sábado, 14 de septiembre de 2024

Pequeñas Semillitas 5755

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5755 ~ Sábado 14 de Setiembre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy es sábado y quiero invitarte a sonreír... La vida es corta para levantarse triste.
Quiere a la gente que te trata bien y te valora, e intenta querer también a los que no lo hacen. La vida se encarga de ponerlos a cada uno en su lugar.
Piensa que todo llega y pasa por alguna razón. Si tienes una segunda oportunidad… ¡Agárrala!
Nadie dijo que la vida sería fácil…. Solamente prometieron que valdría la pena.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Num 21, 4-9
 
Salmo: Sal 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38
 
Segunda Lectura: Flp 2, 6-11
 
Santo Evangelio: Jn 3,13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).
Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.
«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
La Exaltación de la Santa Cruz
Para la Iglesia es una fiesta del Señor, en la que celebramos el misterio de la cruz, la obra realizada por Cristo en ella. La imagen predominante es la de Jesús elevado en la cruz, que marca profundamente la vida y espiritualidad de los cristianos. Según la tradición, hoy es el aniversario del hallazgo de la santa Cruz (14 de septiembre del 320, por Santa Elena, madre del emperador Constantino) y de la dedicación de la basílica constantiniana levantada en el mismo lugar de la crucifixión del Señor. Cada año se celebraban en Jerusalén solemnes ceremonias que culminaban con la elevación del sagrado leño para que lo contemplase y adorase la multitud de fieles que se congregaba. En mayo del 614, Cosroas, rey de los persas, saqueó Jerusalén y se llevó la cruz a su país. Pero el emperador Heraclio derrotó a los persas, recuperó la cruz y la entregó solemnemente al patriarca de Jerusalén el 3 de mayo del 630. Esta recuperación llenó de entusiasmo a la Iglesia y particularmente a los latinos, que no tardaron en celebrar la fiesta de la santa Cruz en esta última fecha.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio, alcanzar en el cielo los premios de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Palabras de San Juan Pablo II
 
De instrumento de castigo, se convierte
en imagen de vida nueva, de un mundo nuevo.  
Donde surge la Cruz, se ve la señal
de que ha llegado la Buena Noticia
de la salvación del hombre mediante el amor.
Donde se levanta la Cruz,
está la señal de que se ha iniciado la evangelización»
 
Tema del día:
Devoción de los 7 Dolores de la Virgen
Mañana 15 de setiembre es el día de la Virgen de los Dolores. Adelantándonos a la fecha, hablemos de la Devoción de los Siete Dolores de la Virgen.
 
Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).
 
María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.
 
Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.
 
Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?
 
Promesas de la Virgen a los devotos de sus dolores

Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías (Santa Brígida).

1º. Pondré paz en sus familias.
2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.
 
Los siete dolores de la Virgen
 
1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.
 
2º. La persecución de Herodes y la huida a Egipto (Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.
 
3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pesar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.
 
4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.
 
5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del Salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.
 
6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.
 
7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42) Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.
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(Fuente: Sitio Santísima Virgen – Imagen: enterateaqp)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Vivir es aprender a cada instante... de cada situación, de cada momento, de cada sensación, de cada injusticia o sin razón..., del amor, del desamor, de la felicidad, de la infelicidad, de la protección, del abandono.
El sentido de la vida, ese que buscamos desde que nacemos se encuentra en la alegría y también en el dolor.
Lo importante es saber comprender el mensaje que nos deja cada situación que debemos enfrentar y conservar la esperanza y la fe.
Hoy reímos, tal vez mañana lloramos... Hoy estamos acompañados... Tal vez el mañana nos encuentre solos...
Pero debemos pasar por todas las instancias, por todos los momentos, por todas las situaciones esperadas e inesperadas porque en cada una de ellas nos encontramos, aprendemos, crecemos, nos fortalecemos y día a día nos damos cuenta que somos nosotros los únicos que le podemos dar sentido a nuestra propia vida y eso sólo es posible si iluminamos las zonas que por momentos vemos apagarse dentro de nosotros encendiendo la luz de la esperanza...
🌸
El dinero y los bienes materiales son medio y no fin, ya que al usarlos debemos hacerlo para el bien de los hermanos y para nuestro propio bien, que no será el acumularlos avaramente, sino el hacerlos producir frutos, pues a la hora de la muerte veremos de manera muy diferente los bienes materiales que poseemos, a como los vemos ahora.
¡Cuántos por una riqueza se han perdido para siempre en el Infierno! Y ahora entienden aquellas palabras del Evangelio, de que no se puede ser esclavos de Dios y del Dinero.
En estos tiempos es muy grande la tentación de poner el corazón en las riquezas materiales, porque ellas nos dan mucho bienestar y comodidad, más aún con los medios modernos de comunicación, nos quieren hacer vivir el paraíso en la tierra. Incluso cuando tenemos una pequeña fortuna nos sentimos como más amparados y protegidos, seguros. ¡Qué falso es todo esto! Si Dios nos llama a su presencia en cualquier momento, ¿dónde queda la seguridad? Por eso sólo valen las buenas obras y si queremos llevar el dinero a la eternidad, demos limosna a los pobres y hagamos obras de misericordia.
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Compartir la vida, dar la vida, donarse sin enmascarar ni disfrazar egoísmo alguno es el significado último y genuino del amor matrimonial.
Los esposos se reconocen necesitados perpetuos de apoyo, de cariño, de compañía y por eso, se eligen y se comprometen a darse y recibirse recíprocamente. La capacidad de dar y recibir esta en nuestra naturaleza y condición humana, y a su vez, necesita adiestrarse y acrecentarse.
De otra manera vamos siendo víctimas de espejismos e ilusiones, puesto que definimos con el nombre de amor a todas las caricaturas egoístas que lo degradan. Darse en abundancia, olvidarse de uno mismo, entregarse gustosamente, son los rasgos comunes al amor verdadero.
Poetas, místicos y enamorados de todas las épocas y culturas lo han expresado de forma bella. Quien lea el Cantar de los Cantares lo podrá corroborar. ("La verdad católica")
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
14 de setiembre
Ruega para que este Amante divino, este amado Esposo de nuestras almas, complete la obra de gracia que ha comenzado en mí, pobrecito. En mí, su pobre y mezquina criatura, a quien, desde el nacimiento, ha dado pruebas de una predilección especialísima; me ha demostrado que Él no sólo habría sido mi salvador, mi sumo bienhechor, sino también el amigo devoto, sincero y fiel, el amigo de corazón, el eterno e infinito amor, el consuelo, la alegría, el alivio, todo mi tesoro.
Y yo, ¡ay!, entre tanto, quizá inocente e inconscientemente, orientaba mi corazón, siempre abrasado de amor por el Todo y por todo, a las criaturas que me eran
placenteras y agradables. Él, que siempre ha velado por mí, me reprendía internamente; me reprochaba, paternamente, dulcemente sí, pero era el reproche que escuchaba el alma.
(Noviembre de 1922, a las hermanas Campanile, Ep. III, 1005)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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1 comentario:

  1. Muchas gracias amigo y hermano Felipe por cuanto haces por tantas personas. Dios y María Santísima te bendigan siempre. Amén

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