrededor de la Nave Insignia, recibimos miles de tentaciones para faltar a nuestra fidelidad. Pero, ¿cómo podemos comprender y juzgar lo que ocurre, con nuestro pobre intelecto y conocimiento? La soberbia y vanidad están a la vuelta de la esquina, todo el tiempo, buscando que caigamos en el error: “yo estoy con Dios, pero no con la iglesia, porque no comparto lo que dicen los hombres que la guían y la componen”. No hay lugar para el hombre dividido, en el Reino de Dios. Están los que unen, y los que desparraman. Dios está en y con Su Iglesia, más allá de nuestras miserias como hombres que la integramos. Dios la guía espiritualmente, y nunca, pero nunca, le dejará sucumbir.

Tiempos de prueba nos esperan, y sospecho que muchos faltarán a su fidelidad. Se fiel a la Iglesia de Cristo, Iglesia guiada espiritualmente por Su Mano, Su Mirada. No hay espacio para alejarse de la Eucaristía, que está allí, en Su Casa, llamándonos. En ningún otro lugar de la tierra Él se da de ese modo, en Su Tabernáculo, Su Templo.

Es hora de Adoración, de oración, de humildad, de buscar la paz, pero fundamentalmente de ser fuertes en nuestra fidelidad a Dios y Su Templo Eucarístico, Su Eterna Iglesia.




Meditación breve



Analiza cuál es el tipo de relación que tienes con los demás. Examina si la comunicación con tus relacionados es de dependencia y sometimiento servil, buscando complacerlos a costa de tu dignidad humana y de tus derechos naturales. No hay razón para que te menosprecies y esclavices.
Observa si tu actitud ante el prójimo es de poder dictatorial y dominación tiránica. Piensa y reconoce que los otros no son tus esclavos. Reconcíliate con tus semejantes para que contribuyas a construir una comunidad fraternal que progresa unida.
Si tú eres débil, busca apoyo en Cristo, el amigo que nunca falla. Si el otro es débil, apóyalo con la fuerza que Dios te da.




Pedidos de oración




Pedimos oración por la salud de Conny F., que vive en Nicaragua, que se encuentra embarazada y sufre complicaciones por diabetes e hipertensión arterial. Que la Santísima Virgen la proteja para que pueda llevar a feliz término su gestación y cumplir sus sueños de ser madre.



Pedimos oración por Anamá F., que vive en Mar del Plata, Argentina, que ha sufrido una terrible caída en el patio de su casa y aún no se sabe cuáles son las consecuencias, pues hoy le harán estudios tomográficos. Que el Señor esté a su lado y cuide su salud.




Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



En aquel feliz hogar de Nazaret que formaban Jesús, María y José, cada uno cumplió su misión y su deber.
María fue la esposa solícita que acompañó al bendito san José en los trabajos, en las privaciones, en la huida a Egipto, en todas las alternativas de la Sagrada Familia.
María fue la Madre tierna y amorosa que supo atender a su Hijo Jesús en las necesidades que los urgían.
En aquel hogar todos eran para todos. Los tres vivieron para los tres.

María, que nuestros hogares se parezcan a tu hogar de Nazaret.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

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