viernes, 8 de octubre de 2021

Pequeñas Semillitas 4813

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4813 ~ Viernes 8 de Octubre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi adorado Jesús, tu justicia no es como la nuestra, escapa de todo razonamiento y lógica humana. Frente a las venganzas, la nueva ley que debe prevalecer es el perdón y la generosidad. Me invitas a cerrar el círculo del odio, ofreciendo a mis perseguidores y calumniadores, no sólo a poner mi otra mejilla, sino que debo también ser caritativo. Debo aprender a ser más como Tú, que calmabas las almas violentas con el ejemplo de tu bondad y de tu perdón. A dondequiera que yo vaya, quiero ser un instrumento de tu paz, quiero saber soportar la agresividad que ha invadido esta sociedad y enfrentarla con la mansedumbre. Líbrame, Señor mío, de todo instinto de venganza, de la ira y pasiones desordenadas que nublan mis sentidos y me hace responder con mal al mal. Deseo profundamente desterrar de mi corazón el odio, el rencor, el egoísmo y la soberbia, pero para ello, necesito de tu gracia y de tu amor, para ser manso y compasivo con los demás, como Tú lo has sido conmigo desde un principio. Amén.
 
¡Buenos días María!
En este mundo terreno los hombres buscamos conservar cuidadosamente nuestros bienes materiales que nos han costado sudor y trabajo el conseguirlos. Por eso tienen éxito las compañías de seguro que, por una pequeña cuota nos protegen por posibles desgracias como incendios, robos, etc. Y si eso hacemos con las cosas materiales, para protegerlas, mucho más debemos hacerlo con las cosas espirituales, y entre ellas la mayor es la Gracia de Dios en nuestra alma, que debemos cuidar y tratar de asegurarla contra todo riesgo. ¿Cómo haremos, puesto que los demonios son astutísimos y tenemos enemigos por todas partes? Hay un seguro contra todo riesgo que nos ha dado el mismo Dios por su amor infinito hacia nosotros. Este seguro es María Santísima. Si nos encomendamos a Ella y le damos todo lo que tenemos, absolutamente todo, Ella nos lo cuidará y estaremos a salvo para siempre. ¿Y hay que pagar mucho dinero para obtener esta protección? preguntará alguno. Esto no se compra con dinero sino con amor, es decir, con tierna devoción a María, con invocarla constantemente y tener su Nombre santísimo en los labios y vivir en su presencia.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Joel 1,13-15.2,1-2
 
Salmo: Sal 9(9A) 2-3.6.16.8-9
 
SANTO EVANGELIO: Lc 11,15-26
En aquel tiempo, después de que Jesús hubo expulsado un demonio, algunos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo.
Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
»Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: ‘Me volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio».
 
Comentario:
Hoy contemplamos asombrados cómo Jesús es ridículamente “acusado” de expulsar demonios «por Beelzebul, Príncipe de los demonios» (Lc 11,15). Es difícil imaginar un bien más grande —echar, alejar de las almas al diablo, el instigador del mal— y, al mismo tiempo, escuchar la acusación más grave —hacerlo, precisamente, por el poder del propio diablo—. Es realmente una acusación gratuita, que manifiesta mucha ceguera y envidia por parte de los acusadores del Señor. También hoy día, sin darnos cuenta, eliminamos de raíz el derecho que tienen los otros a discrepar, a ser diferentes y tener sus propias posiciones contrarias e, incluso, opuestas a las nuestras.
Quien lo vive cerrado en un dogmatismo político, cultural o ideológico, fácilmente menosprecia al que discrepa, descalificando todo su proyecto y negándole competencia e, incluso, honestidad. Entonces, el adversario político o ideológico se convierte en enemigo personal. La confrontación degenera en insulto y agresividad. El clima de intolerancia y mutua exclusión violenta puede, entonces, conducirnos a la tentación de eliminar de alguna manera a quien se nos presenta como enemigo.
En este clima es fácil justificar cualquier atentado contra las personas, incluso, los asesinatos, si el muerto no es de los nuestros. ¡Cuántas personas sufren hoy con este ambiente de intolerancia y rechazo mutuo que frecuentemente se respira en las instituciones públicas, en los lugares de trabajo, en asambleas y confrontaciones políticas!
Entre todos hemos de crear unas condiciones y un clima de tolerancia, respeto mutuo y confrontación leal en el que sea posible ir encontrando caminos de diálogo. Y los cristianos, lejos de endurecer y sacralizar falsamente nuestras posiciones manipulando a Dios e identificándolo con nuestras propias posturas, hemos de seguir a este Jesús que —cuando sus discípulos pretendían que impidiera que otros expulsaran demonios en nombre de Él— los corrigió diciéndoles: «No se lo impidáis. Quien no está contra vosotros, está con vosotros» (Lc 9,50). Pues, «todo el coro innumerable de pastores se reduce al cuerpo de un solo Pastor» (San Agustín).
* Rev. D. Josep PAUSAS i Mas (Sant Feliu de Llobregat, España)
 
Santoral Católico:
San Hugo de Génova
Religioso
Nació en Alessandria (Italia) hacia el año 1168, de la noble familia de los Canefri. No parece que recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las cruzadas. Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los intereses de la cristiandad. Vuelto a Italia, lo destinaron a regir, en calidad de maestre, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en Génova, casa que tenía un hospital añejo. Allí brilló por su bondad y caridad en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el hospital, así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de embarcarse o al regresar de Tierra Santa. Se le atribuyeron muchos milagros, como el de haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas de un hospital pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres. Murió hacia el año 1233.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
"En la medida que pasan los años
debemos servir con mayor diligencia a Dios
en todo aquello a lo que nos obliga
nuestra vocación y profesión cristiana"
(SANTO PADRE PÍO)
 
Tema del día:
Aprendiendo a vivir contentos
Buscar elegancia sin buscar el lujo, y lo delicado, en lugar de lo que está de moda.
 
Ser dignos y respetar, ser pudientes sin ser ricos, estudiar intensamente, pensar tranquilamente, hablar suavemente.
 
Ser pacientes escuchando a las estrellas y a los pájaros, así como a los imprudentes y a los sabios, con el corazón abierto.
 
Tolerar todo con alegría, hacer todo con bravura, esperar por las  ocasiones sin apresurarse.
 
En una palabra, dejar que lo interior, lo sencillo y lo consciente se haga parte de mi todo.
 
Cuando pienso en las personas y los acontecimientos que me han bendecido, mi corazón canta de alegría.
 
Soy una notable creación de un Dios amante, rodeado de vida y abundancia. ¡Me alegro tanto de estar vivo!
 
Cada una de las personas que conozco cumple en mi vida un papel especial. El amor y la felicidad que siento al estar con ellos me hacen recordar la profunda fuente de alegría interior.
 
Sé que esta alegría proviene de Dios, pues Dios es la fuente de todo el júbilo del universo.
 
Al reconocer y agradecer todas las bendiciones de mi vida, me siento sobrecogido por la maravilla que es Dios.
 
Sé que soy una parte importante en el plan general de Dios; dejo surgir libremente mi gozo y mi aprecio.
(William H. Channing)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Dice el Señor: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5, 48). El Señor no sólo se dirige a los Apóstoles sino a todos los que quieren ser de verdad sus discípulos. Para todos, cada uno según sus propias circunstancias, tiene el Señor grandes exigencias. El Maestro llama a la santidad sin distinción de edad, profesión, raza o condición social. Esta doctrina del llamamiento universal a la santidad, fue, por inspiración divina, uno de los puntos centrales de la predicación de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, al recordar que el cristiano, por su Bautismo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana, a la santidad. Más tarde, el Concilio Vaticano II ha ratificado para toda la Iglesia esta vieja doctrina evangélica: el cristiano está llamado a la santidad, desde el lugar que ocupa en la sociedad.
Hoy podemos preguntarnos si nos basta solamente con querer ser buenos, sin esforzarnos decididamente en ser santos. La santidad, amor creciente a Dios y a los demás por Dios, podemos y debemos adquirirla en las cosas de todos los días, que se repiten muchas veces, con aparente monotonía…
La Iglesia nos recuerda la tarea urgente de estar presentes en medio del mundo, para conducir a Dios todas las realidades terrenas. Así lo hicieron los primeros cristianos. Esto sólo será posible si nos mantenemos unidos a Cristo mediante la oración y los sacramentos. El Señor pasó su vida en la tierra haciendo el bien (Hechos 10, 38). El cristiano ha de ser “otro Cristo”. Esta es la gran fuerza del testimonio cristiano. Pidamos a Nuestra Madre que nos ayude ser testigos de su Hijo, mientras nos esforzamos en buscar la santidad en nuestras circunstancias personales.
(P. Francisco Fernández Carvajal)
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de Argentina en el marco de la justicia.
 
Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Octubre 8
Padre Dios, que aprendamos a vivir a ejemplo de san José: los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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