sábado, 5 de marzo de 2022

Pequeñas Semillitas 4926

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 4926 ~ Sábado 5 de Marzo de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La familia no siempre es de sangre... La familia son las personas en tu vida que te quieren en la suya. Son aquellos que te aceptan por quién eres. Aquellos que harían cualquier cosa por verte sonreír; y aquellos que te aman sin importar nada.
Nadie es tan pobre que no tenga una familia: de sangre o de afectos. De nosotros depende aprender a cuidarla y acrecentar los vínculos con ella.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Isaías 58,9b-14
 
Salmo: Sal 85,1-2.3-4.5-6
 
Santo Evangelio: Lc 5,27-32
En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores».
 
Comentario:
Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la intensidad de la conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas, es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.
Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser “políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos, en fin, un pecador público.
A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa.
Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo necesiten.
Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado. Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no menosprecia.
* Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Juan José de la Cruz
Presbítero Franciscano
Nació en la isla de Ischia (Italia) el año 1654, de familia noble y piadosa, cuyos cinco hijos se consagraron al Señor. Desde pequeño profesó una especial devoción a la Virgen y un amor generoso a los pobres. Muy joven vistió el hábito franciscano en Nápoles y fue el primero en ingresar en la Reforma alcantarina recién implantada en Italia, de la que él sería el principal promotor en su tierra. Ordenado de sacerdote, sin dejar su vida de oración y penitencia en los retiros, se entregó al apostolado popular, al confesonario y a la dirección de almas. El Señor lo probó con grandes desolaciones interiores, tinieblas y dudas, que le hicieron padecer sobremanera. Con humildad y caridad ejerció los cargos que le impuso la obediencia. Dios quiso obrar por su medio portentos y concederle dones místicos extraordinarios. Después de una vida contemplativa y de extrema austeridad siguiendo el ejemplo de san Pedro de Alcántara, murió en Nápoles el 5 de marzo de 1734.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
“Valor es lo que se necesita
para levantarse y hablar,
pero también es lo que se requiere
para sentarse y escuchar”
(Winston Churchill)
 
Tema del día:
La solución… ¡Vivir ahora!
No cabe duda de que el mundo que vivimos es un mundo "Triple A": Asombroso, Apremiante y Antihumano. Pero es el mundo que nos tocó vivir.
 
Asombroso por su avance tecnológico, en el que cada día hay más cosas de que maravillarse. Apremiante porque cada día hay que hacer más cosas en menos tiempo. Antihumano porque cada día hay más cosas que nos ocultan los valores de la dignidad humana.
 
Lo que importa para nuestra relación, es hacer frente a esas tres condiciones y a muchas más, para continuar en la conciencia de habitantes inteligentes de un planeta enloquecido.
 
Hay que asombrarse de que estamos vivos, alertas aún al deseo de saber quiénes somos.
 
Hay que apurarse no para perder más rápido el tiempo, sino para atraparlo dentro de nosotros convertido en vida, vida intensa.
 
Y hay que rebelarse como lo que nos oculta el rostro y el alma que nos corresponden: rostro de seres que aman y desean alcanzar un valor. Y alma de quienes, como tú y como yo, no desean la traición de los años a la vuelta de la esquina.
 
¿Y sabes cuál es esa traición? Simple y sencillamente una: La traición de un asombro convertido en aburrimiento, de un apremio hecho angustia de todos los días y un anti humanismo ejercido en la enajenación y en la incomprensión de uno mismo y de los demás.
 
No nos queda más que vivir éste, nuestro mundo, el que compartimos tú y yo, la esperanza de ser algo y ser alguien. Aquí nos encontraremos, frecuentemente, en ese afán: Entender un mundo que nos asombra, nos apremia y quiere dejarnos como esqueletos de ambición ciega.
 
Vivir ahora es el secreto, porque alguien afirmó que la vida dura un miserable cuarto de hora. Quizá sea cierto, pero ese cuarto de hora contiene minutos maravillosos en los que podemos descubrir, apresar y fecundar los átomos de un amor verdadero, de una idea oportuna, de un perdón que nos limpie el alma de rencores oscuros. ¿Comenzamos?
 
Humor de sábados
Durante Cuaresma y Semana Santa,
por ser tiempo de recogimiento y austeridad,
no vamos a publicar la sección de humor.
 
Cuarenta días para acercarnos a Jesús
Salvar lo que estaba perdido
I. Los fariseos se escandalizan al ver a Jesús sentado a la mesa con gran número de recaudadores y otros, y preguntan a sus discípulos: ¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Jesús replicó a los fariseos con estas consoladoras palabras: ‘No necesitan de médico lo sanos, sino los enfermos. No he venido llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan’ (Lucas 5, 31-32). Jesús viene a ofrecer su reino a todos los hombres, su misión es universal: viene para todos, pues todos andamos enfermos y somos pecadores; nadie es bueno, sino uno, Dios (Marcos 10, 18). Todos debemos acudir a la misericordia y al perdón de Dios para tener vida (Juan 10, 28) y alcanzar la salvación. Las palabras del Señor que se nos presenta como Médico nos mueven a pedir perdón con humildad y confianza por nuestros pecados y también por los de aquellas personas que parecen querer seguir viviendo alejadas de Dios.
 
II. Cristo es el remedio de nuestros males: todos andamos un poco enfermos y por eso tenemos necesidad de Cristo. Debemos ir a Él como el enfermo va al médico, diciendo la verdad de lo que le pasa, con deseos de curarse. ‘Señor, si quieres, puedes curarme’ (Mateo 8, 2). Unas veces, el Señor actuará directamente en nuestra alma: ‘Quiero, sé limpio’ (Mateo 8, 3), sigue adelante, sé más humilde, no te preocupes. En otras ocasiones, siempre que haya pecado grave, el Señor dice: ‘Id y mostraos a los sacerdotes’ (Lucas 17, 14), al sacramento de la penitencia, donde el alma encuentra siempre la medicina oportuna. Contamos siempre con el aliento y la ayuda del Señor para volver y recomenzar.
 
III. Si alguna vez nos sintiéramos especialmente desanimados por alguna enfermedad espiritual que nos pareciera incurable, no olvidemos estas palabras consoladoras de Jesús: Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Todo tiene remedio. Él está siempre muy cerca de nosotros, pero especialmente en esos momentos, por muy grande que haya sido la falta, aunque sean muchas las miserias. Basta ser sincero de verdad. No lo olvidemos tampoco si alguna vez en nuestro apostolado personal nos pareciera que alguien tiene una enfermedad del alma sin aparente solución. Sí la hay; siempre. Quizá el Señor espera de nosotros más oración y mortificación, más comprensión y cariño. Muchos de los que estaban con Jesús en aquel banquete se sentirían acogidos y comprendidos y se convertirían a Él de todo corazón. No lo olvidemos en nuestro apostolado personal.
(Fuente: SantoRosario.info)
 
Un minuto para volar
Marzo 5
Pase lo que pase, no existen momentos vacíos. Jesús prometió estar siempre contigo, hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Y Él cumple su palabra. Jesús resucitado, lleno de vida, está verdaderamente presente, tratando de iluminar cada instante de tu existencia. Por eso siempre podrás recoger alguna enseñanza de lo que te pase, podrás tener la esperanza de salir adelante y la fuerza para volver a comenzar. Con Él realmente puedes enfrentar cualquier cosa y puedes vivir una serena alegría en medio de las pruebas de la vida.
(Mons. Víctor M. Fernández)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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