domingo, 12 de octubre de 2025

Pequeñas Semillitas 6128

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6128 ~ Domingo 12 de Octubre de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
En el evangelio de hoy meditamos la curación de los diez leprosos que, solo por obedecer un mandamiento de Jesús: “Id a presentaros a los sacerdotes”, quedaron puros de la lepra. Los envía para que entiendan que la sola obediencia a su palabra les valdrá la curación, porque pone a prueba su fe. Realmente, tienen necesidad de creer firmemente en Jesús para obedecer su palabra de ir al encuentro de los sacerdotes.
Al quedar curados los diez, solo uno regresa a Jesús a dar gracias. San Lucas subraya el contraste entre los nueve leprosos que no regresan y el que sí vuelve sobre sus pasos para dar gloria a Dios. Todos han quedado limpios de su lepra, pero sólo este ha sido «salvado», porque sólo él ha sabido reconocer en Jesús al Salvador. Por eso se le dice: «Tu fe te ha salvado». Y es que Jesús obra el milagro para provocar la fe y realizar así la curación de otra enfermedad más grave y profunda. Los beneficios que recibimos de Dios son signos de su poder salvador y de su amor misericordioso. ¿Recibo los dones de Dios como signos? ¿Me llevan a creer más en Cristo y a abrirme a su poder salvador?
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO -
Primera Lectura: 2 Reyes 5, 14-17
 
Salmo: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
 
Segunda Lectura: 2 Timoteo 2, 8-13
 
Santo Evangelio: Lc 17,11-19
Un día, sucedió que, de camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».
 
Comentario:
Hoy podemos comprobar, ¡una vez más!, cómo nuestra actitud de fe puede remover el corazón de Jesucristo. El hecho es que unos leprosos, venciendo la reprobación social que sufrían los que tenían la lepra y con una buena dosis de audacia, se acercan a Jesús y —podríamos decir entre comillas— le obligan con su confiada petición: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» (Lc 17,13).
La respuesta es inmediata y fulminante: «Id y presentaos a los sacerdotes» (Lc 17,14). Él, que es el Señor, muestra su poder, ya que «mientras iban, quedaron limpios» (Lc 17,14).
Esto nos muestra que la medida de los milagros de Cristo es, justamente, la medida de nuestra fe y confianza en Dios. ¿Qué hemos de hacer nosotros —pobres criaturas— ante Dios, sino confiar en Él? Pero con una fe operativa, que nos mueve a obedecer las indicaciones de Dios. Basta un mínimo de sentido común para entender que «nada es demasiado difícil de creer tocando a Aquel para quien nada es demasiado difícil de hacer» (San J. H. Newman). Si no vemos más milagros es porque “obligamos” poco al Señor con nuestra falta de confianza y de obediencia a su voluntad. Como dijo san Juan Crisóstomo, «un poco de fe puede mucho».
Y, como coronación de la confianza en Dios, llega el desbordamiento de la alegría y del agradecimiento: en efecto, «uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias» (Lc 17,15-16).
Pero..., ¡qué lástima! De diez beneficiarios de aquel gran milagro, sólo regresó uno. ¡Qué ingratos somos cuando olvidamos con tanta facilidad que todo nos viene de Dios y que a él todo lo debemos! Hagamos el propósito de obligarle mostrándonos confiados en Dios y agradecidos a Él.
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
 
El SANTORAL del 12 de Octubre: Sabemos que los domingos no se contempla el santoral porque es el Día del Señor. Sólo en casos excepcionales (como sucede hoy), se contempla el santoral y hoy tenemos celebraciones que deben ser mencionadas.
 
Virgen del Pilar
Advocación Mariana
Según una piadosa y venerable tradición, la Virgen María, que aún vivía en carne mortal, se apareció, rodeada de ángeles y asentada sobre un pilar de mármol, al apóstol Santiago el Mayor que se hallaba predicando la fe cristiana a orillas del río Ebro en Zaragoza. Desde antiguo los cristianos levantaron allí una ermita en honor de la Madre de Dios, que con el correr de los siglos se ha convertido en una grandiosa basílica qua acoge a innumerables fieles de todo el mundo. La advocación de la Virgen del Pilar ha sido y es objeto de un especial culto por parte de los aragoneses y de todos los españoles, y tiene una gran repercusión en América, descubierta por Colón el 12 de octubre de 1492. En la celebración de esta fiesta de la Virgen predomina la idea de su presencia materna en la Iglesia y de la firmeza que su intercesión y devoción procura al pueblo de Dios.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Nuestra Señora de Aparecida
Advocación Mariana – Patrona de Brasil
Hoy, 12 de octubre, se celebra la advocación mariana de Nuestra Señora Aparecida, declarada Patrona de Brasil en 1929 por el Papa Pío XI, y cuya imagen se resguarda en la Basílica que lleva su nombre, en el estado brasilero de Sao Paulo (San Pablo).
Para más información hacer clic acá.
© ACI Prensa – Catholic.net
 
San Carlo Acutis
El santo milenial -Patrono de Internet
El santo recientemente canonizado, nació el 3 de Mayo de 1991 y falleció el 12 de Octubre de 2006. Fue beatificado por el papa Francisco el 10 de Octubre de 2020 en Asís, y canonizado el 7 de Setiembre de 2025 por el papa León en Roma.
Él decía: “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”. Con estas pocas palabras Carlo Acutis, el chico que murió de leucemia, delinea el rasgo distintivo de su breve existencia: vivir con Jesús, para Jesús, en Jesús. (…)“Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios”. Carlo también nos pide a nosotros lo mismo: nos pide que contemos el Evangelio con nuestra vida para que cada uno de nosotros pueda ser un faro que ilumine el camino de los demás.
Se puede entrar al sitio oficial del joven haciendo clic acá
 
Palabras del Papa León XIV
«Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz»
 
Predicación del Evangelio:
Ser agradecidos nos salva
Dice el evangelio que 10 leprosos salieron al encuentro de Jesús “desde lejos”. Los leprosos vivían fuera de las poblaciones y, como se creía que era una enfermedad contagiosa, para hablar lo tenían que hacer desde lejos. Entre ellos uno era un samaritano. En la realidad eran enemigos, pero la enfermedad les había unido. Le piden a Jesús la curación y Jesús les manda que vayan a los sacerdotes, que debían certificar la curación. Todavía no estaban curados, pero la fe en Jesús, en su palabra, les dio la sanación y se encontraron sanos por el camino.
 
Nueve de los diez, que eran israelitas, se preocuparon más de cumplir con la ley externa que de agradecerlo a Jesús. Y esto sería porque les preocupaba estar a bien en la sociedad. El evangelio da a entender que lo hicieron por egoísmo. Les pasó como a muchos que en la desgracia se acuerdan de Dios y de todos los santos,
pero luego en la ventura o en la alegría se olvidan. Saben orar para pedir, sobre todo en los momentos de angustia, y luego se olvidan de dar las gracias en los momentos de prosperidad.
 
Uno de ellos, que era samaritano, volvió para dar gracias a Jesús. Y Jesús lo hizo notar ante todos cuánto se alegraba por el gesto de este hombre. Y este samaritano, no sólo encontró la sanación, sino que obtuvo la salvación. Había tenido fe, como le dijo Jesús. Y la fe la había manifestado “alabando a Dios a grandes gritos”. Con esto manifestaba que el favor, que había recibido por parte de Jesús, era una señal de cómo actúa Dios misericordiosamente. Dios mira sobre todo al corazón y Jesús vio un corazón más limpio en aquel que para los judíos era oficialmente hereje y despreciado. A veces hay personas que no pertenecen a la Iglesia, pero demuestran un corazón más digno que muchos cristianos y de mayor estima ante Dios.
 
Estamos reunidos para celebrar la “Eucaristía”, que significa “acción de gracias”. Nos reunimos como hermanos para orar juntos a Dios nuestro Padre. Pero en la oración no puede faltar la acción de gracias a Dios, de quien hemos recibido todos los bienes. Hay un momento especial de agradecimiento, como es el Prefacio: “Es justo y necesario darte gracias...”, antes de la proclamación del tres veces “Santo”. Y le damos gracias por sus dones, pero especialmente por el don grande de su Espíritu.
 
La escena de los 10 leprosos nos debe hacer pensar que en el mundo hay muchos marginados por el hambre, analfabetismo, desnutrición, situación social, etc. Y debemos trabajar por la promoción humana, para que haya estructuras más justas. Pero sobre todo para desterrar el pecado (odios, envidias, egoísmos), causa de todos los males de marginación. La curación de los leprosos no era sólo algo personal, sino social. Así es también el perdón de los pecados: integración en la comunidad.
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(P. Silverio Velasco  - Imagen de Misioneros Digitales Católicos)
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Lamentablemente hoy, en que las lecturas hablan de la importancia de ser agradecidos, no tenemos ningún agradecimiento para publicar en esta sección.
 
Meditación dominical del P. Santiago Martín 
Jesús quiere curarnos del peor de los males, que es el pecado. El pecado se manifiesta de muchas formas, aunque todas ellas se resumen en una: ofensa a Dios y al prójimo. Se peca porque no se ama y al no amar se peca. Pero si buscáramos las raíces del pecado, veríamos que hay una que se presenta siempre: la ingratitud. Una ingratitud que está ligada de forma ineludible a la soberbia, pues somos tanto más desagradecidos cuanto más importantes nos creemos y, por lo tanto, cuanto más estamos convencidos de que merecemos que nos lo den todo y que, cuando lo hacen, están limitándose a cumplir su obligación. La persona que es consciente de su realidad, de sus cualidades y defectos, y, por lo tanto, es consciente de lo mucho que le debe a Dios, aunque peque, vuelve lo antes posible a reanudar las relaciones rotas con el Señor. En cambio, el que no siente gratitud hacia Dios, el que no es consciente de lo mucho que ha recibido, cuando se aleja del Señor ni siquiera siente remordimientos y por eso no anhela volver a la casa del Padre. Si adquirimos gratitud, estaremos en mejores condiciones para no separarnos de Cristo. Y estaremos deseando volver a reconciliarnos con Él cuanto antes, en caso de que nos hayamos ido de su lado. Podemos afirmar, desde esta perspectiva, que la gratitud nos salva, porque al agradecer no pecamos o, si pecamos, enseguida pedimos perdón al Señor y le prometemos que vamos a estar a su lado, más llenos de gratitud si cabe, porque ha tenido misericordia de nosotros y no nos ha tratado como merecen nuestros pecados. El agradecimiento es un acto de justicia hacia Dios y hacia el prójimo y, además, es como un salvavidas que impide que el pecado nos arrastre al abismo y nos separe definitivamente de Dios.
(P. Santiago Martín fm)
 
Un año con María
Octubre 12: El presente
Aprende a bailar la vida sin miedo hasta que se acabe la música. Y averigua lo que Dios ya escribió para vos. La vida va pasando, los hijos se van, los buenos amigos se casan, y los viejos se nos mueren. Los momentos no se recuperan. Mucha gente hipócrita en las redes te pone “me gusta”, pero en la vida aparecen las personas que te quieren por lo que eres.
Con María descubre a Dios como tu Señor y anímate a vivir desde Él esta vida.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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