PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
16 - Número 4636 ~ Domingo 11 de Abril de 2021.Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
En
medio de la riqueza de contenidos que ofrecen las lecturas de este domingo, se
destaca la figura de Tomás, uno de los doce Apóstoles, quien se muestra como el
escéptico más famoso de la historia, pues rechaza el testimonio de sus
compañeros, quienes afirmaban haber visto a Jesús resucitado, y asume una
actitud desafiante: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto
el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo
creo”. Tomás establece como criterio único de verdad su experiencia sensorial
directa y rechaza cualquier otro tipo de argumentación o prueba.
Desde
el tiempo del papa San Juan Pablo II se ha llamado este domingo, “Domingo de la Divina Misericordia”. La
fiesta destaca el Sacramento de la Reconciliación como un gran fruto de la
Resurrección de Jesús. A veces parece que el tiempo de esta fiesta está fuera
de lugar. Los sacerdotes están cansados de escuchar confesiones después de la
Cuaresma. La gente quiere relajarse. No deberíamos preocuparnos. Siempre hay razón
de celebrar la misericordia de Dios en el sacramento. Nos levanta de nuestros
errores. Nos mueve en el camino a la vida eterna. Siempre hay razón de celebrar
la misericordia de Dios.
¡Buenos días María! Marieta Beco (1921-2011) es la mayor de una familia
de siete niños y vive en una casita sencilla, fuera del pueblo de Banneux, en
Bélgica. Tiene 12 años cuando el 15 de enero de 1933, por la tarde de un día de
invierno frío y lluvioso, ve por la ventana a una señora radiante cerca de la
barrera que lleva a la carretera. Como no era muy piadosa, no dice a sus padres
que ha visto a la Virgen…
Sus padres le dicen que es ‘tonta’… Las apariciones
vuelven a ocurrir ocho veces entre el 15 de enero y el 2 de marzo, a la misma
hora, hacia las 7 de la tarde, y casi siempre en mal tiempo, frío y lluvioso.
No obstante, Marieta se dirige cada vez hacia la hermosa Señora quien la lleva
(el 18 de enero) a un lugar en el borde de la carretera, y le invita a cavar en
el suelo. Une fuente brota: “Pon tus manos en el agua…”.
El 19 de enero, la hermosa Señora se presenta como la
‘Virgen de los pobres’. En varias ocasiones, la Virgen camina a la fuente
llevando a Marieta. Dice: “Vengo a aliviar el dolor”. El 6 y 7 de febrero:
“Rezad mucho”. El 2 de marzo de 1933, al imponer las manos a Marieta, y al
bendecirla, le dice: “Soy la Madre del Salvador, Madre de Dios. Rezad mucho.
Adiós”.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Hechos 4,32-35
♥ Salmo: Sal 118 (117),2-4.16-18.22-24
♥ Segunda Lectura: I Juan 5,1-6
♥ SANTO EVANGELIO: Juan 20,19-31
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana,
estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se
encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La
paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los
discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con
vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados,
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba
con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al
Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y
no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no
creeré».
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos
dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas
cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu
dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo
sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque
me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras
muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas
para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo
tengáis vida en su nombre.
♥ Comentario:
Hoy, Domingo II de Pascua, completamos la octava de
este tiempo litúrgico, una de las dos octavas —juntamente con la de Navidad—
que en la liturgia renovada por el Concilio Vaticano II han quedado. Durante
ocho días contemplamos el mismo misterio y tratamos de profundizar en él bajo
la luz del Espíritu Santo.
Por designio del Papa San Juan Pablo II, este domingo
se llama Domingo de la Divina Misericordia. Se trata de algo que va mucho más
allá que una devoción particular. Como ha explicado el Santo Padre en su encíclica
Dives in misericordia, la Divina
Misericordia es la manifestación amorosa de Dios en una historia herida por el
pecado. “Misericordia” proviene de dos palabras: “Miseria” y “Cor”. Dios pone
nuestra mísera situación debida al pecado en su corazón de Padre, que es fiel a
sus designios. Jesucristo, muerto y resucitado, es la suprema manifestación y
actuación de la Divina Misericordia. «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a
su Hijo Unigénito» (Jn 3,16) y lo ha enviado a la muerte para que fuésemos salvados.
«Para redimir al esclavo ha sacrificado al Hijo», hemos proclamado en el Pregón
pascual de la Vigilia. Y, una vez resucitado, lo ha constituido en fuente de
salvación para todos los que creen en Él. Por la fe y la conversión acogemos el
tesoro de la Divina Misericordia.
La Santa Madre Iglesia, que quiere que sus hijos
vivan de la vida del resucitado, manda que —al menos por Pascua— se comulgue y
que se haga en gracia de Dios. La cincuentena pascual es el tiempo oportuno
para el cumplimiento pascual. Es un buen momento para confesarse y acoger el
poder de perdonar los pecados que el Señor resucitado ha conferido a su
Iglesia, ya que Él dijo sólo a los Apóstoles: «Recibid el Espíritu Santo. A
quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20,22-23). Así
acudiremos a las fuentes de la Divina Misericordia. Y no dudemos en llevar a
nuestros amigos a estas fuentes de vida: a la Eucaristía y a la Penitencia.
Jesús resucitado cuenta con nosotros.
* Rev. D. Joan Ant.
MATEO i García (Tremp, Lleida, España)
Palabras de San Juan
Pablo II “Quiera
Dios derramar sobre vuestras heridas el óleo de la misericordia y la
consolación, para que podáis mirar con confianza lo que os espera, con la
certeza interior de que sois hijos de un Padre que os ama tiernamente”.
Predicación del
Evangelio: Nuevo inicio Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos
se refugian en una casa conocida. De nuevo están reunidos, pero ya no está
Jesús con ellos. En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les falta
Jesús. No pueden escuchar sus palabras llenas de fuego. No pueden verlo
bendiciendo con ternura a los desgraciados. ¿A quién seguirán ahora?
Está anocheciendo en Jerusalén y también en su
corazón. Nadie los puede consolar de su tristeza. Poco a poco, el miedo se va
apoderando de todos, pero no tienen a Jesús para que fortalezca su ánimo. Lo
único que les da cierta seguridad es «cerrar las puertas». Ya nadie piensa en
salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Sin Jesús,
¿cómo van a contagiar su Buena Noticia?
El evangelista Juan describe de manera insuperable la
transformación que se produce en los discípulos cuando Jesús, lleno de vida, se
hace presente en medio de ellos. El Resucitado está de nuevo en el centro de su
comunidad. Así ha de ser para siempre. Con él todo es posible: liberarnos del
miedo, abrir las puertas y poner en marcha la evangelización.
Según el relato, lo primero que infunde Jesús a su
comunidad es su paz. Ningún reproche por haberlo abandonado, ninguna queja ni
reprobación. Solo paz y alegría. Los discípulos sienten su aliento creador.
Todo comienza de nuevo. Impulsados por su Espíritu, seguirán colaborando a lo
largo de los siglos en el mismo proyecto salvador que el Padre ha encomendado a
Jesús.
Lo que necesita hoy la Iglesia no es solo reformas
religiosas y llamadas a la comunión. Necesitamos experimentar en nuestras
comunidades un «nuevo inicio» a partir de la presencia viva de Jesús en medio
de nosotros. Solo él ha de ocupar el centro de la Iglesia. Solo él puede
impulsar la comunión. Solo él puede renovar nuestros corazones.
No bastan nuestros esfuerzos y trabajos. Es Jesús
quien puede desencadenar el cambio de horizonte, la liberación del miedo y los
recelos, el clima nuevo de paz y serenidad que tanto necesitamos para abrir las
puertas y ser capaces de compartir el evangelio con los hombres y mujeres de
nuestro tiempo.
Pero hemos de aprender a acoger con fe su presencia
en medio de nosotros. Cuando Jesús vuelve a presentarse a los ocho días, el narrador
nos dice que todavía las puertas siguen cerradas. No es solo Tomás quien ha de
aprender a creer con confianza en el Resucitado. También los demás discípulos
han de ir superando poco a poco las dudas y miedos que todavía les hacen vivir
con las puertas cerradas a la evangelización.
(P. José Antonio Pagola)
De los envíos del P. Natalio La Divina Misericordia
El domingo
siguiente a Pascua se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia. Fiesta
querida por Jesús que, a través de revelaciones a santa Faustina Kowalska,
pidió a la Iglesia instituir esta nueva celebración. Reproduzco unos párrafos
conmovedores del “Diario” de santa Faustina, sobre la inconcebible misericordia
de Jesús que vino a salvar a los pecadores.
“Que no tema acercarse a mí el alma más débil y pecadora,
aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra. Los más
grandes pecadores llegarían a una gran santidad si confiaran en mi
misericordia. Cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho
que tiene a mi misericordia. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han
de venir a la fuente de la misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es
esta imagen con la firma: «Jesús, en ti confío». Recordad mi pasión y, sino
creéis en mis palabras, creed al menos en mis llagas. ¡Oh, si los pecadores
conocieran mi misericordia, no perecería un número tan grande de ellos!”.
Honrar la
misericordia de Jesús, exige vivir esa misericordia con el prójimo. El mismo
Jesús dijo a Faustina: “Te doy tres formas de ejercer misericordia: la 1ª la
acción, la 2ª la palabra, y la 3ª la oración. En estas tres formas está
contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del
amor hacia mí”. Que vivas con gratitud este misterio.
* Padre Natalio
Poesía Divina MisericordiaAmor eternoAmor sublimeAmor santoJesús, en ti confío. Derrama tus rayosEl rojo de tu sangreEl azul de tu aguaJesús, en ti confío. Lávame con tu aguaSálvame con tu sangrePara tener vida en tiJesús, en ti confío. Quiero estar contigoQuiero vivir en tiTú me has liberadoJesús, en ti confío. Perdonas mis pecadosY olvidas mis faltasGuías mis pasosJesús, en ti confío. Divina MisericordiaNos viene de DiosPor tu dolorosa pasiónNos das la salvación.(Autor: CrisRod) Nuevo vídeo y artículo Hay
un nuevo vídeo subido al blogde
"Pequeñas Semillitas" en
internet.Para
verlo tienes que ir al final de esta página: Hay
nuevo material publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"Puedes
acceder en la dirección: Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas” Celebramos hoy el día de la Divina Misericordia. Es
una devoción muy difundida hoy en la Iglesia Católica después de las
revelaciones que recibió la monja polaca Sor María Faustina Kowalska.
Dios es Padre Misericordioso, y le gusta que acudamos
y nos fiemos de su infinita misericordia. La infinita misericordia de Dios está
reflejada en la Biblia de modo claro y bonito.
Dice la Biblia: «Como el viento norte borra las nubes
del cielo, así mi misericordia borra los pecados de tu alma». ¿Os habéis fijado
qué bonito es el cielo cuando sopla el viento norte? ¡Qué azul tan
resplandeciente! Ha borrado todas las nubes. Así borra la misericordia de Dios
los pecados de nuestra alma.
Dice la Biblia: «Yo arrojaré tus pecados al fondo del
mar para que nunca más vuelvan a salir a flote». Lo que Dios me perdona me lo
perdona para siempre, nunca más me lo echa en cara.
Dios perdona todo y del todo. Pero esta infinita
misericordia de Dios hay que armonizarla con su justicia. Para que Dios me
perdone, tengo que arrepentirme. Dios no puede perdonar al que no se
arrepiente.
Por eso el infierno es eterno, porque después de la
muerte ya no es posible el arrepentimiento. Ni en el cielo se puede pecar, ni
en el infierno arrepentirse. Eternamente sin pedir perdón, y Dios eternamente
sin perdonar. No porque a Dios le falte misericordia, sino porque el pecador no
puso la condición indispensable para obtener el perdón.
(P. Jorge Loring S.J.)
Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y
allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por
la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos
por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
♡ Desde Miami, USA, nos escribe Diana para
agradecer a Dios nuestro Señor, a la Santísima Virgen y a todos los que
pidieron por la salud de Roberto S.,
de 83 años, radicado en Cuba, cuya tomografía de pulmón mostró que la sombra
“sospechosa” era solo una fibrosis y no cáncer como suponían. Nos pide que
sigamos rezando por su salud integral pues ha tenido infartos cerebrales.
♡ Desde Buenos Aires, Argentina, Cecilia Claudia agradece porque tanto
ella como su esposo Héctor han dado
negativo para el Covid, luego de estar trabajando en la provincia de San Luis,
donde había muchos casos de la pandemia.
Año de San José San José, hombre justo y modelo
de virtudes,es el Patrono Universal de la
santa Iglesia,y por lo tanto de todos
nosotros.Es el santo que tuvo en la
tierrala misión más grande y noble:proteger al Niño Dios y su
Santísima Madre.
Abril 11
Danos también la gracia de imitar siempre tu prudencia en
los juicios, Tú que viviste una fe sin titubeos, creyendo que era obra del
Espíritu Santo el fruto de tu purísima esposa, y dejando a un lado todo juicio
para Dios. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) ♡BLOG ”PEQUEÑAS
SEMILLITAS”♡FACEBOOK de
“FELIPE DE URCA”♡FACEBOOK de
“PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡TWITTER de
“PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡INSTAGRAM:
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¡Buenos días María!
La Palabra de Dios
Palabras de San Juan
Pablo II
Predicación del
Evangelio:
De los envíos del P. Natalio
Poesía
Agradecimientos
Año de San José
FELIPE
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