domingo, 15 de agosto de 2021

Pequeñas Semillitas 4759

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4759 ~ Domingo 15 de Agosto de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Celebramos hoy una de las fiestas más bellas de la Virgen: su glorificación en cuerpo y alma en el cielo. El Evangelio es el pasaje de Lucas con el Magnificat de María.
Con esta fiesta, la Iglesia, nos invita a mirar una vez más hacia el cielo. Nuestro combate. Cada detalle realizado por Dios y en nombre de Dios, no quedará sin recompensa en la vida eterna. Y, un buen ejemplo, la Asunción de María. Hoy, las puertas de la Nueva Ciudad, se abren de par en par. A través de ellas entra la mujer que, siendo sencilla y pobre, amable y obediente, fuerte y solícita, logró enamorar al mismo Dios. ¿Cómo iba a permitir, ese mismo Dios, que tan beldad bajase para siempre al sepulcro? Pues, por esas mismas puertas, entraremos también todos aquellos que, con la ayuda del Espíritu Santo, respondamos con generosidad y con la misma valentía que María lo hizo hacia Dios. ¿Seremos capaces?
 
¡Buenos días María!
Cuando el hombre puso un pie en la Luna, dijo una frase que se hizo famosa: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. De hecho, la humanidad había alcanzado un hito histórico. Pero hoy, en la Asunción de María al Cielo, celebramos una conquista infinitamente más grande: la Virgen ha puesto sus pies en el paraíso. No fue solo en espíritu, sino también con el cuerpo, toda ella.
Este paso de la pequeña virgen de Nazaret ha sido el gran salto hacia delante de la humanidad. De poco sirve ir a la Luna si no vivimos como hermanos en la Tierra. Pero que uno de nosotros viva en el Cielo con el cuerpo nos da esperanza: entendemos que somos valiosos, que estamos destinados a resucitar. Dios no dejará que nuestro cuerpo se disuelva en la nada. ¡Con Dios nada se pierde!
En María se alcanza la meta y tenemos ante nuestros ojos la razón por la que caminamos: no para conquistar las cosas de aquí abajo, que se acaban, sino para conquistar la patria de allá arriba, que es para siempre. Y la Virgen es la estrella que nos orienta. Ella ha ido primero. Ella, como enseña el Concilio, “precede con su luz al peregrino Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo” (Lumen gentium, 68).
(Papa Francisco, ángelus del 15 de agosto de 2020)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Apocalipsis 11,19a.12,1-6a.10ab
 
Salmo: Sal 45 (44),10.11.12ab.16
 
Segunda Lectura: 1 Corintios 15,20-27a
 
SANTO EVANGELIO: Lc 1,39-56
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
 
Comentario:
Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de Santa María en cuerpo y alma a los cielos. «Hoy —dice san Bernardo— sube al cielo la Virgen llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes». Y añadirá estas preciosas palabras: «¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo! Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus dones a los hombres».
El primer don que te prodiga es la Palabra, que Ella supo guardar con tanta fidelidad en el corazón, y hacerla fructificar desde su profundo silencio acogedor. Con esta Palabra en su espacio interior, engendrando la Vida para los hombres en su vientre, «se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,39-40). La presencia de María expande la alegría: «Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44), exclama Isabel.
Sobre todo, nos hace el don de su alabanza, su misma alegría hecha canto, su Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador...» (Lc 1,46-47). ¡Qué regalo más hermoso nos devuelve hoy el cielo con el canto de María, hecho Palabra de Dios! En este canto hallamos los indicios para aprender cómo se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, y llegar a responder como Ella al regalo que nos hace Dios en su Hijo, a través de su Santa Madre: para ser un regalo de Dios para el mundo, y mañana un regalo de nuestra humanidad a Dios, siguiendo el ejemplo de María, que nos precede en esta glorificación a la que estamos destinados.
* P. Dom Josep ALEGRE Abad emérito de Santa Mª de Poblet (Tarragona, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
"María Santísima nos muestra el destino final de quienes ‘oyen la Palabra de Dios y la cumplen' (Lc. 11, 28). Nos estimula a elevar nuestra mirada a las alturas, donde se encuentra Cristo, sentado a la derecha del Padre, y donde está también la humilde esclava de Nazaret, ya en la gloria celestial"
 
Predicación del Evangelio:
La Asunción de María al Cielo
Hay dos fechas en el calendario de la Iglesia universal que marcan todo el esplendor espiritual de María: es el comienzo y el final de toda su existencia en esta tierra: la Inmaculada Concepción y la Asunción al Cielo. En diferentes pueblos y en varias naciones hay advocaciones marianas que encierran en sí toda la vida y belleza espiritual de María y por lo tanto todo eso lo celebran en fechas determinadas; pero en la Iglesia universal estas dos son las dos grandes celebraciones en honor a María. A ellas dos se añade ahora el 1 de enero, fiesta de la Madre de Dios.
 
La Asunción es una fiesta muy antigua y expresa un sentimiento del pueblo cristiano. No lo narra el Nuevo Testamento, pero se fue trasmitiendo en el pueblo cristiano, de modo que se levantaron muchos templos y catedrales en honor de María en su Asunción. Desde 1950 es dogma de fe, cuando el papa Pío XII, habiendo escuchado el parecer de toda la Iglesia, determinó que todos lo tenemos que creer.
 
Asunción al Cielo, significa que fue a gozar con Dios en el Cielo en cuerpo y alma, con todo su ser humano. No se trata de si hizo un viaje por los aires o qué dirección tomó. Es una manera simbólica o metafórica de expresar la gran verdad de que todo su ser comienza a vivir una vida más especial en la presencia de Dios. El papa no quiso determinar si esto fue en el momento de la muerte o tuvo una resurrección semejante a la de Jesucristo. Sólo dijo: “cumplido el curso de su vida mortal”. Eso nos basta para que en este día nos gocemos por la grandeza que Dios ha realizado con su madre. Alabemos con ella a Dios por este gran beneficio y avivemos nuestra esperanza de poder un día estar gozando con nuestra Madre en el Cielo.
 
Para poder llegar un día también nosotros al Cielo, hoy la Iglesia nos invita a imitar lo más posible la vida de María. No es mucho lo que los evangelios nos cuentan sobre su vida, ya que lo principal que intentaban era reproducir la doctrina de Jesús. Pero hay datos muy expresivos. Hoy en el evangelio se nos narra la visita que hizo María a su prima Isabel. María se había enterado por el ángel de la Anunciación, que su prima, ya con muchos años, estaba esperando a un niño y ya estaba en el sexto mes. María piensa en atenderla durante esos últimos tres meses y va “de prisa” hacia la montaña, donde vivía Isabel. Nos muestra en primer lugar la caridad, que en cierto sentido es olvido de sus propias necesidades para atender a las necesidades del prójimo. También nos enseña la alegría, el optimismo y la esperanza. Este gozo se expresa con ese ir “de prisa”, en el sentido material y espiritual. Y con gozo porque dentro de sí tenía ya a Jesús. Nuestra vida debe estar llena de gozo sabiendo que dentro de nuestro ser habita la Santísima Trinidad, y especialmente en la comunión con Jesús.
 
Este gozo se hizo palabra en el saludo de María y en la felicitación de Isabel cuando, llena del Espíritu Santo, comprendió quién era la que venía a visitarla. María ya estaba llena del Espíritu Santo, porque tenía en sí a Jesús, Hijo de Dios. Y donde está Jesús tiene que estar el Espíritu Santo. Por eso María en su respuesta habla con la virtud y gracia del Espíritu, glorificando a Dios, con la oración del Magnificat.
 
En el Magnificat aparece la acción de Dios sobre ella: “Miró la humillación de su esclava e hizo cosas grandes”. Dios mira al humilde para dar. Le había dado cosas grandes: ser Inmaculada, llena de gracia, corredentora, medianera universal de las gracias y por fin la daría el llevarla al Cielo en cuerpo (glorificado) y alma. Aparece la acción de María para con Dios, que es alabar y dar gracias, que es reconocer que todo lo que tiene es recibido de la bondad de Dios. Y aparece nuestra acción para con María: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”. Estas alabanzas que hoy damos a María en definitiva son para Dios, autor de todas las bondades. Y muestra también nuestra esperanza de que, si seguimos los pasos de María en esta vida, como Cristo resucitó primero, también nuestra vida terminará en una resurrección eterna.
(P. Silverio Velasco)
 
De los envíos del P. Natalio
Subes al cielo
Este es el día glorioso en que la Virgen Madre de Dios subió a los cielos; todos la aclamamos, tributándole nuestra alabanza: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Dichosa eres santa Virgen María, y digna de toda alabanza. De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios”.
 
V. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
R. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
V. Subes al cielo, resplandeciente como la aurora cuando amanece.
R. Hija de Jerusalén.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
 
Los santos Padres en las homilías dirigidas al pueblo en esta fiesta de la Asunción hablan como de algo ya conocido y aceptado por todos. Destacan que el cuerpo sin vida de la Virgen María no se corrompió, y pregonan su triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo, a imitación de su Hijo único Jesucristo (Pío XII).
* Padre Natalio
 
Poesía
Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación.
 
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
 
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su santa alianza
según lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
 
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en principio ahora 
y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Sí, la festividad de la Asunción es la fuente de una gran esperanza. Cuando la Virgen María, conoce en primer lugar, después de Jesús, la alegría de la resurrección estamos fortalecidos en la certeza de que Dios cumple sus promesas y que nunca nos abandonará.
Me gustaría que nuestro país mire a María como madre, como un río mira su fuente, para encontrar inspiración e impulso. María expresa la esencia de su vocación a partir de las primeras palabras que pronuncia: "Yo soy la esclava". ¿No será ésta también la vocación de Francia, como lo sugirió San Juan Pablo II durante su primer viaje a nuestro país en 1980?
“Francia, Hija mayor de la Iglesia, ¿eres fiel a las promesas de tu bautizo? Permite que te pregunte: Francia, Hija de la Iglesia y educadora de pueblos, ¿eres fiel por el bien del hombre, a la alianza con la sabiduría eterna?” Esta pregunta me gustaría prolongarla diciendo: “Francia y ¿si fuera la hora de despertar?
Cuando oigo a María cantar: “Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”, tengo la impresión que resume en unas cuantas palabras todo lo que es para Ella el mensaje de la Biblia. Es la frase central de su cántico. Sí, como María, podemos agradecer a Dios que hace maravillas, una misericordia que nunca ha fallado.
Monseñor Philippe Barbarin, Cardenal arzobispo de Lyon (Francia)
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde España, nos escribe la Hna. Gloria Elsy Rodríguez y dice: “Doy fe y acción de gracias al Señor, a la Santísima Virgen, y todos los lectores de Pequeñas Semillitas, especialmente al más pequeñito Hijo de Dios, Felipe, por la oración por Iñigo L., de San Sebastián España, que ya está en casa, y recuperándose poco a poco del Covid, con la  admiración de todos los médicos, solo los que tenemos fe, sabemos el poder grande de la oración, y la unidad. Dios les recompense a todos su oración tan valiosa.”
 
  Desde la provincia de Santa Fe, Argentina, llega el agradecimiento a Dios y a todos los que rezaron (y siguen rezando) por Jorgelina G., de 44 años de edad, que estuvo muy grave en terapia intensiva por neumonía Covid, y ahora ha pasado a una clínica de recuperación con una mejoría que asombra a los médicos.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Agosto 15
Ante el rechazo de sus parientes en Belén, san José procura el alimento de su familia, confiando en la providencia. Que por tu intercesión, todas las familias necesitadas encuentren el camino de tu providencia. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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