viernes, 27 de agosto de 2021

Pequeñas Semillitas 4771

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4771 ~ Viernes 27 de Agosto de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan que una profesora de piano, enseñaba a los alumnos de una forma diferente. Siempre antes de un recital, los hacía practicar una y otra vez el final. Podían equivocarse en el principio o en el medio, pero si se equivocaban en el final debían practicarlo hasta que fuera perfecto.
Uno de sus estudiantes le preguntó el motivo de aquel interés especial en el final, a lo que ella contestó: "Verás, en una presentación puedes equivocarte en el inicio o en la mitad, pero si tu final es perfecto y majestuoso, nadie recordará tus errores y toda tu presentación será aplaudida".
En nuestra vida, tal vez ya no podamos modificar lo que hicimos en el comienzo o en el medio... Pero sí estamos a tiempo de hacer que lo que nos quede -hasta el final- sea acorde a lo que Dios espera de nosotros.
 
¡Buenos días María!
En tiempos críticos y llenos de angustia, la principal y constante preocupación de los católicos fue siempre refugiarse bajo la mirada de María y confiarse a su maternal bondad, lo cual demuestra que la Iglesia Católica ha puesto siempre, y con razón, toda su confianza en la Madre de Dios.
Esta piedad tan grande y tan llena de confianza en la Reina de los Cielos, nunca ha brillado con tanto esplendor como cuando la violencia de los errores difundidos, o el la degradación de las costumbres o los ataques de adversarios poderosos han parecido poner en peligro a la Iglesia militante de Dios.
La historia antigua y moderna y los fastos memorables de la Iglesia recuerdan las oraciones públicas y privadas dirigidas a la Madre de Dios, así como las ayudas concedidas por Ella, y, en muchas circunstancias, la paz y tranquilidad públicas, obtenidas por su intercesión. De ahí los excelentes títulos de auxiliadora, bienhechora y consoladora de los cristianos, reina de los ejércitos y dispensadora de la victoria y la paz, con los que se le ha saludado.
Entre todos esos títulos es especialmente solemne y digno de mención el que le viene del Rosario, por el cual han sido consagrados a perpetuidad los insignes beneficios que le debe a Ella la cristiandad.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Tesalonicenses 4,1-8
 
Salmo: Sal 97 (96),1.2b.5-6.10.11-12
 
SANTO EVANGELIO: Mt 25,1-13
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».
 
Comentario:
Hoy, viernes XXI del tiempo ordinario, el Señor nos recuerda en el Evangelio que hay que estar siempre vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).
Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir.
Y esta respuesta sólo la podemos dar nosotros, tú y yo. Nadie lo puede hacer en nuestro lugar. Esto es lo que significa la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su aceite para las lámparas apagadas de las vírgenes necias: «Es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis» (Mt 25,9). Así, nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible.
No esperemos un “mañana” —que quizá no vendrá— para encender la lámpara de nuestro amor para el Esposo. Carpe diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará de más recordarlo de nuevo: «Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida». Una llamada realista a la necesaria y razonable conversión que hemos de llevar a término.
Que Dios nos conceda la gracia en su gran misericordia de que no tengamos que oír en la hora suprema: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt 25,12), es decir, «no habéis tenido ninguna relación ni trato conmigo». Tratemos al Señor en esta vida de manera que lleguemos a ser conocidos y amigos suyos en el tiempo y en la eternidad.
* Rev. D. Joan Ant. MATEO i García (Tremp, Lleida, España)
 
Santoral Católico:
Santa Mónica
Madre de San Agustín
Nació en Tagaste, provincia romana al norte de África, el año 331, de familia cristiana. Educada con esmero, muy joven fue dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, pagano, que se convirtió y bautizó antes de morir; hombre bueno pero de carácter irascible, a quien supo amar, servir y soportar, y del que tuvo tres hijos, entre ellos san Agustín, por cuya conversión derramó muchas lágrimas y oró insistentemente a Dios. Fue un modelo de madre y de esposa; alimentó su fe con la oración y la enriqueció con sus virtudes. Educó a sus hijos en la fe, y según la costumbre de entonces los inscribió en el catecumenado pero no los bautizó. Agustín en su juventud se desvió religiosa y moralmente, lo que provocó las lágrimas y oración de la madre. Ésta lo siguió a Roma y después a Milán, donde Agustín se convirtió y recibió el bautismo de manos de san Ambrosio. Cuando volvían a África, Mónica murió en Ostia (Roma) el año 387, contenta y satisfecha de ver a su hijo convertido en siervo de Dios.
Oración: Oh Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
"Igual que una rosa estrujada despide un olor fragante,
las dificultades de la vida hacen brotar nuestra dulzura.
Si lo permitimos, pueden realzar cualidades
como el amor al prójimo, la ternura, la compasión,
la humildad y el afecto para con nuestros seres queridos."
 
Tema del día:
Gracias obtenidas por la Misa
Estas son algunas gracias obtenidas por el hecho de asistir a la Santa Misa:
 
1. La Misa es la continuación del Calvario.
 
2. Cada Misa vale tanto como la vida, sufrimientos y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecidos en sacrificio.
 
3. La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso para expiar los pecados.
 
4. A la hora de la muerte, el consuelo más grande del alma consistirá de las Misas en que participaste en vida.
 
5. Cada Misa bien vivida nos acompañará hasta el Tribunal Divino, suplicando perdón.
 
6. En la Santa Misa, según el fervor con que se asiste, se puede disminuir en grado mayor o menor, la pena temporal debida por los pecados.
 
7. Al asistir devotamente a la Santa Misa, se rinde el más grande homenaje a la Sagrada Humanidad de Nuestro Señor.
 
8. En la Santa Misa, Nuestro Señor Jesucristo ofrece expiación y desagravio por muchas omisiones y negligencias nuestras.
 
9. En la Santa Misa, Jesucristo perdona los pecados veniales que todavía no se han confesado. Además se disminuye el poder de Satanás sobre el alma.
 
10. Al asistir a la Santa Misa se proporciona a las almas del Purgatorio, el alivio más grande que sea posible.
 
11. Una Misa bien participada durante la vida, será de más provecho al alma, que muchas que se ofrecieran para su reposo después de la muerte.
 
12. Por asistir a Misa, el alma se preserva de peligros, desgracias y de calamidades, que de otro modo hubieran sucedido. Además, se abrevia o reduce la duración de su Purgatorio.
 
13. Cada Misa bien vivida obtiene para el alma un grado más elevado de gloria en el Cielo.
 
14. En la Misa se recibe la bendición del sacerdote que Nuestro Señor ratifica en el Cielo.
 
15. En la Misa se arrodilla entre una multitud de los santos ángeles, que están presentes en actitud de profunda reverencia, durante el sacrificio adorable de la Santa Eucaristía.
 
16. En la Santa Misa se reciben bendiciones para todos los bienes y empresas temporales.
(Sitio Santísima Virgen)
 
Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Agosto de 2021
 
“Queridos hijos, con alegría hijitos, invito a todos los que han respondido a mi llamada: sed alegría y paz. Testimoniad con vuestras vidas el cielo que os traigo. Es hora, hijos míos, de que seáis un reflejo de mi amor para todos aquellos que no aman y cuyos corazones han sido conquistados por el odio. No lo olvidéis: yo estoy con vosotros e intercedo por todos ante mi Hijo Jesús para que os dé su paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Espíritu Santo es el “Gran Desconocido”, pues si realmente lo conociéramos viviríamos con permanente paz en el alma.
Dios, Nuestro Señor, es tan amoroso con todos nosotros que nos ha dado la conciencia. Esa voz de Dios que nos habla internamente. Ahí donde nada más estás tú y Dios, ahí es donde el Espíritu Santo te hablará. Sus llamadas amorosas no son con gritos, sino con suavidad. Se necesita que haya silencio para que podamos oírlo. Pero, nuestro mundo de hoy hace tanto ruido, que no nos permitimos escuchar esa voz de Dios. Dejemos que Dios nos hable. Escuchemos sus gemidos de amor por nosotros. Esforcémonos por escucharle.
No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.
“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.  Envía tu Espíritu Creador. Y renueva la faz de la Tierra.  Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Amén”.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de Argentina en el marco de la justicia.
 
Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos.
 
Pedimos oración para el señor Mario B., de 72 años de edad, que vive en Guaymallén, Mendoza, Argentina, y está internado con problemas de hígado y páncreas. Rogamos a Jesús que, con su infinita bondad, le conceda la gracia de poder sanar de esas afecciones, y volver a su vida normal.
 
Pedimos oración por la salud de las siguientes personas, todas de la ciudad de Córdoba, Argentina: Oscar Rubén L., de 72 años de edad, afectado de accidente cerebro vascular, rogando a la Santísima Virgen María que interceda por él ante Jesús para que cure sin secuelas. Rezamos por José P., operado de tumor cerebral, para quien invocamos la intercesión del Santo Cura Brochero, para que ruegue a Dios y reciba la gracia de la sanación. Seguimos orando por la completa recuperación de Fabiola M., que continúa mejorando luego de un largo padecimiento por Covid-19. Nos mantenemos unidos en oración por la salud de Juan Carlos G., de 64 años de edad, que sigue su tratamiento por insuficiencia cardíaca y otras dolencias en forma ambulatoria, confiando en que con la ayuda del Señor, irá recuperando su plenitud. Y rezamos también para la señora Blanca Beatriz R., de 89 años de edad, que está internada en terapia intensiva por un cuadro todavía no bien definido, rogando a Jesús Misericordioso que pose sus manos sobre ella para otorgarle sus gracias de sanación.
 
Pedimos oración para un matrimonio del interior de la provincia de Córdoba, Argentina: Ángel Luis B., de 84 años de edad, operado de cáncer de colon y con signos de deterioro cerebral tipo Alzheimer; y su esposa Ángela Delfina F., de 78 años, con diabetes avanzada que le ha ocasionado problemas circulatorios y amputación de una pierna, muy deprimida. Que Dios Misericordioso les conceda lo mejor según sea Su Santa Voluntad.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Agosto 27
María y san José desde su condición de padres hicieron lo mejor que pudieron para ser padres de Jesús. Con inmenso cariño lo criaron, alimentaron, vistieron y educaron. Que a ejemplo de ellos, todos los niños del mundo tengan las oportunidades para crecer sanamente. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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