viernes, 15 de diciembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5515

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5515 ~ Viernes 15 de Diciembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Esta es la última edición de “Pequeñas Semillitas” previa al breve período de descanso que se extenderá hasta el 9 de enero. En realidad son muy pocas las ocasiones a lo largo de estos diez y ocho años de publicaciones en que he tomado vacaciones, o he tenido que viajar, o he estado enfermo. Mi deseo y mi vocación es estar todos los días “sembrando” la Palabra de Jesús, el Santoral y los demás temas que componen este boletín. Pero esta vez se hace necesario un descanso.
Quienes deseen leer el Evangelio y el Santoral de cada día pueden buscarlo en las muchas páginas que hay en internet a través de Google o las misas en YouTube.
Para verdaderamente “descansar de internet y las redes” mucho agradeceré que en estos días no me escriban ni me envíen mensajes por ningún medio. Salvo alguna situación de verdadera urgencia que no se pueda postergar, en otras cosas no voy a responder nada.
Vaya pues para todos el sincero deseo de muy Feliz Navidad, recordando que no es una fiesta pagana sino el nacimiento de Jesús, nuestro Dios hecho hombre. Y pidamos al Niño de Belén que el año 2024 traiga paz, trabajo, prosperidad y amor en cada rincón del mundo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 48,17-19
 
Salmo: Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
 
Santo Evangelio: Mt 11,16-19
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».
 
Comentario:
Hoy, debiéramos removernos ante el suspiro del Señor: «Con quién compararé a esta generación?» (Mt 11,16). A Jesús le aturde nuestro corazón, demasiadas veces inconformista y desagradecido. Nunca estamos contentos; siempre nos quejamos. Incluso nos atrevemos a acusarle y a echarle la culpa de lo que nos incomoda.
Pero «la Sabiduría se ha acreditado por sus obras» (Mt 11,19): basta contemplar el misterio de la Navidad. ¿Y nosotros?; ¿cómo es nuestra fe? ¿No será que con esas quejas tratamos de encubrir la ausencia de nuestra respuesta? ¡Buena pregunta para el tiempo de Adviento!
Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. A otros, incluso, les molesta su simple presencia: «Fuera, fuera, crucifícalo» (Jn 19,15). Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI) y nosotros parecemos "el hombre-que-se-va": «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron» (Jn 1,11).
¿Por qué huimos? Por nuestra falta de humildad. San Juan Bautista nos recomendaba "menguarnos". Y la Iglesia nos lo recuerda cada vez que llega el Adviento. Por tanto, hagámonos pequeños para poder entender y acoger al "Pequeño Dios". Él se nos presenta en la humildad de los pañales: ¡nunca antes se había predicado un "Dios-con-pañales"! Ridícula imagen damos a la vista de Dios cuando los hombres pretendemos encubrirnos con excusas y falsas justificaciones. Ya en los albores de la humanidad Adán lanzó las culpas a Eva; Eva a la serpiente y…, habiendo transcurrido los siglos, seguimos igual.
Pero llega Jesús-Dios: en el frío y la pobreza extrema de Belén no vociferó ni nos reprochó nada. ¡Todo lo contrario!: ya empieza a cargar sobre sus pequeñas espaldas todas nuestras culpas. Entonces, ¿le vamos a tener miedo?; ¿de verdad van a valer nuestras excusas ante ese "Pequeño-Dios"? «La señal de Dios es el Niño: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad» (Benedicto XVI).
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa María de la Rosa
Nació en Brescia (Lombardía, Italia) el año 1813 en el seno de una familia aristocrática. Huérfana de madre a los once años, se educó en el colegio de la Visitación. Su padre quería casarla, pero ella decidió permanecer fiel al voto de castidad que había hecho. El padre la envió a Acquafredda para que se hiciera cargo de su fábrica de hilados de seda. Ella organizó ayudas para los necesitados y se dedicó a la educación cristiana femenina, tarea en la que la ayudaron algunas jóvenes. Juntas, como enfermeras voluntarias, se entregaron a ayudar a las víctimas del cólera de 1836. Luego se dedicaron a la atención de enfermos y huérfanos. En 1840 eran ya un grupo de más de treinta muchachas, sin reconocimientos legales pero reconocidas por el pueblo por su entrega, por ejemplo, a la atención de las víctimas del levantamiento de la ciudad contra los austríacos en 1849. Por fin el Instituto de las Esclavas de la Caridad fue aprobado por la Santa Sede en 1851. Murió en Brescia el año 1855. 
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
que se funda en la convicción
de que la adversidad,
por más que nos paralice y dañe,
no tiene la última palabra»
(SANTIAGO KODADLOFF)
 
Aviso importante:
Receso vacacional y cambios
Se informa a los lectores de “Pequeñas Semillitas” que este boletín estará en receso por vacaciones desde el 16 de diciembre (última publicación hoy viernes 15) hasta el 9 de enero (retornamos el miércoles 10), para tomar unas necesarias vacaciones y al mismo tiempo hace ajustes técnicos.
Asimismo, y como sucede todos los años, con el inicio de las publicaciones del nuevo año se producirán algunos cambios para ir renovando la página. Así pues, finalizamos con los “Recuerdos del Padre Natalio”, de quien hemos publicado muchos años sus famosos “Buenos días” (mientras él estaba en vida), y durante todo  2023 lo hemos traído nuevamente con sus Recuerdos. Ya es tiempo de dejarlo descansar.
También finaliza en 2024 la publicación de la “Poesía del domingo”, habiendo agotado ya en estos años una gran cantidad de temáticas y siendo necesario producir cambios en la estructura de la página.
Los temas esenciales de “Pequeñas Semillitas” seguirán sin cambios: la introducción (“Alabado sea Jesucristo”); la Palabra de Dios con su comentario; el Santoral; el Pensamiento del día; la Meditación de cada jornada; y el tema central que varía entre lo religioso, lo de interés general, lo médico, las historias, y algunas otras temáticas; los pedidos de oración (lunes, miércoles y viernes); los agradecimientos (domingos) y el humor (sábados).
En reemplazo de las secciones que terminan su ciclo de publicaciones, se introducirán otras nuevas, que ya se irán avisando.
También comunicamos que la “Biblioteca de Pequeñas Semillitas” está momentáneamente en reparaciones por un desperfecto técnico, hasta nuevo aviso.
Muchas gracias.
 
Tema del día:
Hoy puede ser un gran día
Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
 
Hoy puedo quejarme porque el día sea lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.
 
Hoy me puedo sentir triste porque no me queda más dinero o puedo estar contento de que mis finanzas me empujen a planificar mis compras con inteligencia y me guían lejos del derroche.
 
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo.
 
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
 
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
 
Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas amistades.
 
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo que hacer.
 
Hoy puedo llorar porque no tengo un amor al cual abrazar, o simplemente pensar que en algún sitio hay alguien que está esperándome.
 
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
 
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque El Señor me ha dado un techo para mi mente, cuerpo y alma.
 
Hoy se presenta ante mi este día esperando a que yo le dé forma, y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma.
 
Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
 
Que tengas un gran día, a menos que tengas otros planes. Y recuerda: al levantarte, encomienda tu día al Espíritu Santo para que te guíe en todas tus acciones y decisiones.
(Texto del Web Católico de Javier – Imagen de Ivoox)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Sacerdote es un hombre de Dios, pero sigue siendo hombre, y si bien el Señor lo ha elegido para una gran misión, es también sabido que el demonio lo quiere arruinar porque sabe que haciendo caer a un alma sacerdotal, consagrada, precipita en el Infierno a un buen número de almas.
Imitemos a Santa Teresita que rezaba tanto por los Sacerdotes, pues el triunfo del Inmaculado Corazón de María se dará en el mundo con la batalla combatida por la Iglesia contra el Infierno, y los Sacerdotes deben ir a la cabeza del ejército fiel.
Recordemos que gracias a un Sacerdote es que tenemos la vida de la gracia, pues un Sacerdote fue quien nos bautizó. Y también fue un Sacerdote que nos dio la primera Comunión, nos da el perdón de los pecados a través del sacramento de la Confesión, y será un Sacerdote quien nos dé los últimos auxilios para partir hacia la eternidad.
El demonio hace todo lo posible por destruir a la Iglesia Católica, y por eso ataca las “cabezas”, es decir, a los Sacerdotes, las lumbreras del mundo.
Todo lo que hagamos por un Sacerdote será en bien de un inmenso número de almas, porque salvar un alma es salvar la propia; pero salvar un alma sacerdotal, es salvar incontables almas y obtener en el Cielo un grado elevado de gloria.
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países sometidos a dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
Recordando al Padre Natalio
El amor que plenifica
La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “No hagas a nadie lo que no te agrada a ti”. Norma fundamental y obvia, pero tantas veces transgredida por egoísmo o inconsciencia. “Al final de la vida se nos juzgará por el amor” (San Juan de la Cruz).
 
Amar, no es sentirse emocionado por otro, sentir afecto sensible por otro, abandonarse en brazos de otro, admirar a otro, querer poseer a otro; amar, es en esencia entregarse a otro y a los otros. El amor es un camino de una sola mano: parte siempre de ti y se dirige a los demás. Cada vez que tomas un objeto o a una persona para ti, dejas de amar, pues dejas de entregarte. Vas a contramano. Revisa a menudo la autenticidad y pureza de tus amores. No te limites a preguntarte: ¿amo? Analiza: ¿renuncio a mí mismo, me olvido de mí mismo, me entrego? (Michel Quoist). 
 
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
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jueves, 14 de diciembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5514

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5514 ~ Jueves 14 de Diciembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
María, tú fuiste agradecida al don que recibiste: la vida; la vida de tu Hijo, tu vida.
María, tú me ayudas a luchar por la vida, a considerar la vida como un gran don que Dios nos hace.
María, tu ejemplo me ayuda a llevar adelante el plan que Dios tiene sobre mí.
María, tú viviste con alegría: “Alégrate, llena de gracia” te decía el ángel al revelarte que habías sido elegida para ser la madre del Salvador.
Maria, desearía tener ante la vida la misma actitud que Tú tuviste, para poder vivirla con alegría y en plenitud.
Ayúdame a ser siempre agradecido al don de Dios para poder servir a los demás con generosidad. Que mi corazón esté abierto y sea sensible a las necesidades de los que sufren y de los que me necesitan, para que el testimonio de mi vida los ayude a vivir en plenitud y con alegría.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 41,13-20
 
Salmo: Sal 144, 1 y 9. 10-11. 12-13ab
 
Santo Evangelio: Mt 11,11-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a las turbas: «En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir. El que tenga oídos, que oiga».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos habla de san Juan Bautista, el Precursor del Mesías, aquel que ha venido a preparar los caminos del Señor. También a nosotros nos acompañará desde hoy hasta el día dieciséis, día en el que acaba la primera parte del Adviento.
Juan es un hombre firme, que sabe lo que cuestan las cosas, es consciente de que hay que luchar para mejorar y para ser santo, y por eso Jesús exclama: «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan» (Mt 11,12). Los “violentos” son los que se hacen violencia a sí mismos: —¿Me esfuerzo para creerme que el Señor me ama? ¿Me sacrifico para ser “pequeño”? ¿Me esfuerzo para ser consciente y vivir como un hijo del Padre?
Santa Teresita de Lisieux se refiere también a estas palabras de Jesús diciendo algo que nos puede ayudar en nuestra conversación personal e íntima con Jesús: «Eres tú, ¡oh Pobreza!, mi primer sacrificio, te acompañaré hasta que me muera. Sé que el atleta, una vez en el estadio, se desprende de todo para correr. ¡Saboread, mundanos, vuestra angustia y pena, y los frutos amargos de vuestra vanidad; yo, feliz, obtendré de la pobreza las palmas del triunfo». —Y yo, ¿por qué me quejo enseguida cuando noto que me falta alguna cosa que considero necesaria? ¡Ojalá que en todos los aspectos de mi vida lo viera todo tan claro como la Doctora!
De un modo enigmático Jesús nos dice también hoy: «Juan es Elías (...). El que tenga oídos que oiga» (Mt 11,14-15). ¿Qué quiere decir? Quiere aclararnos que Juan era verdaderamente su precursor, el que llevó a término la misma misión que Elías, conforme a la creencia que existía en aquel entonces de que el profeta Elías tenía que volver antes que el Mesías.
* Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents (Terrassa, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Juan de la Cruz
Nació en Fontiveros, provincia de Avila (España), hacia el año 1542 en el seno de una familia humilde. En su juventud sirvió a los enfermos en el hospital de Medina del Campo a la vez que estudiaba en el colegio de los jesuitas. En 1563 ingresó en la Orden del Carmen. Completó su formación en la Universidad de Salamanca y, ya sacerdote, se sintió atraído por los cartujos, pero, tras un encuentro casual con santa Teresa de Jesús, fue el primero de los frailes carmelitas que a partir de 1568 se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Fue apóstol, a la vez que contemplativo, en particular de la pasión de Cristo, y escritor. Sus poesías son una cumbre literaria, y es un clásico de la mística. Como atestiguan sus escritos, ascendió a través de la noche oscura del alma al monte Carmelo, monte de Dios, buscando una vida escondida en Cristo y dejándose quemar por la llama viva del amor de Dios. Murió en Úbeda (Jaén) el 14 de diciembre de 1591.
Oración: Dios, Padre nuestro, que hiciste a tu presbítero san Juan de la Cruz modelo perfecto de negación de sí mismo y de amor a la cruz, ayúdanos a imitar su vida en la tierra para llegar a gozar de tu gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamientos de
San Juan de la Cruz
«Bienaventurado el que, dejando aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.»
💕
«El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad.»
💕
«Nunca te quieras satisfacer en lo que entiendes de Dios, sino en lo que no entendieres de él; y nunca pares en amar y deleitarte en eso que entendieres o sintieres de Dios, sino ama y deléitate en lo que no puedes entender ni sentir de él.»
 
Tema del día:
Por las almas del Purgatorio
El ex decano de la Escuela de Teología de la Universidad de Seton Hall (Estados Unidos), John Grondelski, enumeró una lista de actividades que los fieles pueden realizar para ayudar a las almas del purgatorio todo el año y no solamente en el mes de noviembre.
 
Esta devoción debería mantenerse a través del año, por ello, el ex decano señaló 7 sugerencias para recordar a las almas del purgatorio luego de finalizar noviembre.
 
1. Orar por los muertos
Grondelski animó a los fieles a agregar alguna oración por las personas que han partido y alentó a enseñar a los hijos a rezar por las almas de los fallecidos. Además, instó a rezar el Rosario o la Coronilla de la Divina Misericordia por los difuntos.
 
2. Ofrecer Misas
“No hay mejor oración que podamos hacer por los muertos que la Santa Misa. ¿Cuándo fue la última vez que organizó una Misa para alguien? ¿Padres? ¿Abuelos? ¿Parientes?”, preguntó. El ex decano aconsejó participar de Misa “al menos un día laborable cada semana y ofrézcala por los difuntos”.
 
3. Ir a un cementerio
Grondelski indicó que los cementerios católicos “también son lugares religiosos, son parte de la Iglesia” y recordó que incluso se conceden indulgencias plenarias bajo “las condiciones habituales (confesión, comunión, oración por el Papa) para quienes visitan un cementerio”. “Visitar un cementerio es una excelente oportunidad para ayudar a los fieles fallecidos durante todo el año. ¿Cuándo fue la última vez que visitó las tumbas de sus familiares?”, agregó.
 
4. Meditar sobre la muerte
“¡La espiritualidad católica nos ha instado durante mucho tiempo al Memento Mori! (Recuerda que morirás). Es el momento decisivo de tu vida. Los autores católicos han abordado este tema durante mucho tiempo”, recordó. El autor animó a leer literatura católica sobre este tema como “Consoling Thoughts on Sickness and Death” (Pensamientos consoladores sobre la enfermedad y la muerte) de San Francisco de Sales o “Preparación para la muerte” de San Alfonso María de Ligorio.
 
5. Hacer un testamento
Grondelski señaló que un testamento muestra cómo se distribuirá las cosas que se deja en el mundo luego de la muerte, y resaltó que es una oportunidad “para hacer una declaración de fe”, por ejemplo, indicar que “dará limosna para otros o pedir la celebración de Misas para uno mismo después de la muerte”.
 
6. Visitar a personas que han perdido a alguien cercano
“Todos pensamos en los que quedan cuando alguien muere. Pero nunca nos sentimos cómodos hablando con ellos. A medida que pasa el tiempo, también nos olvidamos de ellos”, señaló el autor. El ex decano indicó que, por la pandemia de COVID-19, es probable que “conozcas a alguien que ha estado en duelo”, por lo que, animó a dar una llamada, llevarlos a cenar, y remarcó que, si es un niño, este acto puede lograr llenar “algo del vacío” que dejaron los padres.
 
7. Asistir a un velorio
“Es el momento de ‘presentar respetos’, consolar a los afligidos, pero, especialmente, de orar por los muertos. ¿Viene normalmente su párroco a un velorio? Si no, invítalo. Si todavía no lo hace, aún puede dirigir el Rosario o la Coronilla de la Divina Misericordia”, concluyó.
.
(Tomado de Aciprensa )
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cualquier persona medianamente interesada por el resto de sus semejantes, se ha planteado en más de una ocasión esta pregunta: ¿Qué puedo hacer para mejorar el mundo? En la actualidad, raro es el día en que las noticias no incitan a cuestionarse el propio comportamiento: ¿Cómo puedo seguir llevando este estilo de vida cuando la gente está muriendo de hambre en Somalia, cuando la guerra azota a Ucrania o a Medio Oriente, cuando los habitantes de un país se matan entre sí, cuando el color de la piel o la carencia de pasaporte es un estigma que conduce a la muerte, cuando...?
Y la respuesta no suele ser otra que una desconsoladora confesión de impotencia. ¿Qué voy a hacer yo frente a problemas de tales dimensiones? Por eso razonamos de la siguiente manera: no estoy en condiciones de arreglar nada. ¡Falaz razonamiento! Aunque cueste creerlo, hay que contestar que SÍ. No se me pide que logre detener todas las guerras, sólo que siembre un poco de amor a mi alrededor; no se me exige que calme la necesidad de todos los hambrientos, tan sólo que destine una buena parte de mis ahorros a quienes los necesiten; nadie me obliga a consolar a los millones de seres que necesitan apoyo, únicamente se me pide que sea un poco de alivio para cuantos están cerca de mí. Nada más se me puede exigir, y tampoco nada menos. Y con estas acciones conseguiremos hacer recapacitar a los que nos contemplan y quizá cunda el ejemplo...
 
Recordando al Padre Natalio
El monje y el turista
El sentido de nuestra vida no cabe en el corto espacio que media entre la cuna y la tumba. Hay que buscarlo más allá. El Eclesiastés, con su tono sombrío, señala que las cosas de este mundo son "poca cosa", pura vanidad. No bastan para hacernos felices. No basta toda la prosperidad del mundo para colmar las ansias eternas del corazón del hombre. 
 
Un turista se encontró con un monje en meditación y quedó impresionado por la felicidad y la paz que le inspiraba. El turista se le acercó y le preguntó: —¿Cómo es que Ud. que ha renunciado a todo en el mundo, está en paz y vive feliz como si lo tuviera todo? ¿En qué se basa su capacidad de renuncia? El monje se sonrió y dijo: —También yo me asombro de la capacidad de renuncia de los hombres del mundo. Pues yo sólo renuncio a cosas perecederas a cambio de tesoros de valor infinito, mientras que ellos renuncian a lo infinito por banalidades y cosas perecederas.
 
Triste suerte la de quien sólo trabaja para vivir, pero no sabe para qué vive. Triste suerte la de aquel que ha hecho del "tener y retener" el objetivo de su vida. Dichoso, en cambio, el que, mientras gana su pan o acrecienta su fortuna, sabe hacer del trabajo una ocasión de servicio al prójimo y de cooperación con el proyecto de Dios. La Palabra del Señor te ilumine.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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