PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3694 ~ Sábado 30 de Junio de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Tal
como nos enseñó San Juan Pablo II: no
tengas miedo...
Aprende
a dominar los impulsos del miedo que te perjudican. ¿Miedo de qué?
No
permitas fantasías a tu mente para que pueda controlar sus emociones. Sé valiente.
Dios protege a todos sus hijos y tú no serás olvidado.
Cuando
sientas miedo, di a ti mismo: "La fuerza divina me protege. Dios está en
mí. Dios está conmigo".
Obrando
así, lograrás dominar el miedo, que te impide crecer y evolucionar.
¡Buenos días!
La bolsa de papas
Los
pensamientos y sentimientos negativos turban el cielo tranquilo del corazón.
Entre ellos se destaca por su capacidad destructiva el odio, que se niega a
perdonar y olvidar. “Señor, tú que eres puro amor, tú que perdonabas a los que
te crucificaban, quita de mi interior todo el veneno de los recuerdos que me
llenan de rencor y de tristeza. Derrama en mi interior el deseo de perdonar y
la gracia del perdón”.
Una profesora nos hizo llevar una bolsa de plástico y
una bolsa de papas. Por cada persona que no perdonábamos, debíamos elegir una
papa, escribir en ella el nombre y fecha y ponerla en la bolsa de plástico. Nos
dijo que lleváramos con nosotros a todos lados esta bolsa con las papas
fechadas durante una semana. Esta molestia nos hizo tomar conciencia del peso
espiritual que llevábamos. Naturalmente, las papas se iban pudriendo y olían
muy mal. ¡Éste fue el exacto símbolo del precio que pagamos por mantener
nuestros rencores y resentimientos! Con frecuencia pensamos que el perdón es un
regalo hecho a otra persona y, aunque eso es verdad, también es el mejor
obsequio y satisfacción que podemos darnos a nosotros mismos.
Vivir
la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra
capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia
al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos
y susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “perdonar,
soportar y esperar sin límites”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera lectura: Lam 2, 2. 10-14. 18-19
♥ Salmo: Sal 73, 1-7. 20-21
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 8,5-17
En aquel tiempo, al entrar en Cafarnaúm, se le acercó
un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con
terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el
centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas
de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno,
tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y
viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado
y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en
nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y
se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos,
mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí
será el llanto y el rechinar de dientes». Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que
te suceda como has creído». Y en aquella hora sanó el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de
éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y
se puso a servirle. Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; Él expulsó a
los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se
cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «Él tomó nuestras flaquezas y cargó
con nuestras enfermedades».
♥ Comentario:
Hoy, en el Evangelio, vemos el amor, la fe, la
confianza y la humildad de un centurión, que siente una profunda estima hacia
su criado. Se preocupa tanto de él, que es capaz de humillarse ante Jesús y
pedirle: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos»
(Mt 8,6). Esta solicitud por los demás, especialmente para con un siervo,
obtiene de Jesús una pronta respuesta: «Yo iré a curarle» (Mt 8,7). Y todo
desemboca en una serie de actos de fe y confianza. El centurión no se considera
digno y, al lado de este sentimiento, manifiesta su fe ante Jesús y ante todos
los que estaban allí presentes, de tal manera que Jesús dice: «En Israel no he
encontrado en nadie una fe tan grande» (Mt 8,10).
Podemos preguntarnos qué mueve a Jesús para realizar
el milagro. ¡Cuántas veces pedimos y parece que Dios no nos atiende!, y eso que
sabemos que Dios siempre nos escucha. ¿Qué sucede, pues? Creemos que pedimos
bien, pero, ¿lo hacemos como el centurión? Su oración no es egoísta, sino que
está llena de amor, humildad y confianza. Dice san Pedro Crisólogo: «La fuerza
del amor no mide las posibilidades (...). El amor no discierne, no reflexiona,
no conoce razones. El amor no es resignación ante la imposibilidad, no se
intimida ante dificultad alguna». ¿Es así mi oración?
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo...»
(Mt 8,8). Es la respuesta del centurión. ¿Son así tus sentimientos? ¿Es así tu
fe? «Sólo la fe puede captar este misterio, esta fe que es el fundamento y la
base de cuanto sobrepasa a la experiencia y al conocimiento natural» (San
Máximo). Si es así, también escucharás: «‘Anda; que te suceda como has creído’.
Y en aquella hora sanó el criado» (Mt 8,13).
¡Santa María, Virgen y Madre!, maestra de fe, de
esperanza y de amor solícito, enséñanos a orar como conviene para conseguir del
Señor todo cuanto necesitamos.
Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)
Santoral Católico:
Santos Protomártires
de la Iglesia Romana
«En el circo de Nerón, el año 64 después de Cristo,
un número indeterminado de cristianos, pertenecientes a la población residente
en Roma, acusados del incendio de la ciudad, fueron quemados vivos, o echados
como pasto a las fieras, a causa de su fe. No conocemos sus nombres, pero su
memoria permaneció viva en la comunidad creyente de Roma con este único título:
"Los primeros mártires: protomártires". Celebramos su fiesta el 30 de
junio, al día siguiente de la memoria de los Santos Pedro y Pablo, porque ellos
perecieron en la misma persecución, como primer fruto de la predicación de los
Apóstoles y del Obispo de Roma, Pedro» (Juan Pablo II, 21-IV-85).
Oración: Señor,
Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre
abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda
el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras del Santo Padre
Pío
"No hay que desanimarse;
porque, si existe en el alma
el esfuerzo continuo por mejorar,
al fin el Señor la premia,
haciéndola florecer de golpe
en todas las virtudes,
como en un jardín florecido"
Grandes Biografías:
Alexander Fleming
Alexander Fleming nació el 6 de agosto de 1881 en
Lochfield, Gran Bretaña, en el seno de una familia campesina afincada en la
vega escocesa. Fue el tercero de los cuatro hijos habidos en segundas nupcias
por Hugh Fleming, el cual falleció cuando Alexander tenía siete años, dejando a
su viuda al cuidado de la hacienda familiar con la ayuda del mayor de sus hijastros.
Fleming recibió, hasta 1894, una educación bastante rudimentaria, obtenida con
dificultad, de la que sin embargo parece haber extraído el gusto por la
observación detallada y el talante sencillo que luego habrían de
caracterizarle. Cumplidos los trece años, se trasladó a vivir a Londres con un
hermanastro que ejercía allí como médico. Completó su educación con dos cursos
realizados en el Polytechnic Institute de Regent Street, empleándose luego en
las oficinas de una compañía naviera. En 1900 se alistó en el London Scottish
Regiment con la intención de participar en la Guerra de los Boers, pero ésta
terminó antes de que su unidad llegara a embarcarse. Sin embargo, su gusto por
la vida militar le llevó a permanecer agregado a su regimiento, interviniendo
en la Primera Guerra Mundial como oficial del Royal Army Medical Corps en
Francia.
Los veinte años, la herencia de un pequeño legado le
llevó a estudiar medicina. Obtuvo una beca para el St. Mary's Hospital Medical
School de Paddington, institución con la que, en 1901, inició una relación que
había de durar toda su vida. En 1906 entró a formar parte del equipo del
bacteriólogo sir Almroth Wright, con quien estuvo asociado durante cuarenta
años. En 1908 se licenció, obteniendo la medalla de oro de la Universidad de
Londres. Nombrado profesor de bacteriología, en 1928 pasó a ser catedrático,
retirándose como emérito en 1948, aunque ocupó hasta 1954 la dirección del
Wright-Fleming Institute of Microbiology, fundado en su honor y en el de su
antiguo maestro y colega.
La carrera profesional de Fleming estuvo dedicada a
la investigación de las defensas del cuerpo humano contra las infecciones
bacterianas. Su nombre está asociado a dos descubrimientos importantes: la
lisozima y la penicilina. El segundo es, con mucho, el más famoso y también el
más importante desde un punto de vista práctico: ambos están, con todo,
relacionados entre sí, ya que el primero de ellos tuvo la virtud de centrar su
atención en las substancias antibacterianas que pudieran tener alguna
aplicación terapéutica. Fleming descubrió la lisozima en 1922, cuando puso de
manifiesto que la secreción nasal poseía la facultad de disolver determinados
tipos de bacterias. Probó después que dicha facultad dependía de una enzima
activa, la lisozima, presente en muchos de los tejidos corporales, aunque de
actividad restringida por lo que se refleja a los organismos patógenos
causantes de las enfermedades. Pese a esta limitación, el hallazgo se reveló
altamente interesante, puesto que demostraba la posibilidad de que existieran
sustancias que, siendo inofensivas para las células del organismo, resultasen
letales para las bacterias. A raíz de las investigaciones emprendidas por Paul
Ehrlich treinta años antes, la medicina andaba ya tras un resultado de este
tipo, aunque los éxitos obtenidos habían sido muy limitados.
El descubrimiento de la penicilina, una de las más
importantes adquisiciones de la terapéutica moderna, tuvo su origen en una
observación fortuita. En septiembre de 1928, Fleming, durante un estudio sobre
las mutaciones de determinadas colonias de estafilococos, comprobó que uno de
los cultivos había sido accidentalmente contaminado por un microorganismo
procedente del aire exterior, un hongo posteriormente identificado como el Penicillium
notatum. Su meticulosidad le llevó a observar el comportamiento del cultivo,
comprobando que alrededor de la zona inicial de contaminación, los
estafilococos se habían hecho transparentes, fenómeno que Fleming interpretó
correctamente como efecto de una sustancia antibacteriana segregada por el
hongo. Una vez aislado éste, Fleming supo sacar partido de los limitados
recursos a su disposición para poner de manifiesto las propiedades de dicha
sustancia. Así, comprobó que un caldo de cultivo puro del hongo adquiría, en
pocos días, un considerable nivel de actividad antibacteriana. Realizó diversas
experiencias destinadas a establecer el grado de susceptibilidad al caldo de
una amplia gama de bacterias patógenas, observando que muchas de ellas resultaban
rápidamente destruidas; inyectando el cultivo en conejos y ratones, demostró
que era inocuo para los leucocitos, lo que constituía un índice fiable de que
debía resultar inofensivo para las células animales.
Ocho meses después de sus primeras observaciones,
Fleming publicó los resultados obtenidos en una memoria que hoy se considera un
clásico en la materia, pero que por entonces no tuvo demasiada resonancia. Pese
a que Fleming comprendió desde un principio la importancia del fenómeno de
antibiosis que había descubierto (incluso muy diluida, la substancia poseía un
poder antibacteriano muy superior al de antisépticos tan potentes como el ácido
fénico), la penicilina tardó todavía unos quince años en convertirse en el
agente terapéutico de uso universal que había de llegar a ser. Las razones para
este aplazamiento son diversas, pero uno de los factores más importantes que lo
determinaron fue la inestabilidad de la penicilina, que convertía su
purificación en un proceso excesivamente difícil para las técnicas químicas
disponibles. La solución del problema llegó con las investigaciones
desarrolladas en Oxford por el equipo que dirigieron el patólogo australiano H.
W. Florey y el químico alemán E. B. Chain, refugiado en Inglaterra, quienes, en
1939, obtuvieron una importante subvención para el estudio sistemático de las
substancias antimicrobianas segregadas por los microorganismos. En 1941 se
obtuvieron los primeros resultados satisfactorios con pacientes humanos. La
situación de guerra determinó que se destinaran al desarrollo del producto
recursos lo suficientemente importantes como para que, ya en 1944, todos los
heridos graves de la batalla de Normandía pudiesen ser tratados con penicilina.
Con un cierto retraso, la fama alcanzó por fin a
Fleming, quien fue elegido miembro de la Royal Society en 1942, recibió el
título de sir dos años más tarde y, por fin, en 1945, compartió con Florey y
Chain el premio Nóbel. Falleció en Londres el 11 de marzo de 1955.
Humor de sábados
¿Qué son los abuelos?
Las respuestas a esta pregunta fueron escritas por
niños de 8 años.
Los abuelos son una señora y un señor que como no
tienen niños propios les gustan mucho los de los demás.
Los abuelos son gente que no tienen nada que hacer,
sólo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar.
Los abuelos son tan viejitos que no deben correr.
Ellos no nos dicen:"¡date prisa!".
Los abuelos son personas con las que es bien divertido
salir de compras.
Cuando salimos a pasear con ellos, se detienen para
enseñarnos cosas bonitas como hojas de diferentes formas o un ciempiés de
muchos colores.
Son unos señores que para leer usan anteojos, siempre
los pierden y cuando me he quedado a dormir con ellos usan unas ropas bien
cómicas.
No les importa contarnos el mismo cuento varias veces
y les encanta leernos historias.
Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las
únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros.
Ellos saben que antes de dormir podemos comer
"algunas" chucherías, les encanta rezar con nosotros y nos besan y
consienten aunque nos hayamos portado un poco mal.
A un niño de 6 años le preguntaron donde vivía su
abuelita y él contestó: ella, ella vive en el aeropuerto, cuando la necesitamos
vamos allá y la buscamos y cuando queremos que regrese a su casa la volvemos a
llevar a su aeropuerto.
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 30: La Comunión reparadora
Si quieres amar al Corazón de Jesús debes comulgar su
cuerpo muy frecuentemente. ¿No eres digno? Y para hacerla una vez al año ¿te
sientes digno? No eres perfecto. Pero la comunión no es un premio; es un medio
para llegar a la perfección. ¿Tienes muchos defectos? Para corregirlos tienes
necesidad de la comunión. No son los sanos los que tienen necesidad de
curación, sino los enfermos. ¿No sabes que la comunión borra por sí todos los
pecados veniales y preserva de los mortales?
Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Benjamín, un niño de 5 años, de Bogotá, Colombia, al que han diagnosticado
cáncer de huesos, rogando al Señor que lo sane, por nuestra fe y la fe de su
familia, y por la intercesión de la Santísima Virgen María.
Pedimos oración para María Trinidad (Trini), de la misma ciudad y país, que está en
recuperación por el accidente de la semana pasada que le ocasionó una fractura
en el hombro derecho, para que se mejore pronto y no tenga secuelas.
Pedimos
oración para Fernando G., de Costa
Rica. Dios conoce lo que él necesita y en Sus Santas Manos dejamos la solución
a sus problemas.
Seguimos unidos en oración para pedir por la
recuperación de Raúl P., de Córdoba,
Argentina, luego de haber sido operado siete veces en el último año y medio por
una enfermedad del intestino. Que la Virgen Santísima interceda por él ante
Jesús, para que Él le conceda todas sus gracias de sanación.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias
que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Junio 30
"Ven, Espíritu Santo, y ayúdame a reconocer a
Jesús resucitado en medio de mis cansancios, de mis preocupaciones, en medio de
las angustias de la gente. Porque él siempre está. Ayúdame a reconocerlo
glorioso, lleno de vida, repleto de fuerza, revestido de luz celestial.
Con un toque de tu gracia despierta mi corazón para
que lo alabe, para que me llene de admiración ante su rostro precioso. Derrama
en mi interior deseos de buscar a Jesús, para que amándolo lo encuentre en cada
cosa. Haz que me deslumbre con su luz espléndida, para que no me dominen las
oscuridades del mundo.
Abre mi vida entera, Espíritu Santo, para que Jesús
pueda tomarla con la potencia de su Resurrección.
Renueva mi existencia con un poco de esa vida plena
de Jesús resucitado, para que yo también pueda vivir como un resucitado. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.