PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4435 ~ Jueves 3 de Setiembre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
Dicen
que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo. Mira para atrás todo el
camino recorrido, las cumbres, las montañas, el largo y sinuoso camino abierto
a través de selvas y poblados, y ve frente de sí un océano tan grande, que
entrar en él solo puede significar desaparecer para siempre. Pero no hay otra
manera, el río no puede volver. Nadie puede volver. Volver atrás es imposible
en la existencia. El río necesita aceptar su naturaleza y entrar en el océano.
Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo, porque solo entonces sabrá
el río que no se trata de desaparecer en el océano, sino de convertirse en
océano.
(Khalil Gibran)
¡Buenos días! Nuestra necesidad básica
“Tú ves, oh Jesús, nuestra necesidad. Necesitamos de
ti, y de nadie más. Sólo tú puedes advertir cuán grande es la necesidad que
tenemos de ti en esta hora del mundo. El hambriento se imagina que busca pan, y
en realidad tiene hambre de ti. El sediento cree desear tan sólo tomar agua y
en realidad tiene necesidad y sed de ti. El enfermo se ilusiona con el ansia de
la salud y su mal está en la ausencia de ti”.
Si nuestra más grande
necesidad hubiera sido de dinero, Dios hubiera mandado a un economista. Si
nuestra más grande necesidad hubiera sido de conocimiento, Dios hubiera mandado
a un educador. Si nuestra más grande necesidad hubiera sido de diversión o
entretenimiento, Dios hubiera mandado a un animador o a un artista. Pero como
nuestra mayor necesidad es de amor y salvación, Dios mandó a su Hijo, que es
amor y Salvador. Dios, como un padre bondadoso, siempre nos da más de lo que
necesitamos. Él nos da bendiciones pero depende de nosotros la manera en que
veamos nuestra vida y el mundo.
“Pan de vida”, “luz del mundo”, “la puerta de las
ovejas”, “el buen pastor”, “la resurrección y la vida”, “la vid verdadera”,
“rey”, “camino, verdad y vida”, son algunos rasgos del perfil de Jesús que nos
descubren su rica personalidad y su misión en la tierra. La lectura meditada
del Evangelio te haga crecer en el conocimiento de las insondables riquezas del
Señor.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: 1 Corintios 3:18-23
♥ Salmo: Sal 24 (23):1-6
♥ Santo Evangelio: Lc 5,1-11
En aquel tiempo, estaba Jesús a la orilla del lago
Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando
vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado
de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón,
le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la
barca a la muchedumbre.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar
adentro, y echad vuestras redes para pescar». Simón le respondió: «Maestro, hemos
estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra,
echaré las redes». Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo
que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra
barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos
barcas que casi se hundían. Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús,
diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». Pues el asombro se
había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que
habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran
compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador
de hombres». Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
♥ Comentario:
Hoy día todavía nos resulta sorprendente comprobar
cómo aquellos pescadores fueron capaces de dejar su trabajo, sus familias, y
seguir a Jesús («Dejándolo todo, le siguieron»: Lc 5,11), precisamente cuando
Éste se manifiesta ante ellos como un colaborador excepcional para el negocio
que les proporciona el sustento. Si Jesús de Nazaret nos hiciera la propuesta a
nosotros, en nuestro siglo XXI..., ¿tendríamos el coraje de aquellos hombres?;
¿seríamos capaces de intuir cuál es la verdadera ganancia?
Los cristianos creemos que Cristo es eterno presente;
por lo tanto, ese Cristo que está resucitado nos pide, no ya a Pedro, a Juan o
a Santiago, sino a Jorge, a José Manuel, a Paula, a todos y cada uno de quienes
le confesamos como el Señor, repito, nos pide desde el texto de Lucas que le
acojamos en la barca de nuestra vida, porque quiere descansar junto a nosotros;
nos pide que le dejemos servirse de nosotros, que le permitamos mostrar hacia
dónde orientar nuestra existencia para ser fecundos en medio de una sociedad
cada vez más alejada y necesitada de la Buena Nueva. La propuesta es atrayente,
sólo nos hace falta saber y querer despojarnos de nuestros miedos, de nuestros
“qué dirán” y poner rumbo a aguas más profundas, o lo que es lo mismo, a
horizontes más lejanos de aquellos que constriñen nuestra mediocre
cotidianeidad de zozobras y desánimos. «Quien tropieza en el camino, por poco
que avance, algo se acerca al término; quien corre fuera de él, cuanto más
corra más se aleja del término» (Santo Tomás de Aquino).
«Duc in altum»; «Boga mar adentro» (Lc 5,4): ¡No nos
quedemos en las costas de un mundo que vive mirándose el ombligo! Nuestra
navegación por los mares de la vida nos ha de conducir hasta atracar en la
tierra prometida, fin de nuestra singladura en ese Cielo esperado, que es
regalo del Padre, pero indivisiblemente, también trabajo del hombre —tuyo, mío—
al servicio de los demás en la barca de la Iglesia. Cristo conoce bien los caladeros,
de nosotros depende: o en el puerto de nuestro egoísmo, o hacia sus horizontes.
* Rev. D. Pedro IGLESIAS
Martínez (Rubí, Barcelona, España)
Santoral Católico: San Gregorio MagnoPapa y Doctor de la
Iglesia Nació en Roma hacia el año 540 de la familia
senatorial de los Anici. Ya de joven desempeñó cargos públicos, y llegó a ser
prefecto de la Urbe. Más tarde, distribuyó su patrimonio a los monasterios y se
hizo monje en la abadía benedictina de San Andrés, de la que luego fue abad. El
papa Pelagio II lo ordenó de diácono y lo nombró legado pontificio en
Constantinopla. El 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que
ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los
pobres, en la reforma de la sagrada liturgia, en su actividad misionera y
evangelizadora entre los pueblos bárbaros, en la consolidación de la fe del
pueblo cristiano, en el fomento de la vida monástica. Elaboró el Sacramentario
que lleva su nombre y constituye el núcleo fundamental del Misal Romano. Dejó
escritas muchas obras de carácter moral y pastoral, homilético y espiritual.
Murió el 12 de marzo del año 604.
Oración: Oh
Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, concede
el don de sabiduría, por intercesión del papa san Gregorio Magno, a quienes
confiaste la misión del gobierno en tu Iglesia, para que el progreso de los
fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano
– Aciprensa – Catholic.net
Palabras del Papa
Francisco “La pandemia actual ha puesto de relieve nuestra
interdependencia: todos estamos vinculados, los unos con los otros, tanto en el
bien como en el mal. Por eso, para salir mejores de esta crisis, debemos
hacerlo juntos, todos, en la solidaridad”
(Audiencia pública de ayer)
Tema del día: Soy pescador Soy pescador, hijo de la Iglesia que me envía a
atravesar los mares del mundo en busca de almas, como lo hicieron Pedro y
tantos otros a través de los siglos. Orgullo del pescador, la misión recibida
da una inigualable alegría que ilumina el espíritu cuando un hermano se enamora
del Pescador de hombres, Jesús de Galilea.
Pero Señor, qué difícil es encontrar el equilibrio
necesario para acercarse a tantas almas que requieren un trato distinto, sin
que se pueda comparar a la una con la otra. ¿Qué decir a ese hombre religioso
pero sin amor en su corazón? ¿Y que a aquella mujer que no te conoce ni
siquiera por Tu Nombre? Sin embargo yo sé muy bien que hay reglas que debo
respetar, si es que deseo no alejar a tus hijos de Tu Barca.
La regla básica es la de no espantar a nuestros
hermanos, no asustarlas con una postura demasiado alejada de su entendimiento
actual. Muchas veces nos presentamos como nosotros quisiéramos que ellos
fueran, apasionados y convencidos de nuestro carácter de hijos de Dios. Sin
embargo, si la brecha entre quienes encontramos en nuestro camino y nosotros
aparece ante sus ojos como demasiado grande, hacemos imposible para ellos el
siquiera pensar que se puede atravesar el foso que nos separa, y entonces se
asustan y alejan.
Los santos, por siglos, han comprendido esto y
tornaron sus vidas en puentes que los acercaron a las almas. Fueron flexibles,
dúctiles, comprendieron a aquellos que no tenían en el alma ni el amor ni la
comprensión que las cosas de Dios requieren. Por esto es que la regla básica de
todo pescador de almas es la de no exagerar, ni lucir amenazador, ni demasiado
lejano. Jesús mismo tenía un mensaje consistente en el contenido, pero
totalmente distinto en la forma, dependiendo de si el público que lo escuchaba
estaba formado en las cosas del pueblo de Israel, o si eran gentiles alejados
de la religión.
La otra regla fundamental es la de la paciencia,
paciencia que es entrega a Dios en la confianza de que Él tenderá los puentes
que unan las brechas, las falencias y las incomprensiones que encontremos en
nuestro trajinar de pescadores. Muchas veces nos desesperamos porque las cosas
no van tan rápido ni en la dirección que esperamos. Sin embargo, Jesús está
siempre detrás de los suyos, y con Su Mano corrige y modela aquello que es
fundamental a Su obra. Lo demás, lo deja seguir su propio rumbo, lo que muchas
veces se torna en las cruces que Él nos pone en el camino.
El buen pescador no luce exagerado ni impaciente,
sino equilibrado y sereno. Se presenta de tal modo que las almas se sienten
seguras de que Dios es a Quien debemos mirar en este mundo, alejándonos paso a
paso de lo que no llena nuestro interior, de aquello que es simple ruido y
confusión. Pero también, el buen pescador sabe cuándo tiene que acelerar el
ritmo y empujar a las almas a dar un paso hacia adelante, hacia la luz. Ese paso
creará tensión y desaliento, pero pronto será comprendido por aquellos que
están bien afirmados a la Mano del Salvador. Otros, para tristeza del pescador,
se soltarán de la Barca y se alejarán nuevamente, a aguas peligrosas.
No es fácil ser pescador, porque si nos equivocamos,
podemos alejar a muchas almas de tal modo que después resulte muy difícil
volver a acercarlas. Es una responsabilidad muy grande que todos debemos
ejercer, laicos o consagrados, porque para eso fuimos izados a la Barca de la
Iglesia, para ser pescadores. Nuestra sonrisa es probablemente el arma más
poderosa que Dios nos ha dado para realizar nuestra tarea, porque la alegría de
estar a bordo es una de las señales que nos distinguen... ¡La alegría de ser
hijos de Dios!
Hermanos, pesquemos en las aguas del mundo, las almas
abundan y nos esperan. Seamos eficientes en tan grandiosa tarea que Dios nos ha
encomendado, la más alta que Él ha puesto en nuestra misión de vida. Cuando
estemos frente al Señor, Él nos preguntará por los actos de amor que dejamos
como legado de nuestro paso por la vida. Y qué duda cabe de que el mayor acto
de amor es el de poder mostrarle, orgullosos, a aquellos que hemos subido a
bordo de la Barca de Pedro. Jesús sonreirá porque verá que hemos comprendido
nuestro legado de pescadores, como Él lo es, como la Iglesia lo es, como todos
debemos serlo.
Por: Oscar Schmidt | Fuente: Catholic.net
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas” Jesús es luz para nosotros, ilumina nuestra vida
porque su manera de vivir es luminosa, convincente.
La luz de Jesús, no simplemente sus palabras, su
mensaje, sino todo Jesús, su manera de actuar, su entrega, su coherencia, todo
Jesús es Luz.
Se ha iluminado nuestra vida porque vemos vivir a
Jesús: ésa es la primera y mejor revelación de Dios. Y por tanto, la luz que
ofrecemos no es ante todo un mensaje de palabras sino una manera de vivir que
convence, que salva, que es capaz de mostrar a todos el sabor de la vida.
Jesús sí que es para nosotros cirio encendido que se
quema para iluminar.
Jesús sí que es para nosotros la sal que da sabor a
todo, a vivir, a trabajar, descansar, triunfar, fracasar, estar sano y enfermo,
morir… a todo: toda nuestra vida tiene sabor a Jesús, nuestra sal.
(José Enrique Ruiz de Galarreta)
¡Buenos días!
La Palabra de Dios
Santoral Católico:
Palabras del Papa
Francisco
Tema del día:
¡Hasta mañana! con Madre
TeresaSetiembre 3
No es cuánto hacemos, o qué tan grande es lo que
hacemos, sino cuánto amor ponemos en lo que hacemos. Porque somos seres humanos
y para nosotros se ve muy pequeño, pero una vez que se lo hemos entregado a
Dios, Dios es infinito, y esa pequeña acción, se transforma en una acción
infinita, porque Dios es infinito y para él no hay medida.
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) 🌸BLOG ”PEQUEÑAS
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FELIPE
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