PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3689 ~ Lunes 25 de Junio de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Al
comenzar la semana laboral hagamos un esfuerzo para luchar por nuestros sueños,
borrar las penas y compartir las alegrías:
Si
tienes un sueño suéñalo hasta que se realice.
Si
tienes una pena llórala hasta que se lave.
Si
tienes una alegría compártela con los que amas y sobre todo: tienes una vida
con sueños, con penas y con alegrías... vívelas sin rencores, vívelas con paz.
Suéñala
cada día con amor y encontrarás a Dios cada vez que mires a los ojos de
alguien, cada vez que sonrías, cada vez que digas estoy vivo...
¡Les
deseo una excelente semana a todos!
¡Buenos días!
Convertida por la Eucaristía
Isabel
Ana Seton nacida en la religión anglicana (1774) en Nueva York, se casó con un
rico comerciante y fue madre de cinco hijos. Quedó viuda a los 30 años. Movida
de amor a Jesús presente en la Eucaristía, se hizo católica cuando tenía 31
años (1805). Fundó una congregación para educación de las niñas. Es la primera
santa estadounidense elevada al honor de los altares (1975).
En un último intento para restaurar la salud de su
esposo, Isabel había partido para Livorno, Italia, llevando también a la hija
mayor (8 años). Pero su esposó empeoró y murió. Regresó a Nueva York y buscó la
paz en su propia Iglesia anglicana. Un día se sentó en una silla de su templo,
desde donde podía ver la torre de la vecina iglesia católica, y mirando el
altar vacío de su templo, comenzó a hablar con Jesús, presente en la Eucaristía
de la iglesia católica cercana. Así empezó a sentir un profundo amor a Jesús
Sacramentado, que la atraía como un imán, y éste fue el comienzo de su conversión
(P. Ángel Peña).
En
Italia Isabel se había hospedado en casa de una familia católica muy amiga. Un
día encontró Isabel un libro de oraciones. Lo abrió al azar y comenzó a leer:
“Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir...” Cada palabra
le llegaba al alma con inmenso consuelo. Desde ese día pidió a Nuestra Señora
le mostrase el camino que debía seguir.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera lectura: 2 Rey 17, 5-8. 13-15. 18
♥ Salmo: Sal 59, 3-5. 12-14
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 7,1-5
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No
juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis
seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que
miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que
hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: ‘Deja que te saque la brizna
del ojo’, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu
ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio me ha recordado las palabras de la
Mariscala en El caballero de la Rosa, de Hug von Hofmansthal: «En el cómo está
la gran diferencia». De cómo hagamos una cosa cambiará mucho el resultado en
muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo, la espiritual.
Jesús dice: «No juzguéis, para que no seáis juzgados»
(Mt 7,1). Pero Jesús también había dicho que hemos de corregir al hermano que
está en pecado, y para eso es necesario haber hecho antes algún tipo de juicio.
San Pablo mismo en sus escritos juzga a la comunidad de Corinto y san Pedro
condena a Ananías y a su esposa por falsedad. A raíz de esto, san Juan
Crisóstomo justifica: «Jesús no dice que no hemos de evitar que un pecador deje
de pecar, hemos de corregirlo sí, pero no como un enemigo que busca la
venganza, sino como el médico que aplica un remedio». El juicio, pues, parece
que debiera hacerse sobre todo con ánimo de corregir, nunca con ánimo de
venganza.
Pero todavía más interesante es lo que dice san
Agustín: «El Señor nos previene de juzgar rápida e injustamente (...).
Pensemos, primero, si nosotros no hemos tenido algún pecado semejante; pensemos
que somos hombres frágiles, y [juzguemos] siempre con la intención de servir a
Dios y no a nosotros». Si cuando vemos los pecados de los hermanos pensamos en
los nuestros, no nos pasará, como dice el Evangelio, que con una viga en el ojo
queramos sacar la brizna del ojo de nuestro hermano (cf. Mt 7,3).
Si estamos bien formados, veremos las cosas buenas y
las malas de los otros, casi de una manera inconsciente: de ello haremos un
juicio. Pero el hecho de mirar las faltas de los otros desde los puntos de
vista citados nos ayudará en el cómo juzguemos: ayudará a no juzgar por juzgar,
o por decir alguna cosa, o para cubrir nuestras deficiencias o, sencillamente,
porque todo el mundo lo hace. Y, para acabar, sobre todo tengamos en cuenta las
palabras de Jesús: «Con la medida con que midáis se os medirá» (Mt 7,2).
Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant
Jordi Desvalls, Girona, España)
Santoral Católico:
San Próspero de
Aquitania
Seglar
Nació en Limoges (Francia) a finales del siglo IV.
Fue un hombre docto en filosofía y letras. Contrajo matrimonio y llevó una vida
virtuosa con su mujer. Después se hizo monje en Marsella, pero no sacerdote.
Vio que entre los monjes se difundía el pelagianismo, doctrina según la cual el
hombre es capaz de querer el bien y de salvarse con su sola voluntad, de suerte
que la gracia divina es preciosa, pero no indispensable. Ante el peligro que
esto significaba para la fe, se dedicó a defender la doctrina católica tal como
la enseñaba san Agustín, autor de varias obras sobre el tema y con quien estuvo
en estrecha relación. Mucho tuvo que trabajar para explicar la recta doctrina
agustiniana sobre la gracia, la perseverancia, la predestinación, y conseguir
que la aceptaran. El año 440 acompañó a Roma al que iba a ser el papa san León
Magno, quien lo nombró canciller y escribano suyo. Fue un gran trabajador, que
escribió también sobre la historia romana y la salvación de los no cristianos.
Murió en Roma en torno al año 463.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras del Papa
Francisco
“El Corazón de Jesús es el
símbolo por excelencia
de la Misericordia de Dios;
pero no es un símbolo
imaginario, es un símbolo real,
que representa el centro, la
fuente de la que ha brotado
la salvación para la entera
humanidad”
Tema del día:
¿Cuándo rezar?
🌸 Rezar cuando nos levantamos
Apenas
nos despertamos por la mañana, tenemos que rezar para que Dios nos socorra en
el día que comienza y no deje que cometamos pecado.
No
sabemos qué nos deparará la nueva jornada que Dios, en su misericordia
infinita, nos provee; y por eso ya desde el primer momento del día tenemos que
prepararnos al combate contra las fuerzas del mal y contra nosotros mismos,
porque la vida del hombre sobre la tierra es una milicia.
Las
cosas bien preparadas, salen bien. Y si rezamos al levantarnos, tenemos grandes
posibilidades de que el día que comienza, con sus pruebas y vicisitudes, sea
una ocasión para adelantar en virtud, y no para retroceder en la vida
espiritual.
Con
la oración de la mañana, consagramos a Dios el día que vamos a vivir, y le
pedimos que nos proteja de todo mal y que su Providencia nos auxilie en todos
los momentos.
¿Quién
sabe si justamente este será el día de nuestra muerte, del paso del tiempo a la
eternidad? Por eso tenemos que invocar a Dios para que estemos preparados para
lo que surja, incluso nuestra muerte.
🌸 Rezar cuando somos tentados
Si
siempre tenemos el deber de rezar, mucho más tenemos el deber y la necesidad de
orar cuando somos tentados por el mundo, el demonio o la carne, puesto que si
queremos salir victoriosos de la batalla en la que estamos inmersos y en que se
juega nuestro destino eterno, tenemos que rezar, ya sea con oraciones hechas, o
jaculatorias o simplemente pidiendo auxilio a Dios con nuestras palabras.
Ya
ha dicho San Alfonso María de Ligorio que el que reza se salva y el que no reza
se condena. Pues bien, cuando llega la tentación —que a todos nos llega, porque
mientras vivimos en este mundo estamos sujetos a ella—, tenemos que echar mano
de forma urgente a la oración, porque así es como se vencen las tentaciones.
¡Ay
de quien se quiera salvar y defender solo, sin la ayuda de Dios que se obtiene
con la oración! Estará irremediablemente perdido porque el demonio y las demás
fuerzas son más fuertes que nosotros, y seremos vencidos miserablemente. Es
necesario que invoquemos a Dios en nuestro auxilio, porque “el que pide,
recibe”, ha dicho el Señor, y es promesa de un Dios.
“¡Vigilad
y orad!” dijo Jesús a sus apóstoles en el Huerto, y nos lo dice también a cada
uno de nosotros. Por eso no bajemos la guardia, no dejemos la oración, e
intensifiquémosla cuando seamos tentados.
🌸 Rezar cuando necesitamos algo
Los
hombres tenemos mucho que agradecer a Dios, y es bueno darle gracias siempre y
en todo lugar. Pero en el Cielo podremos darle cumplidas gracias al Señor.
Mientras tanto, en la tierra, lo que más debemos hacer los hombres es pedir,
porque somos pobres y miserables, y Dios es el Gran Rico que puede colmarnos de
gracias, favores y dones de todas clases, incluso materiales cuando éstos no
son obstáculo a la santificación y salvación del alma.
Tenemos
que pedir mucho a Dios, porque para Dios es más fácil dar mucho, que dar poco,
puesto que Él es infinito, y cuando da, se tiene que hacer una cierta violencia
a Sí mismo para dar poco. En cambio quien le pide mucho, alivia el Corazón de
Dios, que está acostumbrado a ser generoso y a dar a manos llenas.
Todos
los hombres necesitamos algo. A veces nos damos cuenta de qué es lo que
necesitamos; otras veces, no. Pero Dios bien sabe qué es lo que nos hace falta
antes de que se lo pidamos, aunque igualmente Él quiere que se lo pidamos
insistentemente, porque nos quiere dar ese don y otros muchos más, que no nos
los daría, si no rezáramos tanto.
Ya
lo ha dicho el Señor en el Evangelio: “Pedid y se os dará”. No nos dice que
necesariamente nos darán lo que pedimos, pero siempre algo se nos dará si
rezamos, porque la oración bien hecha, jamás queda estéril, sino que obtiene de
Dios favores muy grandes que nos ayudan a caminar por este mundo con los
auxilios oportunos.
🌸 Antes de tomar una decisión importante
Jesús,
en el Evangelio, se retiraba a orar cada vez que debía tomar una decisión
importan te, como por ejemplo elegir a sus doce apóstoles. También estuvo
rezando en el Huerto de los Olivos antes de enfrentar su tremenda Pasión.
Así
también debemos preceder nosotros, y cuando tengamos que tomar alguna decisión
importante, dediquemos un buen tiempo antes a la oración, porque el Señor nos
quiere iluminar, pero si no le pedimos luz a través de la oración, no tendremos
la claridad suficiente para acertar en la elección correcta.
Cuanto
más recemos, tanto mejor haremos la elección apropiada, porque la oración
aclara los más oscuros caminos, y el Señor no deja desamparado y a la deriva a
quien se refugia en Él, y a Él le pide consejo mediante la oración.
No
es que si rezamos vendrá un ángel a decirnos lo que tenemos que hacer, pero al
menos tendremos suficiente luz para elegir lo correcto.
Por
eso también es bueno rezar por los sucesos futuros, para que Dios ya desde
ahora vaya predisponiendo las cosas para que todo se cumpla según su voluntad
adorable. Si rezamos ya desde ahora para lo que vendrá, estamos seguros de que
saldremos victoriosos en todos los aconteceres del tiempo futuro.
🌸 Rezar cuando vamos de viaje
Es
sabido que los accidentes de tránsito son ocasionados por los demonios, y por
eso debemos protegernos de estos accidentes con la oración, en especial
invocando a las Benditas Almas del Purgatorio, que con muy milagrosas para
protegernos en los viajes más o menos largos que tengamos que hacer.
Los
hombres somos peregrinos en este mundo y antes o después deberemos emprender
distintos viajes. Entonces invoquemos también, para que nos protejan en el
camino, a los Ángeles de Dios, como leemos en la Escritura que estos espíritus
celestiales protegieron a los justos.
También
tenemos que rezar por el viaje de otros, especialmente de los seres queridos,
por su integridad y para que vuelvan sanos y salvos a casa.
Es
bueno también rezar a todos los ángeles de la guarda de las personas que
conducen en la ruta, especialmente del conductor de nuestro vehículo, para que
esté atento a los imprevistos y a las vicisitudes del camino.
En
realidad hay que rezar siempre, pero en especial hay que rezar cuando vamos a
viajar, porque el demonio está, en estos tiempos, más furioso porque nota que
está perdiendo poder en el mundo, y entonces en venganza y rabia causa
accidentes y desgracias incluso materiales y físicas, y hay que protegerse y
proteger a los nuestros con la oración.
© Sitio Santísima Virgen
Mes del Sagrado Corazón
de Jesús
Día 25: La presencia de Dios
Escucha las exhortaciones de Jesús: "Cuando
hagáis limosna recordad que el Padre ve en lo escondido; que no sepa tu mano
izquierda lo que hace la derecha. Cuando reces, entra en la habitación y cierra
la puerta pues el Padre ve en lo secreto. Cuando ayunes, tu ayuno no se
manifestará a los hombres, pero tu Padre celestial ve todo a tu alrededor...
dentro de ti. También las mínimas cosas escondidas a los hombres no se esconden
de su divina mirada. Nadie puede penetrar en los secretos de tu corazón. Dios,
sí. Cuando crees que estás solo hay siempre un ojo que ve tus acciones, un oído
que siente tus palabras, una mano que escribe tus pensamientos. ¡Dios te ve!
Web Católico de Javier
El rincón del lector
Desde
hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón del lector” destinada a dar cabida a los mensajes,
opiniones y comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han
podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en
Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y
permanente.
Igual
vamos a mantener esta sección para los que deseen expresarse por esta vía. Para
que tu mensaje se publique debes dirigirlo por correo electrónico a feluzul@gmail.com con el título "El rincón del lector" y
deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para
nadie.
Los
mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a
medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán
réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Junio 25
El Espíritu Santo nos invita permanentemente a la
conversión. Porque la conversión no es sólo un gran cambio que sucedió alguna
vez en el pasado, cuando decidimos seguir a Jesucristo. La conversión es cosa
de todos los días. Nuestra mentalidad y nuestro corazón deben ser cambiados de
modo permanente.
Cuando nos descuidamos, se nos mete adentro algún
criterio equivocado, o volvemos a optar por el egoísmo, o perdemos un poco de
la alegría o de la generosidad que teníamos. Entonces, hay que volver a
convertirse, hay que volver a escuchar el Evangelio y dejarse interpelar por el
Espíritu.
La conversión también es una especie de
ablandamiento, o de descongelamiento. Porque cuando nos descuidamos, el corazón
se nos pone duro y frio. Cuando no sanamos a tiempo las malas experiencias que
tenemos cada día, nuestros rencores, tristezas, sentimientos de culpa y
desilusiones, endurecen el corazón como una piedra, o lo enfrían y lo
convierten en un pedazo de hielo, duro y frío por el dolor o por el miedo.
Optamos una vez más por la comodidad y por el aislamiento; los demás dejan de
ser nuestros hermanos y se convierten en enemigos o en competidores.
Entonces hay que rogarle al Espíritu Santo que venga
como fuego ardiente para ablandar de nuevo el corazón endurecido, para derretir
ese hielo y convertirlo en un arroyo alegre, feliz y compasivo. Quizás en este
preciso momento tengas que convertirte, renunciar a un mal sentimiento que te
está enfriando, y rogarle al Espíritu Santo que vuelva a ablandar tu corazón.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.