jueves, 25 de noviembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4861

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4861 ~ Jueves 25 de Noviembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús, ayúdame en este día a tener presente mi realidad ligada siempre a tu salvación de amor. Quiero que mi vida se oriente hacia Ti, escuchar tu voz en mi corazón y comprender qué es lo que quieres para mí. Dame la posibilidad de ser agradecido siempre, que no olvide fácilmente todas las bendiciones que me has dado. Gracias por la bendición de tener una familia en la que Tú me manifiestas que me amas. Gracias por cada uno de sus miembros y todo lo que me hacen sentir. Te suplico que en este momento la bendigas y le hagas sentir tu presencia maravillosa. Amén.
 
¡Buenos días María!
Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Es la iglesia romana más antigua dedicada a la Santísima Virgen.
La tradición dice que la noche del 4 al 5 de agosto del año 358, la Virgen se apareció en sueños al Papa San Liberio, y a un romano rico llamado Juan. Ella pidió erigir un santuario en un lugar específico. Por la mañana, al constatar que había nevado en el mes de agosto en el lugar indicado por la Virgen, el Papa ordenó construir una basílica dedicada a "Santa-María de las-Nieves," ahí donde había nevado, sobre la colina romana del Esquilino.
En esta basílica se conserva el primer pesebre construido en piedra. Se le debe al Papa Nicolás IV que en 1288 le encargó a Arnolfo di Cambio una representación de la Natividad. Esta tradición se remonta al año 432, cuando el Papa Sixto III (432-440) crearía una basílica en la "Gruta de la Natividad", inspirada en la de Belén.
La basílica también contiene las reliquias de San Jerónimo. Desde en 1999, la animación y el cuidado pastoral de Santa María la Mayor se le confió a los Frailes Franciscanos de la Inmaculada.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Daniel 6,12-28
 
Salmo: Daniel 3,68.69.70.71.72.73.74
 
SANTO EVANGELIO: Lucas 21,20-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
 
Comentario:
Hoy al leer este santo Evangelio, ¿cómo no ver reflejado el momento presente, cada vez más lleno de amenazas y más teñido de sangre? «En la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo» (Lc 21,25b-26a). Muchas veces, se ha representado la segunda venida del Señor con las imágenes más terroríficas posibles, como parece ser en este Evangelio, siempre bajo el signo del miedo.
Sin embargo, ¿es éste el mensaje que hoy nos dirige el Evangelio? Fijémonos en las últimas palabras: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación» (Lc 21,28). El núcleo del mensaje de estos últimos días del año litúrgico no es el miedo, sino la esperanza de la futura liberación, es decir, la esperanza completamente cristiana de alcanzar la plenitud de vida con el Señor, en la que participarán también nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea. Los acontecimientos que se nos narran tan dramáticamente quieren indicar de modo simbólico la participación de toda la creación en la segunda venida del Señor, como ya participaron en la primera venida, especialmente en el momento de su pasión, cuando se oscureció el cielo y tembló la tierra. La dimensión cósmica no quedará abandonada al final de los tiempos, ya que es una dimensión que acompaña al hombre desde que entró en el Paraíso.
La esperanza del cristiano no es engañosa, porque cuando empiecen a suceder estas cosas —nos dice el Señor mismo— «entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria» (Lc 21,27). No vivamos angustiados ante la segunda venida del Señor, su Parusía: meditemos, mejor, las profundas palabras de san Agustín que, ya en su época, al ver a los cristianos atemorizados ante el retorno del Señor, se pregunta: «¿Cómo puede la Esposa tener miedo de su Esposo?».
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Catalina de Alejandría
Virgen y Mártir
No tenemos noticias seguras sobre su vida. Según las leyendas y tradiciones, fue una virgen y mártir de Alejandría en Egipto, de finales del siglo III o principios del siglo IV. Era una joven cristiana llena de agudeza, de ingenio y de sabiduría, no menos que de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se honra con piadosa veneración en el célebre monasterio del Monte Sinaí que lleva su nombre. Desde el siglo IX su culto comenzó a extenderse por toda la Iglesia, por lo que existen numerosas iglesias dedicadas a su nombre en todo el mundo, y son muchas las entidades e instituciones que la tienen por patrona.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que diste a tu pueblo la virgen y mártir invicta santa Catalina, concédenos, por su intercesión, ser fortalecidos en una fe constante y trabajar sin desmayo por la unidad de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“Viejo es quien considera
que su tarea está cumplida.
El que se levanta sin metas
y se acuesta sin esperanzas”
 
Tema del día:
Explicación del Año Litúrgico
El Año Litúrgico o Calendario Litúrgico es el ciclo de las celebraciones litúrgicas durante el año de las iglesias cristianas, que determina cuándo se celebran las fiestas, memoriales y solemnidades y qué porciones de las escrituras deben ser leídas. La iglesia occidental (Católica y evangélica) y la oriental (Ortodoxa) tienen distintas fechas para las distintas fiestas pero la secuencia es esencialmente la misma.
 
En el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor. El comienzo y el ritmo del Año Litúrgico es distinto del año civil, o del escolar, o del comercial.
 
El Año Litúrgico está dividido en varios períodos, llamados tiempos litúrgicos:   
 
* Tiempo de Adviento
* Tiempo de Navidad
* Primera parte del Tiempo Ordinario
* Tiempo de Cuaresma
* Triduo Pascual
* Tiempo de Pascua
* Segunda parte del Tiempo Ordinario
 
En cada tiempo litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes colores:
• Blanco significa alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de Pascua.
• Verde significa esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario.
• Morado significa luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana Santa.
• Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de los santos mártires y en Pentecostés.
 
El Año Litúrgico comienza en el primer domingo de Adviento, en la liturgia romana.
 
El eje del Año litúrgico es la Pascua. La Iglesia Romana determina la celebración de la Pascua el primer domingo posterior a la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Este domingo siempre cae entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril.
 
Siendo la fiesta más importante de la liturgia, la Pascua se celebra por 50 días, desde el domingo de Pascua hasta Pentecostés.  Según la liturgia actual, la Cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo con la liturgia de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo Pascual. El Viernes Santo se hace el "ayuno pascual" que se continúa el Sábado Santo, preparatorio a la gran celebración pascual. El triduo culmina en la Vigilia Pascual del sábado por la tarde.
 
Los primeros ocho días de la pascua constituyen la octava  y se celebran como solemnidades del Señor. El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismos en toda la temporada de pascua.
 
En el día 40 de la pascua se celebra la Ascensión del Señor y los 9 días de la Ascensión a Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la venida del Espíritu Santo.
 
Períodos del Año Litúrgico:
 
1. ADVIENTO:
Se compone de cuatro semanas que preparan la Navidad. Su tema central es la Celebración de la Venida del Señor. Recuerda su venida naciendo en Belén y su venida gloriosa al final de la Historia.
 
2. NAVIDAD:
Abarca Navidad y Epifanía. Inicia la tarde del 24 de Diciembre y termina con la fiesta del Bautismo del Señor, el domingo siguiente a Epifanía. El Nacimiento se presenta en dos aspectos: Jesús Salvador es don del Padre (Navidad), su salvación es para todos (Epifanía). Lo reconocemos como Hijo de Dios que nos hace hijos adoptivos. Es tiempo de alegría que llega hasta la Epifanía y luego termina con la Fiesta del Bautismo del Señor, y luego empezamos la primera parte del llamado Tiempo Ordinario que se extiende hasta el martes anterior al miércoles de Cenizas.
 
3. CUARESMA:
Periodo de cuarenta días que precede y prepara la Pascua, a semejanza de los 40 días que Cristo ayunó y oró en el desierto. La Iglesia se propone una gran catequesis litúrgica sobre el Bautismo para renovar nuestro ser de hijos de Dios, y sobre la penitencia para vivir siempre como hombres nuevos, ya que es reconciliación con Dios y con los hermanos y es medio de Purificación. Traza un recorrido como Jesús, cargando con la Cruz: "Que no se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,43). Es tiempo de conversión para liberarnos del hombre viejo. Tiempo de oración, penitencia y caridad.
 
4. SEMANA SANTA
Es la semana más importante del año, que ningún cristiano podría faltar a ella. Recordamos los grandes acontecimientos que Dios hizo por amor a nosotros: Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Los ritos son muy llenos de significado, por eso urge prepararse bien.
 
4.1. DOMINGO DE RAMOS:
En la procesión con los ramos de olivo recordamos la entrada de Jesús en Jerusalén, donde se desarrollan los hechos de la Pascua. La gente aclamaba a Jesús: "Hosanna". El color rojo recuerda a Jesús Rey (Mt. 27,28).
 
5. TRIDUO PASCUAL:
Es la fiesta más grande del año, tiene los siguientes días y actos:
 
5.1. CENA DEL SEÑOR:
Misa en la que se recuerda la última Cena y el gesto de Jesús de lavar los pies a los apóstoles como signo de su amor hasta la muerte. Al final se lleva procesionalmente la Eucaristía para adorarle en el monumento en recuerdo del Huerto de los Olivos: ¿No han podido velar una hora conmigo? Le hacemos compañía y agradecemos su presencia permanente.
 
5.2. VIERNES SANTO:
En la primera parte se lee solemnemente la Pasión de Jesús. Siguen las grandes invocaciones por todos los hombres del mundo. Luego, una procesión con el crucifijo que lo besamos recordando que la Cruz de Jesús ha salvado al mundo. Finalmente, comulgamos con la Carne del Cordero (Cristo) sacrificado por nosotros.
 
5.3. VIGILIA PASCUAL:
Es la más larga espera de la más grande fiesta del año. Se le celebra con cuatro símbolos sacramentales:
- LA LUZ: Fuera del templo se enciende el Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado. Todos los cristianos entran a la Iglesia oscura encendiendo sus cirios, y se canta el Pregón Pascual que es el anuncio de que Jesús resucitó.
- LA PALABRA: Varias lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento explican el significado de la Pascua de Jesús, su paso de este mundo al Padre; sobre todo la narración de la salida de Egipto hacia la libertad pasando por el Mar Rojo. El Señor mandó celebrarlo como memorial con el Cordero Pascual y los panes ázimos. Jesús realizó esto con la Eucaristía.
- EL AGUA: Con el rito del bautismo llegan a la fe y participan de la muerte y resurrección de Cristo nuevos hermanos.
- PAN EUCARISTICO: La Eucaristía es el momento culminante, pues hace presente al Señor resucitado. Hoy suenan las campanas, mudas desde el jueves.
 
6. CINCUENTENA PASCUAL:
En los cincuenta días desde Pascua hasta Pentecostés, gozosamente como si fuera un gran domingo, la Iglesia celebra el triunfo de Cristo, con la Ascensión y el envío del Espíritu Santo que da origen a la misión de la Iglesia.
 
Finalizado el tiempo pascual viene la segunda parte del Tiempo Ordinario, que no es un tiempo monótono, rutinario, aburrido, en el que se adormece la fe; todo lo contrario, el Tiempo Ordinario es un tiempo vivo, un tiempo lleno de fuerza y vigor, un tiempo que alimenta nuestra vida cristiana; un tiempo necesario de reflexión y profundización, un tiempo de oración constante que nos prepara y capacita para celebrar –cada año– más conscientemente, los grandes misterios de la fe: la encarnación y la Resurrección de Jesús. Esta segunda (y más larga) parte del Tiempo Ordinario, o “durante el año”, llega hasta la Fiesta de Cristo Rey con la que termina el Año Litúrgico.
 
Significado de algunos términos:
 
Las FERIAS, son los demás días de la semana que no son Domingo. Los días en que no se conmemora a ningún santo generalmente también se llaman “ferias” y la Misa que se celebra en esos días se llama: “Misa de feria”. Las ferias pueden ser corrientes o privilegiadas. Las ferias privilegiadas son las de Adviento y de la Cuaresma.
 
Las MEMORIAS son celebraciones discretas que tan sólo se agregan a la celebración que corresponde al día. La memoria es obligatoria o libre. La obligatoria debe celebrarse si no está impedida; la libre se observa o no, según la oportunidad o la devoción.
 
Las FIESTAS son celebraciones de mayor importancia, pero que se realizan totalmente en el día asignado a la fiesta.
 
Las SOLEMNIDADES son las celebraciones aún más importantes:
* Siempre empiezan en las “Vísperas“, es decir, la tarde del día anterior.
* A veces tiene “vigilia“, es decir, tiene Misa propia el día anterior: Navidad y Pentecostés.
* A veces tienen “Octava“, es decir, la celebración se prolonga durante toda la semana que sigue: Pascua y Navidad.
 
Los CICLOS de los años litúrgicos
 
¿Te has preguntado por qué en las lecturas del domingo se utiliza una letra A, B o C para las lecturas? Se trata de los ciclos dentro del tiempo litúrgico.
La Iglesia ha establecido dentro de la organización para la celebración de la Liturgia en el tiempo ordinario, asignarle unas letras a cada año litúrgico con el fin de poder estructurar las lecturas que se proclaman en cada Eucaristía dominical.
 
La división se hizo con base en los Evangelios Sinópticos:
- Evangelio según San Mateo: Ciclo A
- Evangelio según San Marcos: Ciclo B
- Evangelio según San Lucas: Ciclo C
 
De esta forma, durante cada año se tratan los textos de cada evangelista. ¿Y el Evangelio de San Juan? Pues este Evangelio se va intercalando dentro de cada año, especialmente en el tiempo de Pascua y Cuaresma, y esto era una costumbre muy antigua.
 
Cada año litúrgico corresponde a una letra, por lo que luego de 3 años se vuelven a asignar las letras. Por lo tanto, cada 3 años tendremos el ciclo de cada evangelista sinóptico. El año litúrgico que estamos iniciando es el C.
 
Para las celebraciones eucarísticas entre semana, se maneja otro ciclo distinto, de acuerdo al leccionario ferial. Este ciclo se hace durante 2 años, par e impar. Y precisamente por ser ciclos distintos los de los domingos y los de los días de semana, a veces puede ocurrir que el Evangelio proclamado el domingo se repita durante la semana.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
No le reces a Dios mirando al cielo. ¡Mira hacia adentro!  No lo busques a Dios lejos de ti, sino en ti mismo.
No le pidas a Dios lo que te falta: ¡Búscalo tú mismo!, y Dios lo buscará contigo, porque ya te lo dio como promesa y como meta para que tú lo alcances.
No reproches a Dios por tu desgracia. ¡Súfrela con Él!  Y Él sufrirá contigo; y si hay dos para un dolor, se sufre menos.
No le exijas a Dios que te gobierne, a golpe de milagros, desde afuera... ¡Gobiérnate tú mismo! con responsable libertad, amando, y Dios te estará guiando desde adentro y sin que sepas cómo.
No le pidas a Dios que te responda cuando le hablas... ¡Respóndele tú!, porque Él te habló primero; y si quieres seguir oyendo lo que falta escucha lo que ya te dijo.
No le pidas a Dios que te libere, desconociendo la libertad que ya te dio. ¡Anímate a vivir tu libertad! y sabrás que sólo fue posible porque tu Dios te quiere libre.
No le pidas a Dios que te ame, mientras tengas miedo de amar y de saberte amado. ¡Ámalo tú! y sabrás que si hay calor es porque hubo fuego y que si tú puedes amar es porque Él te amó primero.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Noviembre 25
Ayúdanos san José a que siempre aceptemos a Jesús como nuestro salvador. Él nunca nos va a dejar solos porque nos ama y nos envía al Espíritu Santo que es dador de vida. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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