PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5363 ~ Martes 4 de Julio de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
No trates de demostrar a los demás lo que realmente no eres. Estarás
eludiéndote a ti mismo. Eres capaz de conquistar amigos, sin necesidad de
aumentar tus valores personales. Los verdaderos amigos son quienes te aceptan
integralmente como eres realmente.
Si mientes sobre ti mismo, tarde o temprano todos terminarán sabiendo la
verdad, y eso será peor...
Sé tú mismo, auténtico y sencillo.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Gén 19,15-29
♡ Salmo: Sal 25,2-3.9-10.11-12
♡ Santo Evangelio: Mt 8,23-27
En aquel tiempo, Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. De
pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba
tapada por las olas; pero Él estaba dormido. Acercándose ellos le despertaron
diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Díceles: «¿Por qué tenéis miedo,
hombres de poca fe?». Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y
sobrevino una gran bonanza. Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién
es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?».
♡ Comentario:
Hoy, Martes XIII del tiempo ordinario, la liturgia nos ofrece uno de los
fragmentos más impresionantes de la vida pública del Señor. La escena presenta
una gran vivacidad, contrastando radicalmente la actitud de los discípulos y la
de Jesús. Podemos imaginarnos la agitación que reinó sobre la barca cuando «de
pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba
tapada por las olas» (Mt 8,24), pero una agitación que no fue suficiente para
despertar a Jesús, que dormía. ¡Tuvieron que ser los discípulos quienes en su
desesperación despertaran al Maestro!: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!» (Mt
8,25).
El evangelista se sirve de todo este dramatismo para revelarnos el
auténtico ser de Jesús. La tormenta no había perdido su furia y los discípulos
continuaban llenos de agitación cuando el Señor, simplemente y tranquilamente,
«se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza» (Mt
8,26). De la Palabra increpatoria de Jesús siguió la calma, calma que no iba
destinada sólo a realizarse en el agua agitada del cielo y del mar: la Palabra
de Jesús se dirigía sobre todo a calmar los corazones temerosos de sus
discípulos. «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» (Mt 8,26).
Los discípulos pasaron de la turbación y del miedo a la admiración propia
de aquel que acaba de asistir a algo impensable hasta entonces. La sorpresa, la
admiración, la maravilla de un cambio tan drástico en la situación que vivían
despertó en ellos una pregunta central: «¿Quién es éste, que hasta los vientos
y el mar le obedecen?» (Mt 8,27). ¿Quién es el que puede calmar las tormentas
del cielo y de la tierra y, a la vez, las de los corazones de los hombres? Sólo
quien «durmiendo como hombre en la barca, puede dar órdenes a los vientos y al
mar como Dios» (Nicetas de Remesiana).
Cuando pensamos que la tierra se nos hunde, no olvidemos que nuestro
Salvador es Dios mismo hecho hombre, el cual se nos acerca por la fe.
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria
de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico: Santa Isabel de Portugal Hija de Pedro III de
Aragón y de Constanza de Sicilia, nació hacia 1270 en Zaragoza o en Barcelona;
era nieta de Jaime I el Conquistador y sobrina de santa Isabel de Hungría, que
le sirvió de modelo. Muy joven fue dada en matrimonio al rey de Portugal, don
Dionís, del que tuvo dos hijos. Fortalecida con la oración y la práctica de las
obras de misericordia, soportó con paciencia y humildad las infidelidades de su
esposo y las tribulaciones provenientes, sobre todo, de los enfrentamientos
entre sus familiares. Al morir su marido, a quien atendió personalmente con
todo cariño en su última enfermedad, distribuyó sus bienes entre los pobres y
quiso retirarse a un convento de clarisas; no pudo hacerlo por los problemas
familiares y tomó el hábito de la Orden Tercera de San Francisco. Murió en
Estremoz el 4 de julio de 1336, cuando viajaba tratando de establecer la paz
entre su hijo y su nieto, reyes de Portugal y de Castilla respectivamente.
Oración: Oh Dios, que
creas la paz y amas la caridad, tú que otorgaste a santa Isabel de Portugal la
gracia de conciliar a los hombres enfrentados, muévenos, por su intercesión, a
poner nuestros esfuerzos al servicio de la paz, para que merezcamos llamarnos
hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
Pensamiento del día Señor
mío y Dios mío, dame todo aquello que me acerca a ti;Señor
mío y Dios mío, sácame de mí mismo para darme enteramente a ti»(SAN
NICOLÁS DE FLÜE) Tema del día:La “boca de la
verdad” 1) Para saber
“Una necedad, aunque la
repitan millones de bocas, no deja de ser una necedad”, decía el escritor
francés Anatole France. Cuando algo se afirma por muchas personas, está el
peligro de aceptarlo sin verificar si es verdadero. El Papa Francisco comentaba
que el filósofo Pascal se mostró siempre como un infatigable buscador de la
verdad sin dejarse llevar por lo que dice la mayoría. Pues es importante saber
en qué se apoyan las propias opiniones. Para darle valor a las afirmaciones,
interesa saber si quien hace una afirmación es una persona conocedora y,
además, si es una persona digna de confianza.
En su reciente Carta
Apostólica dedicada al pensador Blaise Pascal, el Papa Francisco resalta su
actitud abierta en su búsqueda de la verdad, y la nombra como una “asombrada
apertura a la realidad”. Es una apertura a los demás, a la sociedad.
2) Para pensar
En Roma se encuentra una
gran piedra empotrada en una pared en que se ha esculpido una cara que tiene la
boca abierta. Se le conoce como “La boca de la verdad” (Bocca della verità).
Está ubicada en el pórtico de una iglesia, Santa Maria in Cosmendi. Se cuenta
que si un mentiroso mete la mano en la boca, se la morderá. Hay una escena
simpática en una película clásica, muy recomendada, llamada “Vacaciones en
Roma” o “La princesa que quería vivir” (Roman Holiday) donde el protagonista
(Gregory Peck) mete la mano en la boca ante la mirada temerosa de Audrey
Hepburn.
Para discernir sobre la
verdad de una afirmación, no se cuenta con esa “Boca de la verdad”, pero
podemos decir que quien la busca con sinceridad y empeño, la encontrará. A
veces la pereza es un peligroso enemigo, pues es más fácil y cómodo creer lo
que dicen otros sin comprobarlo, o peor aún, no la buscamos porque sabemos que
no nos conviene alcanzarla, pues nos comprometería y realmente no queremos
cambiar.
Por ello la figura de
Pascal nos la presenta el Papa Francisco como ejemplo de estar abiertos a la
realidad para alcanzar la verdad. Pensemos si tenemos esa misma actitud.
3) Para vivir
Pascal no sólo fue un
gran pensador, sino también estaba preocupado por las necesidades de los demás.
Así lo manifestó poco antes de morir, a sus 39 años, al escribir: "Y si
los médicos dicen verdad y Dios permite que salga de esta enfermedad, estoy
resuelto a no tener más ocupaciones ni otro empleo del resto de mis días que el
servicio de los pobres".
Es conmovedor constatar
que, en los últimos días de su vida, un pensador tan brillante como Blaise
Pascal no viera mayor urgencia que dedicar su energía a las obras de
misericordia. Es un estímulo a todos nuestros contemporáneos de buena voluntad
en la búsqueda de la verdadera felicidad: “Cuatro siglos después de su
nacimiento, Pascal sigue siendo para nosotros el compañero de camino que
acompaña nuestra búsqueda de la verdadera felicidad y, según el don de la fe,
nuestro reconocimiento humilde y gozoso del Señor muerto y resucitado”,
concluyó el Papa Francisco.
(Pbro. José
Martínez Colín)
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” El gran matemático Pascal discutía con un ateo sobre la existencia de
Dios:
-Lleguemos a un acuerdo -le decía- Yo no puedo probar en un laboratorio la
existencia de Dios. Pero usted tampoco puede probar lo contrario. Tomamos una
postura u otra según las evidencias. Estudiemos las posibilidades: "Dios
existe" o "Dios no existe". Yo le doy a usted la oportunidad de
tener un 50% de posibilidades de tener razón y usted me concede a mí que tengo
razón en otro porcentaje igual. ¿Cuál nos ofrece mayores garantías de acertar?
Después de una vida más o menos prolongada ambos morimos y somos
enterrados en el mismo cementerio. Supongamos que el día de la resurrección se
descubre que Dios es real. Yo he ganado y usted ha perdido nada menos que la
eternidad feliz.
Supongamos que no hay resurrección y Dios no existe. Usted ha ganado, pero
no le sirve de nada, porque nos espera la nada: en esta opción usted también lo
ha perdido todo y yo no he perdido nada. Por este sencillo cálculo de
probabilidades, si apuestas por Dios lo ganas todo y si apuestas por la no
existencia de Dios no ganas nada.
¡Dios existe! Es no solo una probabilidad matemática, sino una vivencia
que hace feliz a quien la tiene.
Recordando al Padre Natalio El barco en peligro
Confiar en Dios, es depositar toda nuestra fe en él.
Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes
que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre”
(Salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan
duras e incomprensibles.
En cierta ocasión se desató una tempestad en
alta mar. Parecía que la nave iba a naufragar. Toda la tripulación y los
pasajeros aterrorizados corrían de un lugar a otro sin saber qué hacer.
Mientras tanto, en uno de los camarotes dormía un niño de siete años, hijo del
capitán. Uno de los tripulantes lo fue a despertar inmediatamente. Cuando el
chico se dio cuenta de lo que sucedía, preguntó: ¿y en manos de quién está
ahora el timón? El barco está en manos
de tu padre, respondió el marinero.
Entonces, no tengo por qué preocuparme, él sabe bien qué hacer, dijo
confiadamente el niño y siguió durmiendo.
“Descarguen en el Señor sus inquietudes, ya que él
se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación
y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece
refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier
clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
(P. Natalio)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) BLOG ”PEQUEÑAS
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