martes, 1 de junio de 2021

Pequeñas Semillitas 4687

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4687 ~ Martes 1 de Junio de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La Iglesia Católica dedica el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, para que los fieles veneren, honren e imiten más intensamente el amor generoso y fiel de Cristo por todas las personas.
Es un mes donde se le demuestra a Jesús a través de las obras cuánto se le ama, correspondiendo a su gran amor demostrado al entregarse a la muerte por sus hijos, quedándose en la Eucaristía y enseñando el camino a la vida eterna. La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los inicios de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el corazón abierto del Señor.
Cuenta la historia que el 16 de junio de 1675, el Hijo de Dios se le apareció a Santa Margarita María de Alacoque y le mostro su Corazón rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior del mismo salía una cruz.
Santa Margarita escuchó al Señor decir: "he aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio".
En “Pequeñas Semillitas” acompañaremos cada día de este mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús con una meditación diaria dedicada a Él.
 
¡Buenos días María!
Santa María es —así la invoca la Iglesia— la Reina de la paz. Por eso, cuando se alborota tu alma, el ambiente familiar o el profesional, la convivencia en la sociedad o entre los pueblos, no ceses de aclamarla con ese título: «Regina pacis, ora pro nobis!» —¡Reina de la paz, ruega por nosotros! ¿Has probado, al menos, cuando pierdes la tranquilidad?... Te sorprenderás de su inmediata eficacia.
Fijaos en una de las devociones más arraigadas entre los cristianos, en el rezo del Santo Rosario. El Rosario no se pronuncia sólo con los labios, mascullando una tras otra las avemarías. Para un cristiano, la oración vocal ha de enraizarse en el corazón, de modo que, durante el rezo del Rosario, la mente pueda adentrarse en la contemplación de cada uno de los misterios.
(San Josemaría Escrivá)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Tobías 2,9-14
 
Salmo: Sal 112 (111) 1-2.7-9
 
SANTO EVANGELIO: Mc 12,13-17
En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Ellos le dijeron: «Del César». Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Y se maravillaban de Él.
 
Comentario:
Hoy, de nuevo nos maravillamos del ingenio y sabiduría de Cristo. Él, con su magistral respuesta, señala directamente la justa autonomía de las realidades terrenas: «Lo del César, devolvédselo al César» (Mc 12,17).
Pero la Palabra de hoy es algo más que saber salir de un apuro; es una cuestión que tiene actualidad en todos los momentos de nuestra vida: ¿qué le estoy dando a Dios?; ¿es realmente lo más importante en mi vida? ¿Dónde he puesto el corazón? Porque... «donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,34).
En efecto, según san Jerónimo, «tenéis que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César». A lo largo de su vida, Jesucristo plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos nosotros los que estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir desde los valores de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio.
Siempre es tiempo de elección, tiempo de conversión, tiempo para volver a “resituar” nuestra vida en la dinámica de Dios. Será la oración, y especialmente la realizada con la Palabra de Dios, la que nos vaya descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. El que sabe elegir a Dios se convierte en morada de Dios, pues «si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es la oración la que se convierte en la auténtica escuela donde, como afirma Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él realizaba en el mundo, y cual la conducta del hombre para que sea conforme a este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto, elegir lo que nos conviene!
* Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España)
 
Santoral Católico:
San Justino
Mártir
Nació a principios del siglo II en la actual Naplus (Israel) de padres paganos. Se entregó al estudio de los filósofos griegos, sobre todo Platón, y luego se centró en los profetas de Israel, y éste fue el camino que le llevó a la fe cristiana; recibió el bautismo en Éfeso hacia el año 130. Tras su conversión, encontró en la cruz la incomparable sabiduría de Cristo, y puso a disposición de sus discípulos su saber, organizó catecumenados de preparación para el bautismo, así como encuentros con los no cristianos interesados por el Evangelio. Escribió diversas obras en defensa del cristianismo, entre ellas el «Diálogo con Trifón» y dos «Apologías». Fue un evangelizador en los ambientes cultos. Abrió en Roma una escuela de filosofía en la que sostenía discusiones públicas. Acusado de ser cristiano, fue decapitado en Roma durante la persecución de Marco Aurelio, hacia el año 165.
Oración: Señor, tú que has enseñado a san Justino a encontrar en la locura de la cruz la incomparable sabiduría de Cristo, concédenos, por intercesión de tu mártir, la gracia de alejar los errores que nos cercan y de mantenernos firmes en la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Santoral Católico:
San Aníbal María de Francia
Presbítero y Fundador
Nació en Messina (Italia) en 1851. Pronto quedó huérfano de padre, y eso le hizo sentir un especial amor a los huérfanos. Por otra parte, profesó una gran devoción a la Eucaristía, ante la que se percató de la necesidad de orar por las vocaciones: «La mies es mucha... Rogad (Rogate) pues al dueño de la mies...», palabras que constituyeron la intuición fundamental de su existencia. En 1878 fue ordenado sacerdote. Poco antes había descubierto la triste realidad social y moral del barrio periférico más pobre de Messina, donde fue a habitar. En 1882 dio inicio a sus orfanatos antonianos, puestos bajo la protección de san Antonio de Padua. Para atender a un mayor número de huérfanos y de pobres, y guiado por la palabra del Señor: Rogate, fundó dos nuevas familias religiosas, la de las Hijas del Divino Celo y la de los Rogacionistas, centradas en la oración por las vocaciones sacerdotales y en una múltiple actividad asistencial y de beneficencia. Murió el 1 de junio de 1927 en Messina, y Juan Pablo II lo canonizó en el 2004.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
“El Sagrado Corazón de Jesús
es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios:
pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real,
que representa el centro, la fuente de la que ha brotado
la salvación para la entera humanidad”.
(Papa Francisco)
 
Tema del día:
El deber de la limosna
¿Por qué dar limosna? Entre los “remedios contra el pecado”, la Iglesia designa además del ayuno y la oración, la limosna.
 
Existen hierbas dañinas que crecen en el jardín de nuestra alma y que tienen raíces profundas y, por eso, son difíciles de arrancar. La limosna es una forma de eliminarlas.
 
Uno de los peores pecados es la codicia o avaricia; es el apego desordenado al dinero y a los bienes de este mundo. El avaro está listo a dar su vida, pero no sus bienes. San Pablo clasifica la avaricia como idolatría: “Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría” (Col 3,5).
 
“Porque tened entendido que ningún fornicador o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios” (Ef 5,5).
 
La razón de que el Apóstol vea como idolatría el apego a los bienes materiales, sobre todo al dinero, es que la persona los ame como a un dios. Se vuelve esclava de la riqueza, y en su altar quema un incienso peligroso.
 
Desde el principio Jesús advirtió a sus discípulos de este peligro en el Sermón de la Montaña: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero” (Mt 6,24).
 
Lo que importa es que la persona no sea esclava del dinero y de los bienes. Está claro que todos necesitamos del dinero: el mismo Jesús tenía un “tesorero” en el grupo de los Apóstoles.
 
San Pablo afirma: “Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero” (1Tm 6, 10). Mira que, por lo tanto, el mal, no es el dinero en sí mismo, sino el “amor” al dinero; esto es, el apego desordenado que hace que la persona busque el dinero como un fin, y no como un medio.
 
A causa del dinero muchos aceptan la mentira, la falsedad y el engaño. ¡Cuántos productos falsificados! ¡Cuántos kilos que sólo tienen 900 gramos! ¡Cuánto engaño y estafas en los negocios!
 
¿No es verdad que incluso entre los cristianos, muchas veces uno engaña al otro, “pasa por encima”, en algún negocio, compraventa, etc.? Si vamos más arriba, podemos constatar que toda la corrupción, tráfico de drogas y de armas, crímenes, etc., tienen detrás la sed de dinero. Basta encender la televisión o leer el periódico para verlo.
 
El mismo domingo, el día del Señor, se está transformando, para muchos, en el día de ganar dinero. Por amor al dinero muchos más pierden a sus hijos, los hermanos se pelean y se separan, y muchos matrimonios acaban. En el matrimonio da más problema el dinero que sobra que el dinero que falta.
 
A causa de la ambición vemos el mundo en una situación de gran injusticia y miseria para muchos.
 
Jesús le dijo al pueblo: “Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes’”. (Lc 12,15). “¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!” (Mc 10,23).
 
El apego a los bienes de este mundo es algo muy fuerte en nosotros, casi una “segunda naturaleza” y, por lo tanto, sólo con la ayuda de la gracia de Dios podremos vencer esta fuerte tentación. ¿Cómo?
 
El remedio contra la avaricia es “abrir las manos”, no para recibir, sino para dar. Cuanto más apegado estás al dinero, más debes hacer el ejercicio de “dar “buenas y generosas limosas… hasta que tus manos aprendan a abrirse sin que tu corazón llore.
 
La Biblia habla exhaustivamente de la importancia de la limosna: “Quien se apiada del débil, presta a Yahveh, el cual le dará su recompensa” (Pr 19,17).
 
San León Magno decía que “la mano del pobre es el banco de Dios”.
 
“Haz limosna con tus bienes; y al hacerlo, que tu ojo no tenga rencilla. No vuelvas la cara ante ningún pobre y Dios no apartará de ti su cara” (Tb 4,7).
 
“Don valioso es la limosna para cuantos la practican en presencia del Altísimo” (Tb 4,11).
 
“Encierra la limosna en tus graneros, ella te preservará de todo mal. Mejor que recio escudo y que pesada lanza frente al enemigo combatirá por ti” (Eclo 29 12-13).
 
Lo importante es que se dé con alegría y libertad, seguro de estar ayudando al hermano y agradando al Padre: “Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría” (2Co 9,7).
 
Sin embargo, sólo tendrá mérito frente a Dios la limosna dada en silencio. “Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas… en verdad os digo que ya reciben su paga” (Mt 6, 2).
 
San León Magno (400-461) daba mucho valor a la limosna. Decía que “deposita en el cielo su tesoro quien alimenta a Cristo en el pobre”... “Ante todo, tened entre vosotros intenso amor, pues el amor cubre multitud de pecados” (1P 4,8).
 
La mejor manera de vencer este miedo es confiar en la Providencia divina que cuida de todos. Jesús dijo: “No andéis preocupados por vuestra vida” (Mt 6,25). “¿Quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?”. “No andéis, pues, preocupados…”.
 
“Pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Lo importante es: “Buscad primero su Reino y su justicia”, es decir, vivir conforme a la voluntad de Dios, “y todas esas cosas se os darán por añadidura”.
 
San Pedro exhortaba a los fieles diciendo: “confiadle todas vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros” (1 P 5,7).
 
Todo esto no quiere decir que no debemos ser previsores teniendo en cuenta las necesidades de la vida. Es por nuestro trabajo que el Señor trae el pan de cada día a nuestra mesa. Que nadie se quede esperando, en la fe, y de brazos cruzados, la ayuda del cielo.
(Autor: Felipe Aquino. Fuente: Alteia)
 
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 1.- El Divino Corazón de Jesús
¡El Corazón de Jesús! Una herida, una corona de espinas, una cruz, una llama, "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". ¿Quién nos ha dado aquel Corazón? Jesús mismo. Él nos había dado todo: su doctrina, sus milagros, sus dones de la Eucaristía, su Madre divina. Pero el hombre permanece todavía insensible a tantos dones. Su soberbia les hace olvidar el Cielo, sus pasiones les hacen descender al fango. Fue entonces cuando Jesús mismo dirigió una mirada piadosa sobre la humanidad; se apareció a su hija predilecta, Margarita María de Alacoque, para manifestarle los tesoros de su corazón.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Junio 1
Que todos sean uno, para que el mundo crea, pidió Jesús para nosotros antes de su Pasión. Quería darnos esa comunión que Él había vivido primero en Nazaret junto a José y María, donde la concordia de los corazones fue más fuerte que todas las dificultades. Nuestro corazón se abra para recibir la gracia de la comunión con Dios y los hermanos, a ejemplo de san José y María. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
 
AMDG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.