jueves, 3 de abril de 2014

Pequeñas Semillitas 2326

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2326 ~ Jueves 3 de Abril de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Un remedio seguro para la furia que producen los pequeños altercados de nuestra vida cotidiana es relajarnos ante el embotellamiento del tráfico, la cita no cumplida, la pérdida de información vital, y decir: "Ser humano no es difícil". Quizás no remedie nuestra frustración por mucho tiempo, pero vale la pena practicarlo. Muchos de nuestros problemas surgen al olvidarnos de lo difícil que es.
Con frecuencia fijamos estándares de conducta inalcanzables, especialmente para nosotros mismos. Somos criaturas complejas y maravillosas que poseen muchas habilidades, pero nuestro afán de perfección frustra nuestra capacidad de goce.
Ser humano es difícil y lo hacemos en forma imperfecta. Y cuando combinamos nuestro esfuerzo con el de otros, construyendo un edificio o representando una obra, multiplicamos nuestras imperfecciones, lo mismo nuestras habilidades.  Aun así, nos necesitamos mutuamente.
Si podemos desapegarnos de la ira y de la decepción y reflexionamos acerca de lo maravilloso que es poder hacer cualquier cosa, podremos recordar amarnos a nosotros mismos y a los demás por nuestra complejidad y por nuestra simplicidad humana.

¡Buenos días!

¿Qué traerá este día?

La oración humilde y confiada conmueve el corazón de Dios. A nosotros también nos enternecen los niños cuando con encantadora espontaneidad nos piden que les ayudemos a hacer un dibujo, a atarles los cordones de los zapatitos, etc., y no podemos negarnos. Su humilde confianza nos impulsa a prestarles cualquier servicio.

¡Lo que tú quieras, Señor!,  pero te pido fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer, caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera. Dame paciencia y humildad. Dame desprendimiento y un olvido total de mí mismo. Dame, Señor, lo que tú sabes me conviene y yo no sé pedir. ¡Que pueda yo amarte cada vez más y hacerte amar de los que me rodean! ¡Que sea yo grande en lo pequeño! ¡Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, la mente activa y el pie dispuesto! ¡Derrama, Señor, tus gracias sobre todos los que quiero! Amén.

La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado.
»Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios.
»Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?». (Jn 5,31-47)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos enseña cómo Jesús hace frente a la siguiente objeción: según se lee en Dt 19,15, para que un testimonio tenga valor es necesario que proceda de dos o tres testigos. Jesús alega a favor suyo el testimonio de Juan el Bautista, el testimonio del Padre —que se manifiesta en los milagros obrados por Él— y, finalmente, el testimonio de las Escrituras.
Jesucristo echa en cara a los que le escuchan tres impedimentos que tienen para reconocerle como al Mesías Hijo de Dios: la falta de amor a Dios; la ausencia de rectitud de intención —buscan sólo la gloria humana— y que interpretan las Escrituras interesadamente.
El Santo Padre Juan Pablo II nos escribía: «A la contemplación del rostro de Cristo tan sólo se llega escuchando en el Espíritu la voz del Padre, ya que nadie conoce al Hijo fuera del Padre (cf. Mt 11,27). Así, pues, se necesita la revelación del Altísimo. Pero, para acogerla, es indispensable ponerse en actitud de escuchar».
Por esto, hay que tener en cuenta que, para confesar a Jesucristo como verdadero Hijo de Dios, no es suficiente con las pruebas externas que se nos proponen; es muy importante la rectitud en la voluntad, es decir, las buenas disposiciones.
En este tiempo de Cuaresma, intensificando las obras de penitencia que facilitan la renovación interior, mejoraremos nuestras disposiciones para contemplar el verdadero rostro de Cristo. Por esto, san Josemaría nos dice: «Ese Cristo, que tú ves, no es Jesús. —Será, en todo caso, la triste imagen que pueden formar tus ojos turbios...—Purifícate. Clarifica tu mirada con la humildad y la penitencia. Luego... no te faltarán las limpias luces del Amor. Y tendrás una visión perfecta. Tu imagen será realmente la suya: ¡Él!».
Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)

Santoral Católico:
San Ricardo  Chichester
Obispo
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“Imitando a Cristo, Juan Pablo II fue para el mundo
un predicador incansable de la palabra de Dios,
de la verdad y del bien.
Él hizo el bien hasta con su sufrimiento”
Papa Francisco

Cuaresma:
Reflexión para cada día
Jueves de la cuarta semana de Cuaresma

“Se han fabricado un becerro de oro” (Ex 32,7,14)
“El Padre es el que testifica de mí” (Jn 5,31-47)

La impaciencia es hermana de los hombres y mujeres contemporáneos. Ante unos cambios tan vertiginosos como peligrosos el ser humano comienza a desesperar y a perder la paciencia en pro de una nueva civilización basada en el respeto, la paz y el amor. “La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces”.

Israel, una vez pasado el Mar Rojo, desesperó fundiendo su riqueza (oro y joyas) en un becerro signo del poder e influencia de la cultura egipcia.
Y nosotros... ¿fundimos algo hoy? ¿En qué invertimos nuestro tiempo y nuestra riqueza? ¿En Dios o en lingotes de oro?
           
Fabricamos lingotes de oro: 
- Cuando bailamos y cantamos al compás que nos impone la señora moda.
- Cuando buscamos otros dioses para satisfacer necesidades que luego resultan ser más agobio que soluciones.
- Cuando importamos religiones esotéricas que nos parecen la panacea y abandonamos la nuestra.
- Cuando nos dejamos manejar y renunciamos a nuestras convicciones humanas y cristianas.
- Cuando nos desnudamos de la riqueza interior para revestir lo puramente externo.

Bailamos con los lingotes de oro:          
- Cuando puede más la duda que la promesa de DIOS que nunca falla
- Cuando no nos hace duelo desprendernos de lo que haga falta para alcanzar el bienestar material y se nos hace cuesta arriba invertir en tiempo y dinero en lo espiritual.
- Cuando el oro y la plata, la riqueza y la comodidad nos hacen estar girando y danzando en torno a ellos como si fueran dioses.
- Cuando ponemos el acento en el poderoso caballero “don dinero” y dejamos que se enfríe, en nuestro corazón, el Señor Todopoderoso.
           
Adoramos a los lingotes de oro:
- Cuando dejamos que sean otros (el Papa y los Obispos, los sacerdotes y los laicos comprometidos) los que se jueguen subiendo a los nuevos montes “Sinaí” y exigiéndoles coherencia para ellos y poca para nosotros.
- Cuando nos empeñamos en creer que el tiempo de la Fe ha pasado o ha quedado relegada a un segundo plano.
- Cuando nos dejamos arrebatar la paz de Dios por la violencia que impera en la tierra.
- Cuando nos damos en cuerpo y alma a lo superficial y volvemos la espalda a la dignidad de lo que representamos y somos: hijos de Dios.
- Cuando perdemos la esperanza de que un día DIOS volverá de nuevo para encontrarnos comprometidos por su causa, velando en oración y pregonando sus alabanzas.
P. Javier Leoz

Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de abril de 2014

¡Queridos hijos! Con amor materno deseo ayudarlos para que su vida de oración y penitencia sea un verdadero intento de acercamiento a mi Hijo y a Su luz divina, para que sepan cómo separarse del pecado. Cada oración, cada Misa y cada ayuno son un intento de acercamiento a mi Hijo, una remembranza de Su gloria y un refugio del pecado; son el camino hacia una nueva unión del buen Padre con sus hijos.
Por lo tanto, queridos hijos míos, con los corazones colmados de amor, invoquen el nombre del Padre Celestial para que los ilumine con el Espíritu Santo. Por medio del Espíritu Santo, se convertirán en fuente del amor de Dios. De esa fuente beberán todos aquellos que no conocen a mi Hijo, todos los sedientos del amor y de la paz de mi Hijo.
¡Les agradezco! Oren por sus pastores. Yo oro por ellos y deseo que ellos sientan siempre la bendición de mis manos maternas y el apoyo de mi Corazón materno

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por nuestros hermanos de Chile, que desde hace más de 24 horas vienen siendo sacudidos por una cantidad de terremotos, que hasta acá han determinado seis víctimas fatales y 900.000 evacuados. Que el Señor calme las fuerzas naturales para que estas no se vuelvan contra las personas.

Pedimos oración por la salud de Corina, de Santiago del Estero, Argentina, enferma de cáncer y ahora internada por neumonía. La encomendamos a Jesús, con confianza en su amor y su gracia de sanación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Abril 3
“Señor, a veces me parece que me miran mal, que no se alegran con mis alegrías y que disfrutan cuando no me va bien. Me siento indefenso frente a las personas que no me quieren y temo que me hagan daño con sus malos sentimientos.
Señor, mira a tu hijo que te suplica. Soy obra de tus manos, no me abandones, fortaleza mía. Tú eres como un escudo salvador. Rodéame con tu poder, como un cerco todopoderoso que me proteja, para que ningún mal me alcance. No permitas que algún violento me haga daño, no dejes que algún espíritu dominante quiera adueñarse de mi vida.
Porque yo te acepto como único Señor de mi existencia, mi vida es tuya. Toda mi confianza está depositada en ti, mi Creador y Redentor. Bendito y alabado seas. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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