PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3681 ~ Lunes 4 de Junio de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios
de bondad, alabado sea tu Santo Nombre.
Eres
el Dios de lo imposible. Cuando todo parece estar perdido y sin solución, la
esperanza renace y el milagro sucede.
Cuando
pienso que no me queda nada, que no tiene solución y que no soy merecedor de
atención, Tú me miras y me garantizas que soy amado, digno de salvación, me
garantizas que viniste a este mundo para mostrarme que soy amado por el Padre
eterno, que quiere hacerme hijo suyo y que el cielo es para mí.
Gracias,
Dios mío. Sólo me queda agradecer, diciendo cada día: “El Señor me miró y me
salvó”.
Hoy
puedo decir: soy Hijo de Dios, por la gracia divina, por su misericordia, por
su amor. Soy eterno y eterna será mi felicidad: “He aquí lo que el Señor ha
hecho por mí”.
¡Buenos días!
Un hombre y un león
juntos
Cuántas veces ansiamos maravillosos jardines que se
ven a lo lejos en el horizonte, mientras nos olvidamos de aspirar la fragancia
y admirar la belleza del rosal que florece en nuestra ventana. Gran parte de la
infelicidad humana nace de no valorar todo lo que tenemos y dejarnos arrastrar
por la envidia, comparándonos con los demás.
En cierta ocasión
viajaban juntos un hombre y un león. Iban discutiendo quién era más valiente
luchador, cuando, en una encrucijada, encontraron una estatua de piedra que
representaba a un hombre estrangulando a un león. —Ahí ves cómo somos más
fuertes que ustedes, dijo el hombre señalándosela al león. —Si los leones
supieran esculpir, respondió el león con una sonrisa, verías a muchos más
hombres entre las garras del león. (Esopo).
Es fundamental convencerme que, si quiero ser yo
mismo, el único punto de referencia para superarme soy yo. No necesito
compararme con nadie más. Lo correcto es conocer mis talentos y habilidades,
alegrarme de lo que tengo y no vivir ansioso por mis límites y carencias. Que
esto te ayude a vivir con equilibrio y en paz tu propia realidad, tu propia
verdad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una
viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos
labradores, y se ausentó.
»Envió
un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte
de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con
las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le
descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a
otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo
querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero
aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y
será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la
viña.
»¿Qué
hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la
viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores
desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y
es maravilloso a nuestros ojos?’».
Trataban
de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la
parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron. (Mc 12,1-12)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos invita a pasear por su viña: «Un hombre plantó una viña (...) y la
arrendó a unos labradores» (Mc 12,1). Todos somos arrendatarios de esa viña. La
viña es nuestro propio espíritu, la Iglesia y el mundo entero. Dios quiere
frutos de nosotros. Primero, nuestra santidad personal; luego, un constante
apostolado entre nuestros amigos, a quienes nuestro ejemplo y nuestra palabra
les anime a acercarse cada día más a Cristo; finalmente, el mundo, que se
convertirá en un mejor sitio para vivir, si santificamos nuestro trabajo
profesional, nuestras relaciones sociales y nuestro deber hacia el bien común.
¿Qué
clase de arrendatarios somos? ¿De los que trabajan duro, o de los que se
irritan cuando el dueño envía a sus siervos a cobrarnos el alquiler? Podemos
oponernos a los que tienen la responsabilidad de ayudarnos a proporcionar los
frutos que Dios espera de nosotros. Podemos poner objeciones a las enseñanzas
de la Santa Madre Iglesia y del Papa, los obispos, o quizás, más modestamente,
de nuestros padres, nuestro director espiritual, o de aquel buen amigo que está
tratando de ayudarnos. Podemos, incluso, volvernos agresivos, y tratar de
herirles o, hasta “matarlos” mediante nuestra crítica y comentarios negativos.
Deberíamos examinarnos a nosotros mismos acerca de los motivos reales de dicha
postura. Quizás necesitamos un conocimiento más profundo de nuestra fe; quizás
debemos aprender a conocernos mejor, a efectuar un mejor examen de conciencia,
para poder descubrir las razones por las que no queremos producir frutos.
Pidamos
a Nuestra Madre María su ayuda para que podamos trabajar con amor, bajo la guía
del Papa. Todos podemos ser “buenos pastores” y “pescadores” de hombres.
«Entonces, vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a llevar fruto, un fruto
que permanezca. Sólo así este valle de lágrimas se transformará en jardín de
Dios» (Benedicto XVI). Nosotros podríamos acercar a Jesucristo nuestro
espíritu, el de nuestros amigos, o el del mundo entero, si tan sólo leyéramos y
meditáramos las enseñanzas del Santo Padre, y tratásemos de ponerlas en
práctica.
Fr. Alphonse DIAZ (Nairobi, Kenia)
Santoral Católico:
San Francisco Caracciolo
Presbítero y Fundador
Nació en Villa Santa María (Abruzzo, Italia) el año
1563. Estudió teología en Nápoles y se ordenó de sacerdote en 1587. De
inmediato se dedicó a las obras de misericordia tanto espirituales en el
ministerio pastoral como corporales en los hospitales. Se unió al proyecto de
fundar una nueva congregación, la de los Clérigos Regulares Menores, de la que
es considerado fundador, y participó en la redacción de su regla, en la que por
iniciativa suya se incluyó el cuarto voto de no aceptar dignidades eclesiásticas.
Estuvo un tiempo en España tratando de implantar aquí su orden. Murió en Agnone
(Abruzzo) el año 1608.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
Pensamiento del día
“Valen tanto los hombres, su vida y su felicidad,
que el mismo Hijo de Dios se entrega
para redimirlos, para limpiarlos, para elevarlos.
¿Quién no amará su corazón tan herido?
Preguntaba ante eso un alma contemplativa.
Y seguía preguntando:
¿Quién no devolverá amor por amor?
¿Quién no abrazará un corazón tan puro?
(San Josemaría Escrivá)
Tema del día:
Los dos caminos
Cada
hombre encuentra ante sí dos caminos: el del vicio y el de la virtud.
El
camino del vicio se presenta fácil, lleno de placeres y ganancias, sencillo y
asequible. Promete conseguir alegrías inmediatas sin tener que pasar a través
de esfuerzos incómodos. Invita a superar categorías “anticuadas” y “represivas”
(pecado, juicio, infierno) para disfrutar al máximo este tiempo caduco y lleno
de emociones.
El
camino de la virtud no oculta sus dificultades. Hay que decir “no” al capricho,
a los placeres inmediatos, a la droga, al alcohol, al sexo, a la avaricia, a la
comodidad, al orgullo, a la sed de venganza. Un “no” que arranca de un “sí” a
lo más noble y elevado que existe en el ser humano: la posibilidad de amar, el
compromiso por vivir a fondo los deberes como estudiante o como trabajador,
como hijo o como padre, como esposo o como amigo.
Los
dos caminos se presentan especialmente ante la mirada de cada adolescente, de
cada joven, aunque también aparecen en la vida de los hombres maduros: a veces
una persona honesta nos sorprende por sus devaneos con caprichos que son
propios de un ser inmaduro y desquiciado...
Cada
momento de mi vida tengo que optar. Hoy seré más egoísta o más bueno, más
tramposo o más honesto, más cobarde o más trabajador, más vengativo o más
fuerte para ofrecer un perdón sincero. Los dos caminos me piden, urgentemente, que
decida mi futuro y el de tantos familiares y amigos que viven a mi lado y
esperan de mí lo mejor: una vida honrada, limpia, buena, abierta al amor y a la
esperanza.
Sólo
si escojo el buen camino podré penetrar en el mundo del amor eterno, donde
existe un Dios que invita a cada uno de sus hijos para celebrar el banquete de
bodas del Cordero.
Mes del Sagrado Corazón
de Jesús
Día 4: El amor de Dios
Jesús
te ama... y te da su Corazón, símbolo de amor. Sobre este corazón se enciende una llama que
quiere extenderse e inflamar todos los corazones. ¡Jesús te ama! He venido -dice Jesús- a traer el fuego del
amor sobre la tierra y ¿qué puedo desear sino que ese fuego se encienda?
Mírate
a ti mismo. ¿Cómo correspondes al amor
de Jesús? ¿Lo amas con todo tu corazón,
con todas las fuerzas?
A
la mañana, cuando te despiertas, ¿tienes un pensamiento para Jesús? ¿Le rezas durante el día alguna jaculatoria?
Web Católico de Javier
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de junio de
2018
“Queridos hijos, os invito a que acojáis mis palabras
con sencillez de corazón, que como Madre os digo para que emprendáis el camino
de la luz plena, de la pureza, del amor único de mi Hijo, hombre y Dios. Una
alegría, una luz que no se puede describir con palabras humanas, penetrará en
vuestra alma y os envolverá la paz y el amor de mi Hijo. Es lo que deseo para
todos mis hijos. Por eso vosotros, apóstoles de mi amor, vosotros que sabéis amar,
vosotros que sabéis perdonar, vosotros que no juzgáis, vosotros a los que yo
exhorto: sed ejemplo para todos aquellos que no van por el camino de la luz y
del amor, o que se han desviado de él. Con vuestra vida mostradles la verdad.
Mostradles el amor, porque el amor supera todas las dificultades, y todos mis
hijos tienen sed de amor. Vuestra unión en el amor es un regalo para mi Hijo y
para mí. Pero, hijos míos, recordad que amar significa desear el bien a vuestro
prójimo y desear la conversión de su alma. Pero, mientras os miro reunidos en
torno a mí, mi Corazón está triste, porque veo muy poco el amor fraterno, el
amor misericordioso. Hijos míos, la Eucaristía, mi Hijo vivo en medio vuestro y
sus palabras, os ayudarán a comprender, porque Su Palabra es vida, Su Palabra
hace que el alma respire, Su Palabra hace conocer el amor. Queridos hijos
nuevamente os pido como Madre que desea el bien de sus hijos: amad a vuestros
pastores, orad por ellos. ¡Os doy las gracias!”
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso de Doña
Inés, de 90 años, fallecida en Brasil luego de una penosa enfermedad.
Pedimos
oración por la salud de Delia, de
Buenos Aires, que será operada de cadera y espera, dolorida, la prótesis que
debe entregar la obra social. Y también rezamos por Sergio que debe internarse hoy lunes para un trasplante de médula.
Que Jesús los acompañe y todo se resuelva bien.
Rezamos por las víctimas de
la erupción del volcán de Fuego en Guatemala.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Junio 4
El
himno Veni Creator Spiritus invoca la
presencia del Espíritu Santo. Se reza o canta en latín desde hace doce siglos
de manera solemne, especialmente en la celebración litúrgica de la fiesta de
Pentecostés, así como al principio del cónclave cuando los cardenales eligen al
nuevo papa, durante la consagración de obispos, la ordenación de presbíteros,
la confirmación, la dedicación de templos y la celebración de sínodos y
concilios. Te invito a que la hagas en esta fiesta de Pentecostés.
"Ven
Espíritu creador;
visita
las almas de tus fieles.
Llena
de la divina gracia los corazones
que
Tú mismo has creado.
Tú
eres nuestro consuelo,
don
de Dios altísimo,
fuente
viva, fuego, caridad
y
espiritual unción.
Tú
derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú
el dedo de la mano de Dios,
Tú
el prometido del Padre,
pones
en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende
con tu luz nuestros sentidos,
infunde
tu amor en nuestros corazones
y
con tu perpetuo auxilio,
fortalece
nuestra frágil carne.
Aleja
de nosotros al enemigo,
danos
pronto tu paz,
siendo
Tú mismo nuestro guía
evitaremos
todo lo que es nocivo.
Por
Ti conozcamos al Padre
y
también al Hijo y que en Ti,
que
eres el Espíritu de ambos,
creamos
en todo tiempo.
Gloria
a Dios Padre
y
al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y
al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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