viernes, 6 de diciembre de 2019

Pequeñas Semillitas 4184

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4184 ~ Viernes 6 de Diciembre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ven, Señor, a salvarnos. Ven a saciar nuestras hambres, ven a curar nuestras llagas, ven a aliviar nuestras cargas, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a limpiar nuestro barro, ven a encender nuestras lámparas, ven a colmar la esperanza, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a llenar el vacío, ven a alegrar la tristeza, ven a vestirnos de fuerza, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a quitar el pecado, ven a romper las cadenas, ven a ahuyentar las tinieblas, ven, Señor, a salvarnos.
Ven, Señor, y salva a todos los que somos víctimas del pecado y de la debilidad humana. Ven, Señor, a salvarnos.
Sálvanos de tal manera que, con la medicina y el aceite de tu Espíritu, lleguemos a ser también nosotros salvadores.

¡Buenos días!
Irradia tu fe
Muchas veces, nuestra fe, es una fe como atemorizada, que pareciera oprimirnos y no una fe que nos llena de gozo, admiración y esperanza. En un mundo cargado de pesimismo y desilusión nuestra fe debe ser una oferta de sentido, una llamada a la ilusión, a la esperanza, a la convicción de que el mal puede ser vencido por la fuerza del bien.

Si irradias tu fe, si gritas tu verdad,
si liberas las voces que atestiguan libertad,
si expandes tu luz, si expresas claridad,
no habrá tinieblas, no habrá oscuridad,
serás destello de Dios que a otros guiará.

El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor con el ejemplo y con la palabra. Jesús te anima a hacer brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero todas son importantes. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando a otras almas, como si fueran antorchas. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 29, 17-24

Salmo: Sal 26, 1. 4. 13-14

Santo Evangelio: Mt 9,27-31
Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.

Comentario:
Hoy, en este primer viernes de Adviento, el Evangelio nos presenta tres personajes: Jesús en el centro de la escena, y dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su desgracia?
Los dos ciegos hacen piña y, en comunidad, se dirigen ambos hacia Jesús. Al unísono realizan una plegaria de petición al Enviado de Dios, al Mesías, a quien nombran con el título de “Hijo de David”. Quieren, con su plegaria, provocar la compasión de Jesús: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» (Mt 9,27).
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacer eso?» (Mt 9,28). Si ellos se han acercado al Enviado de Dios es precisamente porque creen en Él. A una sola voz hacen una bella profesión de fe, respondiendo: «Sí, Señor» (Ibidem). Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
Este tiempo de Adviento es el adecuado, también para nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como los dos ciegos, haciendo comunidad, haciendo Iglesia. Con la Iglesia proclamamos en el Espíritu Santo: «Ven, Señor Jesús» (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. El Adviento es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
Recordemos las palabras del Principito: «Lo esencial sólo se ve con el corazón».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Nicolás
Obispo
En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo. Sin embargo, en occidente se le llama Nicolás de Bari. Ya que, cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacaron, en secreto, las reliquias del santo y se las llevaron a la ciudad de Bari, en Italia.
Es un santo que goza de una extensa e intensa devoción popular. Nació en Petara, Asia Menor, a finales del siglo III. Después de repartir sus bienes a los pobres, ingresó en la vida monástica y llegó a regir un monasterio. Al regreso de un viaje a Tierra Santa, fue elegido obispo de Mira, en Licia (hoy Turquía). El año 325 suscribió en el Concilio de Nicea la fe en la divinidad de Cristo. En la persecución de Galerio fue encarcelado y torturado por su fidelidad a la fe católica. Murió en Mira a la edad de 65 años entre el 345 y el 350. Las leyendas del siglo VI lo presentan como gran taumaturgo. En el mundo anglosajón, su fiesta, en la que se obsequia especialmente a los niños, se celebra con el nombre de «Santa Claus». El año 1087 su cuerpo fue trasladado a la ciudad italiana de Bari.
Oración: Imploramos, Señor, tu misericordia y te suplicamos que, por la intercesión de tu obispo san Nicolás, nos protejas en todos los peligros, para que podamos caminar seguros por la senda de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día
“El Adviento que estamos viviendo nos invita
a detenernos en silencio para captar una presencia.
Es una invitación a comprender
que los acontecimientos de cada día
son gestos que Dios nos dirige,
signos de Su atención por cada uno de nosotros".
                 (Benedicto XVI)              

Tema del día:
¿Quién es Santa Claus o Papá Noel?
La devoción de los inmigrantes holandeses por San Nicolás era tan profunda y al mismo tiempo tan pintoresca y llamativa que, en 1809, el escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) trazó un cuadro muy vivo y satírico de ellas (y de otras costumbres holandesas) en un libro titulado “Knickerbocker’s History of New York” (La historia de Nueva York según Knickerbocker).

En el libro de Irving, San Nicolás era despojado de sus atributos obispales y convertido en un hombre mayor, grueso, generoso y sonriente, vestido con sombrero de alas, calzón y pipa holandesa. Tras llegar a Nueva York a bordo de un barco holandés, se dedicaba a arrojar regalos por las chimeneas, que sobrevolaba gracias a un caballo volador que arrastraba un trineo prodigioso.

El hecho de que Washington Irving denominase a este personaje “guardián de Nueva York” hizo que su popularidad se desbordase y contagiase a los norteamericanos de origen inglés, que comenzaron también a celebrar su fiesta cada 6 de diciembre, y que convirtieron el “Sinterklaas” o “Sinter Klaas” holandés en el “Santa Claus” norteamericano.

Su devoción a San Nicolás también se propagó mucho en Alemania. Además, como en alemán se llama “San Nikolaus”, lo empezaron a llamar Santa Claus. Esta figura era representada con su traje rojo, barba blanca, que pasa de casa en casa repartiendo juguetes a los niños.

Para la Navidad de 1930 la empresa de bebidas Coca Cola lanzó una campaña publicitaria en la cual utilizaron como cartel anunciador una imagen de Santa Claus escuchando peticiones de niños en un centro comercial. Para ello remodeló la imagen de Santa Claus gracias al ilustrador Hadden Sundblom pasando de su vestimenta verde a la roja con blanco.

Con el paso del tiempo la figura de Papá Noel fue tomando mayor importancia popular y relevancia en los festejos navideños, logrando en algunos casos desplazar el verdadero sentido de ésta fiesta: celebrar el nacimiento de Jesús, el misterio de Dios hecho hombre.

Cuidemos que a nosotros no nos suceda esta confusión. La Navidad es la fiesta del nacimiento de Jesús y así debemos celebrarla y compartirla en familia. Y si hay regalos para los niños, tenemos que enseñarles que son obsequios propios de esta fiesta del nacimiento del Niño Jesús. Y no del Papá Noel, que es una caricatura del santo, con connotaciones comerciales, totalmente ajena al sentimiento cristiano.

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
En este tiempo de Adviento, estamos invitados a contemplar a María, una niña entre muchas otras de Nazaret que pudo haber dicho no a las misteriosas proposiciones del Ángel Gabriel, el Mensajero de Dios. Ciertamente Dios habría respetado su libertad, porque nuestro Dios nos quiere y nos ha creado completamente libres, tanto que incluso podemos decirle que no y cerrarle las puertas de nuestro corazón.
María pudo haber dicho libremente no a la Palabra de Dios, sin embargo, respondió: "He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según su palabra "(Lc 1, 38). Esta respuesta de María es una libre adhesión a la voluntad de Dios, al proyecto del Amor de Dios. No se trata de un sí de conveniencia (...)
María es consciente de que con su sí, tomará parte en este proyecto de Amor deseado por Dios desde la eternidad. Ella entendió que ella también fue pensada por el Señor para integrar este propósito, que fue concebida y predispuesta a hacer que este proyecto se realizara.
María es el ícono que nos ha sido dado para acompañarnos en la espera de Navidad. Ella es el ícono de la Esperanza, del Amor y la Fe. Contemplémosla para que nos obtenga estas tres virtudes teologales, para permitir que el Señor nazca en nosotros todos los días, libremente y en confianza.
(Padre Joseph Bavurha Bahati)

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Cinco minutos con Jesús
Diciembre 6
Jesús conocía perfectamente el interior de los corazones de sus discípulos; conocía lo que pensaban y lo que sentían; le era patente lo que ellos planeaban y tramaban en su interior.
La idea excesivamente terrena que los apóstoles tenían del Mesías les hacía desear los primeros puestos de mayor honor y provecho en su Reino.
Pero la medida de la grandeza cristiana la da la práctica de la caridad fraterna; Jesús pone la humildad no tanto en un desprecio de sí mismo, cuanto en la caridad, en el servicio de los hermanos.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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