PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4169 ~ Jueves 21 de Noviembre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy,
pensando en la Santísima Virgen María, quiero concentrarme en los pétalos y no
en las espinas. Hoy quiero admirar el azul del cielo sin quejarme de las nubes.
Hoy hago un gozoso balance de mis dones y bendigo al Señor los pocos talentos
que me dio y por su amor sin límites. Hoy tengo tiempo para valorar a mis seres
queridos y dar gracias por mi trabajo, mi vida y mi salud. Destierro el
pesimismo y entierro al desaliento porque me abro jubiloso a la experiencia de
alabar y agradecer. En lugar de envidiar me dedico a elogiar, en lugar de
destruir me dedico a construir, en lugar de llorar me dedico a reír. Hoy tengo
ojos y corazón para asombrarme con las flores, los árboles, las aves y los
peces. Hoy contemplo el universo con ojos nuevos y aprecio tantas maravillas.
Hoy cambio mis lamentos por bendiciones. Hoy veo mis problemas como
oportunidades y me animo a seguir adelante con la ayuda de Dios y de quienes me
aman. Hoy elijo vivir en lugar de morir.....
¡Buenos días!
El loro y el hornero
Cuando
comienzan las dificultades y reveses en tu vida, no pierdas el ánimo, porque
hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes
valorar, entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre
con una voluntad decidida a permanecer firme en desalojar los defectos y
mejorar los buenos hábitos.
Un loro, iba por todas partes, diciendo que su nido
estaba deshecho sin compostura, y tan sucio que ya no se podía vivir en él. El
hornero, extrañaba que pudiera uno hablar tan mal de su propio nido; y un día,
le preguntó al loro por qué no trataba de componer el suyo. —Si no tiene más
remedio, amigo –le contestó el loro–; los loros somos así; luego de hacer algo,
lo destruimos; nuestra raza es una raza ruin. —Haces mal, loro, en hablar así
de tu hogar y de los tuyos –le dijo el hornero–; sería mejor, no ensuciar, ni
destruir tu nido; pero todo mal tiene compostura, menos para el que se figura
que no la tiene. (Daireaux)
Busca
siempre la faz luminosa y positiva de todos los obstáculos y reveses que te
presente cada día. No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de
convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y
vida. Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Zac 2, 14-17
♥ Salmo: Lc 1, 46-55
♥ Santo Evangelio: Lc 19,41-44 (o también: Mt 12, 46-50)
En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y
ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día
el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días
sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te
apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos
que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has
conocido el tiempo de tu visita».
♥ Comentario:
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de
un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha
reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado
en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la
ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta
Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el
mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos
encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el
campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por
el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la
violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos,
arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En
definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el
Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos
quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino
hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha
hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este
Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia,
especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta
presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan
excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde
para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un
niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha
dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas
del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en
medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)
Santoral Católico:
Presentación de la
Santísima Virgen María
Según una tradición apócrifa, la Virgen María, a la
edad de tres años, fue llevada al templo de Jerusalén por sus padres, para ser
debidamente educada en la religión junto con otras niñas. Esta fiesta,
típicamente oriental, recuerda la dedicación de la basílica de Santa María la
Nueva, construida cerca de Templo de Jerusalén, en el lugar donde se creía que
habían vivido los padres de la Virgen. En verdad, lo que hoy celebramos es la
consagración que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida
por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción
inmaculada. En esta fecha son muchas las personas que renuevan las promesas de
consagración religiosa, recordando la oblación primordial que hizo María de sí
misma.
Oración: Te
rogamos, Señor, que a cuantos hoy honramos la gloriosa memoria de la santísima
Virgen María, nos concedas, por su intercesión, participar, como ella, de la
plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras de San Juan Pablo II
“La Virgen Santísima, que
lleva en su seno al Hijo concebido por obra del Espíritu Santo, irradia en
torno a sí, gracia y gozo espiritual. María, la Virgen Madre de Dios y de los
hombres, no sólo es un modelo que se debe imitar, sino también una dulce
presencia de Madre y Hermana en la que se puede confiar”
Historias:
Decencia
Un anciano conoce a un joven quien le pregunta:
- ¿Se acuerda de mí? Y el anciano le dice que no.
Entonces el joven le dice que fue su alumno. Y el
profesor le pregunta:
- ¿Qué estás haciendo, a qué te dedicas?
El joven le contesta: "Bueno, me convertí en
Profesor"
- Ah, qué bueno ¿Cómo yo? (le dijo el anciano)
- Pues, sí. De hecho, me convertí en Profesor porque
usted me inspiró a ser como usted.
El anciano, curioso, le pregunta al joven qué momento
fue el que lo inspiró a ser Profesor. Y el joven le cuenta la siguiente
historia:
- “Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó
con un hermoso reloj, nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saqué
de su bolsillo. Poco después, mi amigo notó el robo y de inmediato se quejó a
nuestro Profesor, que era usted. Entonces, usted se dirigió a la clase:
- El reloj de su compañero ha sido robado durante la
clase de hoy. El que lo robó, por favor que lo devuelva.
No lo devolví porque no quería hacerlo. Luego usted,
cerró la puerta y nos dijo a todos que nos pusiéramos de pie y que iría uno por
uno para buscar en nuestros bolsillos hasta encontrar el reloj. Pero, nos dijo
que cerráramos los ojos, porque lo buscaría solamente si todos teníamos los
ojos cerrados. Así lo hicimos, y usted fue de bolsillo en bolsillo, y cuando
llegó al mío encontró el reloj y lo tomó. Usted continuó buscando los bolsillos
de todos, y cuando terminó, dijo: “Abran los ojos. Ya tenemos el reloj”.
Usted no me dijo nada, y nunca mencionó el episodio.
Tampoco dijo nunca quién fue el que había robado. Ese día, usted salvó mi
dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también fue
el día que mi dignidad se salvó de no convertirme en ladrón, mala persona, etc.
Usted nunca me dijo nada, y aunque no me regañó ni me llamó la atención para
darme una lección moral, yo recibí el mensaje claramente. Y gracias a usted
entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero educador. ¿Se acuerda de ese
episodio, Profesor?
Y el Profesor responde: "Yo recuerdo la
situación, el reloj robado, que busqué en todos, pero no te recordaba, porque
yo también cerré los ojos mientras buscaba."
Esto es la esencia de la decencia. Si para corregir
necesitas humillar; no sabes enseñar.
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de
este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando
allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas
Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma
completa los documentos papales: "Lumen
Fidei", "Evangelii Gaudium",
"Misericordiae Vultus" y
"Laudato Si". También está
el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de
grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para
los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Un minuto con María
San Nicolás de Tolentino (1246-1305), un monje de la
Orden de los Ermitaños de San Agustín, ayunaba en todas las vísperas de las
festividades de la Santísima Virgen y todos los sábados del año con pan y agua.
Como estaba enojado un día porque, debido a una
enfermedad grave, sus superiores lo habían obligado a romper el ayuno, la
Virgen María le demostró cuánto la había conmovido su gran devoción: Ella
revivió e hizo volar dos perdices asadas que le habían servido a Nicolás
durante la primera comida con la que tuvo que romper el ayuno. A la noche
siguiente, Ella le presentó un poco de pan mojado en un vaso de agua y fue el
remedio que lo curó de una fiebre maligna, de la cual ningún médico había
podido curarlo.
Y la Virgen le prometió a Nicolás que este mismo
remedio le serviría, después de su muerte, a todos aquellos que lo usaran
invocándolo. De allí viene el milagroso pan de san Nicolás que se bendice cada
año en los Conventos de San Agustín, un pan bendecido que hace maravillas todos
los días.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos con Jesús
Noviembre 21
Si examinas la experiencia de tu vida, constatarás
que siempre que te apartaste del Señor, sentiste la inseguridad bajo tus pies.
También para ti permitirá el Señor algunos días o
noches, o al menos momentos de tormenta, combates de tentación, luchando sin
descanso para vencer. En estas circunstancias no pienses que Jesús te
abandonará, sino piensa más bien que está a tu lado; no tardes en tomar la mano
de Jesús que se alarga hacia ti; Jesús pone el gesto salvador de su parte; no
hagas tú que ese gesto resulte ineficaz.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero
de Dios-
(el más pequeñito de
todos)
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