martes, 7 de septiembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4782

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4782 ~ Martes 7 de Setiembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor Tú nos diste la vida para convivir, y nosotros lo llevamos todo a la muerte, a la guerra, a la competencia y a la indiferencia.
Tú les diste la primavera a los pájaros y ríos a los peces, y nosotros no hacemos más que contaminarlos con los residuos de las industrias.
Tú nos diste el equilibrio de la creación y nosotros la hemos desequilibrado y nos encaminamos al fracaso.
Señor: danos el valor de servir a la Vida, y no a la muerte.
(Jürgen. Moltmann, Teólogo alemán)
 
¡Buenos días María!
¡Qué momento tan terrible es el momento de nuestra muerte! Cuando debemos dejarlo todo y lanzarnos a la eternidad, que no sabemos con seguridad si será de felicidad sin fin o de horror sin término. Los demonios, en esa hora, vendrán en gran número a jugarse la última carta y a tratar de perdernos por última vez. ¡Y nosotros estaremos tan débiles en esa hora! Pero ¡qué felicidad si hemos sido fieles servidores de la Santísima Virgen!, porque entonces Ella vendrá en nuestro auxilio y nos hará dichosa la muerte y la eternidad. Hay muchos testimonios de personas que fueron devotas de María y la vieron en el momento de su muerte. María vino con todo sus consuelos a acompañar a estos fieles en ese momento tan importante. Estamos a tiempo todavía. Aunque hayamos sido pecadores en el pasado o aunque lo sigamos siendo, es hora de arrojarnos a los pies de una imagen de María y suplicarle que nos tome por siervos suyos, que nos salve y que acuda a nosotros en la muerte. ¡Jamás nos arrepentiremos de hacer semejante ofrenda, y a no dudar de que María vendrá personalmente a nuestro encuentro en aquella hora postrera, con todos sus consuelos!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Col 2,6-15
 
Salmo: Sal 145 (144),1-2.8-9.10-11
 
SANTO EVANGELIO: Lc 6,12-19
En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
 
Comentario:
Hoy quisiera centrar nuestra reflexión en las primeras palabras de este Evangelio: «En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios» (Lc 6,12). Introducciones como ésta pueden pasar desapercibidas en nuestra lectura cotidiana del Evangelio, pero —de hecho— son de la máxima importancia. En concreto, hoy se nos dice claramente que la elección de los doce apóstoles —decisión central para la vida futura de la Iglesia— fue precedida por toda una noche de oración de Jesús, en soledad, ante Dios, su Padre.
¿Cómo era la oración del Señor? De lo que se desprende de su vida, debía ser una plegaria llena de confianza en el Padre, de total abandono a su voluntad —«no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 5,30)—, de manifiesta unión a su obra de salvación. Sólo desde esta profunda, larga y constante oración, sostenida siempre por la acción del Espíritu Santo que, ya presente en el momento de su Encarnación, había descendido sobre Jesús en su Bautismo; sólo así, decíamos, el Señor podía obtener la fuerza y la luz necesarias para continuar su misión de obediencia al Padre para cumplir su obra vicaria de salvación de los hombres. La elección subsiguiente de los Apóstoles, que, como nos recuerda san Cirilo de Alejandría, «Cristo mismo afirma haberles dado la misma misión que recibió del Padre», nos muestra cómo la Iglesia naciente fue fruto de esta oración de Jesús al Padre en el Espíritu y que, por tanto, es obra de la misma Santísima Trinidad. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13).
Ojalá que toda nuestra vida de cristianos —de discípulos de Cristo— esté siempre inmersa en la oración y continuada por ella.
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Regina
Virgen y Mártir
Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.
Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos. Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación esta próxima. Al otro día, Olybrius ordenó que fuera torturada de nuevo y que fuera decapitada después. En el momento de la ejecución, apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.
Para más información hacer clic acá.
* Aciprensa – Catholic.net
 
Palabras de Benedicto XVI 
"Los caminos del Señor no son cómodos,
pero tampoco hemos sido creados para la comodidad,
sino para cosas grandes, para el bien.
Confiemos en el Señor: un cristiano jamás está solo."
 
Tema del día:
El “Frank Sinatra” francés
1)  Para saber
Alejandro Magno, en la antigua Grecia, tenía como pintor imperial a Apeles. Sólo a él le permitía hacerle retratos. Uno de ellos era tan perfecto que se llegó a decir que existían dos Alejandros: uno, el hijo de Filipo, y el otro, el pintado por Apeles. El historiador Plinio relata que además de su talento natural, Apeles lo conseguía perseverando en la práctica: No se permitía que pasara un día sin pintar. De ahí parece proceder el dicho latino que también se le atribuye a Cicerón, quien no dejaba pasar ningún día sin escribir: “Nulla dies sine linea” (Ningún día sin línea).
 
San Pablo invita a perseverar en la fe a los gálatas. El Papa Francisco, continuando con su reflexión de esa carta, señala que así como los gálatas habían acogido la fe con gran entusiasmo, ahora estaban en peligro de perderla por creerse salvados sólo por sus buenas obras y no por Cristo, nuestro redentor.
 
2)  Para pensar
Hace tres años murió un famoso cantante francés del siglo XX: Charles Aznavour (1924-2018). Fue considerado el "Frank Sinatra francés". Pero su camino no fue fácil. Tuvo que perseverar y superar muchas dificultades. Su complexión no le ayudaba: Era un cantante bajito y feo al que todos despreciaban. La prensa inglesa se metía con él de forma inmisericorde y lo tildaba de AzNoVoice (Az Sin Voz). Él mismo decía: "De críticas, siempre fui bien servido. Me decían que era feo, enclenque, que no había que dejar cantar a los enfermos". Pero resistió, perseveró, trabajó, tuvo una fe ciega en sus propias posibilidades y logró triunfar.
 
Llegó a ser reconocido como el máximo exponente de la canción francesa: grabó más de 1400 canciones de las que al menos 800 fueron compuestas por él, publicó casi 300 discos, vendió más de 100 millones de discos y participó en varias decenas de películas.
 
Es común que se comiencen proyectos con entusiasmo, pero hace falta perseverar para llevarlos a cabo. Tratándose de la fe, también es preciso perseverar en el camino, el cual no está exento de dificultades. Nuestro Señor nos alimenta la esperanza: “Pero quien persevere hasta el final, ése se salvará” (Mt 24, 13).
 
3)  Para vivir
A veces el sufrimiento, el dolor o la muerte pueden provocar una disminución de la fe. Por ello San Pablo recuerda que la Cruz es parte de la fe. Precisamente la salvación nos vino gracias a Cristo en la Cruz y no en nosotros, ni en las propias obras. San Pablo advierte que no hay que dejarse encantar por una religiosidad que se apoya solo en cumplir preceptos, pues parecería ello nos salva y no Cristo. El Papa Francisco advierte: mantengamos firme la certeza de que la santidad viene del Espíritu Santo y gracias a la redención de Jesús: esto es lo que nos justifica en sentido estricto, es decir, lo que nos hace justos frente a Dios.
 
El Papa Francisco nos invita a preguntarnos en quién ponemos nuestra confianza: ¿En Jesucristo, crucificado y resucitado, o nos conformamos con cumplir algunos preceptos para tener la conciencia tranquila? ¿Preferimos la belleza de Cristo, o preferimos algo que nos atrae, pero después nos deja un vacío dentro? Preguntas pertinentes que nos afectan a todos y nos pueden ayudar a darle sentido a nuestro vivir.
(Pbro. José Martínez Colín)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Rafael Aita –amigo del P. Ángel Peña– tuvo una experiencia especial el 20 de enero de 1996. Dice así: Me sentí muy mal y perdí el conocimiento durante quince minutos. Comencé a desplazarme veloz por un túnel negro, oscuro y, al fondo del túnel, vi una luz. Una luz inmensa, majestuosa, muy fuerte, cuyos rayos caían sobre mí. La luz resplandeciente me cegaba y sus rayos parecían llegar a lo más profundo de mi ser. Cuando me acerqué más a la luz, la luz me recibió, me abrazó y sentí un amor infinito, una paz infinita, una felicidad infinita. ¡Cuánta ternura! ¡Nunca me imaginé que podría existir tanta felicidad! En ese mismo instante, pensé por fracciones de segundo en mi vida terrenal... y no quería volver, quería seguir ahí para siempre.
Era la ausencia total del temor y la protección total del Amor. Sentía que era Dios, que me abrazaba con su ternura infinita, y luego sentí que me decía: “Regresa, tu misión no ha terminado” y regresé y desperté. A partir de ese día, mi punto de vista sobre la vida ha cambiado. Siento gran necesidad de amar a Dios y al prójimo. Sé que Jesús está vivo y que nos espera y nos ama con una intensidad infinita. Ya no tengo miedo a la muerte. Y, ahora, la meta de mi vida es ser mejor de lo que he sido, cuando vuelva a encontrarme nuevamente con Jesús.
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
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Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com   
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Año de San José
 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Setiembre 7
Glorifiquemos a Dios Padre, a su Hijo y al Espíritu Santo, por haber sido tan misericordioso con nosotros al darnos este modelo único de santidad que fue san José. Que podamos seguir su camino que conduce a tu presencia. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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