domingo, 12 de junio de 2022

Pequeñas Semillitas 5019

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5019 ~ Domingo 12 de Junio de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Durante todo el año litúrgico, celebramos los grandes acontecimientos de Jesús: la encarnación, la pasión, la muerte y la resurrección, el don del Espíritu Santo. La liturgia nos invita hoy a celebrar la Trinidad, el punto de partida y de llegada de la historia de la salvación: el alfa y la omega, el comienzo y el fin. El misterio de la Trinidad es algo así como el secreto del sol. No conseguimos mirarlo de cara y comprender su composición pues no cegaría. Pero el sol ilumina todo lo que existe. La Trinidad es para nosotros un misterio, pero ilumina nuestra vida, da un sentido a lo que nos sucede, alimenta nuestra esperanza y llena nuestra soledad.
Muchas veces invocamos a la Santísima Trinidad y lo hacemos con poca atención. La Santa Misa está envuelta en invocaciones a la Trinidad: Comenzamos haciendo la señal de la cruz en el nombre de la Trinidad y terminamos con la bendición que da el sacerdote en el nombre de la Trinidad. Dentro de la misa está el Gloria, que es alabanza a los Tres, el Credo, profesando nuestra fe en la Trinidad. Y así casi todas las oraciones, que se dirigen al Padre, por medio de su Hijo en el Espíritu.
Es esta presencia maravillosa de Dios en nuestras vidas la que celebramos en la fiesta de la Santísima Trinidad.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Prov 8, 22-31
 
Salmo: Sal 8, 4-5. 6-7a. 7b-9.
 
Segunda Lectura: Rom 5, 1-5
 
Santo Evangelio: Jn 16,12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’».
 
Comentario:
Hoy celebramos la solemnidad del misterio que está en el centro de nuestra fe, del cual todo procede y al cual todo vuelve. El misterio de la unidad de Dios y, a la vez, de su subsistencia en tres Personas iguales y distintas. Padre, Hijo y Espíritu Santo: la unidad en la comunión y la comunión en la unidad. Conviene que los cristianos, en este gran día, seamos conscientes de que este misterio está presente en nuestras vidas: desde el Bautismo —que recibimos en nombre de la Santísima Trinidad— hasta nuestra participación en la Eucaristía, que se hace para gloria del Padre, por su Hijo Jesucristo, gracias al Espíritu Santo. Y es la señal por la cual nos reconocemos como cristianos: la señal de la Cruz en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
La misión del Hijo, Jesucristo, consiste en la revelación de su Padre, del cual es la imagen perfecta, y en el don del Espíritu, también revelado por el Hijo. La lectura evangélica proclamada hoy nos lo muestra: el Hijo recibe todo del Padre en la perfecta unidad: «Todo lo que tiene el Padre es mío», y el Espíritu recibe lo que Él es, del Padre y del Hijo. Dice Jesús: «Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’» (Jn 16,15). Y en otro pasaje de este mismo discurso (15,26): «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí».
Aprendamos de esto la gran y consoladora verdad: la Trinidad Santísima, lejos de ponerse aparte, distante e inaccesible, viene a nosotros, habita en nosotros y nos transforma en interlocutores suyos. Y esto por medio del Espíritu, quien así nos guía hasta la verdad completa (cf. Jn 16,13). La incomparable “dignidad del cristiano”, de la cual habla varias veces san León el Grande, es ésta: poseer en sí el misterio de Dios y, entonces, tener ya, desde esta tierra, la propia “ciudadanía” en el cielo (cf. Flp 3,20), es decir, en el seno de la Trinidad Santísima.
* Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (Città del Vaticano, Vaticano)
 
Diálogo
Dicen que San Agustín paseaba por la orilla del mar pensando cómo podrá ser posible que Dios sea a la vez tres personas y un solo Dios. Y vio a un niño haciendo un hoyito con las manos en la arena.
– ¿Qué haces?, - le preguntó.
– Hago un hoyito en la arena para echar en él toda el agua del mar.
– ¿Pero cómo quieres que en un hoyito tan pequeño quepa toda el agua del mar?
– Pues así tú -le dijo el niño- ¿Cómo quieres que en tu cabeza tan pequeña quepa lo grande que es Dios y el misterio de la Trinidad?
 
Predicación del Evangelio:
El misterio de la Trinidad
Hemos atravesado mucho territorio espiritual desde marzo. Pasamos por nuestros pecados en el principio de la Cuaresma. Encontramos la misericordia de Dios en el final del tiempo. Entonces experimentamos la esperanza de la Resurrección y la gloria de la Ascensión. El domingo pasado completamos la renovación proceso de nuestra salvación con la venida del Espíritu Santo. Ahora, después de más que un cuarto de un año, nos conviene reflexionar sobre el dinamismo que ha impulsado el proceso adelante. Eso es, queremos examinar: ¿quién es Dios?
 
Escuchamos a veces a algunos hablando de Dios en términos comunes: “Dios es el hombre arriba”. Esto no puede ser correcto. Dios es ni hombre ni arriba en el sentido que vive en un lugar más allá que las nubes. Ni es Dios “papi” como los predicadores solían contarnos. La investigación del lenguaje ha certificado que “Abba”, la palabra aramea con lo cual Jesús se dirige a Dios, no lleva cariño familiar. Sólo es “Padre” con todo la intimidad y respeto que tiene esta palabra.
 
Se puede decir con verdad que Dios es misterio, pero ¿qué significa este término? Misterio, en el sentido religioso, no es como una novela policiaca que nos reta a resolver. Ni es un enigma científico que probablemente vamos a entender un día. Dios es misterio porque no tenemos ni las ideas y mucho menos las palabras para describirlo adecuadamente. Es misterio como cuando nos traen nuestro recién nacido. Es todo asombro y maravilla.
 
En el evangelio de hoy Jesús dice a sus discípulos que el Espíritu Santo vendrá con su partida. Les asegura que él les enseñará todo lo que no pueden entender ahora (que es mucho porque no han experimentado todavía la crucifixión y resurrección). Aún más Jesús promete que el Espíritu les comunicará lo que es de él. Con sus modos comunicados sus discípulos, incluso a nosotros, pueden ser santos como Jesús.
 
Ahora ¿qué podemos concluir acerca de Dios? En primer lugar, podemos decir que Dios ha existido desde siempre como trinidad de personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Las tres tienen la misma naturaliza divina y la misma voluntad. Segundo, podemos afirmar que Dios redimió a los seres humanos del mayor amor posible. Era como un padre poniendo a su propio hijo a la prueba más retadora (tal vez caminar toda el Antártica hasta el polo sur) para salvar a sus vecinos de la destrucción. Finalmente, Dios sigue con nosotros iluminando la mente y fortaleciendo el corazón para imitar a Jesús.
 
Una oración antes de recostarse puede ayudarnos considerar a las tres personas diariamente. A Dios Padre queremos dar gracias por algún beneficio que recibimos durante el día. A Dios Hijo queremos pedir perdón por una falta que hemos manifestado. Y a Dios Espíritu Santo queremos solicitar ayuda por un reto que enfrentaremos mañana. Así no estaríamos resolviendo el misterio que es Dios. Pero sí estaríamos encontrando el dinamismo de nuestro existir.
(Padre Carmelo Mele O.P.)
 
Poesía
Inmensa y una Trinidad
 
Inmensa y una Trinidad que el universo has hecho:
gobiernas nuestras vidas y existes ante el tiempo.
Ya colma tu felicidad tu trinitario gozo;
tu esencia pura y simple en Ti lo encierra todo.
 
Oh Padre de las gracias, Luz de tu gloria, el Hijo,
de los dos el Espíritu: amor inmenso y único.
De Ti, benigna Trinidad, procede cuanto existe:
consumas y sostienes lo que en Ti tiene origen.
 
Da a quienes agraciaste con tu adopción paterna
que templos a Ti gratos sus almas siempre sean.
Oh Luz divina, llévanos a darte, con los ángeles,
eternas alabanzas por un amor tan grande.
Amén.
(Liturgia de las Horas)
 
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
¡Oh Sagrado Corazón,
escarnecido por nuestros pecados!
Meditación: Señor… en la oscuridad del Getsemaní, la Luz de Tu Presencia.  Señor… que sentías en aquella brisa fría la cercanía de Tu agonía.  Señor… te veo arrodillado y orando, Tu respiración se acelera… puedo sentir el dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante sintió todos los pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por cometer.  Señor, allí Tu Corazón se atravesó.  Pobre Mi Señor, el Puro, el Santo, soportando y sintiendo cada pecado.  Señor… estás llorando sangre.  Señor, de Tu Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen.  ¡Oh Señor perdón!, perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón Señor porque continuamos tu martirio… perdón Padre porque a pesar de habérnoslo dado, al Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre sí. Amén.
Florecilla: Trabajemos con humildad haciendo un examen de conciencia, recordando y meditando los pecados capitales: soberbia, vanidad, avaricia, gula, lujuria, envidia, ira.
* Reina del Cielo
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 . . .
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Un minuto para volar
Junio 12
Todo pasa, como el humo, como el vapor. Aunque vivas cien años, piensa en los miles de millones de años que tiene el universo y reconoce qué fugaz, qué pasajera es la vida. Las cosas tienen un fin, y esa es una realidad, no es una ilusión o una fantasía. Por eso hay que aprender todos los días a decir adiós cuando algo se acaba. Un día también morirás, inevitablemente, y será más sencillo si vas aprendiendo a decir adiós.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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