PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2332 ~
Miércoles 9 de Abril de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Necesitamos cambiar, Señor, danos sabiduría para revisar
nuestra vida, nuestro caminar, nuestras opciones y decisiones.
Empapa nuestro corazón con humildad sincera. Que seamos
capaces de darnos cuenta que tenemos que cambiar.
Dejar el hombre viejo: el egoísmo que atrapa; el pensar
en uno mismo antes que en los demás; el buscar con más afán lo material que el
Reino; la falta de confianza; el querer tener seguridades que no son tuyas…
¡Cuánto nos cuesta Señor, ponernos en tus manos!
Cambiar... Cambiar el corazón de piedra que nos hace
pasar indiferente ante el que sufre, el que pide… Nos ponemos en tus manos…
inúndanos de Evangelio. Transfórmanos desde dentro y danos una nueva
oportunidad. Que la oración, la lectura de tu Palabra, los gestos de
solidaridad y ayuda, la Eucaristía y la Reconciliación, nos vayan moldeando en
el espíritu de las Bienaventuranzas. Que cambiemos para amar más y mejor, en la
vida de todos los días…
Ayúdanos. Muestra tu luz y que ella descubra nuestras
sombras y oscuridades. Danos un corazón nuevo, que aprenda a sentir con la
compasión de Jesús... Danos unos ojos nuevos, que descubran en el presente las
semillas del Reino… Danos una manos nuevas,
que ayuden a construir estructuras de justicia y de paz...
¡Buenos días!
Comenzar de nuevo
Cuando una
dificultad seria se te interpuso para alcanzar tus metas, es hora de pensar si
vale la pena seguir luchando; si el discernimiento es positivo, no te
desanimes, puedes comenzar de nuevo, porque paso tras paso se llega a la
cumbre, ladrillo tras ladrillo se edifican los palacios y hachazo tras hachazo
se derriban los árboles gigantes.
No importa en qué momento de la vida te
cansaste, lo que importa es que siempre es posible y necesario recomenzar.
Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida
y, lo más importante, creer en ti mismo. ¿Sufriste mucho en este período? Fue
aprendizaje. ¿Lloraste mucho? Fue limpieza para tu alma. ¿Sentiste rencor? Fue
para poder perdonar. ¿Estuviste solitario en algunos momentos? Es porque
cerraste la puerta, incluso para los Ángeles. ¿Creíste que todo se había
perdido? Era simplemente el inicio de tu mejora. Ahora es el momento de
reiniciar, de pensar en la luz, de encontrar alegría en lo más sencillo.
Cuando tu vida se
encrespa con alguna tormenta, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti
fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar, cuidar,
entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza con una voluntad
decidida a permanecer firme en la lucha hasta el fin, ése es el gran regalo de
Dios. Utilízalo con humildad y prudencia.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían
creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le
respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido
esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En
verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el
esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para
siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé
que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no
prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis
lo que habéis oído donde vuestro padre».
Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús
les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis
de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo
Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron:
«Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios».
Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo
he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha
enviado». (Jn
8,31-42)
Comentario
Hoy, el Señor dirige duras palabras a los judíos. No a
cualquier judío, sino, precisamente, a aquellos que abrazaron la fe: Jesús dijo
«a los judíos que habían creído en Él» (Jn 8,31). Sin duda, este diálogo de
Jesús refleja el inicio de aquellas dificultades causadas por los cristianos
judaizantes en la primera hora de la Iglesia.
Como eran descendientes de Abraham según la
consanguineidad, esos tales discípulos de Jesús se consideraban superiores no
solamente de los gentíos que vivían lejos de la fe, sino también superiores a
cualquier discípulo no judío partícipe de la misma fe. Ellos decían: «Nosotros
somos descendencia de Abraham» (Jn 8,33); «nuestro padre es Abraham» (v. 39);
«solo tenemos un padre, Dios» (v. 41). A pesar de ser discípulos de Jesús,
tenemos la impresión de que Jesús nada representaba para ellos, nada
acrecentaba al que ya poseían. Pero es ahí donde se encuentra el gran error de
todos ellos: los verdaderos hijos no son los descendientes según la consanguineidad,
sino los herederos de la promesa, o sea, aquellos que creen (cf. Rom 9,6-8).
Sin la fe en Jesús no es posible que alguien alcance la promesa de Abraham. Por
tanto, entre los discípulos «no hay judíos o griego; no hay esclavo o libre; no
hay hombre o mujer», porque todos son hermanos por el bautismo (cf. Gal
3,27-28).
No nos dejemos seducir por orgullo espiritual. Los
judaizantes se consideraban superiores a los otros cristianos. No es necesario
hablar, aquí, de los hermanos separados. Pero pensemos en nosotros mismos.
¡Cuántas veces algunos católicos se consideran mejores que los otros católicos
porque siguen este o aquel movimiento, porque observan esta o aquella
disciplina, porque obedecen a este o a aquel uso litúrgico! Unos, porque son
ricos; otros, porque estudiaron más. Unos, porque ocupan cargos importantes;
otros, porque vienen de familias nobles... «Quisiera que cada uno de vosotros
sintiera la alegría de ser cristiano… Dios guía a su Iglesia, la sostiene
siempre, también y sobre todo en los momentos difíciles» (Benedicto XVI).
Pe. Givanildo dos SANTOS Ferreira (Brasilia, Brasil)
Santoral Católico:
Santa Casilda de Toledo
Virgen Eremita
En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en
la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la
religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la
cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita († 1075).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“Utiliza los talentos que tengas;
piensa que habría silencio en los bosques
si solo cantaran los pájaros que cantan bien”
Henry Van Dyke
Cuaresma:
Reflexión para cada día
Miércoles de la
quinta semana de Cuaresma
Yo vengo de Dios
(Jn 8,31-42)
No hace mucho tiempo, en un programa televisivo, se
planteaba una dinámica de juego. Había que decidirse entre dos personas a la
hora de imponerles un sombrero dorado sobre su cabeza. Para ello eran decisivos
los siguientes puntos:
- Habilidad a la hora de solucionar una serie de
cuestiones.
- Conocer y adivinar una determinada melodía.
- Ganar diversas pruebas.
- Ingenio y rapidez en la composición de algunos sonetos.
Al final hubo empate y, la organización se encontró con
la difícil solución de que solamente había un sombrero para dos cabezas. Lo
echaron a suertes y el auditorio aplaudió o criticó la decisión.
Fidelidad a Dios
A la hora de tomar un camino, o una opción, el cristiano
se siente tentado a “cubrir” con el sombrero de la FE al mismo DIOS (al que
desea dar gloria y obedecer) y al “amigo mundo” con el que se quiere congraciar
y disfrutar.
DIOS y MUNDO lejos de ser una contraposición es un complemento
mutuo. Lo más cómodo y peligroso, en la situación coyuntural que nos
encontramos, es dejarse arrastrar por un humanismo desprovisto de toda
connotación e intervención divina.
No nos debiera de resultar tan difícil el combinar
nuestro aprecio por el mundo (hay tanto de bueno en él como mucho que mejorar)
con la FE en DIOS que siempre será un motor que nos impulsará a seguir
trabajando por la reconstrucción de una sociedad que ha perdido el vértice de
una serie de valores que hasta ahora la sostenían y definían.
Faltan, es verdad, cristianos que PROFESEN su FE y que
trabajen desde ella en todo ámbito social, económico y político. Cuando se
confunde “aconfesionalidad” con “laicidad” quien gana, saca partido y buena
tajada son las ideologías dominantes de nuestro tiempo que encuentran espacios
vacíos y buen caldo de cultivo para hacer lo que les venga en gana.
- El respeto no significa repliegue
- La tolerancia no es invisibilidad en la praxis de la FE
- La pluralidad no nos lleva a la disolución de lo que
para nosotros es catalizador y elemento de vida en nuestra sociedad y en
nuestras familias: el cristianismo
La PASCUA que se acerca es una llamada
- A redescubrir los fundamentos de nuestra vida
cristiana.
- A rearmarlos de nuevo reafirmando lo que creemos y
sentimos.
- A no hacer una lotería con el “sombrero de la FE” entre el mundo o DIOS.
- A no dividir el corazón ante lo que los
convencionalismos interesados nos exigen.
- A no jugar con DIOS: hoy ¡sí! pero mañana ¡no!
La PASCUA cercana es una llamada a poner como SEÑOR de
todo lo que somos, pensamos y trabajamos a un DIOS que no nos pide otra cosa
sino una confesión clara, firme y convencida: JESUS ES HIJO DE DIOS Y ES LO MÁS
GRANDE QUE UN HOMBRE Y UNA MUJER PUEDE LLEGAR A CONOCER Y VIVIR.
Lo contrario será facilitar, como muy bien dijo el
Cardenal de Madrid en el funeral de estado por las víctimas del 11M, el que
otros dinamiten los fundamentos y los pilares donde están basadas las
sociedades cristianas.
¿A quién pondremos el sombrero?
P. Javier Leoz
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la liberación de la periodista Nairobi Pinto, de Caracas, Venezuela. Y
por la pacificación de ese querido país.
Pedimos oración por la salud de la señora Josefina F., de Córdoba, Argentina, que está internada en estado muy delicado por un cuadro respiratorio. Que el Señor tenga misericordia de ella y haga según sea Su Voluntad.
Pedimos oración por el eterno descanso junto a Cristo,
del alma del sacerdote jesuita Franz Van
der Lugt, mártir de la fe, muerto a balazos en Siria por defender su fe
cristiana y a sus hermanos que también son perseguidos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Abril 9
“Señor, a veces lo que me trae problemas son mis defectos
o mi forma de actuar. Quizás no quiero reconocer esos defectos y me los oculto
de mí mismo. Mis actitudes, mis palabras o mis miradas despiertan el rencor de
los demás, la envidia o el desprecio.
Señor, ayúdame a descubrir mis actitudes de orgullo,
egoísmo o indiferencia, ayúdame a ver todo eso que cae mal a los ojos de los
demás. Y dame tu ayuda divina para que pueda cambiar. Porque si mis actitudes
son más agradables y sinceras, las malas miradas de los demás se disiparán como
el vapor.
Tócame con tu gracia y embelléceme con virtudes y dones
que me hagan más agradable a los ojos de los hermanos. Quiero ser un
instrumento tuyo para bendecirlos y hacerles bien. Tómame, Señor. Amén”.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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