jueves, 30 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5500

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5500 ~ Jueves 30 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Trata de leer y estudiar siempre que puedas. Actualízate leyendo buenos libros para alimentar también tu mente y espíritu.
Cuida tu intelecto aumentando tu cultura. Estudiando, estarás ejercitando tu cerebro, aprendiendo y vivenciando.
Abandona tus futilidades que sólo sirven para dejarlo inseguro, vacío y cercano a las tentaciones mundanas.
Discute asuntos importantes con las personas, pero cultiva la humildad para no herir susceptibilidades de nadie.
Lee y aprende todo lo que puedas. Las personas se enorgullecerán de tenerte como amigo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Rom 10,9-18
 
Salmo: Sal 18, 2-3. 4-5
 
Santo Evangelio: Mt 4,18-22
En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, Le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
 
Comentario:
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
* Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia) © Textos de Evangeli net – Imagen: Misioneros Digitales Católicos.
 
Santoral Católico:
San Andrés
Nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades, y fue primero discípulo de Juan Bautista. Encontrándose éste en compañía de dos de sus discípulos, Andrés y Juan Evangelista, pasó Jesús, de quien dijo el Bautista: «He aquí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron y siguieron a Jesús; éste, volviéndose, les preguntó: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «¿Dónde vives?», y Jesús les contestó: «Venid y lo veréis». Ellos fueron y se quedaron con Él aquel día. Andrés se encontró después con su hermano Simón Pedro, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», y lo llevó donde Jesús. Más tarde, caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a los hermanos Simón Pedro y Andrés echando las redes, y les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Según la tradición, después de Pentecostés, Andrés predicó el Evangelio en Asia Menor y en Grecia, y sufrió el martirio en Patrás de Acaya, crucificado en una cruz en forma de aspa.
Oración: Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud, a hablar con entusiasmo de Él, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte»
(BENEDICTO XVI)
 
Historias:
Lourdes me ofreció un regalo tras otro
Cuando cumplí 51 años, comenzó mi vida de enferma. La palabra "enfermedad" se convirtió en parte de mi identidad, cuando me diagnosticaron linfoma folicular después de un chequeo de rutina. El cáncer no era el regalo de cumpleaños que esperaba, pero el viaje espiritual que estaba a punto de emprender, realmente cambiaría mi vida.
 
Lourdes siempre ha tenido un lugar especial en mi corazón. Mi madre me dijo que yo era descendiente de Jeanne Abadía, la joven que acompañó a santa Bernadette Soubirous a recoger leña en la Gruta de Massabielle, donde se apareció nuestra Santísima Madre. Visitar el cementerio de Lourdes donde descansa mi tía tatarabuela representó una gran gracia. Y por milagro, allí me encontré el pasado mes de mayo, en el cementerio local, con el monumento de la familia Abadía a un lado y el de la familia Soubirous al otro. Fue un momento especial. Mi hija Michelle, de 16 años —apenas mayor que Bernadette y de la edad de Jeanne en el momento de la aparición de la Santísima Madre— y yo, oramos por ambas familias.
 
El año pasado fui invitada por la Asociación Occidental de la Orden de Malta a su peregrinación anual a Lourdes. Además, Michelle ahora podía acompañarme, lo que no era posible en 2020, cuando tenía 13 años. Los miembros de la Orden me ayudaron durante toda la peregrinación y, gracias a su ayuda, logré ser plenamente receptiva a las gracias de la peregrinación.
 
Es difícil contar todas las bendiciones que recibí durante la semana que pasé en Lourdes. Mi objetivo principal era visitar la gruta, que es más hermosa de lo que había imaginado. Al tocar la roca mojada, quedé impresionada por el maravilloso evento que allí sucedió. Esta experiencia me conmovió tanto que regresé varias veces durante la peregrinación. Mi hija y yo también bebimos agua del manantial. Nos lavamos las manos y la cara. Sentí una sensación de purificación y renovación de mi fe, así como un profundo amor y unión con mi única hija.
 
El último día completo llovió, pero fue una oportunidad para reflexionar. Consideré el dolor y la confusión que sentí cuando me diagnosticaron por primera vez, y cuán claramente contrastaba con la paz y el amor que había experimentado en los años transcurridos desde ese día. En Lourdes, hice una confesión con el sacerdote de mi grupo, en la que reflexioné sobre mi vida. Confesé todo lo que sentía que necesitaba sanación y perdón.
 
Después de mi confesión, visité la Capilla de la Adoración, encendí una vela por mis intenciones y oré mientras recorría el Vía crucis esculpido bellamente en mármol. Posteriormente fui a ver el Vía crucis del exterior, hecho en bronce y en tamaño natural. Fue un viaje de pasión y reflexión.
 
La Santísima Virgen dijo a santa Bernardita: "No prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro. ¿Me harías el favor de venir aquí durante quince días?". Millones de peregrinos pronto seguirían los pasos de Bernardita. Aunque saben que no encontrarán la felicidad eterna en esta vida, los momentos de alegría que sienten al estar cerca de nuestra Santísima Madre son una experiencia que nunca olvidarán. Por mi parte, siempre recordaré esos momentos. Son para mí fuente de renovación y de paz, y estaré eternamente agradecida a María.
 
Janet Russell, 30 de agosto de 2023.
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(Texto e imagen de osvnews.com)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa. Pero Dios le dio un cactus y una oruga. El hombre quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó errado. Luego pensó: ‘Con tanta gente que atender’... y resolvió no cuestionar.
Pasado algún tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado. Para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más bella de las flores. Y la horrible oruga se había transformado en una bellísima mariposa.
Dios siempre hace lo correcto. Su camino es el mejor, aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado. Si has pedido a Dios una cosa y has recibido otra, confía. Ten la seguridad de que Él siempre te proporcionará lo que necesitas en el momento adecuado. No siempre lo que deseas es lo que necesitas. Como Él nunca falla en la entrega de sus pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar...
Así como fue necesario un viernes santo para que haya un domingo de resurrección, la espina de hoy... será la flor de mañana.
 
Recordando al Padre Natalio
Rara flor en el precipicio
Confiar en Dios es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.
 
Unos  científicos exploraban un rincón desconocido de los Alpes, en busca de nuevas especies de flores. Un día notaron con sus binoculares una flor muy rara y bella, de gran valor para la ciencia. Pero la flor se hallaba en un profundo precipicio. Sólo sostenido de una cuerda se podía bajar por el despeñadero. Un muchacho curioso observaba la escena. Los científicos le propusieron pagarle bien si se dejaba bajar por el despeñadero, para cortar la flor que había en el fondo. El muchacho miró el peligroso precipicio, y luego dijo: “Regreso en un minuto”. Al poco rato volvió seguido de un hombre de pelo canoso, se acercó al botánico y le dijo: "Bajaré por el despeñadero, y les traeré la flor, si este hombre sostiene la cuerda. Es mi papá". Si alguna otra persona sostiene la cuerda, no me atreveré.
 
“No temas, yo estoy contigo”, es un maravilloso tema bíblico que puedes profundizar en el libro de Josué, capítulo 1, 1-10. Allí Dios una y otra vez repite al héroe, antes de su gesta guerrera en la tierra que mana leche y miel: “Sé valiente, no temas, porque yo estaré siempre contigo, adonde quiera que vayas”. Que estas palabras fortalezcan tu confianza.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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