martes, 16 de junio de 2020

Pequeñas Semillitas 4357

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4357 ~ Martes 16 de Junio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La alegría está en todas partes, está en la verde cubierta de nuestro planeta, en la azul serenidad del cielo, en la temeraria exuberancia de la primavera, en la severa abstinencia del gris invierno, en la carne viva que anima nuestro cuerpo, en el perfecto equilibrio de la figura humana, noble y bien parada, en el vivir, en el ejercitar nuestros poderes, en el aprender, en el luchar contra el mal. . .
La alegría está en todas partes. Sepamos encontrarla y repartirla a nuestro alrededor.
 
¡Buenos días!
Aves rapaces y mosquitos
Para tener una buena convivencia con los demás, trata de ser comprensivo, poniéndote en su lugar. Al dialogar con ellos destaca siempre lo que los une. Acepta al vecino, a los del equipo de trabajo tales como son y expresa con sinceridad lo bueno que hacen. Cuando existe comprensión es más fácil disculpar, ser amable y vivir con plenitud la tolerancia mutua.
 
Entre el águila y el buitre hubo una cuestión muy grave y durante mucho tiempo se oyó el ruido de cacareos y graznidos agresivos. Los corvos picos y las garras feroces se afilaban en los peñascos. Se venía una terrible guerra. Pero, al fin, todo se arregló y la cordillera, repartida con justicia, quedó en paz. Poco después el mosquito y la mosca, para no ser menos que las aves de rapiña, empezaron a disputarse la posesión de las orillas de un pantano. Hubo mucho ruido, —así lo aseguraban ellos, pues nadie alcanzó a oírlo—; y cuando hicieron la paz, nadie sabía que hubieran estado por pelear (Godofredo Daireaux).
 
San Juan Pablo II animaba a los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad a que, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, se propusieran construir la paz. Bueno, hoy puedes practicar una idea genial y fácil de Madre Teresa de Calcuta: “La paz comienza con una sonrisa”.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Reyes 21,17-29
 
Salmo: Sal 50,3-4.5-6a.11.16
 
Santo Evangelio: Mt 5,43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».
 
Comentario:
Hoy, Cristo nos invita a amar. Amar sin medida, que es la medida del Amor verdadero. Dios es Amor, «que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» (Mt 5,45). Y el hombre, chispa de Dios, ha de luchar para asemejarse a Él cada día, «para que seáis hijos de vuestro Padre celestial» (Mt 5,45). ¿Dónde encontramos el rostro de Cristo? En los otros, en el prójimo más cercano. Es muy fácil compadecerse de los niños hambrientos de Etiopía cuando los vemos por la TV, o de los inmigrantes que llegan cada día a nuestras playas. Pero, ¿y los de casa? ¿Y nuestros compañeros de trabajo? ¿Y aquella parienta lejana que está sola y que podríamos ir a hacerle un rato de compañía? Los otros, ¿cómo los tratamos? ¿Cómo los amamos? ¿Qué actos de servicio concretos tenemos con ellos cada día?
Es muy fácil amar a quien nos ama. Pero el Señor nos invita a ir más allá, porque «si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener?» (Mt 5,46). ¡Amar a nuestros enemigos! Amar aquellas personas que sabemos —con certeza— que nunca nos devolverán ni el afecto, ni la sonrisa, ni aquel favor. Sencillamente porque nos ignoran. El cristiano, todo cristiano, no puede amar de manera “interesada”; no ha de dar un trozo de pan, una limosna al del semáforo. Se ha de dar él mismo. El Señor, muriéndose en la Cruz, perdona a quienes le crucifican. Ni un reproche, ni una queja, ni un mal gesto...
Amar sin esperar nada a cambio. A la hora de amar tenemos que enterrar las calculadoras. La perfección es amar sin medida. La perfección la tenemos en nuestras manos en medio del mundo, en medio de nuestras ocupaciones diarias. Haciendo lo que toca en cada momento, no lo que nos viene de gusto. La Madre de Dios, en las bodas de Caná de Galilea, se da cuenta de que los invitados no tienen vino. Y se avanza. Y le pide al Señor que haga el milagro. Pidámosle hoy el milagro de saberlo descubrir en las necesidades de los otros.
* Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Terrassa, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Lutgarda
Virgen
Nació en Tongres (Bélgica) el año 1182. A los 17 años profesó en el monasterio benedictino de Santa Catalina de Saint-Trond y, entregada a la vida de oración, comenzó a tener experiencias místicas. Siete años después fue elegida priora, y poco más tarde se pasó a una nueva comunidad que se había propuesto seguir la observancia cisterciense y que se llamó de Nuestra Señora de Aywières. Intensificó su vida de oración y penitencia, por los pecadores y los herejes. El Señor le concedió experiencias espirituales, entre las que destacan las que se aproximan a lo que hoy llamamos devoción al Corazón de Jesús. Murió el año 1246.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
"Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú.
Sé tú el que aparta la piedra del camino”
(Gabriela Mistral)
 
Tema del día:
Aprender del coronavirus
En muy poco tiempo, los seres humanos hemos tomando conciencia de nuestra fragilidad. Hemos descubierto que no sólo hay personas débiles. La humanidad entera es débil. De pronto, la pandemia del coronavirus nos reveló que la humanidad es una especie en peligro. En pocos días nos hemos hecho más humildes y más inseguros. El virus nos ha obligado a pensar, reflexionar y meditar.
 
En un mundo superpoblado en el que no nos ponemos de acuerdo para reaccionar ante el cambio climático, cuando la naturaleza se va deteriorando, cuando hay especies de animales que se van extinguiendo... no es extraño que los virus que también son parte del ecosistema empiecen a reaccionar de modo inesperado.
 
Estos días se están difundiendo en las redes sociales toda clase de reflexiones. Ha tenido un fuerte eco lo que sugiere la escritora brasileña Eliane Brum: “El efecto de la pandemia es el efecto concentrado y agudo de lo que la crisis climática está produciendo ya a un ritmo mucho más lento. Es como si el virus nos hiciera una demostración de lo que viviremos pronto”.
 
No sé si será realmente así. En cualquier caso, el virus no nos permite engañarnos. Nuestra ingenuidad de que el mundo lo controlamos los humanos se ha disuelto en unos días. Hemos de cambiar nuestro modo de vivir. El virus nos está enseñando que todos pertenecemos a la misma especie. Necesitamos urgentemente aprender a vivir de manera más solidaria buscando el bien común de toda la humanidad.
 
El sistema que dirige el mundo en estos momentos es inhumano: conduce a una minoría de privilegiados a un bienestar insensato y deshumanizador, y arruina la vida de inmensas mayorías de seres humanos indefensos. Este sistema hace imposible el consenso de los pueblos para poner en el centro el objetivo del bien común de la humanidad en una tierra que sea la casa de todos.
 
También los cristianos hemos de reflexionar y meditar para descubrir cómo podemos contribuir a aprender a vivir de manera más humana y solidaria después de esta pandemia. Muchos cristianos no conocen que la aportación más importante de Jesús a este mundo ha sido promover el proyecto humanizador de Dios, lo que él llamaba “reino de Dios”. Este proyecto no es propiamente una religión. Va más allá de las creencias, preceptos y ritos de cualquier religión.
 
Según Jesús, el misterio último de la vida es un Dios, Padre de todos. La humanidad es sencillamente la familia de todos su hijos e hijas. El único objetivo del Padre aquí, en esta tierra, es ir construyendo una familia donde reine cada vez más la justicia, la igualdad, la solidaridad. Este es el camino para hacer un mundo cada vez más humano donde todos podamos vivir con dignidad. Y también el que nos permite a los creyentes vivir con la esperanza de conocer un día, más allá de la muerte, la Plenitud de la vida para toda la humanidad.
 
Creer en un Dios, Padre de todos, nos puede ayudar en estos tiempos a sentirnos no sólo miembros de la misma especie sino hijas e hijos de una única familia. El experimentar que todos somos hermanos puede reforzar nuestra capacidad de crecer en solidaridad. El vivir en actitud de fraternidad nos puede impulsar a buscar el bien común de toda la humanidad, empezando por los más pobres y necesitados. La gran llamada de Jesús a los seres humanos es esta: “Ante todo, buscad el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mateo 6,33).
* José Antonio Pagola
 
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
16.- Respeto a la Iglesia
El celo más santo tiene sus manifestaciones más sublimes; no puedo admitir todos los obstáculos que se interponen a la gloria de Dios. He aquí al Corazón de Jesús encendido del celo más ardiente por la gloria del Padre; por Él obra, por Él sufre, a Él da gracias
¿Estás verdaderamente persuadido de que la Iglesia es en verdad la casa de Dios, el lugar donde están los ángeles para hacer la guardia a Jesús eucaristía, el lugar donde se manifiesta más claramente a las almas. Y si estás plenamente convencido, ¿con qué intención te acercas a la iglesia? Déjate guiar por el amor que Dios te tiene.
* Fuente: Web Católico de Javier
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
En la timidez se combinan dos cosas: ¡El temor y el orgullo! Tenemos miedo de lo que la gente pueda opinar de nosotros. Hasta cierto punto eso no está mal, pues debemos interesarnos en que la gente piense bien de nosotros. Pero por otro lado, la Biblia dice que no deben preocuparnos las opiniones de los hombres, ni temer lo que la gente diga o piense de nosotros, si sabemos que lo que hacemos está bien (Pro.29:25; Juan 12:42,43).
La timidez, la cortedad y la vergüenza son en esencia temor, que es lo opuesto a la fe. De modo que para vencer el temor hay que tener más fe. La cura es la fe, la firme fe en Dios... ¡Y ésta viene de leer Sus Palabras y de estar lleno de Su Espíritu! Si piensas en cuánto te ama Dios, empiezas a olvidarte de ti mismo y a pensar más en Él. Ese es el remedio.
Piensa constantemente en el Señor. "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha confiado" (Isa.26:3). Sumérgete en el Señor y Él hará que te olvides de ti mismo. ¡Entrega tu corazón por entero a agradar al Señor y a darlo a conocer a los demás y Él te ayudará a perder todas tus inhibiciones, de manera que sólo pensarás en Cristo, en Su mensaje, en Su amor y en tu amor por los demás!
¿El Señor te ha librado a ti de la timidez? 
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.
 
Pedimos oración por el eterno descanso de Felisa E., fallecida el domingo en la ciudad de Córdoba, Argentina. Que el Dios del Amor la reciba en el reino de los cielos.
 
Pedimos oración para Erika E., de Córdoba, Argentina, que en el día de hoy será sometida a una cirugía endoscópica para extirpación de pólipos en el colon, por lo que rogamos a Jesús Misericordioso que la acompañe y permita que todo salga bien.
 
Pedimos oración para Ethel E., de Córdoba, Argentina, bajo quimioterapia por cáncer de mama, y con altibajos físicos y anímicos. Que la Santísima Virgen le conceda fortaleza para afrontar su tratamiento y finalmente superar su enfermedad.
 
Pedimos oración para Arturo, de USA, que está pasando por una situación muy difícil, rogando al Sagrado Corazón de Jesús que lo ilumine, le dé paz y fortaleza para poder enfrentar esta situación que vive.
 
Pedimos oración para las siguientes personas por distintos motivos: María K., Verita P., Hugo T., Ana Lucía, Mabel T., Nuria, María Ester C., M. Irene, Jorge M., Julia O., Lucho I., Silvio, Guadalupe, Katia y Kristi. Que el Señor atienda generosamente las necesidades de todos ellos.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Junio 16
Sean bondadosos, generosos, comprensivos. Que todos los que se acerquen a ustedes sean mejores y más felices.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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