jueves, 20 de julio de 2023

Pequeñas Semillitas 5379

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5379 ~ Jueves 20 de Julio de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy en Argentina y algunos otros países se celebra el “día del amigo”. Por ese motivo iniciamos esta edición con una reflexión relativa al amigo:
No tengo mejor amigo que Dios: un amigo que está siempre ahí, dispuesto a escucharme o reconfortarme. Cuando estoy atribulado, Dios está conmigo, escuchando cada palabra mía. Si estoy acongojado por la pérdida de algo o de alguien, Dios toma tiernamente mi mano. Si el dolor que me causa esa pérdida parece más de lo que puedo soportar, Dios toma la carga sobre sí, amándome tanto que me queda amor para compartir. Aunque en un principio el dolor no desaparezca por completo, con el tiempo aprendo a confiar totalmente y de todo corazón en la activa presencia de Dios en mi vida.
En cualquier momento puedo recurrir al consuelo y la fuerza de Dios. Y lo hago. Porque además de ser mi Señor, también es mi amigo…
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ex 3, 13-20
 
Salmo: Sal 104, 1 y 5. 8-9. 24-25. 26-27
 
Santo Evangelio: Mt 11,28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
 
Comentario:
Hoy, ante un mundo que ha decidido darle la espalda a Dios, ante un mundo hostil a lo cristiano y a los cristianos, escuchar de Jesús (que es quien nos habla en la liturgia o en la lectura personal de la Palabra), provoca consuelo, alegría y esperanzas en medio de las luchas cotidianas: «Venid a mí todos los que estáis fatigados (…), yo os daré descanso» (Mt 11,28-29).
Consuelo, porque estas palabras contienen la promesa del alivio que proviene del amor de Dios. Alegría, porque hacen que el corazón manifieste en la vida, la seguridad en la fe de esa promesa. Esperanzas, porque caminando, en un mundo así de resuelto contra Dios y nosotros, los que creemos en Cristo sabemos que no todo acaba con un fin, sino que muchos “fines” fueron “principios” de cosas mucho mejores, como lo mostró su propia resurrección.
Nuestro fin, para principio de novedades en el amor de Dios, es estarse siempre con Cristo. Nuestra meta es ir indefectiblemente al amor de Cristo, “yugo” de una ley que no se basa en la limitada capacidad de los voluntarismos humanos, sino en la eterna voluntad salvadora de Dios.
En ese sentido nos decía Benedicto XVI en una de sus Catequesis: «Dios tiene una voluntad con y para nosotros, y ésta debe convertirse en lo que queremos y somos. La esencia del cielo estriba en que se cumpla sin reservas la voluntad de Dios, o para ponerlo en otros términos, donde se cumple la voluntad de Dios hay cielo. Jesús mismo es “cielo” en el sentido más profundo y verdadero de la palabra, es Él en quien y a través de quien se cumple totalmente la voluntad de Dios. Nuestra voluntad nos aleja de la voluntad de Dios y nos vuelve mera “tierra”. Pero Él nos acepta, nos atrae hacia Sí y, en comunión con Él, aprendemos la voluntad de Dios». Que así sea, entonces.
* P. Julio César RAMOS González SDB (Mendoza, Argentina)
 
Santoral Católico:
San Apolinar de Rávena
Son muy pocas las noticias históricas que tenemos sobre la vida y actividad de este santo. Según la tradición parece que, a finales del siglo II, gobernó como obispo la Iglesia de Classe cerca de Ravena, en la región de Flaminia (Italia), dando a conocer entre los paganos las inescrutables riquezas de Cristo, y fue honrado con el honor del eximio martirio. Marchó hacia el Señor un día 23 de julio, sin que podamos precisar el año. San Apolinar nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Fiesta del Divino Niño
En el barrio “20 de Julio” de Bogotá (Colombia) se encuentra un gran santuario en honor al Divino Niño Jesús, devoción que se ha expandido por muchos países del mundo. En la actualidad no existe lugar donde su imagen no esté expuesta en parroquias, capillas, iglesias o casas.
Esta advocación está unida a la labor pastoral del P. Juan del Rizzo, salesiano italiano y misionero en Colombia.
Para más información hacer clic acá.
© ACI Prensa
 
Pensamiento del día
«¿Cómo saben los gansos cuando volar hacia el sol? ¿Quién les ha enseñado sobre las estaciones del año? ¿Cómo nosotros, los seres humanos, podemos saber cuándo es el momento de seguir adelante? Al igual que las aves migratorias, seguramente hay una voz dentro de nosotros... Si tan sólo escuchamos, nos indicaría, sin duda, el momento de salir hacia lo desconocido.»
(Elizabeth Kübler Ross)
 
Tema del día:
Rezar en silencio y sin prisa
Por Mónica Muñoz / Aleteia
 
La manera en que vivimos limita las oportunidades para estar en silencio y orar, y aunque es necesario, a veces no sabemos cómo lograrlo
 
Encontrar el tiempo propicio para hacer oración parece una meta difícil de alcanzar.  Por eso, Aleteia consultó con el Hno. Elías Sánchez Chávez, monje benedictino del Monasterio de la Soledad de Atotonilco, municipio de San Miguel de Allende en el estado de Guanajuato, para saber cómo tener silencio y rezar en medio de la vida ajetreada en la que viven muchas personas.
 
* Hermano Elías, el silencio es importante para los monjes benedictinos, pero, ¿cómo hacer para que la gente que vive en las ciudades pueda tenerlo durante su día?
 
H.E.: En principio, hay que recordar que hay varias acepciones para el silencio, y en el sentido positivo, es hasta terapéutico porque da calma; además, Dios habla a través de él. Por eso, primero hay que quererlo y después, buscarlo. Como dicen «querer es poder», ya que implica esfuerzo para hacerse un horario. Se debe tener el propósito de darle prioridad y un tiempo al silencio. Puede ser antes de iniciar la jornada, unos diez minutos antes del café, de bañarse, de dar desayuno a los niños. A media tarde, en lugar de distraerse con la radio o la televisión, otros diez minutos. Y por la noche, antes del descanso, igualmente, dedicar unos minutos a escuchar la voz de Dios.
 
* Y con respecto a la oración, ¿cómo puede comenzar a orar una persona que no tiene por costumbre hacerlo?
 
H.E.: Puede ser con lo que se ha aprendido de toda la vida y no orar solo cuando las aguas están turbias. Por ejemplo, el padrenuestro bien rezado, pronunciado y centrado, es una oración grandísima porque abarca todo. Unos minutos pensando cada palabra, ya sea en voz alta o mentalmente y donde nadie me interrumpa. Además, hay muchas herramientas en internet, varias páginas de ayuda para hacer oración en silencio y paz, pero dedicar tiempo a Dios favorece nuestra relación con Él.
 
* Cuando se reza rápido, por ejemplo quien recita las oraciones o reza el santo rosario a toda prisa, ¿se obtienen frutos?
 
H.E.: A Dios, como persona, como Jesús, hay que hablarle despacio, si no, no entenderá –bromea– no hay que irnos por inercia, la oración debe hacerse con reverencia, con unción, pensando en quién nos va a escuchar, porque el fondo de la oración es tener un encuentro con Dios. No va a dar el mismo fruto hecha con mucha velocidad que haciéndola sabiendo a quién no vamos a dirigir.
 
* De la misma manera, ustedes recomiendan participar en la santa Misa con calma. ¿Qué pasa cuando las familias acuden con niños pequeños?
 
H.E.: Cada iglesia tiene su manera de tratar esta situación. Aquí en el monasterio recomendamos a la gente que tiene niños pequeños, que si comienzan a llorar, alguien de la familia salga con él para tranquilizarlo, pero no a cuatro cuadras, nada más a la entrada, que no esté en medio de la asamblea, porque tampoco se trata de separarlo de la celebración o evitar que participe, es importante que los niños estén en Misa, por eso los papás deben prepararlos antes de acudir para que vayan entendiendo lo que va a pasar.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Para hacer un buen regalo bastan un buen corazón y algo de ingenio. Para aquellos que tienen estos dones será fácil hallar los medios para halagar a otros y al mismo tiempo proporcionarse un gran placer por hacerlo.
Un jubilado se lamentaba de que sus recursos eran insuficientes para aportar al parque de recreo de los niños del barrio. Su mujer le sugirió que empleara las mañanas en enseñarles a los niños a hacer barriletes y barquitos de vela. Siguiendo el consejo, pudo ver con satisfacción que contribuía al éxito del parque, igual como los que daban dinero.
Los regalos humildes hechos con verdadero cariño y ajenos a todo interés, tienen la virtud de proporcionar mayor placer a los ricos que a los pobres, ya que el afecto es una de las pocas cosas que no compra el dinero.
Una persona muy adinerada me confesó una vez que ninguno de los costosos regalos que había recibido durante su vida le había proporcionado mayor placer como el que sintió cuando el hijito de su chofer le obsequió una sarta de pescados capturados por él mismo en un arroyo cercano.
No, no hace falta ser rico para ser generoso. Todos podemos dar algo que sea útil a otra persona. Dotado de un espíritu noble, un pordiosero puede dar tanto como un príncipe.
(Corinne Updegraff)
 
Recordando al Padre Natalio
La precipitación
El mundo en que vives no te favorece para que cultives una actitud de sosiego y serenidad. Corres el riesgo de ser una persona llena de estrés y nerviosa, incapaz de concentración, evadida de sí mismo, dispersa. No es fácil, pero es posible hacer un camino de progresiva serenidad y pacificación. Comienza por moderar el ritmo alocado que pretende envolvernos.
 
Un explorador blanco, ansioso por llegar cuanto antes a su destino, en el corazón de África, ofreció una paga extra a sus porteadores para que anduviesen más de prisa. Durante varios días, los porteadores apuraron el paso. Una tarde, sin embargo, se sentaron todos en el suelo y posaron la carga, negándose a continuar. Por más dinero que les ofreciese, los indígenas no se movían. Finalmente, cuando el explorador pidió una explicación por aquel comportamiento, obtuvo la siguiente respuesta: —Hemos andado demasiado de prisa, y ya no sabemos ni lo que estamos haciendo. Tenemos qué esperar a que nuestras almas nos alcancen.
 
Esa gente primitiva se había sentido disociada interiormente, vacía, como si el alma, —su yo interior profundo— los hubiera abandonado en su impaciente y aturdida carrera. Contrólate, y cuando adviertas que ya ni sabes lo que estás haciendo, busca tiempo para apaciguarte y reencontrar el equilibrio y armonía interior. Te deseo un día de mucha paz.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
  
 
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