martes, 12 de marzo de 2024

Pequeñas Semillitas 5578

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5578 ~ Martes 12 de Marzo de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
“Dios nos ha dado a Jesús a través de María, así que debemos ir a María para acceder a Jesús. "Nadie va a mi Padre sin mi permiso", dijo Jesús. Nadie puede venir a mí sin venir por Mi Madre. El amor del Señor por su Madre Bendita es incomparable. La Virgen es todo sobre el Corazón de Dios. El alma que elige a María como abogada está segura de que sus oraciones y peticiones serán escuchadas.
Jesús no le niega nada a María. Ella es la Virgen poderosa, la Virgen llena de bondad, la Puerta del Cielo, Nuestra Señora del Amor. Ella escucha la oración que brota del corazón puro, humilde, simple y confiado. ¡Ah! Si pudiéramos concebir todas las maravillas que María opera en las almas!
Decir que María es Reina del Cielo y de la tierra es muy hermoso, muy verdadero; decir, que Ella es la Madre de todos los corazones, Medianera de todas las causas que se relacionan con el Cielo es aún más sublime.» (Marta Robin)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ez 47, 1-9. 12
 
Salmo: Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9
 
Santo Evangelio: Jn 5,1-3.5-16
Era el día de fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betsaida, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda». Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió: «El que me ha curado me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’». Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: ‘Tómala y anda?’». Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor». El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
 
Comentario:
Hoy, san Juan nos habla de la escena de la piscina de Betsaida. Parecía, más bien, una sala de espera de un hospital de trauma: «Yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos» (Jn 5,3). Jesús se dejó caer por allí.
¡Es curioso!: Jesús siempre está en medio de los problemas. Allí donde haya algo para “liberar”, para hacer feliz a la gente, allí está Él. Los fariseos, en cambio, sólo pensaban en si era sábado. Su mala fe mataba el espíritu. La mala baba del pecado goteaba de sus ojos. No hay peor sordo que el que no quiere entender.
El protagonista del milagro llevaba treinta y ocho años de invalidez. «¿Quieres curarte?» (Jn 5,6), le dice Jesús. Hacía tiempo que luchaba en el vacío porque no había encontrado a Jesús. Por fin, había encontrado al Hombre. Los cinco pórticos de la piscina de Betsaida retumbaron cuando se oyó la voz del Maestro: «Levántate, toma tu camilla y anda» (Jn 5,8). Fue cuestión de un instante.
La voz de Cristo es la voz de Dios. Todo era nuevo en aquel viejo paralítico, gastado por el desánimo. Más tarde, san Juan Crisóstomo dirá que en la piscina de Betsaida se curaban los enfermos del cuerpo, y en el Bautismo se restablecían los del alma; allá, era de cuando en cuando y para un solo enfermo. En el Bautismo es siempre y para todos. En ambos casos se manifiesta el poder de Dios por medio del agua.
El paralítico impotente a la orilla del agua, ¿no te hace pensar en la experiencia de la propia impotencia para hacer el bien? ¿Cómo pretendemos resolver, solos, aquello que tiene un alcance sobrenatural? ¿No ves cada día, a tu alrededor, una constelación de paralíticos que se “mueven” mucho, pero que son incapaces de apartarse de su falta de libertad? El pecado paraliza, envejece, mata. Hay que poner los ojos en Jesús. Es necesario que Él —su gracia— nos sumerja en las aguas de la oración, de la confesión, de la apertura de espíritu. Tú y yo podemos ser paralíticos sempiternos, o portadores e instrumentos de luz.
* Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)  © Textos de Evangeli-net
 
Santoral Católico:
San Luis Orione
Nació en Pontecurone (Piamonte, Italia) el año 1872. Muy joven ingresó en el convento franciscano de Voghera, que al año tuvo que dejar por motivos de salud. Fue alumno de san Juan Bosco en Turín hasta que en 1889 entró en el seminario diocesano de Tortona; se ordenó de sacerdote en 1895. A lo largo de su vida fundó numerosos oratorios, colegios, instituciones, congregaciones, entre los que cabe destacar la Pequeña Obra de la Divina Providencia, dedicada al ejercicio de la caridad, y los Pequeños Cottolengos, para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades. Su vida estuvo marcada por un gran amor a Cristo y a la Virgen, a la Iglesia y al Papa, y también al hombre, cuerpo y alma. Fue un gran apóstol, valiente e infatigable, lleno de bondad y ternura, entregado en particular a la causa de los que sufren, los marginados, las viudas y los huérfanos, y todos los pobres y desamparados. Falleció en San Remo el 12 de marzo de 1940. Lo canonizó Juan Pablo II el año 2004.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Palabras de Benedicto XVI
«La observancia de la Cuaresma es por excelencia la insignia de batalla cristiana. Por ella nos probamos a nosotros mismos que no somos enemigos de la cruz de Cristo; por ella evitamos el flagelo de la justicia divina, por ella obtenemos fortaleza contra el príncipe de las tinieblas, porque nos protege la ayuda celestial. Si la humanidad se volviese negligente en la observancia de la Cuaresma, sería un perjuicio para la gloria de Dios, una vergüenza para la religión católica, y un peligro para las almas cristianas. Tampoco puede dudarse de que tal negligencia se convertiría en fuente de miseria en el mundo, de calamidad pública y de dolor privado.»
 
Tema del día:
El Sacramento de la Penitencia
El sacramento de la Penitencia, Confesión o Reconciliación es un encuentro especial con Dios para experimentar su perdón y misericordia.
 
¿Cómo confesarse?
1. Dirígete al Sacerdote y salúdale diciendo: "Ave María Purísima". El sacerdote te responderá: "Sin pecado concebida".
2. Dile al Sacerdote cuánto tiempo hace que no te confiesas (una semana, mes, días, etc.).
3. Cuéntale los pecados que quieres confesar.
4. Antes de que el sacerdote termine la absolución, haz algún acto de contrición (ejemplo: Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador).
5. Al final de la absolución se responde: Amén.
 
Para confesarse bien se necesita:
1. Realizar un examen de conciencia.
2. Dolerse de los pecados cometidos.
3. Propósito de enmendarse de ellos.
4. Confesar al sacerdote todos los pecados mortales.
5. Cumplir la penitencia que nos fuere impuesta.
 
Los efectos de la reconciliación:
1. El principal, como su nombre lo indica, es que nos reconcilia con Dios, es decir, nos restituye, si la hemos perdido, a la Gracia de Dios, que no es otra cosa que la participación de la Vida Divina, comunicada al hombre por el Sacramento del Bautismo.
 
2. El perdón de los pecados, sean veniales o mortales, tiene como resultado, además, la paz y la tranquilidad de conciencia, a las que acompaña un profundo consuelo espiritual. El saberse y sentirse perdonado por Nuestro Padre amoroso es una verdadera resurrección espiritual. Es un nacer de nuevo, libres por fin del peso de nuestros pecados.
 
3. Hay faltas, como el aborto, que dejan en el alma una huella muy difícil de borrar. Mujeres hay que recurren a un psicólogo para liberarse del complejo de culpa que no las deja vivir en paz. Aquel penitente que realmente contrito y con disposición religiosa confiesa su pecado, puede estar seguro de que Dios le ha perdonado al confesarse. Es más grande el amor de Dios que cualquiera de los pecados del hombre. Una vez reconciliados con nuestro Padre Dios, no hay por qué sentirse atados a un pasado, por pecaminoso que pueda ser. Cristo devolvió a María Magdalena, mujer de vida disoluta, su dignidad total y la convirtió en Santa María Magdalena, testigo privilegiado y primera anunciadora, a los Apóstoles, de la Resurrección del Señor.
 
4. El pecado menoscaba o rompe totalmente la comunión fraterna. No hace falta mencionar todos los pecados con los que el hombre ofende al prójimo: mentiras, odios, rencores, injurias, traiciones, calumnias, golpes, asesinatos... Pero no solamente estos pecados que hieren directamente al prójimo, rompen la comunión fraterna: aun los que ofenden directamente a Dios o los muy personales, repercuten en la comunión de los santos, al mermar la santidad de la Iglesia.
 
El Sacramento de la Penitencia restaura la comunión con la Iglesia. No solamente cura al pecador arrepentido, sino que tiene también un efecto vivificante sobre la vida misma de la iglesia que había sufrido por el pecado de uno de sus miembros
 
(1 Cor.12,26) Una vez restablecida plenamente su participación en la Comunión de los Santos, goza de los bienes espirituales de aquellos que se hallan ya en la Patria Celestial y de los que aún peregrinan en la tierra.
 
- Importantísima es también la reconciliación consigo mismo: el penitente perdonado recupera su verdad interior y es liberado del peso que grava su conciencia. Por eso el salmista dice: "Dichoso el que es perdonado de su culpa ... cuando yo me callaba se consumían mis huesos... mi pecado reconocí y no ocultó mi culpa... y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado" (Sal.32, 1-5)
 
- A toda buena obra, hecha en Gracia de Dios, corresponde un mérito de Vida Eterna, pero al caer en pecado mortal, todos los méritos se pierden totalmente. Cuando somos absueltos y reconciliados, dichos méritos reviven así como los dones del Espíritu Santo y las virtudes infusas.
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(Texto e imagen: Web Católico de Javier)
 
”Pequeñas Semillitas” por email
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com   
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
También pueden difundir “Pequeñas Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes, como Facebook, Twitter, etc.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Esta es una meditación cuaresmal sugerida por el Papa Francisco:
«La Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.»
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Cuando a Jesús le preguntan ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?, para responder Jesús emplea las palabras de una oración que los israelitas rezan todas las mañanas: “Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor, no tendrás otro Dios delante de ti”.
En nuestra conciencia la voz de Dios tiene que ser la luz auténtica que nos acerca a su Reino. Siempre que recibamos la Eucaristía, no nos quedemos simplemente con el hermoso sentimiento de: “¡qué cerca estás de mí, Señor!”. Busquemos, pidamos que la Eucaristía se convierta en nuestro corazón en la luz que va transformando, que va rompiendo, que va separando del alma los ídolos, y que va haciendo de Dios el único criterio de juicio de nuestros comportamientos.
Solamente así podremos escuchar en nuestro corazón esas palabras tan prometedoras del profeta Oseas “Seré para Israel como el rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá profundamente sus raíces. Como el álamo y sus renuevos se propagarán; su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano. Volverán a vivir bajo mi sombra.” Que la luz de Dios nuestro Señor sea la sombra a la cual toda nuestra vida crece, en la cual toda nuestra vida se realiza en plenitud. (P. Cipriano Sánchez)
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
12 de marzo
El Apóstol nos advierte: «Si vivimos según el Espíritu, caminemos según el Espíritu», casi como si quisiera decirnos para nuestra común edificación: ¿Queremos vivir espiritualmente, es decir, movidos y guiados por el Espíritu Santo? Preocupémonos por mortificar el espíritu propio, el cual nos infla, nos vuelve impetuosos, nos deseca; en otras palabras, entreguémonos a reprimir la vanagloria, la ira y la envidia: tres espíritus malignos que tienen esclavos a la mayor parte de los hombres. Estos tres espíritus malignos son absolutamente contrarios al espíritu del Señor.
(23 de octubre de 1914, a Raffaelina Cerase, Ep. II, 197)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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2 comentarios:

  1. Felipe, ayer nos decías: "Este buen día es para... los que edifican en su propia vida valores que no se deshacen con el tiempo ni con las circunstancias." Tus palabras han estado resonando dentro de mi; he llegado a la jubilación y he mantenido esos valores a un alto precio. En ese logro no estuve sólo, lo que permitió no rendirme. Puedo afirmar que se consigue y la tranquilidad del trabajo hecho compensa. Gracias por la ayuda.

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  2. Estimado amigo: muchas gracias por tu comentario y muchas bendiciones para esta nueva etapa que comienzas a transitar (la jubilación) y que yo también estoy transitando hace ya seis años.
    No olvides cuando haces comentarios en esta página incluir tu nombre y tu ciudad de residencia. porque sin ellos no sabemos quién eres.
    Igual va mi abrazo en Cristo y en María.
    Felipe de Urca

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