PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4166 ~ Lunes 18 de Noviembre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
No
dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin
haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas
que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones
las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las
palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase
lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida
es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la
poderosa obra continúa: tú puedes aportar una estrofa.
No
dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre...
(Walt Whitman)
¡Buenos días!
Querer con eficacia
“La
virtud de la fortaleza es una firmeza interior que nos capacita para resistir y
soportar las contrariedades, sufrimientos, cansancios. Nos permite perseverar
en las cosas buenas cuando se vuelven difíciles. También nos ayuda a superar la
pereza, la flojera o la desgana cuando no tenemos deseos de emprender algún
proyecto o de realizar una acción buena”.
Señor, no puedo luchar más... Por eso vengo a orar...
Vengo a decirte lo que yo querría, a exponerte el estado de mi corazón, pero no
de mi corazón con sus imperfecciones, con sus apegos desordenados, sino de mi
corazón, como él querría ser, como tú querrías que fuese, como tú lo sueñas:
sencillo, leal, fiel... Haz de este corazón que querría, un corazón que quiere.
Inspírame tu fuerza, para que se levante y se atreva, para que se obstine. Dame
el gozo embriagador de querer con eficacia, sencillamente porque tú lo deseas,
y porque es hermoso y bueno vencerse para que se haga tu voluntad.
Ojalá
que, por propia experiencia, tengas la certeza que el mejor descanso, ese oasis
interior de paz que necesitas al fin del día, son los brazos divinos del Señor.
Allí está “la verde pradera donde recostarte, de él fluye la fuente tranquila
que repara tus fuerzas agotadas” (Sal 23). La oración es la llave para cerrar
sabiamente la jornada.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: 1Mac 1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64
♥ Salmo: Sal 118, 53. 61. 134. 150. 155. 158
♥ Santo Evangelio: Lc 18, 35-43
En aquel tiempo, sucedió que, al acercarse Jesús a
Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que
pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el
Nazareno y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de
mí!». Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba
mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo, y mandó que
se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres que te
haga?». Él dijo: «¡Señor, que vea!». Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado».
Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el
pueblo, al verlo, alabó a Dios.
♥ Comentario:
Hoy, el ciego Bartimeo (cf. Mc 10,46) nos provee toda
una lección de fe, manifestada con franca sencillez ante Cristo. ¡Cuántas veces
nos iría bien repetir la misma exclamación de Bartimeo!: «¡Jesús, Hijo de
David, ten compasión de mí!» (Lc 18,37). ¡Es tan provechoso para nuestra alma
sentirnos indigentes! El hecho es que lo somos y que, desgraciadamente, pocas
veces lo reconocemos de verdad. Y..., claro está: hacemos el ridículo. Así nos
lo advierte san Pablo: «¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has
recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7).
A Bartimeo no le da vergüenza sentirse así. En no
pocas ocasiones, la sociedad, la cultura de lo que es “políticamente correcto”,
querrán hacernos callar: con Bartimeo no lo consiguieron. Él no se “arrugó”. A
pesar de que «le increpaban para que se callara, (...) él gritaba mucho más:
‘¡Hijo de David, ten compasión de mí!’» (Lc 18,39). ¡Qué maravilla! Da ganas de
decir: —Gracias, Bartimeo, por este ejemplo.
Y vale la pena hacerlo como él, porque Jesús escucha.
¡Y escucha siempre!, por más jaleo que algunos organicen a nuestro alrededor.
La confianza sencilla —sin miramientos— de Bartimeo desarma a Jesús y le roba
el corazón: «Mandó que se lo trajeran y (...) le preguntó: «¿Qué quieres que te
haga?» (Lc 18,40-41). Delante de tanta fe, ¡Jesús no se anda con rodeos! Y...
Bartimeo tampoco: «¡Señor, que vea!» (Lc 18,41). Dicho y hecho: «Ve. Tu fe te
ha salvado» (Lc 18,42). Resulta que «la fe, si es fuerte, defiende toda la
casa» (San Ambrosio), es decir, lo puede todo.
Él lo es todo; Él nos lo da todo. Entonces, ¿qué otra
cosa podemos hacer ante Él, sino darle una respuesta de fe? Y esta “respuesta
de fe” equivale a “dejarse encontrar” por este Dios que —movido por su afecto
de Padre— nos busca desde siempre. Dios no se nos impone, pero pasa
frecuentemente muy cerca de nosotros: aprendamos la lección de Bartimeo y...
¡no lo dejemos pasar de largo!
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Dedicación de las
Basílicas
de San Pedro y San Pablo
Es el aniversario de las basílicas de los santos
apóstoles, protectores de la ciudad de Roma, meta de peregrinaciones a lo largo
de los siglos. La basílica de San Pedro fue construida por el emperador
Constantino hacia el año 350, en la colina Vaticana, sobre el sepulcro que
guarda las cenizas venerables del Apóstol, y la consagró el papa san Silvestre;
la basílica actual fue consagrada por el papa Urbano VIII el año 1626. El mismo
Constantino mandó edificar la basílica de San Pablo, junto a la vía Ostiense,
extramuros de la ciudad de Roma, en el lugar donde se cree que fue decapitado
el apóstol; fue consagrada por el papa Siricio y está regida desde el siglo
VIII por monjes benedictinos; la basílica actual, construida tras el incendio
de la anterior, fue consagrada por Pío IX en 1854. La conmemoración conjunta
expresa simbólicamente la fraternidad de los Apóstoles y la unidad de la
Iglesia. El recuerdo de los dos apóstoles debe fortalecer la fe que nos
transmitieron con su palabra y su martirio. Oración: Defiende a tu
Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por
ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión,
aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Donde hay Fe, hay amor.
Donde hay amor, hay paz.
Donde hay paz, está Dios,
y donde está Dios no falta
nada”
(San Martín de
Porres)
Tema del día:
Bendición del hogar
¡Dios mío!, bendice mi casa, para que sea el hogar
del amor y la paz.
Bendice su puerta, abierta como dos brazos extendidos
que dan la bienvenida a mis invitados.
Bendice las ventanas que dejan entrar el sol a
raudales cada mañana, y por donde se asoman las estrellas del firmamento, que
son luces de esperanza para la humanidad.
Bendice los muros que nos defienden del viento, del
frío, del calor, y que son nuestros amigos en las horas que pasamos en la casa.
Bendice nuestra mesa, y los sitios de trabajo diario
para que nos ayudes, y el lugar de reposo para que nos guardes del peligro.
Bendice el techo que cobija los afanes de hoy, y los
sueños de mañana, y que guarda para siempre entre los vivos, la memoria sagrada
de los que se han ido al cielo.
Bendice la luz de la casa, la madre, bendice la
fuerza, y el aliento el padre, y que sean benditos los hijos, luz de esperanza,
y de sueños futuros.
Bendice los sentimientos, las ternuras, el amor, los
anhelos que florecerán en nuestras vidas cotidianas.
Bendice nuestros pensamientos para que siempre sean
puros, y las palabras para que sean rectas, y que nuestros actos en la tierra
nos conduzcan a Ti.
Bendice nuestras horas de paz y de silencio, para
que fortalezcamos juntos nuestro espíritu, y este nos lleve puros hacia Ti.
Bendice nuestros dolores más profundos, y nuestras
alegrías porque son el corazón de la familia.
Amén.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
El mundo ama los aplausos, los reflectores, los
ruidos, los niveles de audiencia. El mundo quiere victorias fáciles y
deslumbrantes. El mundo ensalza humos vacíos.
El modo de trabajar de Dios es muy diferente. Escoge
formas sencillas, humildes, cercanas, íntimas. Busca servidores abnegados y
alegres, asequibles y cercanos, amantes del silencio fecundo.
Por eso donde hay mucho ruido la acción de Dios no
encuentra caminos para llegar a los corazones. Su gracia llama, discretamente,
a la puerta de los corazones, y luego espera.
Sorprende ese modo humilde de la acción divina. Tan
humilde que nació en un pueblo de pobres y vivió entre los pobres. Tan humilde
que dialogaba con los sabios sin deslumbrarles. Tan humilde que aceptó morir
entre los malhechores. Tan humilde que sigue presente, en silencio, en miles de
sagrarios.
En un mundo de mensajes y de "amigos", de
fotos y de textos, de músicas y de aplausos, el trabajo humilde de Dios pasa,
para muchos, desapercibido. Pero no para quien se deja tocar por su ternura y
le permite entrar en la propia casa para cenar y hablar juntos (cf. Ap 3,20).
Un servicio ofrecido a unos hombres cansados y
hambrientos, unas brasas y unos peces junto a la orilla (cf. Jn 21). Así de
sencillo y así de cercano. El mismo servicio que millones de pecadores, en
cualquier momento, podemos recibir al invocar el don de la misericordia en el
sacramento de la confesión, y el don del Pan que da la vida en la Eucaristía.
Fernando Pascual
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para las siguientes personas de
ciudad de México: María Elena P. S.,
que tiene un tumor en un pulmón; Anselma
P. O., con tumores cancerosos en el colon; Tomasa M., por salud; Verónica
R., en la que se dio el milagro de no necesitar que le implanten un
marcapasos; Sylvia A., con fuerte
depresión; Norma C., con cáncer en
estado terminal; María Elena T., con
cáncer; José Carlos S., con
problemas de esófago; Ana Bertha B.,
con enfermedad en un pulmón; y Aida V.
J. que tiene cáncer. Por todos
ellos, te rogamos Señor.
Pedimos oración por la salud de Luis, de Sevilla, España, de 66 años de edad, afectado de melanoma
maligno con metástasis en pulmones y en cerebro, iniciando un tratamiento oncológico
en estos días. Invocamos a Nuestra Madre de Lourdes para que Ella interceda
ante Jesús por el milagro de la curación.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones,
alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y
pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por
la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por
la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los
jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que
no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos
haciéndolo.
Cinco minutos con Jesús
Noviembre 18
El primer sembrador es Jesús; vino a nosotros para
sembrar en nuestros corazones la semilla de la Palabra del Padre.
Pero también nosotros tenemos que ser sembradores,
encargados de ir llevando esa semilla evangélica por todo el ancho del mundo.
Sembradores de la Palabra de Dios, roturadores del campo de los espíritus a fin
de capacitarlos para que reciban la Palabra. Distribuidores generosos de la
semilla, no guardándola en nuestras personales alforjas, sino lanzándola al
viento del espíritu, que podrá llevarla a regiones insospechadas.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero
de Dios-
(el más pequeñito de
todos)
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