martes, 23 de agosto de 2022

Pequeñas Semillitas 5072

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5072 ~ Martes 23 de Agosto de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
El sol y el viento discutían sobre cuál de los dos era más fuerte. La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas desarrollándolas contra él.
- Vas a ver -dijo el viento- cómo con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras. Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuantos más esfuerzos hacía, el hombre más oprimía su capa, gruñendo contra el viento, y seguía caminando. El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo y más cerraba su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa. Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro.
-Ya ves- le dijo el Sol al Viento- cómo con la bondad se consigue más que con la violencia.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Tes 2,1-3a.14-17
 
Salmo: Sal 95,10.11-12a.12b-13
 
Santo Evangelio: Mt 23,23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!».
 
Comentario:
Hoy tenemos la impresión de “pillar” a Jesús en un arrebato de mal humor —realmente alguien le ha hecho sentir molesto—. Jesucristo se siente incómodo con la falsa religiosidad, las peticiones pomposas y la piedad egoísta. Él ha notado un vacío de amor, a saber, echa en falta «la justicia, la misericordia y la fe» (Mt 23,23) tras las acciones superficiales con las que tratan de cumplir la Ley. Jesús encarna esas cualidades en su persona y ministerio. Él era la justicia, la misericordia y la fe. Sus acciones, milagros, sanaciones y palabras rezumaban estos verdaderos fundamentos, que fluyen de su corazón amoroso. Para Jesucristo no se trataba de una cuestión de “Ley”, sino que era un asunto de corazón…
Incluso en las palabras de castigo vemos en Dios un toque de amor, importante para quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios» (Miq 6,8). El Papa Francisco dijo: «Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías, cuando afirma que, aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el Amor de Dios los volverá blancos como la nieve. Es hermoso, esto de la misericordia».
«¡Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!» (Mt 23,26). ¡Cuán cierto es eso para cada uno de nosotros! Sabemos cómo la limpieza personal nos hace sentir frescos y vibrantes por dentro y por fuera. Más aun, en el ámbito espiritual y moral nuestro interior, nuestro espíritu, si está limpio y sano brillará en buenas obras y acciones que honren a Dios y le rindan un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23). Fijémonos en el marco más grande del amor, de la justicia y de la fe y no nos perdamos en menudencias que consumen nuestro tiempo, nos empequeñecen y nos hacen quisquillosos. ¡Saltemos al vasto océano del Amor de Dios y no nos conformemos con riachuelos de mezquindad!
* Fr. Austin NORRIS (Mumbai, India)
 
Santoral Católico:
San Felipe Benizi (o Benicio)
Sacerdote
Nació en una familia noble del barrio florentino de Oltrarno, hijo de Giacomo Benizi y Albaverde Frescobaldi. Estudió filosofía y medicina en la Universidad de París y la de Padua, donde se doctoró en 1253. En el 1254 ingresó como fraile laico de la Orden de los Servitas en el convento de Monte Senario, donde tomó después los votos. Se ordenó sacerdote en Siena en 1258. Muy pronto asumió diferentes cargos de responsabilidad en la orden, dirigiendo algunos conventos. El 5 de junio de 1267 fue elegido prior general de los servitas y reformó los estatutos, convirtiendo el instituto en orden mendicante. Colaboró con Giuliana Falconieri en la fundación del Tercer Orden Femenino de los Oblatos Servitas o Conservatorio de los Mantellate, del cual nació la rama femenina de la orden, las Siervas de María. Bajo su dirección, la orden se extendió por Italia y Francia. En 1269, durante el cónclave de Viterbo que había de elegir el sucesor de Clemente IV, su nombre circuló como probable papa: Felipe, considerándose indigno, huyó y se refugió en una cueva (llamada hoy en día Grotta di San Filippo Benizi) en Bagni San Filippo, en el Monte Amiata. En 1274 intervino en el Segundo Concilio de Lión que, siguiendo las directrices del Concilio de Letrán IV, prohibía la fundación de nuevas órdenes religiosas y suprimía las órdenes mendicantes que aún no había aprobado la Santa Sede. En 1276 el papa Inocencio V, en una carta dirigida a Felipe, declaró suprimida la orden. Felipe se dirigió a Roma, pero antes de su llegada, Inocencio ya había muerto.1 La insistencia de Benizi hizo que, finalmente, el papa Juan XXI restableciera la orden de los servitas. Martín IV le encargó de predicar en algunas ciudades italianas para acabar con los conflictos entre güelfos y gibelinos. El jefe de una de las facciones de Forlì, Pellegrino Laziosi, fue convertido por Benicio y entró en la orden servita, convirtiéndose en un fraile modélico y canonizado.
Cuando comprendió que se acercaba la hora de su muerte, en el año 1285, San Felipe decidió retirarse descansar al convento más sencillo y humilde de la orden religiosa, donde pasó sus últimos días, orando y postrado ante la imagen de la Virgen María. Falleció durante el ángelus vespertino, y en 1761 fue canonizado. Su fiesta fue extendida a toda la Iglesia occidental en 1694.
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© ACI Prensa – Catholic.net
 
Nota:
En esta parte del mundo, la celebración de Santa Rosa de Lima, primera santa canonizada en América, es el día 30 de Agosto. En algunos santorales, se la memora en el día de hoy, 23 de Agosto.
 
Pensamiento del día
«Nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo, ricos y pobres, esclavos y libres, sanos y enfermos; y una sola es la cabeza de la que todo deriva: Jesucristo. Y como sucede con los miembros de un solo cuerpo, cada uno debe ocuparse de los demás, y todos de todos»
(SAN GREGORIO NACIANCENO)
 
Historias:
Don Bosco y el demonio
El pasado martes 16 de agosto se cumplieron 207 años del nacimiento de San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, quien tuvo luchas frontales contra el diablo y por ello dio algunos consejos a sus jóvenes para espantarlo.
 
En las “Memorias Biográficas”, conjunto de 20 tomos en el que los salesianos recopilaron la vida y obra de Don Bosco con historias contadas por él mismo, se narra que el santo se enfrentó al demonio, quien lo molestaba por las noches.
 
El santo, siendo ya sacerdote e iniciando su obra por los jóvenes, al irse a acostar escuchaba ruidos en el techo, como si rodaran piedras grandes sobre la madera. Al principio puso trampas pensando que eran ratas, pero al subir por la mañana encontraba todo igual. Entonces habló con San José Cafasso, su confesor y actual patrono de las cárceles italianas.
 
Don Caffaso le aconsejó que rociara agua bendita en el desván, pero los endiablados ruidos permanecían. Don Bosco entonces decidió cambiarse de habitación, pero esto tampoco sirvió. Y así empezó a adelgazar y a peligrar su salud por no poder dormir.
 
La situación era tan preocupante que incluso su madre, la actual Venerable Mamá Margarita, entraba a su habitación y mirando al techo gritaba: “¡Feas bestias, dejad en paz a Don Bosco, acabad de una vez!”
 
Don Bosco mandó abrir un hueco en el techo, como un tragaluz, y puso una escalera para subir rápidamente al escuchar el primer ruido. Es así que cuando los infernales sonidos empezaron, el santo subió de inmediato y se encontró con el demonio.
 
Sin pensarlo dos veces tomó un cuadro de la Virgen María y lo colgó sobre la pared del desván, rogando a la Madre de Dios que lo librara de esa perturbación. Los ruidos ya no se escucharon más.
 
Cuenta Don Bosco que dentro de los ataques del enemigo que experimentó en su vida estaban el oír voces que lo ensordecían, recibir un soplo como de huracán, los papeles se caían por sí solos, se desordenaban los libros o el demonio escondía sus “Lecturas Católicas” en la otra habitación.
 
En otros momentos, siempre antes de dormir, experimentaba que una mano le buscaba quitar la ropa y desnudarlo. Otro día la estufa se prendió con unas llamaradas que parecían que iban a quemar la casa.
 
También veía cómo su cama era sacudida con una fuerza invisible, y en alguna ocasión vio que un horrible monstruo entraba por la puerta para devorarlo.
 
Con toda esta experiencia, Don Bosco recomendaba a sus muchachos hacer bien la señal de la cruz y usar el agua bendita.
 
“Así, pues, en las tentaciones y especialmente al entrar en la iglesia, haced bien la señal  de  la  cruz,  porque  allí os espera el demonio para haceros perder el fruto de la oración. La señal de la cruz aleja al demonio por un momento: pero la señal de la cruz con el agua bendita lo aleja por mucho más tiempo”, explicaba.
 
También les preguntaba: “¿Queréis que os enseñe a no tenerle miedo y a resistir a sus asaltos? Escuchadme. No hay nada que el demonio tema más que estas dos cosas: 1. La Comunión bien hecha. 2. Las visitas a Jesús sacramentado”.
 
“¿Queréis que el Señor os conceda muchas gracias? Visitadlo a menudo. ¿Queréis que os haga pocas? Visitadlo poco. ¿Queréis que el demonio os asalte? Visitad poco a Jesús sacramentado. ¿Queréis que huya de vosotros? Visitad a menudo a Jesús. ¿Queréis vencer al demonio? Refugiaos con frecuencia a los pies de Jesús. ¿Queréis ser vencidos? Dejad de visitar a Jesús”.
 
“Queridos míos, la visita a Jesús sacramentado es un medio muy necesario para vencer al demonio. Id, pues, a visitar con frecuencia a Jesús sacramentado y el demonio no podrá hacer nada contra vosotros”, enseñaba el gran Don Bosco.
(Abel Camasca / ACI Prensa)
 
Difundan "Pequeñas Semillitas"
Para los que reciben diariamente “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico, va este pedido: les pido por favor que reenvíen nuestros mails diarios a sus amigos y contactos, para que la alegría del Evangelio llegue a muchos corazones más en este mundo que cada día da muestras más evidentes de su necesidad de Dios.
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
También pueden difundir “Pequeñas Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes, como Facebook, Twitter, etc.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
En Italia, un sacerdote exorcista me contó que un día un joven en gran dificultad vino a verle, estaba desesperado. No solamente se sentía físicamente enfermo, sino también espiritualmente atormentado. Se había entregado a prácticas de ocultismo, sin mencionar la droga, el alcohol y otras cosas nocivas.
Pero el sacerdote ocupado en otro caso difícil no pudo interrumpir su trabajo para atender al joven. Sin embargo al verlo en sufrimiento no quiso dejarlo partir desilusionado. Pensó así en la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa de su iglesia. Ella tiene las manos abiertas y de sus dedos brotan rayos que representan las gracias que da a quienes se la piden. Entonces le dijo: « Ve a rezar frente a la estatua viéndola siempre a los ojos. Ella es la Madre, ella te ayudará.»
El joven fue a arrodillarse ante la Virgen y le confió su desgracia, mirándola a los ojos. Enseguida sintió que un gran alivio le llegaba a través de la mirada de la Virgen. Jamás en su vida había sentido tan grande ternura maternal. Lleno de alegría se quedó largo tiempo frente a Ella. Era como si un bálsamo penetrara todo su cuerpo, su corazón, su alma. Cuando salió de ahí se sintió sano y liberado de sus males.
 
Un minuto para volar
Agosto 23
Jamás desperdicies la ocasión de hacer un acto bueno que nunca has hecho. Nunca dejes pasar la posibilidad de hacer un acto de amor más intenso que los que habías hecho antes. Porque de esa manera crece tu capacidad de amar. Dios te regala su gracia para que seas capaz de hacerlo. Pero ¿cuántas veces desaprovechamos su gracia y volvemos estériles sus dones? Persiste en las obras buenas y no dejes que nadie te convenza de que son inútiles.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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