PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5505 ~ Martes 5 de Diciembre de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
“Estamos tan habituados al término “adviento”, sabemos qué significa: pero
precisamente por el hecho de estar tan familiarizados con él, quizá no llegamos
a captar toda la riqueza que encierra dicho concepto. Adviento quiere decir
“venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene? ¿Para qué
viene? Enseguida encontramos la respuesta a esta pregunta. Hasta los niños
saben que es Jesús quien viene para ellos y para todos los hombres. Sin
embargo, muchos son los interrogantes que se plantean. El hombre tiene el
derecho e incluso el deber de preguntar para saber. Hay asimismo quienes dudan
y parecen ajenos a la verdad que encierra la Navidad, aunque participen de su
alegría. Precisamente para esto disponemos del tiempo de Adviento, para que
podamos penetrar en esta verdad esencial del cristianismo cada año de nuevo”.
(San Juan Pablo II)
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Is 11,1-10
♡ Salmo: Sal 71, 2. 7-8. 12-13. 17
♡ Santo Evangelio: Lc 10,21-24
En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo
te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas
cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre,
pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y
nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos,
les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que
muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron,
y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».
♡ Comentario:
Hoy leemos un extracto del capítulo 10 del Evangelio según san Lucas. El
Señor ha enviado a setenta y dos discípulos a los lugares donde Él mismo ha de
ir. Y regresan exultantes. Oyéndolos contar sus hechos y gestas, «Jesús se
llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra’» (Lc 10,21).
La gratitud es una de las facetas de la humildad. El arrogante considera
que no debe nada a nadie. Pero para estar agradecido, primero, hay que ser
capaz de descubrir nuestra pequeñez. “Gracias” es una de las primeras palabras
que enseñamos a los niños. «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las
has revelado a los pequeños» (Lc 10,21).
Benedicto XVI, al hablar de la actitud de adoración, afirmaba que ella
presupone un «reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del
universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo
del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse
plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas».
Un alma sensible experimenta la necesidad de manifestar su reconocimiento.
Es lo único que los hombres podemos hacer para responder a los favores divinos.
«¿Qué tienes que no hayas recibido?» (1Cor 4,7). Desde luego, nos hace falta
«dar gracias a Dios Padre, a través de su Hijo, en el Espíritu Santo; con la
gran misericordia con la que nos ha amado, ha sentido lástima por nosotros, y
cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha hecho revivir con Cristo
para que seamos en Él una nueva creación» (San León Magno).
* Abbé Jean GOTTIGNY (Bruxelles,
Bélgica)
Santoral Católico: San Sabas Nació el año 439 en Mutalasca, cerca de Cesarea de
Capadocia (Turquía). Muy joven ingresó en el cercano monasterio de Flaviana, y
a los 18 años marchó a Tierra Santa. Pasó por varias comunidades monásticas de
tipo diverso, de vida en común o anacoretas, en sus grutas o eremitorios. El
año 478 se estableció en el valle del Cedrón, cerca de Jerusalén. Pronto se le
unieron discípulos que comenzaron a poblar las grutas cercanas, y así empezó lo
que sería la Gran Laura, con celdas para los que se incorporaban a ella (la
palabra “laura” significa colonia de celdas o cuevas de ermitaños). El año 491
recibió la ordenación sacerdotal. La gran afluencia de vocaciones lo obligó a
fundar nuevas lauras, y el patriarca Elías de Jerusalén lo nombró
archimandrita, superior de todos los ermitaños de Palestina. Al mismo tiempo,
defendió con entereza la fe católica proclamada en el Concilio de Calcedonia el
año 451 sobre la doble naturaleza de Cristo. Murió en su Gran Laura, cerca de
Jerusalén, el 5 de diciembre del año 532.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
Pensamiento del día Ven,
Señor Jesús, y no tardes;cielos
ábranse y dejen que baje su rocío.Divino
Niño Jesús, ven a nacer en mi corazónpara
desterrar de él al pecado y colocar tus virtudes. Amén»(J.
Gálvez Krüger) Tema del día:El año litúrgico El Año Litúrgico o
Calendario Litúrgico es el ciclo de las celebraciones litúrgicas durante el año
de las iglesias cristianas, que determina cuándo se celebran las fiestas,
memoriales y solemnidades y qué porciones de las escrituras deben ser leídas.
La iglesia occidental (Católica y evangélica) y la oriental (Ortodoxa) tienen
distintas fechas para las distintas fiestas pero la secuencia es esencialmente
la misma.
En el círculo del año
desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta
la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del
Señor. El comienzo y el ritmo del Año Litúrgico es distinto del año civil, o
del escolar, o del comercial.
El Año Litúrgico está
dividido en varios períodos, llamados tiempos litúrgicos:
* Tiempo de Adviento
* Tiempo de Navidad
* Primera parte del
Tiempo Ordinario
* Tiempo de Cuaresma
* Triduo Pascual
* Tiempo de Pascua
* Segunda parte del
Tiempo Ordinario
En cada tiempo
litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes colores:
• Blanco significa
alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de Pascua.
• Verde significa
esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario.
• Morado significa
austeridad, luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana Santa.
• Rojo significa el
fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de los santos
mártires y en Pentecostés.
El Año Litúrgico
comienza en el primer domingo de Adviento, en la liturgia romana.
El eje del Año litúrgico
es la Pascua. La Iglesia Romana determina la celebración de la Pascua el primer
domingo posterior a la primera luna llena después del equinoccio de primavera.
Este domingo siempre cae entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril.
Siendo la fiesta más
importante de la liturgia, la Pascua se celebra por 50 días, desde el domingo
de Pascua hasta Pentecostés. Según la
liturgia actual, la Cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo con la liturgia
de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo Pascual. El Viernes Santo se hace el "ayuno
pascual" que se continúa el Sábado Santo, preparatorio a la gran
celebración pascual. El triduo culmina en la Vigilia Pascual del sábado por la
tarde.
Los primeros ocho días
de la pascua constituyen la octava y se celebran como solemnidades del Señor.
El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismos en toda la
temporada de pascua.
En el día 40 de la
pascua se celebra la Ascensión del Señor y los 9 días de la Ascensión a
Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la venida
del Espíritu Santo.
Períodos del Año
Litúrgico:
1. ADVIENTO:
Se compone de cuatro
semanas que preparan la Navidad. Su tema central es la Celebración de la Venida
del Señor. Recuerda su venida naciendo en Belén y su venida gloriosa al final
de la Historia.
2. NAVIDAD:
Abarca Navidad y
Epifanía. Inicia la tarde del 24 de Diciembre y termina con la fiesta del
Bautismo del Señor, el domingo siguiente a Epifanía. El Nacimiento se presenta
en dos aspectos: Jesús Salvador es don del Padre (Navidad), su salvación es
para todos (Epifanía). Lo reconocemos como Hijo de Dios que nos hace hijos
adoptivos. Es tiempo de alegría que llega hasta la Epifanía y luego termina con
la Fiesta del Bautismo del Señor, y luego empezamos la primera parte del
llamado Tiempo Ordinario que se extiende hasta el martes anterior al miércoles
de Cenizas.
3. CUARESMA:
Periodo de cuarenta días
que precede y prepara la Pascua, a semejanza de los 40 días que Cristo ayunó y
oró en el desierto. La Iglesia se propone una gran catequesis litúrgica sobre
el Bautismo para renovar nuestro ser de hijos de Dios, y sobre la penitencia
para vivir siempre como hombres nuevos, ya que es reconciliación con Dios y con
los hermanos y es medio de Purificación. Traza un recorrido como Jesús,
cargando con la Cruz: "Que no se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc
22,43). Es tiempo de conversión para liberarnos del hombre viejo. Tiempo de
oración, penitencia y caridad.
4. SEMANA SANTA
Es la semana más
importante del año, que ningún cristiano podría faltar a ella. Recordamos los
grandes acontecimientos que Dios hizo por amor a nosotros: Pasión, muerte y
resurrección de Jesús. Los ritos son muy llenos de significado, por eso urge
prepararse bien.
4.1. DOMINGO DE
RAMOS:
En la procesión con los
ramos de olivo recordamos la entrada de Jesús en Jerusalén, donde se
desarrollan los hechos de la Pascua. La gente aclamaba a Jesús:
"Hosanna". El color rojo recuerda a Jesús Rey (Mt. 27,28).
5. TRIDUO
PASCUAL:
Es la fiesta más grande
del año, tiene los siguientes días y actos:
5.1. CENA DEL
SEÑOR:
Misa en la que se
recuerda la última Cena y el gesto de Jesús de lavar los pies a los apóstoles
como signo de su amor hasta la muerte. Al final se lleva procesionalmente la
Eucaristía para adorarle en el monumento en recuerdo del Huerto de los Olivos:
¿No han podido velar una hora conmigo? Le hacemos compañía y agradecemos su
presencia permanente.
5.2. VIERNES
SANTO:
En la primera parte se
lee solemnemente la Pasión de Jesús. Siguen las grandes invocaciones por todos
los hombres del mundo. Luego, una procesión con el crucifijo que lo besamos
recordando que la Cruz de Jesús ha salvado al mundo. Finalmente, comulgamos con
la Carne del Cordero (Cristo) sacrificado por nosotros.
5.3. VIGILIA
PASCUAL:
Es la más larga espera
de la más grande fiesta del año. Se le celebra con cuatro símbolos
sacramentales:
- LA LUZ: Fuera del
templo se enciende el Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado. Todos los
cristianos entran a la Iglesia oscura encendiendo sus cirios, y se canta el
Pregón Pascual que es el anuncio de que Jesús resucitó.
- LA PALABRA: Varias
lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento explican el significado de la Pascua de
Jesús, su paso de este mundo al Padre; sobre todo la narración de la salida de
Egipto hacia la libertad pasando por el Mar Rojo. El Señor mandó celebrarlo
como memorial con el Cordero Pascual y los panes ázimos. Jesús realizó esto con
la Eucaristía.
- EL AGUA: Con el rito
del bautismo llegan a la fe y participan de la muerte y resurrección de Cristo
nuevos hermanos.
- PAN EUCARISTICO: La
Eucaristía es el momento culminante, pues hace presente al Señor resucitado.
Hoy suenan las campanas, mudas desde el jueves.
6. CINCUENTENA
PASCUAL:
En los cincuenta días
desde Pascua hasta Pentecostés, gozosamente como si fuera un gran domingo, la
Iglesia celebra el triunfo de Cristo, con la Ascensión y el envío del Espíritu
Santo que da origen a la misión de la Iglesia. Finalizado el tiempo pascual
viene la segunda parte del Tiempo Ordinario, que no es un tiempo monótono,
rutinario, aburrido, en el que se adormece la fe; todo lo contrario, el Tiempo
Ordinario es un tiempo vivo, un tiempo lleno de fuerza y vigor, un tiempo que
alimenta nuestra vida cristiana; un tiempo necesario de reflexión y
profundización, un tiempo de oración constante que nos prepara y capacita para
celebrar –cada año– más conscientemente, los grandes misterios de la fe: la
encarnación y la Resurrección de Jesús. Esta segunda (y más larga) parte del
Tiempo Ordinario, o “durante el año”, llega hasta la Fiesta de Cristo Rey con
la que termina el Año Litúrgico.
Significado de algunos
términos:
Las FERIAS, son
los demás días de la semana que no son Domingo. Los días en que no se conmemora
a ningún santo generalmente también se llaman “ferias” y la Misa que se celebra
en esos días se llama: “Misa de feria”. Las ferias pueden ser corrientes o
privilegiadas. Las ferias privilegiadas son las de Adviento y de la Cuaresma.
Las MEMORIAS son
celebraciones discretas que tan sólo se agregan a la celebración que
corresponde al día. La memoria es obligatoria o libre. La obligatoria debe
celebrarse si no está impedida; la libre se observa o no, según la oportunidad
o la devoción.
Las FIESTAS son
celebraciones de mayor importancia, pero que se realizan totalmente en el día
asignado a la fiesta.
Las SOLEMNIDADES
son las celebraciones aún más importantes:
* Siempre empiezan en
las “Vísperas“, es decir, la tarde del día anterior.
* A veces tiene
“vigilia“, es decir, tiene Misa propia el día anterior: Navidad y Pentecostés.
* A veces tienen
“Octava“, es decir, la celebración se prolonga durante toda la semana que
sigue: Pascua y Navidad.
Los CICLOS de los
años litúrgicos
¿Te has preguntado por
qué en las lecturas del domingo se utiliza una letra A, B o C para las
lecturas? Se trata de los ciclos dentro del tiempo litúrgico.
La Iglesia ha
establecido dentro de la organización para la celebración de la Liturgia en el
tiempo ordinario, asignarle unas letras a cada año litúrgico con el fin de
poder estructurar las lecturas que se proclaman en cada Eucaristía dominical.
La división se hizo con
base en los Evangelios Sinópticos:
- Evangelio según San
Mateo: Ciclo A
- Evangelio según San
Marcos: Ciclo B
- Evangelio según San
Lucas: Ciclo C
De esta forma, durante
cada año se tratan los textos de cada evangelista. ¿Y el Evangelio de San Juan?
Pues este Evangelio se va intercalando dentro de cada año, especialmente en el
tiempo de Pascua y Cuaresma, y esto era una costumbre muy antigua.
Cada año litúrgico
corresponde a una letra, por lo que luego de 3 años se vuelven a asignar las
letras. Por lo tanto, cada 3 años tendremos el ciclo de cada evangelista
sinóptico. El año litúrgico que estamos iniciando es el B.
Para las celebraciones
eucarísticas entre semana, se maneja otro ciclo distinto, de acuerdo al
leccionario ferial. Este ciclo se hace durante 2 años, par e impar.
”Pequeñas
Semillitas” por email Si lo deseas puedes
recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo
electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que
solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com
También pueden difundir “Pequeñas
Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes,
como Facebook, Twitter (ahora "X"), etc.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” “¡Salgan al encuentro del Señor que viene!”
El Adviento es un tiempo de despertar si nos habíamos dormido, de avivar
la fe. Es muy importante sin embargo recordar que éste no es un tiempo de
amenazas. Decimos: “¡Viene el Señor!” Y algunos parece que lo dicen con
espanto, como si viniera el desastre, como si hubiera que esconderse. Es al
revés.
¡Viene el Señor, qué alegría! Dios está con nosotros, Dios es el
Libertador.
¿Has tenido alguna vez la experiencia de ver amanecer? Es de noche y está
oscuro, pero se adivina ya cierto resplandor más claro...
Viene la luz, viene el sol, y nos sentimos bien, nos sentimos llenos de
esperanza.
Éste es el mensaje de Adviento: “Alégrate, porque llega tu Luz”.
(José Enrique Ruiz de Galarreta)
Recordando al Padre Natalio Sentido del dolor
Tarde o temprano el dolor o la prueba aparecen en la
vida. Observa la naturaleza: “no hay árbol recio y consistente, si el viento no
lo azota con frecuencia” (Séneca). Por otra parte “la desgracia descubre al
alma luces que en la prosperidad no llega a percibir” (Blas Pascal). Además
“quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser
cristiano de verdad” (San Agustín).
“Una visión del mundo que no pueda dar
sentido al dolor y hacerlo precioso, no sirve en absoluto. Fracasa precisamente
allí donde aparece la cuestión decisiva de la existencia. Quienes acerca del
dolor sólo saben decir que hay que combatirlo, nos engañan. Ciertamente es
necesario hacer lo posible por aliviar el sufrimiento. Pero una vida humana sin
dolor no existe y quien no es capaz de aceptar el dolor rechaza la única
purificación que nos convierte en adultos”, escribió el Cardenal Joseph
Ratzinger.
Un golpe inesperado te duele, un revés de fortuna te
abate, una enfermedad grave te desconcierta, y te quejas amargamente a Dios. Si
prestases atención entonces a una voz que percibes en el fondo de tu corazón,
oirías: “¿Y tú, hijo mío, por qué me has olvidado? ¿Por qué estabas adormecido
en el bienestar de una vida mundana y placentera? ¿No he dicho yo que el que
quiera seguirme debe llevar su cruz todos los días?”
(P. Natalio)
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SEMILLITAS”♡”JUAN PABLO II
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