jueves, 25 de marzo de 2021

Pequeñas Semillitas 4619

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4619 ~ Jueves 25 de Marzo de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La Solemnidad de la Anunciación coincide en muchos países del mundo con el Día del Niño por Nacer, que se celebra cada 25 de marzo y que busca conmemorar, promover y defender la vida humana desde que ha sido concebida en el vientre de la madre.
Argentina fue el primer país del mundo en declarar el Día del Niño por Nacer. Por decreto número 1406/98, del 7 de diciembre de 1998, se expresó la conveniencia de fijar el 25 de marzo de cada año para celebrar este acontecimiento.
Siendo la vida el mayor de los derechos del hombre, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible. Sin vida, no hay derechos humanos; sin ellos, no hay libertad. El derecho de la vida no es una cuestión de ideología ni de religión, sino una consecuencia lógica de la naturaleza humana.
Por todo eso no es casual que hoy, día de la Anunciación del ángel a María y la Encarnación de Jesús en su seno virginal, celebremos también el Día del Niño por Nacer.
 
¡Buenos días María!
La fiesta de la Anunciación tiene de cierta manera dos caras. Una de ellas se enfoca en la Santísima Madre de Dios. Se refiere a su gloria y a nuestra devoción a María. La declaración de esta gloria y la expresión de esta devoción encuentran forma perfecta en la primera frase del mensaje del ángel: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Podemos dirigirnos mejor a la Santísima Virgen al repetir esta frase con veneración y cariño.
La otra cara del misterio de la Anunciación se enfoca en los hombres. En la vida de todo cristiano debe haber Anunciaciones divinas, momentos en los que Dios nos da a conocer su voluntad y su propósito para nosotros.
Pero todas estas Anunciaciones deben unirse y fundirse en una Anunciación esencial: el Anuncio de que Jesús puede nacer en nosotros, no en el sentido de ser concebido y dado a luz por la Virgen María, porque se trata aquí de un milagro único e inigualable, sino en el sentido de una toma de posesión espiritual y al mismo tiempo muy real de nuestra persona por el Salvador.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Isaías 7,10-14.8,10
 
Salmo: Sal 40 (39),7-8a.8b-9.10.11
 
Segunda Lectura: Hebreos 10,4-10
 
Santo Evangelio: Lc 1,26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».
María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.
 
Comentario:
Hoy, en el «alégrate, llena de gracia» (Lc 1,28) oímos por primera vez el nombre de la Madre de Dios: María (segunda frase del arcángel Gabriel). Ella tiene la plenitud de la gracia y de los dones. Se llama así: "keharitoméne", «llena de gracia» (saludo del Ángel).
Quizás con 15 años y sola, María tiene que dar una respuesta que cambiará la historia entera de la humanidad. San Bernardo suplicaba: «Se te ofrece el precio de nuestra Redención. Seremos liberados inmediatamente, si tú dices sí. Todo el orbe está a tus pies esperando tu respuesta. Di tu palabra y engendra la Palabra Eterna». Dios espera una respuesta libre, y "La llena de gracia", representando a todos los necesitados de Redención, responde: "génoitó", hágase! Desde hoy ha quedado María libremente unida a la Obra de su Hijo, hoy comienza su Mediación. Desde hoy es Madre de los que son uno en Cristo (cf. Gal 3,28).
Benedicto XVI decía en un interview: «[Quisiera] despertar el ánimo de atreverse a decisiones para siempre: sólo ellas posibilitan crecer e ir adelante, lo grande en la vida; no destruyen la libertad, sino que posibilitan la orientación correcta. Tomar este riesgo —el salto a lo decisivo— y con ello aceptar la vida por entero, esto es lo que desearía trasmitir». María: ¡he aquí un ejemplo!
Tampoco San José queda al margen de los planes de Dios: él tiene que aceptar recibir a su esposa y dar nombre al Niño (cf. Mt 1,20s): Jesua, "el Señor salva". Y lo hace. ¡Otro ejemplo!
La Anunciación revela también a la Trinidad: el Padre envía al Hijo, encarnado por obra del Espíritu Santo. Y la lglesia canta: «La Palabra Eterna toma hoy carne por nosotros». Su obra redentora —Navidad, Viernes Santo, Pascua— está presente en esta semilla. Él es Emmanuel, «Dios con nosotros» (Is 7,15). ¡Alégrate humanidad!
Las fiestas de San José y de la Anunciación nos prepararan admirablemente para celebrar los Misterios Pascuales.
* Dr. Johannes VILAR (Köln, Alemania)
 
Santoral Católico:
La Anunciación del Señor
Solemnidad
Fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó, pero al ángel añadió: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo». María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios». Entonces María dijo: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». San Juan cierra así la escena: «Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros».
Oración: Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“En el momento de la Anunciación, a María se le pide que acepte una verdad jamás enunciada antes. Ella la acoge con sencillez y audacia. Con la pregunta: «¿Cómo será esto», expresa su fe en el poder divino de conciliar la virginidad con su maternidad única y excepcional [...] María aparece como la verdadera «madre de los vivientes». Su maternidad, aceptada libremente por obediencia al designio divino, se convierte en fuente de vida para la humanidad entera.”
(San Juan Pablo II)
 
Tema del día:
El “sí” de María
Cuando pensamos en el "Sí" de María a la propuesta de Dios, lo podemos imaginar en un ambiente casi de novela "romántica", y olvidar que con ese "Sí", toda su vida quedó comprometida. La respuesta que ella dio no era algo espontáneo o "lógico". María dirá que sí, más por confianza y fe, que por conocimiento. Ella apenas podía entender lo que le había sido explicado... y sin embargo, dice que "Sí".
 
Además, la fe de María será puesta a prueba cada día. Ella quedará encinta. No sabe bien cómo, pero lo cierto es que su corazón está inundado por una luz especial. Aunque su querido José dude, ella vive inmersa en el misterio sin pedir pruebas, vive unida al misterio más radical que existe: Dios. Él sabrá encontrar las soluciones a todos los problemas, pero hacía falta fe, hacía falta abandono total a su voluntad.
 
María se dejó guiar por la fe. Ésta la llevó a creer a pesar que parecía imposible lo anunciado. El Misterio se encarnó en ella de la manera más radical que se podía imaginar.
 
Sin certezas humanas, ella supo acoger confiadamente la palabra de Dios. María también supo esperar... ¿Cómo vivió María aquellos meses, y las últimas semanas en la espera de su Hijo? Sólo por medio de la oración y de la unión con Dios podemos hacernos una pálida idea de lo que ella vivió en su interior.
 
También María vivió con intensidad ese acontecimiento que transformó toda su existencia de manera radical. Ella dijo "Sí" y engendró físicamente al Hijo de Dios, al que ya había concebido desde la fe.
 
Estas son experiencias que contrastan con nuestro mundo materialista. Por ello, como cristianos, ¿cómo no centrar más nuestra vida al contemplar este Misterio inefable? ¿Cómo no dar el anuncio a todos los que no han experimentado ese Dios-Amor?
 
No olvidemos que un día ese Dios creció en el seno de María, y también puede crecer hoy en nuestros corazones, si por la fe creemos, y si en la espera sabemos dar sentido a toda nuestra vida mirando con valor al futuro.
 
Dios mío, gracias por quedarte en la Eucaristía y por darme a María como madre y modelo de mi vida. Contemplar su gozo, su actitud de acogida y aceptación, su humildad, me motivan a exclamar con gozo: heme aquí Señor, débil e infiel, pero lleno de alegría por saber que con tu gracia, las cosas pueden y van a cambiar.
(Catholic.net)
 
El Ángelus
El Ángelus es una oración en recuerdo de la Anunciación y Encarnación del Verbo. Toma su nombre de sus primeras palabras en la versión latina, Angelus Domini nuntiavit Mariæ. Consta de tres textos que resumen el misterio. Se recitan de manera alternativa un versículo y la respuesta. Entre cada uno de los tres textos se recita el Avemaría. Es una oración diaria en la Iglesia Católica.
 
V. El ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve Maria...
 
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve María...
 
V. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve María...
 
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
 
Oremos
Te suplicamos Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
 
Reflexiones de Cuaresma
Día 37º. Jueves 25 de Marzo.
Gracia. Hace unos años dos amigos que estaban haciendo vela cerca de Bakio fueron llevados por una corriente mar adentro. Tan solo uno de ellos llevaba chaleco salvavidas y éste preguntó a su amigo: "¿Estás en gracia?". El otro reconoció que no, y el primero le dio su salvavidas porque él tenía a Jesús en el alma: Si se ahogaba iría al Cielo.
¿Te das cuenta de lo importante que es estar en gracia, como este chico que se arriesgó a morir ahogado para que su amigo pudiese vivir con Jesús en el alma?
Jesús dijo que Dios vive en el alma que está en gracia: vive conmigo ayudándome, dándome luz para entender, fuerza para luchar y vencer, deseos buenos, amor y comprensión, etc. Viviendo Dios en mí, Dios me da una vida nueva y distinta. Por eso, vivir en gracia es lo más importante: porque es vivir con Dios.
Pide que tus amigos y familia vivan siempre en gracia de Dios.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
 
Año de San José 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Marzo 25
Por aquella inaudita sorpresa de saber del embarazo de su santísima esposa, tu corazón quedó destrozado, pero ante el aviso del ángel volvió a su primitiva tranquilidad y calma. San José particípanos a todos de tu verdadera paz interior. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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