jueves, 23 de septiembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4798

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4798 ~ Jueves 23 de Setiembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el día en que celebramos la memoria del Santo Padre Pío, iniciamos esta edición describiendo un hecho real de su vida:
El padre Rafael, que fue su Prior de 1933 a 1940, dice: El 10 de junio de 1940 llegó al convento una señora con un hijo de seis años enfermo de encefalitis. Al día siguiente escuchó la misa del padre Pío. Después de la misa, al verlo pasar para ir a confesar, le presentó a su hijo en brazos toda llorosa y desconsolada. El padre Pío la miró con compasión, le hizo una señal de bendición y entró en el confesonario. La pobre madre, un poco decepcionada pero con fe, se quedó en la iglesia a rezar hasta que el padre terminó de confesar. Después se retiró ella al albergue donde acostó al niño, que al momento se quedó dormido. Hacia las 5:30 p.m. el niño se despertó y se levantó solo totalmente curado. A la mañana siguiente, la madre le agradeció al padre Pío, que le respondió: “Agradéceselo a la Virgen que te ha dado esta gracia”. En ese momento estaba presente el doctor Filippo De Capua, pediatra de Foggia, que vio al niño antes y después de la curación.
 
¡Buenos días María!
Para aquellos de nosotros que hemos sido sometidos a duras pruebas, el Inmaculado Corazón de María quiere maternalmente recordarnos: "Dios enjugará toda lágrima de vuestros ojos, no habrá más muerte; ni llanto, ni penas, ni clamor, porque el antiguo mundo ya llegó a su final "(...).
No estamos esperando un paraíso ilusorio, un mundo feliz, ni el superhombre que el progreso de la ciencia pretende inmortalizar. La verdadera novedad vendrá en la plenitud de los tiempos, con la Encarnación del Verbo. Benedicto XVI ha dicho que el salto más grande en la historia de la humanidad se llevó a cabo con la Resurrección de Jesús. Con el bautismo participamos en la vida eterna de Jesús Resucitado.
La plenitud de los tiempos comienza con el amanecer que es la Inmaculada Concepción de la Virgen María. La naturaleza humana recibida por la Virgen María, desde el primer día de su concepción, que no fue marcada por las consecuencias de la naturaleza del pecado original, sino totalmente animada por la gracia divina y el Espíritu Santo. El Hijo de Dios asumió esta naturaleza en el seno de la Virgen María el día de su Encarnación. Todos los que han renacido del agua y del Espíritu por medio del bautismo participan de esta nueva creación.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ageo 1,1-8
 
Salmo: Sal 149 (148) 1-2.3-4.5-6a.9b
 
SANTO EVANGELIO: Lc 9,7-9
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.
 
Comentario:
Hoy, el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como corrupto y depravado.
Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.
En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.
Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!
* Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD (Cataño, Puerto Rico)
 
Santoral Católico:
San Pío de Pietrelcina
Fraile Capuchino
Nació en Pietrelcina (Benevento, Italia) el año 1887, y en 1903 entró en la Orden Capuchina. Ordenado de sacerdote en 1910, fue destinado en 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, desarrollando una extraordinaria aventura de taumaturgo y de apóstol del confesonario. Desde 1918 llevó en su cuerpo las llagas del Señor y fue objeto de otros dones divinos extraordinarios. Se santificó viviendo a fondo en carne propia el misterio de la cruz de Cristo y cumpliendo en plenitud su vocación de colaborador en la Redención. Centró su vida pastoral en la dirección espiritual de los fieles, la reconciliación sacramental de los penitentes y la celebración de la Eucaristía. Su preocupación por los pobres y los enfermos se materializó en la «Casa Alivio del Sufrimiento». Otra iniciativa suya fueron los grupos de oración, que rápidamente se extendieron por todo el mundo. Murió el 23 de septiembre de 1968 en San Giovanni Rotondo (Apulia). San Juan Pablo II lo beatificó en 1999 y lo canonizó en 2002.
Oración: Dios omnipotente y eterno que, con gracia singular concediste al sacerdote san Pío participar en la cruz de tu Hijo y, por medio de su ministerio, has renovado las maravillas de tu misericordia, concédenos, por su intercesión, que unidos constantemente a la pasión de Cristo podamos llegar felizmente a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Palabras del Santo Padre Pío
🌸 "Vuestro futuro está dispuesto por Dios con admirable bondad siempre para bien: sólo os falta resignaros a los que Dios disponga y bendecir su mano que llama, abraza, acaricia y, si algunas veces castiga con dureza, lo hace porque es la mano de un padre."
 
🌸 “Todo lo podría resumir así: me siento devorado por el amor a Dios y el amor por el prójimo. Dios está siempre presente en mi mente, y lo llevo impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista: me toca admirar su belleza, sus sonrisas y sus emociones, su misericordia, su venganza o más bien el rigor de su justicia.”
 
🌸 “Esforcémonos, como otras almas elegidas, siempre en ir tras esta Madre bendita, para caminar siempre a su lado, ya que no hay otro camino que conduzca a la vida, si no el que tomó nuestra Madre: no rechacemos esta vía, nosotros que aspiramos llegar al final.”
 
Tema del día:
Quédate, Señor, conmigo
 
Esta es una conocida oración compuesta por el Santo Padre Pío,
para ser rezada después de recibir la Santa Comunión:
 
Has venido a visitarme,
como Padre y como Amigo.
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
Por el mundo envuelto en sombras
voy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
En este precioso instante
abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
Acompáñame en la vida.
Tu presencia necesito.
Sin Ti desfallezco y caigo.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
Declinando está la tarde.
Voy corriendo como un río
al hondo mar de la muerte.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
En la pena y en el gozo
sé mi aliento mientras vivo,
hasta que muera en tus brazos.
¡Quédate, Señor, conmigo!
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Un día un hombre salió de la iglesia, después de haberse confesado con el P. Pío, y se puso a gritar, loco de alegría, a todas las personas que se le acercaban: "Hacía 35 años que no entraba en una iglesia. Sí, 35 años que no quería saber nada ni de Dios ni de la Virgen ni de los santos. ¡Llevaba una vida de infierno! Un día una persona me dijo: ¡Vaya a San Giovanni Rotondo y verá! Solté la carcajada y contesté: “Si usted cree que ese cura me va a convencer, está muy equivocada”. Pero esta idea no me dejó en paz. Era como una perforadora que escarbaba dentro de mí. Finalmente, no pudiendo más, me dije: “¿Por qué no ir? Así acabaré con esta obsesión”. Llegué anoche. No había lugar para uno como yo, acostumbrado a las comodidades. Pasé la noche pensando en mis pecados y sudando abundantemente. A las dos de la madrugada, se oyen varios despertadores.
Me levanté con todos los demás; pero blasfemando contra todos. No obstante, me dirigí a la iglesia. No entendía lo que me pasaba por dentro. Esperé como los demás y entré como los demás. Asistí a la Misa del P. Pío. ¡Qué Misa! Me mordía los labios, me defendía... pero no tenía nada que hacer, comenzaba a perder terreno. La cabeza me estaba explotando. Después de la Misa seguí a los hombres que iban a la sacristía como un autómata. Al entrar, el P. Pío vino a mi encuentro y me dijo: “¿No sientes en la cabeza la mano de Dios?” Yo contesté: “Confiéseme, padre”. Apenas me había arrodillado, sentí la cabeza vacía como una olla. Me era imposible recordar mis pecados. El padre esperó un poco y luego me dijo: “Ánimo, hijo, ¿no me dijiste todo durante la Misa? ¡Ánimo!” ¡Y me dijo todos mis pecados! Yo le contestaba solamente “Sí”. ¡Ahora me siento limpio como un niño! ¡Ahora me siento feliz!"
 
Año de San José
 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Setiembre 23
¡Felices ustedes los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriben su nombre!. Glorioso san José, danos tu amor y sabiduría hasta poder decir con alegría: gracias Señor porque por la fe, ahora soy feliz. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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