domingo, 19 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5489

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5489 ~ Domingo 19 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
La Iglesia nos ofrece en este domingo una enseñanza más de Jesucristo sobre el Reino de los Cielos. Si en otro momento nos recordaba que es un Reino siempre actual que reclama del hombre un interés permanente, como el de las vírgenes prudentes, ahora nos hace ver que es además un Reino a la medida de cada uno. Los hombres, como servidores del gran Rey, nos vemos dotados de diversos talentos que nos configuran, que definen nuestra capacidad. Dios, Señor de cielos y tierra y justo juez, retribuye a cada individuo –depositario de sus dones– en función del empeño por corresponder a esos dones que de Él ha recibido. Ese empeño, desvelo y medida del interés y amor por su Señor, es la respuesta humana al requerimiento divino.
No es, por consiguiente, lo decisivo para cada persona si tiene muchos o pocos talentos. Dios, Señor absoluto, nos los ha otorgado de modo diverso a cada uno según su voluntad; y es más importante lo que libremente ponemos de nuestra parte para hacer rendir los dones divinos.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Prov 31,10-13.19-20.30-31
 
Salmo: Sal 127, 1-2. 3. 4-5
 
Segunda Lectura: 1Tes 5,1-6
 
Santo Evangelio: Mt 25,14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó.
»Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
»Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’.
»Llegándose también el de los dos talentos dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’.
»Llegándose también el que había recibido un talento dijo: ‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo’. Mas su señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos narra otra parábola del juicio. Nos acercamos a la fiesta del Adviento y, por tanto, el final del año litúrgico está cerca.
Dios, dándonos la vida, nos ha entregado también unas posibilidades -más pequeñas o más grandes- de desarrollo personal, ético y religioso. No importa si uno tiene mucho o poco, lo importante es que se ha de hacer rendir lo que hemos recibido. El hombre de nuestra parábola, que esconde su talento por miedo al amo, no ha sabido arriesgarse: «El que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor» (Mt 25,18). Quizá el núcleo de la parábola pueda ser éste: hemos de tener la concepción de un Dios que nos empuja a salir de nosotros mismos, que nos anima a vivir la libertad por el Reino de Dios.
La palabra "talento" de esta parábola -que no es nada más que un peso que denota la cantidad de 30 Kg de plata- ha hecho tanta fortuna, que incluso ya se la emplea en el lenguaje popular para designar las cualidades de una persona. Pero la parábola no excluye que los talentos que Dios nos ha dado no sean sólo nuestras posibilidades, sino también nuestras limitaciones. Lo que somos y lo que tenemos, eso es el material con el que Dios quiere hacer de nosotros una nueva realidad.
La frase «a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» (Mt 25,29), no es, naturalmente, una máxima para animar al consumo, sino que sólo se puede entender a nivel de amor y de generosidad. Efectivamente, si correspondemos a los dones de Dios confiando en su ayuda, entonces experimentaremos que es Él quien da el incremento: «Las historias de tantas personas sencillas, bondadosas, a las que la fe ha hecho buenas, demuestran que la fe produce efectos muy positivos (…). Y, al revés: también hemos de constatar que la sociedad, con la evaporación de la fe, se ha vuelto más dura…» (Benedicto XVI).
* P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)
 
Pensamiento del día
 
«El talento es dado por Dios. Se humilde. La fama es dada por el hombre. Está agradecido. La vanidad es auto dada. Ten cuidado.»
(John Wooden)
 
Predicación del Evangelio:
No enterrar la vida
La parábola de los talentos es seguramente una de las más conocidas. Antes de salir de viaje, un señor confía sus bienes a tres empleados. Los dos primeros se ponen de inmediato a trabajar. Cuando el señor regresa, le presentan los resultados: ambos han duplicado los talentos recibidos. Su esfuerzo es premiado con generosidad, pues han sabido responder a las expectativas de su señor.
 
La actuación del tercer empleado es extraña. Lo único que se le ocurre es «esconder bajo tierra» el talento recibido y conservarlo seguro hasta el final. Cuando llega el señor, se lo entrega pensando que ha respondido fielmente a sus deseos: «Aquí tienes lo tuyo». El señor lo condena. Este empleado «negligente y holgazán» no ha entendido nada. Solo ha pensado en su seguridad.
 
El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al seguimiento comprometido a Jesús.
 
Es muy tentador vivir siempre evitando problemas y buscando tranquilidad: no comprometernos en nada que nos pueda complicar la vida, defender nuestro pequeño bienestar. No hay mejor forma de vivir una vida estéril, pequeña y sin horizonte.
 
Lo mismo sucede en la vida cristiana. Nuestro mayor riesgo no es salirnos de los esquemas de siempre y caer en innovaciones exageradas, sino congelar nuestra fe y apagar la frescura del evangelio. Hemos de preguntarnos qué estamos sembrando en la sociedad, a quiénes contagiamos esperanza, dónde aliviamos sufrimiento.
 
Sería un error presentarnos ante Dios con la actitud del tercer siervo: «Aquí tienes lo tuyo. Aquí está tu evangelio, el proyecto de tu reino, tu mensaje de amor a los que sufren. Lo hemos conservado fielmente. No ha servido para transformar nuestra vida ni para introducir tu reino en el mundo. No hemos querido correr riesgos. Pero aquí lo tienes intacto».
-
(Texto de José Antonio Pagola  - Imagen de El mensaje de Jesús)
 
Poesía
Buenos Aires
Y la ciudad, ahora, es como un plano
de mis humillaciones y fracasos;
desde esa puerta he visto los ocasos
y ante ese mármol he aguardado en vano.
 
Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
me han deparado los comunes casos
de toda suerte humana; aquí mis pasos
tejen su incalculable laberinto.
 
Aquí la tarde cenicienta espera
el fruto que le debe la mañana;
aquí mi sombra en la no menos vana
 
sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
será por eso que la quiero tanto.
-
(Jorge Luis Borges)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Canadá llega el agradecimiento a Dios y a los orantes por la notable mejoría experimentada por Katia Elena (53 años), luego de cirugías y superar diversas complicaciones posteriores. Seguimos rezando por tu total curación.
 
💕 Desde Buenos Aires, Argentina, Alicia Liliana A., agradece al Señor y también a las personas que rezaron por su cirugía de oídos que se hizo el martes pasado con resultados muy exitosos. Nos sumamos a esa plegaria de acción de gracias.
 
💕 Desde Colombia llega este mensaje que transcribimos a continuación: "En nombre de José Humberto Posso Ortiz y el de su familia, expresamos nuestro sentimiento de gratitud por las oraciones y peticiones hechas a Dios por la salud y bienestar de Humberto. Sus oraciones hicieron posible el milagro de la vida, hoy se recupera satisfactoriamente en su casa después de varios días de hospitalización. Dios les bendiga y multiplique sus buenos deseos. Abrazo cálido y fraterno. Atentamente Familia Posso Ortiz".
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. 
Amén.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
La larga y hermosa parábola que narra el Evangelio de este domingo nos invita a pensar en el reparto de talentos que el Señor ha hecho y, en particular, en los que nos han tocado a nosotros. Quizá nos parezca que a otros les ha dado más, o que les ha dado algunos de los que a nosotros nos hubiera gustado tener. Nos sorprenderíamos si supiéramos que quizá esas personas tan envidiadas nos envidian a su vez a nosotros o envidian a otros cuyos talentos no poseen.
De lo que se trata no es de andar comparando quién tiene más y quién tiene menos, sino de ver lo que cada uno de nosotros ha recibido y sacarle el mejor partido posible para obtener el rendimiento que Dios espera. El Señor ha invertido en nosotros y tiene derecho a recibir los "intereses". Su inversión ha tenido muchas facetas: una familia religiosa en la que hemos recibido la fe y un alto concepto de la moral y del deber; unas determinas posibilidades culturales; el nacimiento en un país y no en otro; la salud; los amigos; el encuentro con determinada persona o determinado grupo que te ha ayudado tanto en la vida, y así tantas y tantas cosas. Todos son dones de Dios, que nos han sido dados no por capricho o para que nos beneficiemos de ellos sólo nosotros, sino para que produzcan frutos de los que todos puedan enriquecerse. Dios tiene derecho a recoger en proporción a lo sembrado, en proporción a la invertido. Y si no lo hace, no olvidemos lo que también enseña la parábola: al que no ha querido rendir, el Señor le pedirá cuentas. (P. Santiago Martín)
 
Recordando al Padre Natalio
Como un niño
Una vez Jesús con un niñito en sus brazos dijo: Si no vuelven a ser como niños, no podrán entrar en el reino de los cielos. Un pequeñín es humilde, confiado, sencillo, sincero, puro, inocente. Sólo así podré entrar en el reino de Dios. ¿Una meta difícil, verdad? Pero te orienta para ir modelando tu mentalidad y para pedir ese don especial. Puedes orar así:
 
Señor, mi Dios, quiero ser como un niño. A veces no sé bien lo que eso significa, pero me pongo en tus manos, me abandono. Consuélame en mis heridas, anímame en mis cansancios, envíame a los heridos y agobiados, para que yo sea tu ungüento y tu fuerza en medio del mundo necesitado. (Francisco Jiménez).
 
“Como el niño que no sabe dormirse sin asirse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde. Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y esperanza, así descansará mi alma segura, sabiendo que eres tú, Señor, quien nos aguarda”.  Hermoso himno para concluir el día. El Señor te bendice.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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