martes, 3 de agosto de 2021

Pequeñas Semillitas 4747

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4747 ~ Martes 3 de Agosto de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¿De qué te sirve ganar el mundo si para hacerlo desperdicias tu vida?
¿De qué te sirve perseguir el éxito, si en el camino te dejas el corazón, los valores o la alegría?
¿De qué te sirve perseguir la belleza en un espejo, cuando lo vida te espera tras una ventana?
¿De qué te sirve farfullar excusas de perfección, si quien te ama de verdad quiere abrazar tus sombras?
¿De qué te sirve coleccionar aplausos, si no comprendes que una sola caricia vale más que todos los parabienes del mundo?
¿De qué te sirve la alfombra roja si conduce a una puerta tapiada?
¿De qué te sirve una eternidad de fiestas si te ahogas en un instante de silencio?
¿De qué te sirve el poder, si no es para servir?
(José María R. Olaizola SJ)
 
¡Buenos días María! 
La Virgen es la ayuda en el camino, que Dios ha puesto a nuestro lado para que, mientras vamos caminando por la vida, nos encontremos a María que camina a nuestro lado.
Si efectivamente Cristo, a pesar de que su sufrimiento debía ser perfecto y completo, pudo tener como consoladora a María Santísima, que lo encontró en el Calvario y lo ayudó a bien morir, confortándolo; entonces mucho más nosotros tenemos la seguridad de que la Virgen estará siempre con nosotros, y mucho más en los momentos de dificultad y prueba, que es cuando uno más necesita una Mamá, y la Santísima Virgen es la mejor mamá, y nos cuida desde nuestra más tierna infancia.
Todas las cosas nos pueden llegar a faltar, todo se puede venir abajo, pero la ayuda de la Virgen jamás nos llegará a faltar, pues Ella ama aún a los más desagradecidos y pecadores, porque tiene un corazón de Madre de Dios, es decir, que ama con la misma capacidad de Dios, pues el grado con que Dios ama a los hombres por naturaleza, María los ama también por gracia.
No nos sintamos solos ni huérfanos en la vida, porque está María que nos ama por todos, y como una mamá que enseña a caminar a su hijito, nos acompaña en nuestro andar vacilante, para levantarnos, besarnos y consolarnos a la menor señal de cansancio o caída.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Núm 12,1-13
 
Salmo: Sal 51 (50) 3-4.5-6a.6bc-7.12-13
 
SANTO EVANGELIO: Mt 14,22-36
En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
 
Comentario:
Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.
Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro.
Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
Beatos Alfonso López López
y Miguel Ramón Salvador
Mártires
Cuando en julio de 1936 arreció en España la persecución religiosa, los franciscanos conventuales de Granollers (Barcelona), como tantos otros, tuvieron que buscar refugio en casa de amigos o familiares. Alfonso nació en Secorún (Huesca) en 1878; a los 27 años ingresó en los conventuales, hizo el noviciado en Osimo (Italia), donde cursó los estudios eclesiásticos, y recibió la ordenación sacerdotal. Estuvo tres años de confesor en el Santuario de Loreto y pasó el resto de su vida en Granollers como docente, director espiritual y superior de la casa. Miguel nació en Caudé (Teruel) en 1907. Ingresó en la Orden en Granollers como hermano laico, marchó a Italia e hizo la profesión solemne en Loreto, donde permaneció un par de años prestando diversos servicios en la Basílica. Regresó a Granollers en 1935 para ejercer los oficios que se le confiaron, en los que siempre se mostró laborioso, afable y pacífico. El 3 de agosto de 1936, los milicianos detuvieron a Alfonso y a Miguel y, después de invitarlos repetidamente a apostatar de su fe en medio de crueles vejaciones y malos tratos, los fusilaron el 3 de agosto de 1936 cerca de Samalús (Barcelona). Son dos de los mártires de Granollers beatificados por san Juan Pablo II en 2001.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
"El tiempo es demasiado lento para los que esperan,
demasiado rápido para los que temen,
demasiado largo para los que lamentan,
demasiado corto para los que celebran.
Pero para los que aman, el tiempo es la eternidad".
(Henry Van Dyke)
 
Tema del día:
¿Por qué la Iglesia pide dinero?
La relación de la Iglesia católica con el dinero ha sido un tema complicado durante muchos siglos. Los abusos y escándalos financieros han plagado a la Iglesia en los tiempos modernos, pero también en la Europa medieval y durante otras épocas de la historia de la Iglesia. Todo esto trae a colación la pregunta básica: «¿Por qué la Iglesia pide dinero?».
 
Dinero durante el ministerio de Jesús
La necesidad de dinero para financiar los gastos básicos fue parte del ministerio de Jesús con sus 12 apóstoles.
 
Dice la Enciclopedia Católica:
“Se nos dice que Cristo y Sus Apóstoles tenían una bolsa común para sufragar sus gastos. Que esta información nos llegue solo de manera accidental, a través de la narración de un evento que no tiene relación directa con él, muestra que el evangelista presume que el lector da por sentado que había una bolsa común para los gastos de Cristo y sus discípulos».
 
Esto se refiere al siguiente pasaje del Evangelio de Juan.
«Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres» (Jn 13,29)
 
Este único pasaje destaca los dos propósitos principales del dinero que posee la Iglesia:
 
- Para las necesidades humanas básicas del clero («Compra lo que necesitemos para la fiesta»)
- Para el apoyo de los pobres («Dar algo a los pobres»)
 
Manejo del dinero por parte de los apóstoles
Después de la Ascensión de Jesús, los apóstoles continuaron con este tratamiento del dinero. Muchos de los primeros cristianos incluso vendían sus casas para poder dar el dinero a los apóstoles. Sin embargo, no era tanto para ellos como para la comunidad.
 
«No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta, y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad» (Hechos 4, 34-35)
 
Al mismo tiempo, san Pablo recordó a los primeros cristianos que el clero necesita un sustento humano básico.
 
«He aquí mi defensa contra mis acusadores. ¿Por ventura no tenemos derecho a comer y beber?» (1 Corintios 9, 3-4)
 
Sin embargo, San Pablo también reitera en sus escritos cómo debemos ser generosos con nuestro dinero, apoyando a la viuda y al huérfano.
 
Del Imperio Romano hasta hoy
El tema de la Iglesia manejando el dinero se volvió más complejo a medida que la Iglesia fue aceptada en el Imperio Romano. Esto llevó a muchas tentaciones para los funcionarios de la Iglesia, y los santos a lo largo de los siglos hablarían en contra de los abusos que pudieran surgir.
 
Esta es una de las razones por las que la pobreza radical de san Francisco de Asís supuso una revolución en las órdenes religiosas y dio un ejemplo poderoso que permanece hasta el día de hoy.
 
Cómo la Iglesia puede equilibrar la necesidad de las necesidades básicas y el apoyo de los pobres sigue siendo un tema complicado que probablemente no se resolverá en el transcurso de nuestra vida.
Autor: Philip Kosloski (Aleteia)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Como decía San Bernardo. “De Maria nunquam satis” “De María nunca hablaremos suficiente” Siempre tuve por Ella, una devoción y un culto particulares. Guardo en mi memoria y en mi corazón un evento que se produjo en 1956, cuando era seminarista.
Mientras estaba de vacaciones en un pueblo de mi región de origen en Sanrandira (Brasil), participé un día en una procesión de Nuestra Señora de Fátima en un asilo de ancianos, muchos de los residentes participaron en la procesión. Súbitamente el cielo se oscureció y se iba a desatar una tormenta. Le supliqué a la Madre de Dios que nos ayudara. Pudimos llegar hasta la iglesia que todavía estaba lejos, unos minutos antes que un diluvio nos cayera encima.
Mientras terminábamos de rezar el Rosario y nos disponíamos a salir de la iglesia, pues había llegado la hora de regresar, la fuerte lluvia cesó así pude consolarlos afirmando con fe “tenemos tiempo de regresar a nuestras casa antes de que vuelva la lluvia” Todo esto sucedió como respuesta a nuestra oración a Nuestra Señora, Madre de Dios y Madre Nuestra.
(Monseñor Eurico Santos Veloso)
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail 
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com   
Por razones técnicas no suscribimos correos de Hotmail, Live u Outlook. Los que utilizan esos servidores, procuren tener un correo alternativo (puede ser en Gmail que es gratis y funciona bien) para suscribirse con ese.
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Agosto 3
San José, Dios llenó tu corazón con el afecto más ardiente y más puro hacia la Virgen María. Te pedimos que todos los hombres protejan siempre la dignidad y tengan un profundo respeto hacia todas las mujeres.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
 
AMDG

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