domingo, 3 de octubre de 2021

Pequeñas Semillitas 4808

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4808 ~ Domingo 3 de Octubre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La enseñanza del Evangelio de hoy es diáfana y no admite excepción: una vez que existe matrimonio, ningún poder de este mundo lo puede romper. El matrimonio es un asunto entre tres: un hombre, una mujer y Dios. Por eso tiene ese vínculo que crea una relación semejante a la paterno-filial: el marido y la mujer lo son como el hijo siempre es hijo mientras viva su padre, pase lo que pase. Es absolutamente necesaria esa seguridad para las personas y la sociedad.
Siempre ha habido dificultades en las familias. Es preciso alentar una y otra vez el amor que le dio origen. La solución del divorcio –la mera posibilidad– destruye todo posible rescoldo de amor. La verdadera solución está en la abnegación y el olvido de sí mismo en favor de los demás. El amor, como el fuego, debe ser cuidado y alimentado cada día sacrificando ramas y hojas: detalles de servicio, delicadeza en el trato, saber callar cuando se debe, o hablar cuando el silencio puede resultar hiriente; sembrar buen humor; no querer tener siempre razón, pasar por alto los defectos ajenos, y mil detalles más.
Que el Señor nos ayude en esa tarea para mantener siempre firme la unidad familiar.
 
¡Buenos días María!
La devoción a María es señal de predestinación a la gloria, puesto que el Señor, a quien quiere salvar, le inspira ser muy devoto de María.
¡Qué alegría si somos muy devotos de la Virgen, porque tenemos asegurado el Paraíso! Y no porque podamos seguir pecando tranquilamente, siendo sus devotos, sino porque Ella hará que enderecemos nuestra senda y dejemos el pecado.
Pensemos que el mismo Dios, que es la Belleza infinita, y que por lo tanto conoce de belleza, ha quedado arrobado, enamorado de la belleza de la Virgen. Y que esta idea nos baste para amarla y desear verla en el Cielo, y estar para siempre con Ella disfrutando por los siglos de los siglos.
¡Gracias a Dios que todavía estamos vivos leyendo este mensaje, y que tenemos tiempo de volvernos a María y mejorar nuestro trato con Ella y amarla más cada día, porque entonces nos estamos asegurando un lugar en el Paraíso!
¡Pobres protestantes que tienen en una pobre estima a la Santísima Virgen, y no se dan cuenta de que si Jesucristo nació de Ella, es porque es la más santa de todas las criaturas, y sólo inferior a Dios!
Amemos a María y démosle el gusto de ser buenos, pacíficos, amorosos y valientes, para que esta Señora nos tenga por sus predilectos y nos arranque de la boca del infierno.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Génesis 2,4b.7a.18-24
 
Salmo: Sal 128 (127) 1-2.3.4-5.6
 
Segunda Lectura: Hebreos 2,9-11
 
SANTO EVANGELIO: Mc 10,2-16
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
 
Comentario:
Hoy, los fariseos quieren poner a Jesús nuevamente en un compromiso planteándole la cuestión sobre el divorcio. Más que dar una respuesta definitiva, Jesús pregunta a sus interlocutores por lo que dice la Escritura y, sin criticar la Ley de Moisés, les hace comprender que es legítima, pero temporal: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto» (Mc 10,5).
Jesús recuerda lo que dice el Libro del Génesis: «Al comienzo del mundo, Dios los creó hombre y mujer» (Mc 10,6, cf. Gn 1,27). Jesús habla de una unidad que será la Humanidad. El hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer, siendo uno con ella para formar la Humanidad. Esto supone una realidad nueva: dos seres forman una unidad, no como una "asociación", sino como procreadores de Humanidad. La conclusión es evidente: «Lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Mc 10,9).
Mientras tengamos del matrimonio una imagen de "asociación", la indisolubilidad resultará incomprensible. Si el matrimonio se reduce a intereses asociativos, se comprende que la disolución aparezca como legítima. Hablar entonces de matrimonio es un abuso de lenguaje, pues no es más que la asociación de dos solteros deseosos de hacer más agradable su existencia. Cuando el Señor habla de matrimonio está diciendo otra cosa. El Concilio Vaticano II nos recuerda: «Este vínculo sagrado, con miras al bien, ya de los cónyuges y su prole, ya de la sociedad, no depende del arbitrio humano. Dios mismo es el autor de un matrimonio que ha dotado de varios bienes y fines, todo lo cual es de una enorme trascendencia para la continuidad del género humano» (Gaudium et spes, n. 48).
De regreso a casa, los Apóstoles preguntan por las exigencias del matrimonio, y a continuación tiene lugar una escena cariñosa con los niños. Ambas escenas están relacionadas. La segunda enseñanza es como una parábola que explica cómo es posible el matrimonio. El Reino de Dios es para aquellos que se asemejan a un niño y aceptan construir algo nuevo. Lo mismo el matrimonio, si hemos captado bien lo que significa: dejar, unirse y devenir.
* Rev. D. Fernando PERALES i Madueño (Terrassa, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón".
 
Predicación del Evangelio:
Una sola carne
Varias veces nos muestra el evangelio el hecho de que los fariseos se acercan a Jesús para hacerle alguna pregunta-trampa. Esto lo solían hacer porque había diversas opiniones sobre algo entre los mismos fariseos, o entre los fariseos y saduceos, o entre judíos patriotas y partidarios de los romanos. La trampa consistía en que si Jesús respondía una u otra cosa, siempre se iba a enemistar con algunos. Pero siempre Jesús, siguiendo la verdad y la caridad, no respondía como ellos lo habían planeado.
 
Hoy le preguntan sobre el divorcio. La razón era porque había dos posturas contrapuestas entre los entendidos o comentaristas de la ley. Unos eran tan liberales que afirmaban que el hombre podía divorciarse por cualquier cosa, por ejemplo, que la comida no estuviera según su gusto. Otros en cambio exigían motivos más graves.
 
Jesús les responde que ni mucho ni poco, que no se pueden divorciar, aunque lo dijera Moisés. En realidad no había sido Moisés quien lo había permitido, sino leyes muy posteriores, y había sido por evitar, al parecer, males peores. Jesús apela a la Sagrada Escritura, en el primer libro, donde se expresa que la unión del varón y la mujer forma una unidad plena en su ser, mayor que la que se tiene con los padres. Es una unidad tan grande que los dos forman como una sola carne (un solo ser).
 
Para algunos les parece algo demasiado opresivo. También les debió parecer a los apóstoles y, por si acaso había exagerado o se había equivocado, cuando están solos con Él, se lo vuelven a preguntar. Jesús les dice que el casarse con otra, y lo mismo la mujer con otro, es cometer adulterio. Algunos ven estas palabras en sentido represivo; pero hay que verlas en sentido positivo.
 
Se trata de ver la grandeza del matrimonio, sobre todo si está ratificado con el sacramento. Es el triunfo del amor, que representa además el amor de Dios a la humanidad o el amor de Jesucristo a la Iglesia. Y este amor es total y estable. Las palabras de Jesús no son una imposición, sino una invitación a cultivar cada día el amor. Esto es porque el matrimonio, como todas las cosas vivas que tenemos, como la misma vida y la gracia, deben ser cultivadas. Y en la tierra la vida se cultiva muchas veces con sacrificio. El amor, como hay que construirlo día a día, también se puede destruir día a día, si no se cultiva o se descuida.
 
Para cultivarlo, entre otros consejos, decimos que hay que saber dialogar. Para ello hay que saber escuchar, estar atentos a los detalles y estar por encima de los sentimientos. Y también pedir gracia a Dios, ya que el divorcio viene cuando nos domina el egoísmo, la soberbia y tantos vicios. Después del divorcio suelen venir las consecuencias negativas para ellos y para toda la familia, especialmente los hijos.
 
Hay muchas palabras, que hoy están desvirtuadas, como es el amor y como es el matrimonio. Éste es la unión estable y libre entre un varón y una mujer, jurídicamente reconocidos por el estado o por la Iglesia. Toda otra clase de unión puede llamarse de otra manera, pero no es matrimonio, con todo el respeto. Si somos volubles en los mismos conceptos, no es extraño que lo seamos en la separación de esas uniones.
 
Termina hoy el evangelio con una escena de niños, afirmando Jesús que debemos recibir el Reino de Dios como niños. Debemos ser como los niños que están siempre dispuestos a recibir los regalos. Tener un alma sencilla o abierta ante Dios es muy importante, porque Dios sabe mucho más que nosotros, cuál es la felicidad que nos conviene.
 
Hoy más que argumentos, veamos a tantos buenos esposos que, a pesar de las dificultades de la vida, hacen brillar su amor, como el oro se abrillanta más con el tiempo, y le dan gracias a Dios por ese amor que procuran aumentar cada día.
(P. Silverio Velasco)
 
De los envíos del P. Natalio
A los jóvenes esposos
Cuando Dios regala a una familia un hijo, es porque confía que lo cuidarán con amor y responsabilidad hasta la edad adulta. Se ha escrito mucho sobre cómo educar a los hijos. Por eso, cuando encuentro sobre el tema una orientación luminosa, breve y perfecta, siento el deseo de compartirla para que todos aprovechen ese condensado de sabiduría. Lee y medita.
 
Si el supremo Creador te da un hijo tiembla por el sagrado depósito que confía a tus cuidados. Haz que ese hijo hasta los diez años, te admire. Hasta los veinte, te ame. Y hasta la muerte, te respete. Sé para ese hijo hasta los diez años, su padre, hasta los veinte años, su maestro y hasta la muerte, su amigo.
 
Qué metas simples pero exigentes: ser para el hijo un padre, un maestro y un amigo, poniendo sin embargo el acento hasta los diez años, en la paternidad protectora, hasta los veinte en la docencia del difícil arte de vivir honestamente, y hasta la muerte en la amistad que todo lo comparte con humildad y sabiduría. Es una buena iluminación para orientarte.
* Padre Natalio
 
Rincón poético
 
Recuerda que cualquier momento
es bueno para comenzar
y que ninguno es tan terrible
para claudicar.
No olvides que la causa de Tu presente
es Tu pasado.
Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones,
de quien vivirá a pesar de todo,
piensa menos en tus problemas
y más en tu trabajo y tus problemas
sin alimentarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor
y a ser más grande
que el más grande de los obstáculos.
(Pablo Neruda)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hoy podría ser el día de nuestra muerte. ¿Estamos preparados para partir hacia la eternidad si el Señor nos llama hoy? ¿O tenemos que ir a confesarnos con el sacerdote inmediatamente?
No vivamos nunca en pecado mortal, sino siempre en gracia de Dios, con lo que se llama la preparación remota, para que en caso de no poder recibir los últimos sacramentos, igual nos salvemos pues siempre vivimos en gracia y amistad con Dios.
Nos preocupamos por tantas cosas de la tierra y de nosotros, pero muchas veces nos olvidamos que un día, quizás no lejano, quizás hoy mismo, deberemos morir, ¿y qué será de nosotros si la muerte nos encuentra como estamos ahora?
Dios es paciente, tiene una paciencia infinita, pero nos ha dado un espacio de tiempo para que lo aprovechemos, pues cuando termine ese tiempo, terminará el tiempo de Misericordia, para comenzar el de la Justicia divina.
No desaprovechemos estos llamados que nos hace el Señor, por ejemplo a través de este mensaje que estamos leyendo ahora, pues no sabemos cuánto tiempo más estaremos en este mundo, y lo que realmente importa es la preparación para el otro mundo, que es lo definitivo.
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Buenos Aires, Argentina, llega un agradecimiento a Dios y a las personas que rezaron por la salud de la Hermana Benedicta Enrico, de 89 años, que sufrió traumatismos y fracturas de las que se está recuperando lenta pero favorablemente.
 
  Desde Buenos Aires, Argentina, agradecen las oraciones hechas en favor de Ricardo Luis B., de 80 años de edad, con tumor de pulmón que no ha crecido, está como detenido, lo cual es muy favorable. Que el Señor lo siga ayudando con su gracia.
 
  Desde Córdoba, Argentina, la familia de Juan Carlos G., 64 años agradece a Dios, a la Virgen de Lourdes y a las personas que rezaron por él en su enfermedad cardíaca importante, que por gracia celestial está evolucionando favorablemente con los estudios y tratamientos que realiza. Seguimos unidos en oración para que su recuperación sea completa.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Octubre 3  
El Señor da la sabiduría. Él reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que caminan con integridad. Así como fue asistido san José, danos Señor tu auxilio para obrar en consecuencia. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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