domingo, 25 de abril de 2021

Pequeñas Semillitas 4650

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4650 ~ Domingo 25 de Abril de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Para los primeros creyentes, Jesús no es solo un pastor, sino el verdadero y auténtico pastor. El único líder capaz de orientar y dar verdadera vida al ser humano. Esta fe en Jesús como verdadero pastor y guía adquiere una actualidad nueva en una sociedad masificada como la nuestra, donde las personas corren el riesgo de perder su propia identidad y quedar aturdidas ante tantas voces y reclamos.
Seguir a Jesús como buen pastor es interiorizar las actitudes fundamentales que él vivió, y esforzarnos por vivirlas hoy desde nuestra propia originalidad, prosiguiendo la tarea de construir el reino de Dios que él comenzó.
Pero mientras la meditación sea sustituida por la televisión, el silencio interior por el ruido y el seguimiento a la propia conciencia por la sumisión ciega a la moda será difícil que escuchemos la voz del Buen Pastor, que nos puede ayudar a vivir en medio de esta «sociedad de consumo» que consume a sus consumidores.
(P. José Antonio Pagola)
 
¡Buenos días María!
Gran emoción se vivió el 11 de julio 2015 durante la visita del Papa al santuario mariano de Caacupé, Paraguay, donde se celebró la Santa Misa: a la fuerte emoción personal del Papa se agregó la del momento de la consagración de Paraguay a la Virgen María, en la ruta de su larga historia mariana.
El Papa se arrodilló frente a la estatua de la "Virgen de la Inmaculada Concepción de los Milagros" -venerada desde el siglo XVI- "Encontrarme aquí es sentirme en casa a los pies de nuestra Madre, la Virgen de los Milagros de Caacupé, dijo en su homilía: «Siempre venimos con nuestras vidas, porque aquí estamos en casa y lo mejor es saber que hay alguien que nos espera.»
«En un santuario, nosotros sus hijos, nos encontramos con nuestra Madre y entre nosotros, recordamos que somos hermanos. Es un lugar de celebración, el encuentro, la familia», subrayó. Al final de la Misa agregó «Este Santuario guarda como un tesoro la memoria de un pueblo que sabe que María es la Madre que está junto a sus hijos.»
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hechos 4,8-12
 
Salmo: Sal 118 (117),1.8-9.21-23.26.28.29
 
Segunda Lectura: I Juan 3,1-2.
 
SANTO EVANGELIO: Juan 10,11-18
En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
»También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».
 
Comentario:
Hoy celebramos el domingo del Buen Pastor. En primer lugar, la actitud de las ovejas ha de ser la de escuchar la voz del pastor y seguirlo. Escuchar con atención, ser dóciles a su palabra, seguirlo con una decisión que compromete a toda la existencia: el entendimiento, el corazón, todas las fuerzas y toda la acción, siguiendo sus pasos.
Por su parte, Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y les da la vida eterna, de tal manera que no se perderán nunca y, además, nadie las quitará de su mano. Cristo es el verdadero Buen Pastor que dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10,11), por nosotros, inmolándose en la cruz. Él conoce a sus ovejas y sus ovejas le conocen a Él, como el Padre le conoce y Él conoce al Padre. No se trata de un conocimiento superficial y externo, ni tan sólo un conocimiento intelectual; se trata de una relación personal profunda, un conocimiento integral, del corazón, que acaba transformándose en amistad, porque ésta es la consecuencia lógica de la relación de quien ama y de quien es amado; de quien sabe que puede confiar plenamente.
Es Dios Padre quien le ha confiado el cuidado de sus ovejas. Todo es fruto del amor de Dios Padre entregado a su Hijo Jesucristo. Jesús cumple la misión que le ha encomendado su Padre, que es la cura de sus ovejas, con una fidelidad que no permitirá que nadie se las arrebate de su mano, con un amor que le lleva a dar la vida por ellas, en comunión con el Padre porque «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10,30).
Es aquí precisamente donde radica la fuente de nuestra esperanza: en Cristo Buen Pastor a quien queremos seguir y la voz del cual escuchamos porque sabemos que sólo en Él se encuentra la vida eterna. Aquí encontramos la fuerza ante las dificultades de la vida, nosotros, que somos un rebaño débil y que estamos sometidos a diversas tribulaciones.
* Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla (Sevilla, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
“Cuando nos encontramos personalmente con el Crucificado Resucitado y nos dejamos transformar por la fuerza de su amor, la tristeza se convierte en gozo y el miedo cede lugar al celo misionero [...] De Cristo resucitado toda nuestra vida recibe luz y esperanza. ¡Tú, Señor, resucitado y vivo, eres esperanza siempre nueva de la Iglesia y de la humanidad; Tú eres entre nosotros la esperanza de la gloria!”
 
Predicación del Evangelio:
No es fácil ser “Buen Pastor”
- No siempre, tener los mismos sentimientos de Jesús, es fácil
- No todos los días, brindar el corazón de Jesús como Él lo hace, resulta cómodo
- No resulta gratificante, en una sociedad permisiva, excesivamente hedonista y caprichosa, indicar senderos que nos llevan a una vida sobria o austera.
 
Seguimos en este tiempo de la Pascua, atónitos y deslumbrados, por los fulgores de la Resurrección de Cristo. Antes de su resurrección ya nos dejó muchas pistas para que pensáramos qué significaba ser cristianos o discípulos suyos.
 
No podemos quedarnos exclusivamente en el ser buenos, en afanarnos por un mundo mejor, en compartir algo de lo nuestro (eso lo puede realizar cualquiera que no sea creyente) para afirmar que nuestra vida cristiana ya es “como Dios manda”. Hay que ir más allá.
 
El Buen Pastor, Jesús, espera nuestra adhesión hacia Él. Implica el dejarnos guiar, seducir y regir por su cayado y por su voluntad. Tres huellas, del Buen Pastor, nos pueden ayudar a no alejarnos de Él:
 
La Palabra: nos ilumina. Nos anima en tiempos de dificultades. Nos rescata de atolladeros en los que, por diversas circunstancias, nos hemos metido. La Palabra del Buen Pastor es siempre segura, certera, sabrosa. No escucharla nos lleva, en la mayoría de los casos, a un desconocimiento total de la personalidad y de la misión de Jesús.
 
La Oración: con la oración, el Buen Pastor, se relaciona personalmente con cada uno de los miembros de su rebaño. Con la oración, Jesús, nos señala la vía que hemos de escoger para no perdernos en las noches oscuras de la vida. Con la oración sentimos la necesidad de entrar en diálogo con Aquel que nos ama, que nos comprende y que nos quiere tal y como somos.
 
La Eucaristía: sin ella, los amigos de Cristo, nos debilitamos. El cristiano que no vive ni participa de la Eucaristía corre un serio riesgo: ser un simple borrego. Se deja ordenar por lo dictados del mundo. Se alimenta exclusivamente por otros alimentos perecederos que la sociedad ofrece, para embellecer el cuerpo o agradar el paladar, pero en detrimento de la belleza del espíritu o del alma.
 
En un tiempo en el que escasean tanto los líderes, necesitamos de Alguien que presida y motive nuestra existencia. Que nos reconozca con nuestro propio nombre y apellido. Que nos trate con cierta dignidad y delicadeza. Como Jesús nada ni nadie.
 
Será difícil alcanzar la meta que Jesús nos propone. Será ardua la tarea de que, los pastores que dirigen la Iglesia, seamos tal y como Jesús se nos mostró. Pero siempre nos quedará el empeño de no abandonar cuando “tantos lobos” intentan apagar la voz de la verdad de Dios y, otras veces, arremeter contra los pastores que –con pecados y virtudes- intentamos orientar la vida de nuestras comunidades cristianas.
 
Demos gracias al Señor, en este Domingo IV de Pascua, porque sigue encabezando nuestro peregrinar por esta tierra e, incluso, dando la vida por cada uno de nosotros.
 
Os pedimos, en este Día del Buen Pastor, una oración por nosotros (por los sacerdotes). Grande la misión que nos ha encomendado el Señor, y muy frágiles en muchas ocasiones nuestras fuerzas. Por nuestras debilidades, pecados e inseguridades.
(P. Javier Leoz)
 
De los envíos del P. Natalio
Contigo, Señor, nada me falta
El P. Víctor Manuel Fernández ha escrito el libro “Un estímulo todos los días”, en el que distribuye a lo largo del año propuestas para una vida mejor, más plena, alegre y dinámica. Hay en él oraciones que son una ayuda excelente para obtener sanación de miedos, ansiedades y obsesiones diversas. Aquí te ofrezco una súplica para tener un gran amor a Dios y al prójimo
 
Señor, si te tengo a ti no me falta nada. Pero a veces te olvido y mi corazón quiere ser independiente. Me confundo creyendo que tu amor no es suficiente. Yo quiero otros afectos, y quiero elegir a quiénes amar y por quiénes dejarme amar. Ignoro o desprecio a los que no me sirven para sentirme bien. Sana esa independencia enfermiza, Señor, para que pueda dejarme tomar por tu amor. Así no despreciaré a nadie, porque los miraré con tus ojos, y cualquier ser humano será un signo de tu ternura y de tu cercanía. Sana todo temor a la soledad, Dios mío, y dame una fe profunda para creer que tú eres real, que tu amor es verdadero, y que puedes saciar y sobrepasar toda mi sed de amor. Amén.
 
Esta oración señala aspectos egoístas del amor que necesitan sanación. Todo ser humano debe llegar a ser para mí un signo de la ternura y cercanía de Dios. Concluye pidiendo al Señor una fe profunda en el maravilloso amor que él nos tiene y que sobrepasa todo lo que podemos desear y pensar. Que aproveches la fuerza sanadora de esta oración.
* Padre Natalio
 
Poesía
El Buen Pastor
 
Vigila el buen pastor a sus corderos
los va contando recorriendo el prado
Con su vara los cuida y con agrado
El brinda a sus ovejas todo esmero.
 
El sol se esconde y por el sendero
El buen pastor atrae a su rebaño
Con su llamado que no es de un extraño
en el aprisco, las guarda sereno.
 
Pero al contar solo noventa y nueve
vio en el redil que le faltaba una
Dejó todas y corre porque quiere
 
salvar a la pobre que sin duda
se extravió y está al borde de la muerte
y al encontrarla, con su amor, la cura.
(Erica Miller)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
No nos hagamos ilusiones sobre el apostolado que realizamos, pues si Jesús, que es Dios, a pesar de todo el empeño que puso en su apostolado, recogió ingratitudes y la misma cruz, no podemos nosotros ser superiores al Maestro, y querer triunfar como ni siquiera el Hijo de Dios lo hizo.
No hay que desesperarse por los fracasos, ni tampoco envalentonarse con los triunfos, sino más bien ser moderados en todo, humildes siempre, dando gracias a Dios y perseverando en la misión, pues Dios no paga por los frutos obtenidos sino por el trabajo puesto en ello, por el esfuerzo.
Debemos saber que el demonio hace y hará de todo por desalentarnos, por desanimarnos, pues él no quiere que seamos obstáculos a la perdición de las almas, y nos hará la vida imposible para que antes o después abandonemos la empresa comenzada. Tenemos que contar con el enemigo de las almas, que hará todo por quitarnos de en medio.
Con la oración y la penitencia debemos perseverar en el bien, para edificar la iglesia en la parte que nos toca.
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Córdoba, Argentina, nos llega el agradecimiento a Dios y a todos los que rezaron por la recuperación del joven Nicolás, que luego de dos cirugías biliares y una posterior internación por complicación infecciosa, finalmente está en su casa, con su familia, y libre de síntomas.
 
 Desde México dan gracias infinitas a María Santísima y al Señor de la Misericordia por la salud de Luz María G. S.
 
 Desde USA nos escribe Carlos D. para dar gracias a Dios y por las oraciones hechas por su persona, que ya está fuera de cuarentena y se siente mucho mejor.
 
 Desde Chile, llega el agradecimiento al Señor y a los orantes, pues José Antonio, Carito y Juanji, están finalmente curados del Covid.
 
Recibimos esta conceptuosa nota: "Soy Liliana, de Argentina, gracias de corazón por sus oraciones por mí, tenía un tumor maligno en el seno, ya fue extraído y gracias a Dios y sus oraciones, sólo el nódulo era el enfermo, los demás tejidos sanos igual que el ganglio centinela. Dios los bendiga y guarde ahora y siempre. Un abrazo en Cristo y María."
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Abril 25                                                                                            Alabado y glorificado sea el Espíritu Santo por haber santificado tan admirablemente a san José para que fuese digno esposo de María y Padre de Jesús, concediéndole los dones de su gracia con más abundancia que a los demás santos y, ensalzándole en el cielo sobre todos ellos en un trono solo inferior al de María.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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