Que viene por calle Dios, que viene
como de espuma o pluma o nieve ilesa;
tan azucenamente pisa y pesa
que solo un soplo de aire le sostiene.
Otro milagro, ¿ves? Él, que no tiene
ni tamaño ni límites, no cesa
nunca de recrearnos la sorpresa
y ahora en un aro de aire se contiene.
Se le rinde el romero y se arrodilla;
se le dobla la palma ondulante;
las torres en tropel, campaneando.
Dobla también y rinde tu rodilla,
hombre, que viene Cristo caminante
—poco de pan, copo de pan— pasando.
Alguien dijo: "Sí compras lotería, pide el primer premio, no seas pobre también para pedir". Con Nuestro Señor, en ocasiones, nos aturdimos a pedir y no dejamos un hueco, para agradecer lo que hemos recibido ése mismo día. Seguramente, hay algo que ha sido un gran premio. Lo material, nos atonta y nos priva, de agradecerle las otras alegrías recibidas.
ResponderEliminarLo siento no puse José Luis Sevillano-España
ResponderEliminar