domingo, 13 de junio de 2021

Pequeñas Semillitas 4699

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4699 ~ Domingo 13 de Junio de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Pocas parábolas pueden provocar mayor rechazo en nuestra cultura del rendimiento, la productividad y la eficacia que esta pequeña parábola en la que Jesús compara el reino de Dios con ese misterioso crecimiento de la semilla, que se produce sin la intervención del sembrador.
Esta parábola, tan olvidada hoy, resalta el contraste entre la espera paciente del sembrador y el crecimiento irresistible de la semilla. Mientras el sembrador duerme, la semilla va germinando y creciendo «ella sola», sin la intervención del agricultor y «sin que él sepa cómo».
La vida no es solo trabajo y productividad, sino regalo de Dios que hemos de acoger y disfrutar con corazón agradecido. Para ser humana, la persona necesita aprender a estar en la vida no solo desde una actitud productiva, sino también contemplativa. La vida adquiere una dimensión nueva y más profunda cuando acertamos a vivir la experiencia del amor gratuito, creativo y dinamizador de Dios.
(P. José A. Pagola)
 
¡Buenos días María!
Decir Madre protectora es como una redundancia, porque el ser madre implica el ser protectora. Pero María es especialmente Madre protectora porque no sólo nos defiende y protege de las calamidades de este mundo, sino que nos defiende y protege de las calamidades espirituales, que son las verdaderas calamidades. A nosotros los cristianos se nos pide la infancia espiritual, pues Jesús nos dice en el Evangelio que si no nos hacemos como niños, no entraremos en el Reino de los Cielos. Entonces, como niños que somos, necesitamos una Madre que nos proteja, y esta Madre es María. Cuando estemos atemorizados, asustados, angustiados, corramos a sus brazos y cobijémonos bajo su manto, que allí encontraremos refugio seguro. María nos defiende de todos los demonios y de nuestros enemigos, porque es todopoderosa, no por naturaleza sino por gracia de Dios.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ezequiel 17,22-24
 
Salmo: Sal 92 (91) 2-3.13-14.15-16
 
Segunda Lectura: 2 Corintios 5,6-10
 
SANTO EVANGELIO: Mc 4,26-34
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos ofrece dos imágenes de gran intensidad espiritual: la parábola del crecimiento de la semilla y la parábola del grano de mostaza. Son imágenes de la vida ordinaria que resultaban familiares a los hombres y mujeres que le escuchan, acostumbrados como estaban a sembrar, regar y cosechar. Jesús utiliza algo que les era conocido —la agricultura— para ilustrarles sobre algo que no les era tan conocido: el Reino de Dios.
Efectivamente, el Señor les revela algo de su reino espiritual. En la primera parábola les dice: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra» (Mc 4,26). E introduce la segunda diciendo: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios (…)? Es como un grano de mostaza» (Mc 4,30).
La mayor parte de nosotros tenemos ya poco en común con los hombres y mujeres del tiempo de Jesús y, sin embargo, estas parábolas siguen resonando en nuestras mentes modernas, porque detrás del sembrar la semilla, del regar y cosechar, intuimos lo que Jesús nos está diciendo: Dios ha injertado algo divino en nuestros corazones humanos.
¿Qué es el Reino de Dios? «Es Jesús mismo», nos recuerda Benedicto XVI. Y nuestra alma «es el lugar esencial donde se encuentra el Reino de Dios». ¡Dios quiere vivir y crecer en nuestro interior! Busquemos la sabiduría de Dios y obedezcamos sus insinuaciones interiores; si lo hacemos, entonces nuestra vida adquirirá una fuerza e intensidad difíciles de imaginar.
Si correspondemos pacientemente a su gracia, su vida divina crecerá en nuestra alma como la semilla crece en el campo, tal como el místico medieval Meister Eckhart expresó bellamente: «La semilla de Dios está en nosotros. Si el agricultor es inteligente y trabajador, crecerá para ser Dios, cuya semilla es; sus frutos serán de la naturaleza de Dios. La semilla de la pera se vuelve árbol de pera; la semilla de la nuez, árbol de nuez; la semilla de Dios se vuelve Dios».
* Fr. Faust BAILO (Toronto, Canadá)
 
Santoral Católico:
San Antonio de Padua
Presbítero y Doctor de la Iglesia
Nació en Lisboa a finales del siglo XII. Muy joven ingresó en los Canónigos Regulares de San Agustín en Lisboa y después pidió el traslado a Coimbra. Aquí conoció a los franciscanos que se dirigían a Marruecos, cuyas reliquias contempló después de su martirio. Ansioso de propagar la fe entre los musulmanes y de sufrir él mismo el martirio, se pasó a la Orden de Hermanos Menores. No logró su intento de dar la vida por Cristo: cayó enfermo en Marruecos, y la nave en que regresaba a su patria fue a parar a Sicilia. Estaba destinado a desplegar su apostolado en regiones del mediodía de Francia y en Italia, infestadas por la herejía, y a ello se dedicó, tras un período de vida eremítica, cuando la Providencia quiso poner de manifiesto los talentos de que le había dotado. Fue el primer profesor de teología de la Orden. Escribió sermones llenos de ciencia, elegancia y unción. Murió en Padua el 13 de junio de 1231. Tras su muerte, el Señor multiplicó los milagros debidos a su intercesión. Lo canonizó Gregorio IX en 1232 y Pío XII lo proclamó doctor de la Iglesia en 1946.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Oración por los pobres
Altísimo y Sapientísimo Señor del mundo, de los cielos y de la tierra, que todo lo conoces y todo lo gobiernas suave y fuertemente; excelentísimo Creador de cielos y tierra, que muestras la grandeza de tu poder en las cosas grandes y la perfección de tu gobierno en las cosas pequeñas; vigilantísimo Gobernador del universo, sin cuya anuencia no cae ni un cabello de nuestra cabeza, ni una hoja de nuestros árboles; bondadosísimo Dueño, que vistes de espléndidas galas a las hierbas del campo y das de comer a las aves del cielo; amantísimo Padre, que para que los ricos den su pan a los pobres, los estimulas con tus palabras, los amenazas con tus enemistades y les premias sus caridades con innumerables favores, unas veces advertidos y otras inadvertidos: te suplicamos que atiendas a los ruegos que te dirigimos por medio de tu siervo San Antonio, para que tengas providencia de nosotros para nuestro bien, nos concedas todas las gracias temporales que nos convengan y, sobre todo ordenes nuestra vida, conforme a toda caridad contigo y con tus pobres, para salvación y santificación de nuestras almas.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
 
Palabras de San Juan Pablo II
“La oración es fiarse de Dios, ponerse en sus manos. Durante la oración realizamos una especie de ascensión hacia la luz divina y, a la vez, experimentamos un descenso de Dios, que se adapta a nuestro límite para escucharnos y hablarnos, para encontrarse con nosotros y salvarnos. En la oración, que consiste en el encuentro y el diálogo vivo y personal con Dios, el misterio de la divinidad se revela como fidelidad y amor. Por eso es necesario descubrir y vivir constantemente la belleza de la oración y de la liturgia. Hay que orar de modo hermoso y digno”.
 
Predicación del Evangelio:
Paciencia
“El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra, y ya duerma o vele, sea de noche o de día, la semilla germina y crece sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma da el fruto: primero la hierba, después la espiga, después el grano” (Mc 4, 26-28)
 
El hombre paciente se asemeja al labrador que acomoda su tarea al ritmo propio de la naturaleza, al arado, la siembra, el riego... Cada cosa tiene su momento y hay que esperar meses hasta recoger, multiplicados, los granos que se sembraron y se convertirán en pan. El impaciente querría recoger sin seguir todos los pasos. Hasta para hacer el bien es preciso la paciencia. Todos necesitamos del paso del tiempo para que la semilla de la palabra de Dios vaya arraigando y creciendo dentro de nosotros.
 
Dios se acomoda al compás de las personas y de las cosas sin acelerarlo. Parece como si Dios no tuviera prisa, pero al pasar el tiempo, sucede lo que tenía previsto, si se han dado los pasos. Es importante no impacientarse ante uno mismo, pensando que no se mejora, que no se vence una dificultad. Y es importante en el apostolado no pretendiendo recoger el fruto que aún no está maduro, pues se estropeará. Las plantas no crecen tirando de ellas hacia arriba. La conversión o la vocación es una tarea del Espíritu Santo que remueve los corazones, cuenta con las circunstancias personales y ambientales y con el paso del tiempo.
 
No es que las cosas se arreglen solas (porque la paciencia está en las antípodas de la pereza) ni con el mero paso del tiempo. Es que los grandes frutos no pueden apresurarse, se logran con la paciencia que es confianza en Dios y respeto a los demás.
 
Ven, ¡oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos; fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo; inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después, mañana... ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte.
 
¡Oh, Espíritu de verdad y de Sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras (San Josemaría Escrivá)
(P. Jesús Martínez García)
 
De los envíos del P. Natalio
Poder del buen ejemplo
Un refrán dice “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. El poder del testimonio es enorme y decisivo. Las palabras están devaluadas. Nunca el mensaje de Jesús tuvo tanta fuerza como cuando pregonó el amor desde la cruz. Para construir a tu alrededor una civilización del amor aporta cada día gestos de servicio, de humildad y generosidad.
 
En una ciudad alemana bombardeada en la última Guerra Mundial, encontraron, entre las ruinas, un Cristo a quien le faltaban las manos y las piernas. Aquellos habitantes decidieron conservar así, sin manos y sin pies, a aquel Cristo, como recuerdo de la barbarie de la guerra, y de que somos nosotros los llamados a ser las manos y los pies de Cristo. Una excelente manera de describir nuestra misión de testigos: ser las manos y los pies de Cristo para llevar su mensaje de justicia, de fraternidad, de esperanza, de amor a cuantos nos rodean.
 
Tanto los buenos como los malos ejemplos moldean el ambiente en que vivimos. Ojalá que triunfen los que favorecen lo bueno, digno, noble. Porque si prevalece el egoísmo salvaje, llegaremos a una pérdida tal de los valores humanos que la vida será muy triste, que faltará lo más hermoso: el respeto, la comprensión, el amor. Amigo, aporta hoy tu granito de arena.
* Padre Natalio
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 13.- Ocasiones peligrosas
Hasta ahora hemos tomado del Corazón de Jesús aquellas palabras que condenan el pecado. Ahora Jesús quiere sugerirnos también el medio con el que podemos evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria. ¿Quieres huir del pecado? Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confiésate, pero si no huyes de las ocasiones peligrosas todo será tiempo malgastado. ¿Cuáles son las compañías que frecuentas? ¿Quizá se encuentran allí personas con las que permites confidencias que hacen llorar a tu ángel custodio? ¿Se encuentra acaso alguna persona que te insinúa dudas sobre la fe, que susurra palabras que repugna oírlas, que te aleja de tus prácticas de piedad?
¿Cuáles son tus diversiones? ¿Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la vergüenza, donde las pasiones se levantan impetuosas?
* Web Católico de Javier
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Córdoba, Argentina, llega un agradecimiento por las oraciones a Jesús y la Virgen, hechas en favor de Sebastián P., el cual ya está recuperado del Covid y ha regresado a su hogar junto a su familia. Demos gracias a Dios.
 
  Desde Argentina, Patricia E. (ya vacunada contra el Covid) agradece a Dios que podrá visitar a su mamá en otra provincia luego de 16 meses sin verla. Nos sumamos a su alegría y ojalá pronto todos puedan volver a reencontrarse con sus familiares y sus afectos que hace mucho tiempo no ven por las medidas de aislamiento.
 
  Desde la provincia de Santa Fe, Argentina, Exequiel agradece a Dios y a la Santísima Virgen por la recuperación que tanto él como sus familia directa (esposa y dos hijos) están teniendo luego de haber dado positivos para el Covid.
 
Año de San José
 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Junio 13
La transformación que obra por el Espíritu Santo da fuerzas a nuestros corazones; que por intermedio de María y san José tengamos la fuerza suficiente para cumplir la misión de ser buenos cristianos. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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