domingo, 1 de diciembre de 2019

Pequeñas Semillitas 4179

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4179 ~ Domingo 1 de Diciembre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Empieza hoy el primer año del ciclo litúrgico trienal, llamado año A. En él nos acompaña el Evangelio de Mateo. Algunas características de este Evangelio son: la amplitud con la que se refieren las enseñanzas de Jesús (los famosos sermones, como el de la montaña), la atención a la relación Ley-Evangelio (el Evangelio es la «nueva Ley»). Se le considera como el Evangelio más «eclesiástico» por el relato del primado a Pedro y por el uso del término «Ecclesia», Iglesia, que no se encuentra en los otros tres Evangelios.
La palabra que destaca sobre todas, en el Evangelio de este primer domingo de Adviento, es: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor... Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre». La incertidumbre de la hora no debe llevarnos a vivir angustiados sino atentos.
Podríamos recordar, como conclusión de esta reflexión, las palabras que santa Teresa de Ávila dejó como una especie de testamento espiritual: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Sólo Dios basta».
(Padre Raniero Cantalamessa)

¡Buenos días!
Oración del enfermo
Un golpe inesperado nos duele, un revés de fortuna nos abate, una enfermedad grave nos desconcierta, y nosotros nos quejamos amargamente a Dios. Si prestásemos atención entonces a una voz que percibimos en nuestro corazón, oiríamos: “¿Y tú, hijo mío, por qué me has olvidado? ¿Por qué estabas adormecido en el bienestar de una vida sin sentido?”.

Señor tú conoces mi existencia, conoces mi dolor. Has visto mis ojos llorar, mi rostro triste, mi cuerpo doliente y mi alma atribulada. Seguiré tus pasos, Señor, porque “Tu yugo es suave y tu carga es ligera”. Hazme comprender tus sufrimientos, tu amor hacia los hombres. Sé que estoy cumpliendo en mi vida lo que falta a tu dolorosa pasión. Ayúdame a sufrir, con paz y alegría, sin quejarme. Ayúdame a sufrir con amor. Te pido por todos los que sufren, los pobres, los que no reciben ni siquiera un poco de cariño. Señor, sé que transformarás en rosas todas mis espinas, sé que todo, también el dolor, lo dispones para el bien de los que te aman. Te amo Jesús mío. Amén.

La escuela del dolor ayuda a ejercitarse en virtudes heroicas. Las pruebas que cayeron sobre Job, lo hicieron perfecto; la ceguera formó y santificó a Tobías; la calumnia inmortalizó a José; la persecución purificó a David; los leones dieron a conocer la virtud de Daniel. “Tus dolores son como astillas de la cruz de Cristo; no está bien que adorando esa cruz, maldigas sus astillas”.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 2, 1-5

Salmo: Sal 121, 1-2. 4-9

Segunda Lectura: Rom 13, 11-14a

Santo Evangelio: Mt 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
»Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».

Comentario:
Hoy, «como en los días de Noé», la gente come, bebe, toma marido o mujer con el agravante de que el hombre toma hombre, y la mujer, mujer (cf. Mt 24,37-38). Pero hay también, como entonces el patriarca Noé, santos en la misma oficina y en el mismo escritorio que los otros. Uno de ellos será tomado y el otro dejado porque vendrá el Justo Juez.
Se impone vigilar porque «sólo quien está despierto no será tomado por sorpresa» (Benedicto XVI). Debemos estar preparados con el amor encendido en el corazón, como la antorcha de las vírgenes prudentes. Se trata precisamente de eso: llegará el momento en que se oirá: «¡Ya está aquí el esposo!» (Mt 25,6), ¡Jesucristo!
Su llegada es siempre motivo de gozo para quien lleva la antorcha prendida en el corazón. Su venida es algo así como la del padre de familia que vive en un país lejano y escribe a los suyos: —Cuando menos lo esperen, les caigo. Desde aquel día todo es alegría en el hogar: ¡Papá viene! Nuestro modelo, los Santos, vivieron así, “en la espera del Señor”.
El Adviento es para aprender a esperar con paz y con amor, al Señor que viene. Nada de la desesperación o impaciencia que caracteriza al hombre de este tiempo. San Agustín da una buena receta para esperar: «Como sea tu vida, así será tu muerte». Si esperamos con amor, Dios colmará nuestro corazón y nuestra esperanza.
Vigilen porque no saben qué día vendrá el Señor (cf. Mt 24,42). Casa limpia, corazón puro, pensamientos y afectos al estilo de Jesús. Benedicto XVI explica: «Vigilar significa seguir al Señor, elegir lo que Cristo eligió, amar lo que Él amó, conformar la propia vida a la suya». Entonces vendrá el Hijo del hombre… y el Padre nos acogerá entre sus brazos por parecernos a su Hijo.
Mons. José Ignacio ALEMANY Grau, Obispo Emérito de Chachapoyas (Chachapoyas, Perú)

Palabras de San Juan Pablo II
“El Adviento mantiene viva la espera de Cristo, que vendrá para visitarnos con su salvación, realizando plenamente su Reino de justicia y de paz. La evocación anual del nacimiento del Mesías en Belén renueva en el corazón de los creyentes la certeza de que Dios es fiel a sus promesas. El Adviento es, por tanto, un poderoso anuncio de esperanza que afecta en profundidad a nuestra experiencia personal y comunitaria”.

Predicación del Evangelio:
”Una luz en la noche”
Imagínate que vas de viaje por de noche y por un camino desconocido. Te basta ver una luz o una casa para sentirte seguro. Es lo mismo que cuando pasas periodos difíciles. Buscas una luz en la noche. En las tres lecturas de hoy se habla del sueño, la noche y la luz.

“¡Vamos, dice el profeta Isaías, marchemos a la luz del Señor.” Y san Pablo escribe: “Ha llegado la hora de despertar del sueño... La noche ha terminado y se acerca el día...” Jesús añade: “Estad preparados: es hora que penséis en la venida del Hijo del hombre.” Y para subrayar la importancia de este mensaje, propone tres ejemplos en los que la gente no se preocupa de nada, siendo así que se le viene encima un acontecimiento desastroso.

En la narración del Génesis, se plantea una situación extraordinaria que va a acabar con la humanidad, salvo una persona llamada Noé.

Junto a él, la gente se casa y bebe como si no fuera a ocurrir nada. Noé, sin embargo se sube en un barco en pleno campo. Hay que saber que era ya muy anciano y sin duda la gente se divertía viendo lo que hacía. Jesús añade: “La gente no dudaba de nada hasta que el diluvio universal se le vino encima. Así pasará con la venida del Hijo del hombre.”

¿Qué pasará? Dos hombres estarán en el campo haciendo su trabajo ordinario: “uno se toma y al otro se deja.” Dos mujeres estarán en el molino trabajando duro moviendo la piedra. Y de nuevo dice Jesús: “una se toma y otra se deja.”

¿Pero qué acontecimiento nos va a venir a nosotros? ¿Por qué hay que despertarse de nuestro sueño y tener que ir a buscar la luz?

Basta, para comprenderlo que nos preguntemos: ¿qué retiene nuestra atención? Muchos se instalan lo mejor que pueden en el mundo que pasa. La comodidad proporciona sin duda un gran bienestar, pero la vida pasa y nada es más frágil que las promesas de este mundo actual. Tenemos que despertarnos: ¡el Señor viene!

Tenemos que ajustarnos a la venida próxima del Reino de Dios.
Padre Felipe Santos SDB

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com  
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 De Argentina llega un agradecimiento a Dios y a los que han rezado por las siguientes personas: Ángela, que luego de tres años de permanecer en cama por un problema óseo, ya puede caminar con asistencia; Irma, que va mejorando luego de un año de quimioterapia; y María Angélica, que luego de muchos meses de incertidumbre ha tenido finalmente el diagnóstico de su afección arterial y podrá ser tratada.

Desde Paraguay llega un agradecimiento por las oraciones hechas en favor de Andrea, que está muy feliz porque por la gracia de Dios y la intercesión de María, ha podido vencer al cáncer. ¡Gloria a Dios!

Un minuto con María
En Cannes (Côte d'Azur, Francia), en el año 1639, el hijo de quince años de Jacques Arluc, el cirujano de la ciudad, es víctima de un derrame cerebral que lo priva de la vista, del habla y de toda sensibilidad. Durante tres días, el joven está al borde de la muerte con mucha fiebre.
Después de tres días, desesperando de la ayuda de su propio arte y de la ayuda de los médicos de la época que consideran que el joven está muerto, Jacques Arluc se arrodilla y pide la intercesión de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Bargemon, en una oración intensa y llena de confianza. Promete a la Virgen llevarle a su hijo si vuelve a la vida.
Pues, incluso antes de que terminara su oración, la fiebre abandonó al paciente que volvió en sí, recuperando la vista y el uso de la palabra. Unos días más tarde, tras haber recuperado perfectamente la salud, el joven acompañado por su padre fue a Bargemon (Var) para agradecer él mismo su curación.

Cinco minutos con Jesús
Diciembre 1
Juan vino para dar testimonio de la verdad y cumplió con esa su misión. Admirable figura del cristiano, que está llamado también a ser testigo de la verdad, a ser testigo de la Palabra de Jesús; ésa es su misión: ser la palabra viviente de Jesús; y el cristiano, como Jesucristo, debe poder afirmar: “Mis obras dan testimonio de mí”.
¿Son tus obras siempre testimonio? ¿Son pruebas que convencen de la autenticidad de tus creencias? No lo olvides: tú, como Juan, estás llamado a “dar testimonio de la verdad” y la verdad es Jesús.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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