martes, 21 de septiembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4796

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4796 ~ Martes 21 de Setiembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
No permitas que tu corazón explote en ira; más bien, remplaza la ira con una bella sonrisa.
Sal a caminar, ayuda a alguien que necesita, es decir, canaliza esta poderosa energía hacia el bien de los demás.
Y cuando veas que hay calma en tu mente, entonces ponte a pensar sobre lo que pasó.
Charla con quien tengas que charlar, o soluciona las situaciones que haya que solucionar.
Verás que tu espíritu te agradecerá profundamente...
 
¡Buenos días María!
Sirvamos a María en lo que nos resta de vida, si queremos que Ella nos asista en la hora de nuestra muerte. Porque María no dejará librado a las fauces del Infierno a quien la ha servido en vida.
El Beato Bartolo Longo escuchó una voz interior que le decía: “Propaga el Rosario y te salvarás”. Y lo mismo se puede decir de cada devoción a la Santísima Virgen. Porque si propagamos el Rosario como otras devociones a María, nos aseguramos la salvación eterna, ya que María no dejará que el Abismo nos trague. Y si nuestros pecados son muchos y muy graves, Ella nos obtendrá la gracia de la conversión y la contrición perfecta.
Por fuerza debemos servir a alguien. O serviremos a María y a Dios, o serviremos al demonio. O vivimos en gracia de Dios y así estamos sirviendo a María, o vivimos en pecado mortal y estamos sirviendo al diablo.
Pero vayamos más allá todavía, y además de vivir en gracia de Dios, difundamos las devociones a la Virgen, hagámosla amar por los hombres, que Ella nos traerá toda clase de bienes a nuestra vida y seremos felices ya en este mundo.
¡Qué feliz es quien sirve a María! Porque María, como toda buena Madre, mima mucho a sus hijos, y les rodea de toda clase de delicadezas y cariños. ¡Viva la Virgen! ¡Viva!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Efesios 4,1-7.11-13
 
Salmo: Sal 19 (18) 2-3.4-5
 
SANTO EVANGELIO: Mt 9,9-13
En aquel tiempo, cuando Jesús se iba de allí, al pasar vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?». Mas Él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
 
Comentario:
Hoy celebramos la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo. Él mismo nos cuenta en su Evangelio su conversión. Estaba sentado en el lugar donde recaudaban los impuestos y Jesús le invitó a seguirlo. Mateo —dice el Evangelio— «se levantó y le siguió» (Mt 9,9). Con Mateo llega al grupo de los Doce un hombre totalmente diferente de los otros apóstoles, tanto por su formación como por su posición social y riqueza. Su padre le había hecho estudiar economía para poder fijar el precio del trigo y del vino, de los peces que le traerían Pedro y Andrés y los hijos de Zebedeo y el de las perlas preciosas de que habla el Evangelio.
Su oficio, el de recaudador de impuestos, estaba mal visto. Quienes lo ejercían eran considerados publicanos y pecadores. Estaba al servicio del rey Herodes, señor de Galilea, un rey odiado por su pueblo y que el Nuevo Testamento nos lo presenta como un adúltero, el asesino de Juan Bautista y el que escarneció a Jesús el Viernes Santo. ¿Qué pensaría Mateo cuando iba a rendir cuentas al rey Herodes? La conversión de Mateo debía suponer una verdadera liberación, como lo demuestra el banquete al que invitó a los publicanos y pecadores. Fue su manera de demostrar el agradecimiento al Maestro por haber podido salir de una situación miserable y encontrar la verdadera felicidad. San Beda el Venerable, comentando la conversión de Mateo, escribe: «La conversión de un cobrador de impuestos da ejemplo de penitencia y de indulgencia a otros cobradores de impuestos y pecadores (...). En el primer instante de su conversión, atrae hacia Él, que es tanto como decir hacia la salvación, a todo un grupo de pecadores».
En su conversión se hace presente la misericordia de Dios como lo manifiestan las palabras de Jesús ante la crítica de los fariseos: «Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,13).
* Rev. D. Joan PUJOL i Balcells (La Seu d'Urgell, Lleida, España)
 
Santoral Católico:
San Mateo
Apóstol y Evangelista
Nacido en Cafarnaún, era de profesión publicano o recaudador de impuestos cuando Jesús lo llamó. Escribió en arameo el primero de los evangelios, que relata así su vocación. Vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». Y a partir de entonces el nombre de Mateo figura entre los Doce elegidos por el Señor. En su evangelio proclama principalmente que Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán, llevó a plenitud el Antiguo Testamento. Por lo demás, poco sabemos de su actividad apostólica y de las circunstancias de su martirio. Se dice que predicó en el Oriente.
Oración: Oh Dios, que en tu infinita misericordia te dignaste elegir a san Mateo para convertirlo de publicano en apóstol, concédenos que, fortalecidos con su ejemplo y su intercesión, podamos seguirte siempre y permanecer unidos a ti con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
“¡Basta de silencios!
¡Gritad con cien mil lenguas!
Porque por haber callado,
el mundo está podrido”
(Santa Catalina de Siena)
 
Temas Médicos:
Ante los embarazos no deseados
Inicia un embarazo. Alguien no quiere que nazca ese hijo. Aparece en el horizonte algo que puede ser visto como “solución”: acabar con la vida de un embrión indefenso.
 
La enunciación parece sencilla: describe lo que pasa en tantos abortos. Pero tras la misma se esconden problemas complejos.
 
En primer lugar, ¿por qué no es querido un hijo cuando ha empezado a vivir? Los motivos pueden ser muchos: porque su madre no está casada; o porque está casada, pero separada; o porque vive con su marido, pero ni ella ni él quieren tener un hijo; o porque solamente el padre del hijo no desea su nacimiento y presiona a la madre para que acabe con su vida; o porque el jefe de trabajo amenaza a la mujer con despedirla si pide el permiso de maternidad; o...
 
Cientos de situaciones están detrás de lo que puede convertirse en un resultado decisivo e irreversible: la eliminación de un hijo. Su existencia, simplemente, ha sido declarada “dañina”. Su vida está ahora subordinada a los intereses de otros. Una sentencia, muchas veces inapelable, resuena en el corazón de su madre, a veces entre lágrimas: abortar.
 
Desde esta situación inicial, los problemas se suceden en cascada. ¿Dónde y según qué leyes abortar? ¿Y si el aborto está prohibido para “mi caso”? ¿Es mejor un centro público o uno privado? ¿Hablar o no hablar con el padre del hijo que va a ser eliminado? ¿No habrá alternativas para evitar el aborto? ¿Y si ese hijo fuera ofrecido en adopción?
 
Las preguntas se suceden desde el mismo punto de partida: ese embrión no es querido. Algunas respuestas pueden abrir horizontes de justicia y de vida. Por ejemplo, darlo en adopción permitiría al menos que pueda nacer, sin que la madre tenga que asumir las responsabilidades de tenerlo consigo tras el parto. Pero otras respuestas arrancan desde un grave error ético que lleva a una mayor injusticia: la que se produce en cada aborto.
 
Por eso, vale la pena emprender un esfuerzo cultural orientado a abrir los corazones al respeto y al amor hacia cada hijo. Si la llegada de un hijo se produce en un contexto matrimonial sano, en un clima de generosidad, con la mirada puesta más en lo importante que en necesidades prescindibles, el número de abortos tendrá necesariamente que disminuir de modo drástico.
 
Puede parecer una utopía, pero hay pueblos que lo han logrado, precisamente porque han sabido promover el valor de la familia, porque han enseñado de modo adecuado el sentido auténtico de la sexualidad y de virtudes como las de la templanza o el pudor, y porque ante casos de embarazos “imprevistos” se buscarán caminos para acompañar a la mujer que empieza a ser madre con un gran respeto y con ayudas apropiadas durante los meses antes y después del nacimiento.
 
En pocas palabras, habrá menos abortos si hay menos embarazos no deseados, y si cada hijo recibe el acompañamiento más adecuado por parte de todos: de la madre, del padre (no hay embarazo sin un padre), de los familiares y amigos, de la sociedad entera.
(Fernando Pascual)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que éste había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com   
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Setiembre 21
Padre Dios, danos la gracia para que escuchando tu Palabra, como lo hicieron María y José, sobre todo en los momentos difíciles de la vida, logremos también nosotros alcanzar la gloria de tu presencia. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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