lunes, 15 de agosto de 2022

Pequeñas Semillitas 5064

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5064 ~ Lunes 15 de Agosto de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy la Iglesia celebra la fiesta solemne de la Asunción de la Virgen María al cielo. El Papa Pio XII proclamó solemnemente el dogma de la Asunción de María el 1° de noviembre de 1950, en la Constitución ‘Munificentisimus Deus’:
«Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ap 11,19; 12,1.3-6.10

Salmo: Sal 44,10bc.11-12ab.16
 
Segunda Lectura: 1Cor 15,20-27
 
Santo Evangelio: Lc 1,39-56
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
 
Comentario:
Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de Santa María en cuerpo y alma a los cielos. «Hoy —dice san Bernardo— sube al cielo la Virgen llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes». Y añadirá estas preciosas palabras: «¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo! Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus dones a los hombres».
El primer don que te prodiga es la Palabra, que Ella supo guardar con tanta fidelidad en el corazón, y hacerla fructificar desde su profundo silencio acogedor. Con esta Palabra en su espacio interior, engendrando la Vida para los hombres en su vientre, «se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,39-40). La presencia de María expande la alegría: «Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44), exclama Isabel.
Sobre todo, nos hace el don de su alabanza, su misma alegría hecha canto, su Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador...» (Lc 1,46-47). ¡Qué regalo más hermoso nos devuelve hoy el cielo con el canto de María, hecho Palabra de Dios! En este canto hallamos los indicios para aprender cómo se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, y llegar a responder como Ella al regalo que nos hace Dios en su Hijo, a través de su Santa Madre: para ser un regalo de Dios para el mundo, y mañana un regalo de nuestra humanidad a Dios, siguiendo el ejemplo de María, que nos precede en esta glorificación a la que estamos destinados.
* P. Dom Josep ALEGRE Abad emérito de Santa Mª de Poblet (Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
La Asunción de la Virgen María
Solemnidad
La Madre de Dios fue asociada estrechamente, por voluntad del Padre, a los misterios de su Hijo. Así, al igual que Jesús, también ella llegó al final de su vida terrenal. Pero, como dice el Prefacio, «el Señor no quiso que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida». Al respecto escribía Pío XII: «A la manera que la gloriosa resurrección de Cristo fue parte esencial y último trofeo de su más absoluta victoria sobre la muerte y el pecado, así la lucha de la bienaventurada Virgen, común con su Hijo, había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal... Por eso, la augusta Madre de Dios, misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la eternidad, ... consiguió, al fin, como corona suprema de sus privilegios, ser conservada inmune de la corrupción del sepulcro y, del mismo modo que antes su Hijo, vencida la muerte, ser levantada en cuerpo y alma a la suprema gloria del cielo». Y la Constitución papal que en 1950 declaró el dogma de la Asunción concluía con esta definición: «Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
«La fiesta de la Asunción de Nuestra Señora nos propone la realidad de esa esperanza gozosa. Somos aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedido y nos señala ya el término del sendero: nos repite que es posible llegar y que, si somos fieles, llegaremos»
(SAN JOSEMARÍA)
 
Tema del día: La Asunción
Su destino será el nuestro
¡Bendita Tú, María, porque por ser fiel a Dios, eres elevada en cuerpo y alma hasta el mismo cielo!
 
Así, hermanos, con emoción contenida hemos de expresar uno de los Misterios que desde hace siglos, el pueblo cristiano, ha vivido con sencillez y con convencimiento: María está donde tiene que estar: junto a Dios.
 
Su destino, la gloria del cielo, será el nuestro. Pasó haciendo el bien. Abrió sus entrañas para que Dios pusiera su morada en Ella. Cumplió la voluntad del Padre en todo y por donde sus pies pisaron. Su orgullo, su fortaleza, su locura y su encanto fue precisamente eso: volcarse en los planes que Dios había preparado y entretejido desde antiguo. ¡Bendita Tú, María, encontraste gracia ante Dios y, hoy, ese mismo Dios te llama a su presencia!
 
Hoy, María, goza en la presencia del Padre. Se queda embelesada al contemplar la hermosura divina. ¿Qué sentirá María? ¿Qué dirá María? ¡Por fin se cumple uno de mis últimos sueños! ¡Recibí, vi y sentí al Dios humanado en la tierra y, ahora, me toca disfrutarlo y contemplarlo eternamente como Padre en el cielo!
 
Con esta fiesta, la Iglesia, nos invita a mirar una vez más hacia el cielo. Nuestro combate. Cada detalle realizado por Dios y en nombre de Dios, no quedará sin recompensa en la vida eterna. Y, un buen ejemplo, la Asunción de María. Hoy, las puertas de la Nueva Ciudad, se abren de par en par. A través de ellas entra la mujer que, siendo sencilla y pobre, amable y obediente, fuerte y solícita, logró enamorar al mismo Dios. ¿Cómo iba a permitir, ese mismo Dios, que tan beldad bajase para siempre al sepulcro? Pues, por esas mismas puertas, entraremos también todos aquellos que, con la ayuda del Espíritu Santo, respondamos con generosidad y con la misma valentía que María lo hizo hacia Dios. ¿Seremos capaces?
 
La Solemnidad de la Asunción es como el escaparate al que un niño mira con atención porque, en su interior, se encuentran numerosos regalos. Y, el “pórtate bien” sabe lo que significa: alguno de esos numerosos obsequios.
 
Así es la fiesta de la Asunción. Es un adelanto, una indicación que la misma Madre nos deja a nosotros sus hijos para que no nos alejemos del camino de la fe. Para que cumplamos, con tesón y con ilusión, aquello que más agrada al Señor. La Asunción de la Virgen nos invita a mirar, a pueblos, ciudades, iglesias y catedrales, ermitas y religiosos, sacerdotes y laicos, consagrados y a todo hombre y mujer de bien hacia lo más alto: el cielo.
 
- No podemos desperdiciar nuestro tiempo. María nos aguarda junto a Dios.
- No podemos romper nuestra alianza con el Señor. María nos ayuda a ser fieles.
- No podemos apartarnos del camino verdadero. María es estrella que ilumina los pesares y las dudas.
- No podemos consentir, que nada ni nadie, distraiga nuestra atención. María nos recuerda, con su triunfo, que sólo Dios permanece y que lo demás se extingue con las luces de nuestro último día.
 
¡Feliz Asunción, María!
¡Feliz encuentro con el Padre, María!
¡Feliz nuevo abrazo con el Hijo, María!
¡Feliz visión del Espíritu Santo, María!
¡Feliz reencuentro con San José tu esposo, María!
¡Que tengas una estancia, dichosa y eterna, junto a Dios en el cielo, María!
(Padre Javier Leoz)
 
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
La paciencia es el valor que nos hace como personas: tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las advertencias con fortaleza y por ende sin lamentos; esto es posible porque uno aprende a actuar acorde a cada circunstancia, moderando las palabras y la conducta en esos momentos.
La paciencia es un rasgo de carácter que nos permite pasar por situaciones caóticas sin derrumbarnos, nos permite educar a nuestros hijos sin gritos y aceptar a los compañeros de trabajo sin deprimirnos, entre muchas otras cosas.
Paciencia es la cualidad de tolerar o soportar dolor o dificultades sin quejas. Por otra parte, el no detenerse a considerar las posibilidades reales de éxito, tiempo y esfuerzo que se necesitan para alcanzar un determinado fin, es el principal obstáculo del desarrollo de este valor y se denomina impaciencia. Tan es así, que uno debe moderarse para evitar cargarse de demasiados compromisos que posiblemente no los podrán cumplir.
La paciencia es un ejercicio de amor, fe y humildad que hace crecer a las personas.
La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo: NO A LA INVASIÓN DE RUSIA A UCRANIA; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que, con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos. En especial rezamos por Nicaragua, donde la dictadura comunista persigue con crueldad a la Iglesia Católica.
 
🙏 Pedimos oración por el eteno descanso del alma de María Eugenia L., de solo 35 años de edad, de Carlos Paz, Argentina, y para que sus padres, que están devastados, encuentren cristiana resignación.
 
🙏 Pedimos oración para Malena V., una bebé recién nacida con 32 semanas de gestación y un peso de 1500 gramos, de Córdoba, Argentina, que padece una rara y grave patología congénita. Rezamos por ella rogando por el milagro de su sanación y también por sus padres y abuelos pidiendo para ellos el don de fortaleza del Espíritu Santo.
 
🙏 Pedimos oración por el sacerdote nicaragüense Padre Felipe Vélez Jiménez, al que le dispararon y está luchando por su vida, en el marco de la feroz persecución contra la Iglesia desatada por la dictadura de ese país centroamericano.
 
🙏 Pedimos oración para las siguientes personas: Elsa N., 93 años, de USA, hospitalizada por problemas en las vías biliares y pancreáticas; Mike B., 58 años, de Ontario, Canadá, con patología oncológica; Elena, de Canadá, con afección odontológica; Beatry, 62 años, de Colombia, con problemas de dentadura y diabetes; Mabel T., de Argentina, necesitada de paz y de sosiego. Por todos ellos... ¡Te rogamos Señor! 
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Un minuto para volar
Agosto 15
María fue llevada al cielo, toda entera. Aunque era la sencilla mujer de Nazaret, todos los momentos de su existencia fueron vividos en plenitud, llenos de la luz de Dios, ninguno fue oscuro o manchado, nada fue fugaz y sin sentido. Ella, que conservaba todo y lo meditaba en su corazón (Lc 2,19), vivía siempre con intensidad. Todo en ella tenía el fuego del Espíritu Santo. Por eso toda ella fue elevada al cielo, nada tuvo que ser abandonado o quemado en una llama purificadora. En María se manifiesta el triunfo total de la gracia en un corazón terreno. Con ella, nuestra tierra ha entrado en la plenitud de Dios, nuestras sombras de peregrinos inseguros han sido iluminadas por la luz potente del Señor infinito. ¡Qué feliz se ve nuestra pequeñez en el rostro de María elevada al cielo!
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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